I
Nadie es consciente de la venida de Dios, nadie da la bienvenida a Su llegada. Aún más, nadie sabe todo lo que Dios hará. Nuestra vida sigue igual; el mismo corazón, los días se van. Dios vive entre nosotros como uno más, como el más sencillo de Sus seguidores, como un humilde creyente. Dios tiene Sus intereses y Sus propias metas.
Y tiene una divinidad que los hombres no poseen. Oh... Nadie se ha dado cuenta aún de Su divinidad, de la diferencia entre Su esencia y la de los hombres. Vivimos todos junto a Dios, con libertad, sin miedo, porque lo vemos como un humilde creyente.
Y tiene una divinidad que los hombres no poseen. Oh... Nadie se ha dado cuenta aún de Su divinidad, de la diferencia entre Su esencia y la de los hombres. Vivimos todos junto a Dios, con libertad, sin miedo, porque lo vemos como un humilde creyente.
II
Dios vigila nuestros movimientos, y todos nuestros pensamientos e ideas desnudos quedan ante Él. Desnudos ante Sus ojos estamos. Nadie se ha dado cuenta aún de Su divinidad. Oh... Nadie se interesa por la existencia de Dios, no hay persona que imagine Su función, y sobre todo, nadie sospecha quién es Dios.
Oh… Nos limitamos a seguir con nuestra búsqueda, como si Dios nada con nosotros tuviese que ver.
De "La Palabra Manifestada En Carne"
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