Durante los últimos días Dios se ha encarnado en China para obrar y ha expresado millones de palabras, y ha conquistado y salvado a un grupo de personas con Su palabra y ha iniciado la nueva era del juicio, comenzando con la casa de Dios. Hoy, la difusión de la obra de Dios durante los últimos días ha alcanzado su clímax en China continental. La mayoría de las personas de la Iglesia Católica y de todas las denominaciones cristianas que buscan la verdad regresaron ante el trono de Dios. El Dios encarnado ha realizado la obra de “la venida secreta del Hijo del Hombre” profetizada en la Biblia y pronto aparecerá públicamente ante todas las naciones y lugares del mundo. Todas las personas en cada nación y lugar que estén sedientas de la aparición de Dios verán la aparición pública de Dios.
Ninguna fuerza puede obstaculizar o destruir el reino de Dios y cualquiera que se resista a Dios será castigado por Su ira, tal y como lo dicen las palabras de Dios: “Mi reino se está formando sobre todo el universo y Mi trono se está apoderando de los corazones de trillones de personas. Con la ayuda de los ángeles, Mi gran logro pronto se llevará a un término exitoso. Todas las multitudes de Mis hijos y Mi pueblo esperan ansiosamente Mi regreso, anticipando Mi reunión con ellos, para nunca más volver a separarnos. ¿Cómo podría todo el pueblo de Mi reino no correr de un lado a otro celebrando los unos con los otros que esté junto a ellos? ¿A quién se le ocurriría ahorrar costos en esta reunión? Soy honorable a los ojos de todos; soy proclamado en las bocas de todos. Cuando regrese, voy a conquistar a todas las fuerzas enemigas aún más. ¡El momento ha llegado! ¡Quiero poner Mi obra en marcha; quiero reinar supremo entre los hombres! ¡Estoy regresando! ¡Me estoy yendo! Esto es lo que todos están anticipando, lo que están esperando. ¡Quiero dejar que todos vean la llegada de Mi día y que gozosamente le den la bienvenida al arribo de Mi día!” “Todos los que amo vivirán sin duda eternamente, y los que están contra Mí serán con seguridad castigados eternamente. Porque Yo soy un Dios celoso, no salvaré a la ligera a los hombres por todo lo que han hecho. ¡Vigilaré toda la tierra y, apareciendo en el Este del mundo con justicia, majestad, ira, y castigo, me revelaré a las innumerables huestes de la humanidad!”.
La obra extraordinaria de Dios ha revelado a todos los anticristos, falsos profetas e impostores. Ha expuesto a los falsos creyentes que sólo buscan la gracia de Dios, comer los panes y llenarse. La palabra de juicio de Dios es como una espada aguda y de doble filo que traspasa el corazón y el espíritu del hombre y hace que las personas que odian sean reprendidas y que aquellas que detestan las palabras puras y que no aman la verdad muestren sus verdaderos colores.
En las palabras que Dios expresa durante Su secreta llegada para realizar Su obra, contemplamos la verdad de la resistencia de la humanidad a Dios y su rebelión contra Dios, la cual se manifiesta fundamentalmente en tres aspectos:
1. Que la humanidad con frecuencia peque, se resista a Dios y se rebele contra Él se debe completamente a que después que Satanás ha corrompido a las personas, la naturaleza de éstas ha sido poseída por los diversos venenos de Satanás, y se han convertido en seres que se resisten a Dios y se rebelan contra Él. Como consecuencia, pecan a diario y a menudo confiesan sus pecados, pero aun así son incapaces de liberarse de las ataduras y la esclavitud de su naturaleza satánica. La naturaleza de la gente que se rebela contra Dios es la raíz de su pecado.
2. La humanidad ha sido profundamente corrompida por Satanás. Los corazones de las personas se han llenado de nada más que de las filosofías de Satanás, de las reglas de vida de Satanás y de las maneras de pensar de Satanás, lo que las ha hecho incapaces de entender o de conocer que la palabra de Dios es la verdad. Sin el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo, la humanidad es incapaz de aceptar la verdad. Aunque la humanidad corrupta cree en Dios, la gente sólo reconoce que Dios existe, pero no reconoce que Dios es la verdad. Por ende, la humanidad corrupta con frecuencia juzga a Dios, ataca a Dios, se resiste a Dios y se rebela contra Dios.
