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sábado, 7 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 78 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 78 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

El juicio de los fariseos sobre el Señor Jesús
(Marcos 3:21-22) Y cuando Sus amigos escucharon sobre ello, fueron a estar con Él porque decían: está fuera de sí. Y los escribas que bajaban de Jerusalén dijeron: Tiene a Belcebú, y aleja a los demonios en el nombre del príncipe de los demonios. 
La reprensión del Señor Jesús a los fariseos
(Mateo 12:31-32) Entonces os digo: Toda clase de pecado y blasfemia se le perdonará al hombre pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará, pero no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero. 
(Mateo 23:13-15) Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos a los hombres y porque tampoco iréis vosotros, ni dejaréis que entren aquellos que están tratando de entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque devoráis las casas de las viudas, y os jactáis de hacer largas oraciones, por lo tanto recibiréis una mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque vais por mares y tierras para ganar una persona, y cuando lo lográis, hacéis de él una criatura del infierno, dos veces peor que vosotros. 
Los dos pasajes más arriba son distintos; veamos el primero de ellos en primer lugar: el juicio de los fariseos sobre Jesús. 
En la Biblia, la valoración que los fariseos hicieron del propio Jesús y de las cosas que hizo fue: “decían: está fuera de sí. […] Tiene a Belcebú, y aleja a los demonios en el nombre del príncipe de los demonios” (Marcos 3:21-22). El juicio del Señor Jesús realizado por los escribas y fariseos no era el repetir como loros las cosas ni imaginar a partir de la nada; fue su conclusión sobre el Señor Jesús a partir de lo que vieron y oyeron de Sus acciones. Aunque llegaron a la misma ostensiblemente en el nombre de la justicia y esta parecía bien fundamentada a las personas, la arrogancia con la que juzgaron al Señor Jesús era difícil de contener incluso para ellos. La enloquecida energía de su odio por el Señor Jesús puso de manifiesto sus propias ambiciones disparatadas y sus rostros satánicos malvados, así como su malévola naturaleza de resistirse a Dios. Estas cosas que dijeron en su juicio del Señor Jesús fueron impulsadas por sus ambiciones disparatadas, su envidia, y la naturaleza fea y malévola de su hostilidad hacia Dios y la verdad. No investigaron la fuente de las acciones del Señor Jesús ni la esencia de lo que dijo o hizo. Pero atacaron y desacreditaron ciega, impaciente, locamente y con malicia deliberada lo que Él había hecho. Esto se produjo incluso hasta el punto de desacreditar indiscriminadamente a Su Espíritu, esto es, el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios. Esto es lo que quisieron decir con las palabras “está fuera de sí”, “Belcebú y el príncipe de los demonios”. Esto es, dijeron, que el Espíritu de Dios era Belcebú y el príncipe de los demonios. Definieron como locura la obra de la carne vestida por el Espíritu de Dios. No sólo blasfemaron tachándolo de Belcebú y el príncipe de los demonios, sino que condenaron la obra de Dios. Condenaron y blasfemaron al Señor Jesucristo. La esencia de su resistencia y su blasfemia de Dios era totalmente la misma que la esencia de Satanás, así como de la resistencia y blasfemia de Dios por parte del diablo. No sólo representaban a seres humanos corruptos, sino que eran la representación de Satanás. Eran un canal para él en medio de la humanidad, así como sus cómplices y mensajeros. La esencia de su blasfemia y su denigración del Señor Jesucristo era su lucha con Dios por el estatus, su competencia con Él, su prueba interminable de Él. La esencia de su resistencia a Dios y su actitud de hostilidad hacia Él, así como sus palabras y sus pensamientos blasfemaban y enojaban directamente al Espíritu de Dios. Así pues, Dios determinó un juicio razonable de lo que dijeron e hicieron, y determinó que sus hechos fueron el pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo. Este pecado es imperdonable tanto en este mundo como en el más allá, justo como dice el siguiente pasaje de la escritura: “la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará” y “no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero”. Hoy, hablemos sobre el verdadero significado de estas palabras de Dios: “no se perdonará […], ni en este mundo ni en el venidero”. Eso es desmitificar cómo cumple Dios las palabras “no se perdonará […], ni en este mundo ni en el venidero”. 
