I
Cuando Satanás arresta y persigue a los cristianos con más y más violencia,
cuando la ciudad está llena de oscuros horrores y huyo adonde puedo,
cuando la libertad está atrapada en una cárcel lúgubre,
cuando mi única compañía es una larga noche de dolor,
mi fe en Dios no vacila; nunca traicionaré a mi Señor, mi Dios.
Dios verdadero todopoderoso, mi corazón te pertenece.
La cárcel sólo puede controlar mi cuerpo.
No impedirá que siga Tus pasos. No impedirá que siga Tus pasos.
En el doloroso sufrimiento, en un camino accidentado,
guiado por Tus palabras, no tengo miedo;
acompañado por Tu amor, mi corazón está satisfecho;
acompañado por Tu amor, mi corazón está satisfecho.
II
Cuando la tortura perniciosa de los satánicos diablos sea cada vez peor,
cuando el dolor punzante me golpee una y otra vez,
cuando la agonía de mi carne esté a punto de alcanzar su cénit,
en el último momento, cuando estén a punto de quitarme la vida,
nunca me entregaré al gran dragón rojo,
nunca seré un Judas, una mancha de vergüenza para Dios.
Dios verdadero todopoderoso, te seré fiel hasta la muerte.
Satanás puede torturar y castigar mi cuerpo,
pero no puede tocar mi fe y mi amor por Ti,
pero no puede tocar mi fe y mi amor por Ti.
La vida y la muerte estarán siempre bajo Tu dominio.
Abandonaré todo para dar testimonio de Ti.
Por dar testimonio de Ti y avergonzar a Satanás, moriré sin queja alguna.
Por dar testimonio de Ti y avergonzar a Satanás, moriré sin queja alguna.
¡Qué glorioso es seguir a Cristo y buscar amar a Dios en esta vida!
Debería retribuir el amor de Dios con el alma y el corazón;
estoy dispuesto a abandonarlo todo para dar testimonio de Él.
Mientras viva, nunca me arrepentiré de haber elegido darle todo mi ser a Dios.
Nunca me arrepentiré. Nunca me arrepentiré.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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