¡Dios Todopoderoso! ¡Amén!
En Ti todo es abierto, libre y suelto,
todo es brillante, al descubierto y no escondido.
Eres el Dios Todopoderoso encarnado.
Tú reinas como Rey, claro y revelado,
ya no un misterio y para siempre abierto.
Como el Sol de la justicia, Dios apareció.
La hora del lucero del alba se acaba
y nada sigue escondido.
La obra de Dios es como el rayo,
que destella y muy rápido finaliza.
Dios Todopoderoso es el Sol de la justicia.
Compartirás la gloria y bendiciones con Él,
así para siempre, así para siempre, así para siempre.
Y son verdad, estas palabras ya comenzaron a
tener efecto en ti, en ti.
Lo que Dios prometió, lo cumplirá para ti.
Su palabra es verdad, no volverá vacía.
Nadie puede reclamar tus bendiciones.
Son resultado de tu servicio trabajando de acuerdo con Dios.
Descarta conceptos religiosos, cree en las palabras de Dios,
no permitas que la duda actúe.
Dios Todopoderoso es el Sol de la justicia.
Compartirás la gloria y bendiciones con Él,
así para siempre, así para siempre, así para siempre.
Y son verdad, estas palabras ya comenzaron a
tener efecto en ti, en ti, en ti, en ti, en ti.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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