I
Dios apremia a la gente de toda etnia, de toda nación e industria:
A escuchar la voz de Dios y Su obra ver;
y atiendan el destino de la humanidad;
hagan a Dios el más santo y honorable,
el alto y único objeto de veneración;
permitan a toda la humanidad vivir bajo la bendición de Dios,
como los descendientes de Abraham vivieron el compromiso de Jehová,
como creaturas de Dios, Eva y Adán vivieron en el jardín del Edén.
II
La obra de Dios, ola que crece con poder;
nada lo detiene a Él o a Sus pies.
Sólo escuchando Su palabra, siguiéndolo a Él
y Su promesa recibir, Sus pasos seguir.
Los demás encararán el exterminio y obtendrán la merecida expiación.
Dios apremia a la gente de toda etnia, de toda nación e industria:
A escuchar la voz de Dios y Su obra ver;
y atiendan el destino de la humanidad,
y atiendan el destino de la humanidad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
No hay comentarios:
Publicar un comentario