3. La humanidad ha sido profundamente corrompida por Satanás. Ni siquiera aquellas personas que han creído en Dios por muchos años conocerán a Dios sin Su juicio y castigo, ni la obra de salvación de Cristo encarnado. Debido a su creencia en Dios, sólo pueden disfrutar de la gracia de Dios y reconocer que Dios en verdad existe, pero no pueden conocer realmente a Dios. Sólo pueden estar llenas de doctrinas y nociones religiosas, y se vuelven cada vez más arrogantes y autosuficientes, e incluso se atreven a juzgar a Dios, a denunciar a Dios y a blasfemar contra Su obra. Estas cosas no son nada nuevo, pero suceden frecuentemente en el mundo religioso, lo que demanda una profunda reflexión de la gente. Adicionalmente, esto ha cumplido enteramente las palabras de Jesús: “No todos los que me digan Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino todos los que cumplan con la voluntad de Mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en ese día: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en Tu nombre? Y ¿no hemos expulsado demonios en Tu nombre? ¿Y no hemos hecho obras maravillosas en Tu hombre? Y Yo les diré: Nunca he escuchado de vosotros; iros porque vosotros hacéis maldad”. Todos hemos visto claramente que en el mundo religioso hay demasiadas personas que trabajan en nombre del Señor, pero que se resisten y condenan la obra de Dios de los últimos días. Aquellas que creen en Dios y que sólo reconocen que Dios existe, pero que no saben que Dios es la verdad, son propensas a resistirse a Dios, a atacar a Dios y a blasfemar contra Dios. Porque tienen cierto conocimiento de la Biblia y de la doctrina religiosa, creen que poseen la verdad y que conocen a Dios. Incluso se atreven a blasfemar contra la obra del Espíritu Santo y a desafiar al Cristo encarnado. Lo único que les espera es el castigo y el juicio justos, majestuosos e iracundos de Dios. En el día de la llegada pública de Dios, ¡todo será revelado!
De personas que predican el evangelio en varios lugares a menudo hemos oído que muchos de los que una vez se resistieron a la obra de Dios Todopoderoso, o que obstaculizaron e interfirieron en que la gente aceptara a Dios Todopoderoso, fueron castigados y maldecidos de varias grados. Se puede decir que, hasta cierto punto, esto ha desempeñado un papel motivador positivo en nuestra obra de evangelización. Al oír tal información no hemos podido sino alabar la justicia de Dios; más aún, hemos agradecido a Dios por escuchar nuestras plegarias. Adicionalmente, una reverencia y admiración por Dios surgió espontáneamente en nuestros corazones. Dios no abandonará a las ovejas que le pertenecen, mucho menos dejará escapar a cualquiera que cometa alguna maldad ni que se resista a Él. Dios es omnipresente y omnipotente, y Su obra no puede ser obstaculizada por ningún poder hostil. Dios nos ha mostrado demasiados casos de la maldad siendo castigada y creemos que esto también es una advertencia silenciosa para cada uno de nosotros. Por tanto, hemos recopilado muchos casos de personas que han sido castigadas cuyo alcance abarca a la Iglesia Católica y a diversas denominaciones y sectas cristianas. El período de tiempo es sólo desde 1993 a 2002 y las ubicaciones incluyen 24 provincias y ciudades municipales. En total, hemos recopilado más de diez mil casos de personas que han sido castigadas por resistirse a Dios Todopoderoso, entre las cuales hemos seleccionado más de ochocientos setenta casos típicos. Pero sólo estos casos son suficientes para que todas las personas aprendan lecciones de ellas (ver “Casos típicos de castigo por resistirse a Dios Todopoderoso”).
