I
Dios viene a la tierra a decir Sus palabras.
Su palabra es lo que tratas, oyes y ves
lo que obedeces y experimentas
es la palabra de Dios.
Esta encarnación de Dios
perfecciona al hombre con la palabra.
Él no muestra signos ni maravillas,
ni hace la obra que hizo Jesús.
Aunque ambos son carne y Dios,
Sus ministerios son distintos.
En los últimos días, la obra de Dios
es principalmente usar Su palabra
para guiar y perfeccionar al hombre.
No usa hechos para castigar.
II
Hoy Dios se ha hecho carne para completar la obra de
la Palabra que aparece en la carne,
para perfeccionar al hombre
y hacerlo aceptar el trato y refinamiento de la palabra.
Sus palabras te proveen y dan vida;
te muestran la obra y los actos de Dios.
Te castigan y refinan.
Sufres también por la palabra de Dios.
Ahora Dios obra con palabras y no con hechos.
Cuando recibes Su palabra,
el Espíritu Santo puede obrar,
sufres dolor o sientes dulzura.
Solo Su palabra trae la realidad,
solo ella puede perfeccionarte.
En los últimos días, la obra de Dios
es principalmente usar Su palabra
para guiar y perfeccionar al hombre.
No usa hechos para castigar.
III
Hay hombres que se resisten a Dios.
Dios no te causa gran aflicción,
no castiga tu carne ni sufres adversidades.
Pero no soportas cuando recibes Su palabra y te refina.
En los últimos días, la obra de Dios
es principalmente usar Su palabra
para guiar y perfeccionar al hombre.
No usa hechos para castigar.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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