Todo aquello de lo que hemos hablado tiene relación con el carácter de Dios y Su actitud hacia las personas, los asuntos y las cosas. Naturalmente, los dos pasajes anteriores no son una excepción. ¿Habéis notado algo en estos dos pasajes de la escritura? Algunas personas dicen ver el enojo de Dios. Algunos dicen que ven el lado del carácter de Dios que no tolera la ofensa de la humanidad, y que si las personas hacen algo blasfemo contra Él, no obtendrán Su perdón. A pesar de que las personas vean y perciban la ira y la intolerancia por parte de Dios de la ofensa de la humanidad, siguen sin entender realmente Su actitud. Estos dos pasajes contienen una implicación de la verdadera actitud y enfoque de Dios hacia aquellos que blasfeman y lo enojan. Este pasaje de la escritura tiene el verdadero sentido de Su actitud y Su enfoque: “no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero”. Cuando las personas blasfeman a Dios, cuando lo enojan, Él emite un veredicto, y este veredicto es Su desenlace final. Se describe de la siguiente forma en la Biblia: “Entonces os digo: Toda clase de pecado y blasfemia se le perdonará al hombre pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará” (Mateo 12:31), y “Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!” (Mateo 23:13). Sin embargo, ¿registra la Biblia cuál fue el desenlace con estos escribas y fariseos, así como con aquellos que dijeron que el Señor Jesús estaba loco después de decir estas cosas? ¿Se registra si sufrieron algún castigo? Desde luego que no. Este “no” no quiere decir que no se registró, sino que no hubo un desenlace visible al ojo humano. Este “no” esclarece un asunto, esto es, la actitud y los principios de Dios para gestionar ciertas cosas. El trato de Dios con las personas que blasfeman o le resisten, o incluso lo difaman —personas que intencionalmente lo atacan, difaman y maldicen— es no hacer la vista gorda o los oídos sordos. Él tiene una actitud clara hacia ellas. Él desprecia a estas personas, y en Su corazón las condena. Incluso declara abiertamente el desenlace para ellas, de forma que las personas sepan que Él tiene una actitud clara hacia aquellos que lo blasfeman, y cómo determina Él su desenlace. Sin embargo, después de que Dios dijese estas cosas, las personas seguían pudiendo ver raramente la verdad de cómo Dios lidiaría con esas personas, y no podían entender los principios subyacentes al desenlace de Dios, Su veredicto para ellas. Es decir, la humanidad no puede ver la actitud y los métodos particulares que Dios tiene para lidiar con ellas. Esto tiene que ver con los principios de Dios para hacer las cosas. Él usa la aparición de hechos para ocuparse de la conducta malvada de algunas personas. Esto es, no anuncia su pecado ni determina su desenlace, sino que usa directamente la aparición de los hechos para permitir que sean castigados, que obtengan su debida retribución. Cuando estos hechos ocurren, la carne de las personas es la que sufre el castigo; todo esto es algo que puede verse con ojos humanos. Cuando se ocupa de la conducta malvada de algunas personas, Dios simplemente las maldice con palabras, pero, al mismo tiempo, Su enojo cae sobre ellas, y el castigo que reciben puede ser algo no visible para las personas. Sin embargo, este tipo de desenlace puede ser incluso más grave que los que las personas pueden ver en forma de castigo o de muerte. Esto se debe a que bajo las circunstancias en las que Dios ha determinado no salvar a este tipo de personas, no mostrar más misericordia ni tener tolerancia con ellas, no proveerles más oportunidades, la actitud que adopta con ellas es dejarlas de lado. ¿Cuál es el significado de “dejar de lado”? El significado de este término en sí mismo es poner algo a un lado, no prestarle más atención. Aquí, cuando Dios “deja de lado”, hay dos explicaciones diferentes de su significado: la primera