
“Las así llamadas ‘vírgenes prudentes’ representan a aquellas personas que pueden reconocer la voz de Dios y oír la voz del ‘novio’ y que pueden, por lo tanto, aceptar y someterse a Cristo, llevando así a casa al Dios práctico. Y porque las ‘vírgenes insensatas’ no conocen la voz del ‘novio’ y no pueden reconocer la voz de Dios, rechazan a Cristo.