De estos casos impactantes de los que fueron castigados por resistirse a Dios hemos identificado cuatro tipos principales de personas que fueron relativamente vehementes en su resistencia a Dios:
El primero: estas personas fueron engañadas por otras o fueron esclavizadas por servidores malvados como resultado de no conocer la obra del Espíritu Santo y de ser incapaces de discernir. Así, ellas las imitaron a la hora de hacer el mal y repitieron sus palabras como loros, profiriendo muchas palabras al resistirse a Dios y cometiendo malas acciones al impedir que la gente aceptara la obra de Dios. Dios sólo impuso un leve castigo a estas personas y no puso fin a sus vidas. Algunas de ellas sufrieron enfermedades extrañas y otras sufrieron accidentes, o sus familiares sufrieron alguna catástrofe. Dios dio a este tipo de gente la oportunidad de arrepentirse. Por supuesto, también hubo algunas obstinadas que aun después de ser castigadas no despertaron, sino que continuaron haciendo el mal y, por ende, fueron eliminadas.
El segundo: la mayoría de estas personas eran líderes de varias denominaciones y sectas que fueron enfrentadas para elegir entre su posición y Dios. Para salvar su posición abandonaron el camino verdadero, se resistieron deliberadamente a la obra de Dios y controlaron a las personas bajo su cargo. Con el fin de disfrutar eternamente de los beneficios que su posición les brindaba, engañaron y atraparon a la gente. Parecía que perderían su posición si perdían a su gente y no podían vivir sin su posición. Por lo tanto, hicieron todo lo posible por competir con Dios por su pueblo elegido, y llamaron a las ovejas de Dios sus ovejas. Eran los típicos anticristos. A lo que estas personas servían era a su posición y sustento, sus corazones se endurecieron cada vez más. Disfrutaban de la gracia de Dios, pero también querían controlar al pueblo elegido de Dios, sin ni siquiera darle la libertad de elección a la que éste tenía derecho. Estas personas fueron esos siervos malvados profetizados por el Señor Jesús. Dios también castigó a estas personas en diferentes grados según su comportamiento e igualmente les dio la oportunidad de arrepentirse. Pero algunas de ellas fueron aún más lejos y prefirieron morir antes que arrepentirse. Por lo tanto, Dios puso fin a sus vidas. A aquellas que se controlaron o que dejaron de hacer el mal después de haber sido castigadas, Dios les perdonó la vida y continúa a la espera de que se arrepientan.
El tercero: estas personas anteriormente habían estado poseídas por espíritus malignos o bien, en algunos casos, confiaban en espíritus malignos para exhibir poderes sobrenaturales. Estas personas creían que los espíritus malignos obraban dentro de ellas, pero no tenían el más mínimo conocimiento de la obra del Espíritu Santo. Como resultado, cuando se les predicó la nueva obra de Dios, surgió en ellas una fuerte oposición. Este tipo de personas fueron especialmente hostiles con la obra del Espíritu Santo y, sobre todo, detestaban la verdad expresada por Dios. En todas las denominaciones y sectas su voz de resistencia a Dios era la más fuerte, sus acciones eran las más maliciosas y su oposición a Dios era la más agresiva y ferviente. Estas personas fueron las herramientas de los espíritus malignos, los enemigos de Dios y los cómplices de Satanás y, por ende, todas terminaron siendo maldecidas y condenadas a la perdición y a la destrucción.
El cuarto: estas personas que fueron castigadas eran las espinas dorsales entrenadas por las iglesias del Movimiento Patriótico de Tres Autonomías. Ellas sirvieron y dieron sus vidas primordialmente por el Partido Comunista y estaban en enemistad con todos aquellos que verdaderamente creían en Dios. Apoyados por el poder del estado y sirviendo como instrumentos del gobierno, persiguieron a las personas que en verdad seguían a Dios y que daban testimonio de Dios. Ellas sostenían el “cuenco para el arroz” concedido por el Partido Comunista, hablaron y dieron sus vidas por el Partido Comunista y se convirtieron en los portavoces del mismo en el mundo religioso. De hecho, el Partido Comunista era su amo. Estas personas ocupaban cargos de poder de las iglesias en la mayoría de los lugares y tenían en sus manos el control de muchos creyentes ignorantes; no eran más que demonios que se resistían a Dios y eran unas verdaderas impías del cristianismo. Aunque se desempeñaron rampantes por un tiempo, estaban condenadas a ser maldecidas y destruidas.