es que Él ha entregado la vida de esa persona, su todo, a Satanás para que se ocupe de ella. Dios ya no sería responsable y no lidiaría más con ella. Si esa persona estuviera loca, o fuera estúpida, y si estuviera en la vida o la muerte, o si descendiera al infierno para su castigo, no tendría nada que ver con Dios. Eso significaría que esa criatura no tendría relación con el Creador. La segunda explicación es que Dios ha determinado que Él mismo quiere hacer algo con esta persona, con Sus propias manos. Es posible que utilice el servicio de este tipo de persona, o a este tipo de persona como contraste. Es posible que tenga una forma especial de ocuparse de ella, una forma especial de tratarla, como a Pablo. Estos son el principio y la actitud en el corazón de Dios de cómo ha determinado Él ocuparse de este tipo de persona. Así, cuando los seres humanos resisten a Dios, y lo difaman y blasfeman, si exasperan Su carácter, o si alcanzan los límites de Dios, las consecuencias son impensables. La más grave es que Dios entrega su vida y su todo a Satanás, de una vez por todas. No serán perdonadas en toda la eternidad. Esto significa que esta persona ha pasado a ser comida en la boca de Satanás, un juguete en su mano, y desde ese momento en adelante Dios no tiene nada que ver con ella. ¿Podéis imaginar qué tipo de desgracia fue cuando Satanás tentó a Job? Bajo la condición de que no se le permitía dañar la vida de Job, aun así, este sufrió en gran manera. ¿Y no es incluso más difícil imaginar los destrozos de Satanás a los que estaría sometida una persona que le hubiera sido entregada por completo, que fuera del todo presa de sus garras, que hubiera perdido totalmente el cuidado y la misericordia de Dios, que ya no estuviera bajo el dominio del Creador, que hubiera sido despojada del derecho a adorarle, y de ser una criatura bajo Su dominio, cuya relación con el Señor de la creación hubiera sido totalmente cortada? La persecución de Job por parte de Satanás era algo que podía verse con ojos humanos, pero si Dios le entrega la vida de una persona, la consecuencia será inimaginable para cualquiera. Es como si algunas personas renaciesen bajo el aspecto de una vaca, o un asno, o algunas personas controladas, poseídas por espíritus inmundos, malignos, etc. Este es el desenlace, el final de algunas personas que Dios ha entregado a Satanás. Desde fuera, parece que esas personas que ridiculizaron, difamaron, condenaron, y blasfemaron al Señor Jesús no sufrieron ninguna consecuencia. Sin embargo, la verdad es que Dios tiene una actitud para ocuparse de todo. Puede que no use un lenguaje claro para comunicar a las personas el desenlace de cómo se ocupa de cada tipo de persona. En ocasiones no habla directamente, pero hace las cosas directamente. Que no hable de ello no quiere decir que no sea un desenlace; es posible que sea uno incluso más grave. Desde las apariencias, parece que Dios no habla a algunas personas para revelar Su actitud; en realidad, Él no ha querido prestarles atención durante mucho tiempo. No quiere verlas más. Por las cosas que han hecho, su conducta, su naturaleza y su esencia, Dios sólo quiere que desaparezcan de Su vista, entregarlas directamente a Satanás, dar su espíritu, alma y cuerpo a este, permitirle hacer lo que quiera. Queda claro hasta qué punto Dios las aborrece, hasta qué punto está asqueado de ellas. Si una persona enoja a Dios hasta el punto de que Él ya no quiera ni verla más, de que la abandone por completo, de que no quiera ocuparse de ella personalmente; si se llega al punto de que Él la entregue a Satanás para que este haga lo que desee, para permitirle controlarla, consumirla y tratarla de cualquier manera, esta persona está completamente acabada. Su derecho de ser humana se ha revocado permanentemente, y su derecho como criatura ha llegado a su fin. ¿No es este el castigo más serio?

