I
¿Qué es la disciplina por el Espíritu Santo?
¿Qué es la culpa de la voluntad humana?
¿Qué es ser guiado por el Espíritu Santo,
la disposición de un entorno?
¿Qué es el esclarecimiento de las palabras de Dios?
Si no entiendes estas cosas, no podrás discernir.
Dios no trata mal a quienes lo buscan con sinceridad
ni a nadie que lo viva y que dé testimonio.
Él no maldecirá a nadie que desee sinceramente la verdad.
II
Debes saber qué viene del Espíritu, qué es la rebeldía,
cómo obedecer la palabra de Dios, abandonar tu rebeldía.
Si entiendes estas cosas, tendrás los fundamentos;
cuando algo suceda, podrás compararlo con la verdad,
con visiones apropiadas de base,
actuarás con principios, acorde a la verdad;
Dios te esclarecerá y bendecirá.
Dios no trata mal a quienes lo buscan con sinceridad
ni a nadie que lo viva y que dé testimonio.
Él no maldecirá a nadie que desee sinceramente la verdad.
III
Al comer y beber Sus palabras,
si ves tu verdadera condición
y prestas atención a tu práctica y a tu propia comprensión,
estarás esclarecido y, cuando tengas un problema,
entenderás, discernirás y tendrás una senda para practicar.
Quien tiene la verdad es difícil que sea engañado,
cause problemas o sea un desenfrenado.
La verdad lo protege y entiende más,
con más sendas para practicar
y oportunidad de que el Espíritu obre en él y lo perfeccione.
Dios no trata mal a quienes lo buscan con sinceridad
ni a nadie que lo viva y que dé testimonio.
Él no maldecirá a nadie que desee sinceramente la verdad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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