Estas famosas figuras de la Iglesia Católica y de las diversas denominaciones y sectas cristianas fueron castigadas por Dios e incluso fueron maldecidas y murieron, debido a que condenaron la obra de Dios y detuvieron la realización de la voluntad de Dios. ¿No es esto digno de ser discutido por las personas? Si al que ellas se resistieron no fuese Dios, ¿quién podría castigarlas y quitarles la vida? Si verdaderamente pertenecieran a Dios, ¿quién tendría el poder de quitar sus vidas de la mano de Dios? ¿Acaso no reconocéis que Dios es justo?
De los casos incluidos en estos cuatro tipos de personas y de sus acciones podemos ver claramente que, en su naturaleza, no les gustaba la verdad. Ellas mantuvieron una actitud hostil hacia la obra de Dios de salvar y transformar al hombre por medio del juicio y el castigo, detestaban en extremo la palabra de Dios que revela la naturaleza del hombre y que traspasa su alma, e incluso se tornaban violentamente iracundas como si la venida de Dios hubiese interrumpido su plácido sueño. Por tanto, sus corazones quejumbrosos contra Dios y su naturaleza de rebelarse contra Dios fueron expuestos por completo. Incluso, desbordadas por una altiva arrogancia, condenaron, blasfemaron y se resistieron a Dios inescrupulosamente. Fueron mucho más malvadas que los fariseos que persiguieron al Señor Jesús hace dos mil años. Sus acciones malvadas finalmente las llevaron a ser castigadas y maldecidas. Muchas de estas personas se dieron cuenta de que el carácter de Dios en verdad no debía ofenderse cuando les llegaba la muerte, pero sólo pudieron llorar y crujir sus dientes en la oscuridad. ¡Los hechos han demostrado que quienes crucifiquen a Cristo una vez más serán condenados!
Dios Todopoderoso dijo: “El reino se está expandiendo entre la humanidad, se está formando entre la humanidad, se está erigiendo entre la humanidad; no hay fuerza que pueda destruir Mi reino. De Mi pueblo que está en el reino de hoy, ¿quién de vosotros no es un ser humano entre los seres humanos? ¿Quién de vosotros no se ajusta a la condición humana? Cuando Mi nuevo punto de partida sea anunciado a la multitud, ¿cómo reaccionará la humanidad? Vosotros habéis visto con vuestros propios ojos el estado de la humanidad, ¿de verdad albergáis aún esperanzas de durar para siempre en este mundo? Ahora estoy caminando afuera, en medio de Mi pueblo; Yo vivo entre Mi pueblo. Hoy en día, quienes alberguen un amor genuino hacia Mí, gente así está bendecida; bienaventurados quienes se someten a Mí, con seguridad permanecerán en Mi reino; bienaventurados quienes me conocen, con seguridad ejercerán poder en Mi reino; bienaventurados quienes me buscan, con seguridad escaparán de las ataduras de Satanás y disfrutarán bendición en Mí; bienaventurados quienes son capaces de renunciar a sí mismos, con seguridad entrarán en Mi posesión y heredarán la abundancia de Mi reino. Conmemoraré a los que corretean por Mi causa, abrazaré con alegría a los que se consuman por Mi causa, daré disfrute a los que me presenten ofrendas. Bendeciré a los que encuentren disfrute en Mis palabras; con seguridad serán los pilares que sostendrán la viga maestra de Mi reino, con seguridad gozarán de abundancia incomparable en Mi casa, y nadie se podrá comparar con ellos. ¿Alguna vez habéis aceptado las bendiciones que os han sido dadas? ¿Alguna vez habéis buscado las promesas que os han sido hechas? Con toda seguridad, bajo la guía de Mi luz, atravesaréis por los dominios de las fuerzas de la oscuridad. Con seguridad, en medio de la oscuridad, no perderéis la luz que os guía. Con seguridad seréis el maestro de toda la creación. Con seguridad seréis un vencedor ante Satanás. Con seguridad, a la caída del reino del gran dragón rojo, os erguiréis en medio de la infinidad de multitudes para ser testigo de Mi victoria. Con seguridad seréis determinado y decidido en la tierra de Sinim. A través de los sufrimientos que soportéis, heredaréis la bendición que proviene de Mí, y con seguridad irradiaréis todos los rincones del universo con Mi gloria”.
De ‘5. ¡Ay de Quienes Crucifiquen a Dios Otra Vez!’ en “La Palabra Manifestada En Carne”
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