El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

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lunes, 16 de julio de 2018

Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió

Adán y Eva
(Génesis 3:20-21) Y Adán dio a su esposa el nombre de Eva, porque ella era la madre de todo ser viviente. Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió.

Echemos un vistazo a este tercer pasaje, que declara la existencia de un significado subyacente al nombre que Adán le atribuyó a Eva, ¿correcto? Esto muestra que, después de ser creado, Adán tuvo sus propios pensamientos y entendió muchas cosas. Pero por ahora no estudiaremos ni exploraremos lo que él entendía ni cuánto comprendía, porque este no es el punto principal que quiero exponer en el tercer pasaje. ¿Cuál es, pues, la idea primordial del tercer pasaje? Echemos un vistazo a la línea, “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”. Si no comunicamos sobre este versículo de las escrituras hoy, quizás no seáis nunca conscientes de las connotaciones que encierran estas palabras. Primero, permitidme dar algunas pistas. Expandid vuestra imaginación y pensad en el jardín del Edén, y en Adán y Eva viviendo en él. Dios va a visitarlos y ellos se esconden, porque están desnudos. Dios no puede verlos, y tras llamarlos, ellos responden: “No nos atrevemos a verte porque estamos desnudos”. No se atreven a ver a Dios, porque están desnudos. ¿Qué hace entonces Jehová Dios por ellos? El texto original dice: “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”. Ahora bien, ¿sabéis qué usó Dios para hacer sus ropas? Dios usó pieles de animales para hacerlas. Es decir, la ropa que Él confeccionó para el hombre fue un abrigo de piel. Esta fue la primera prenda de vestir que Dios hizo para el hombre. Un abrigo de piel es una prenda de vestir de lujo según el estándar actual, algo que no todos pueden permitirse llevar. Si alguien te pregunta: ¿Cuál fue la primera prenda vestida por los ancestros de la humanidad? Puedes responder: Fue un abrigo de piel. ¿Quién lo confeccionó? Puedes contestar también: ¡Dios lo hizo! Esa es la idea principal: Dios hizo esa prenda. ¿Es algo digno de destacar? Ahora que acabo de describirlo, ¿ha surgido una imagen en vuestras mentes? Deberíamos hacer al menos un bosquejo aproximado de ello. El propósito de deciros esto hoy no es que sepáis cuál fue la primera prenda de vestir del hombre. ¿Cuál es, entonces? No es el abrigo de piel en sí, sino cómo conocer el carácter, el ser y las posesiones revelados por Dios cuando lo estaba haciendo.
En esta imagen de “Jehová Dios también hizo abrigos de pieles para Adán y su esposa y los vistió”, ¿qué tipo de papel desempeña Él cuando está con Adán y Eva? ¿Bajo qué tipo de papel aparece Dios en un mundo de tan sólo dos seres humanos? ¿Como Dios? … Dios creó a estas dos personas y las trató como Sus compañeras. Como único familiar, Él cuidaba de su vida y de sus necesidades básicas. Aquí, Dios aparece como padre de Adán y Eva, y mientras lo hace, el hombre no ve cuán elevado es Dios; no perciba Su supremacía primordial, Su misterio, y especialmente Su ira o majestad. Lo único que ve es la humildad de Dios, Su afecto, Su preocupación por el hombre y Su responsabilidad y cuidado hacia él. La actitud de Dios y la forma en que trataba a Adán y Eva son parecidas a la manera como los padres humanos manifiestan su preocupación y su amor por sus propios hijos, cómo se ocupan de ellos y los cuidan, de una forma real, visible y tangible. En lugar de ponerse en una posición elevada y poderosa, Dios usó personalmente las pieles para confeccionar ropa para el hombre. No importa si este abrigo de piel se usó para cubrir su modestia o para protegerlos del frío. En pocas palabras, Dios hizo con Sus propias manos esta ropa, para cubrir el cuerpo del hombre. En vez de realizarlo sencillamente por medio del pensamiento o de métodos milagrosos como las personas imaginan, Él había hecho, justificadamente, algo que según el hombre Dios no podía o no debía hacer. Esto puede ser algo tan simple que algunos no considerarían digno de mencionar ni de pensar en ello; sin embargo, también permite que todos los que siguen a Dios, y estaban antes llenos de vagas ideas sobre Él, adquieran una percepción de Su autenticidad y Su hermosura, y vean Su naturaleza fiel y humilde. Hace que aquellos que son insufriblemente arrogantes, y se creen elevadas y poderosas, inclinen avergonzados su engreída cabeza ante la autenticidad y la humildad de Dios; estas permiten aquí, además, que se vea cuán digno de amor es Él. En cambio, en el corazón de las personas, el Dios inmenso, digno de ser amado y omnipotente es muy pequeño, poco atractivo e incapaz de resistir un solo golpe. Cuando lees este versículo y oyes esta historia, ¿contemplas a Dios con desprecio por hacer algo así? Algunas personas podrían hacerlo, pero otras reaccionarán del modo contrario. Pensarán que Dios es genuino y digno de amor, y que son precisamente la autenticidad y la hermosura de Dios lo que las conmueve. Cuanto más ven el lado real de Dios, mejor pueden apreciar la verdadera existencia de Su amor, la importancia de Dios en sus corazones, y cómo Él está a su lado en todo momento.
En este punto deberíamos vincular nuestra exposición al presente. Si Dios pudo hacer estas diversas y pequeñas cosas por los humanos que creó al principio, y hasta algunas en que nadie se atrevería nunca a pensar o esperar, ¿podría Dios hacerlas para las personas de hoy? Algunos dicen: “¡Sí!”. ¿Por qué? Porque Su esencia y Su atractivo no son falsos. Porque la esencia de Dios existe realmente y no es algo añadido por otros, y sin duda tampoco se modifica con los cambios en el espacio, el tiempo y las eras. La autenticidad y la hermosura de Dios pueden destacar, realizando algo que para las personas sea poco destacable e insignificante, algo tan pequeño que ni siquiera piensan que Él pueda hacerlo. Dios no es pretencioso. No hay exageración, engaño, soberbia, o arrogancia en Su carácter y esencia. Él nunca alardea, sino que ama, muestra preocupación por los seres humanos a los que creó con fidelidad y sinceridad; los cuida y los dirige. Sin importar cuánto de esto puedan apreciar, sentir o ver las personas, Dios está realmente haciendo estas cosas. Saber que la esencia de Dios es así ¿afectaría al amor de las personas hacia Dios? ¿Tendría algún efecto sobre su temor de Él? Espero que cuando entiendas el lado real de Dios te acerques más a Él y seas capaz de apreciar, de forma más patente, Su amor y Su preocupación por la humanidad, y que al mismo tiempo le entregues también tu corazón y dejes de albergar sospechas o dudas hacia Él. Dios lo está haciendo todo para el hombre con discreción, en silencio, por medio de Su sinceridad, Su fidelidad y Su amor. Pero nunca siente temor ni pesar por nada de lo que hace ni necesita que nadie le devuelva nada de ninguna forma, ni tiene intenciones de obtener nada de la humanidad. El único propósito en todo lo que ha hecho es poder recibir la fe y el amor sinceros de la humanidad.

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