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Testimonio cristiano 2020 | La fama y la fortuna me han causado sufrimiento (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | La fama y la fortuna me han causado sufrimiento (Español Latino)

La protagonista es una médica que cree que hay que alcanzar el éxito y el reconocimiento para llevar una vida digna y con sentido. Para superar a sus compañeros trabaja y estudia día y noche durante más de una década, a veces 24 horas seguidas sin parar, con el temor constante de cometer un error durante una operación y echar a perder su reputación. El exceso de trabajo y el tremendo estrés le provocan insomnio, dolor de estómago, inflamación de vesícula y otras dolencias que le causan un sufrimiento insoportable. No comprende por qué se ha pasado la vida superando a los demás solo para terminar con una tristeza y un dolor inmensos. Se pregunta: ¿Cómo se puede vivir con sentido? Hasta que no acepta el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días no entiende que la reputación y la fortuna son herramientas con las que Satanás corrompe y hace daño a la gente. Logra comprender que únicamente se puede vivir con sentido si uno obedece los planes y disposiciones de Dios, aspira a conocerlo y cumple con el deber de un ser creado.

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viernes, 6 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 77 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 77 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

La resurrección de Lázaro glorifica a Dios
(Juan 11:43-44) Y cuando había dicho esto, clamó en voz alta: Lázaro, sal. Y el que estaba muerto salió atado de las manos y los pies con la mortaja, y su rostro estaba envuelto con un pañuelo. Jesús les dijo: soltadlo y dejad que se vaya.
¿Cuál es vuestra impresión después de leer este pasaje? La relevancia de este milagro realizado por el Señor Jesús fue mucho mayor que el anterior, porque ninguno es tan sorprendente como traer a un muerto de vuelta de la tumba. Que el Señor Jesús hiciera algo así fue extremadamente significativo en aquella era. Como Dios se había hecho carne, las personas sólo podían ver Su apariencia física, Su lado práctico e insignificante. Aunque algunos vieran y entendieran algo de Su carácter o algunos puntos fuertes que Él parecía tener, nadie sabía de dónde vino el Señor Jesús, quién era verdaderamente Su esencia, y qué más podía hacer realmente. Todo esto era desconocido para la humanidad. Demasiadas personas querían pruebas de ello, y saber la verdad. ¿Podía Dios hacer algo para demostrar Su propia identidad? Para Él, esto era muy fácil, pan comido. Podía hacer algo en cualquier lugar, en cualquier momento para demostrar Su identidad y esencia, pero Dios hacía las cosas siguiendo un plan y unos pasos. Él no hacía las cosas indiscriminadamente; esperó el momento y la oportunidad adecuados para hacer algo más relevante, a fin de que la humanidad lo viera. Esto demostraba Su autoridad y Su identidad. Así pues, ¿podía demostrar la resurrección de Lázaro la identidad del Señor Jesús? Veamos este pasaje de la escritura: “Y cuando había dicho esto, clamó en voz alta: Lázaro, sal. Y el que estaba muerto salió”. Cuando el Señor Jesús hizo esto, sólo dijo una cosa: “Lázaro, sal”. Lázaro salió entonces de su tumba; esto se cumplió con una sola línea pronunciada por el Señor. Durante ese tiempo, Él no levantó un altar ni llevó a cabo otras acciones. Sólo dijo una cosa. ¿Se denominaría esto un milagro o un mandato? ¿O era algún tipo de hechicería? Superficialmente, parece que podría denominarse un milagro y, mirándolo desde una perspectiva moderna, por supuesto que podrías seguir llamándolo milagro. Sin embargo, no podría considerarse un hechizo traer de vuelta el alma de los muertos, y en absoluto una brujería. Es correcto decir que este milagro fue la demostración más normal y pequeña de la autoridad del Creador. Es la autoridad, la capacidad de Dios. Él tiene la autoridad de hacer morir a una persona, de hacer que su alma deje su cuerpo y vuelva al Hades, o donde deba ir. Cuándo muere alguien, y adónde va después de la muerte son cosas determinadas por Dios. Él puede hacerlo en cualquier momento y lugar. No está limitado por los seres humanos, los acontecimientos, los objetos, el espacio o el lugar. Si quiere, puede hacerlo, porque todas las cosas y los seres vivientes están bajo Su dominio, y todas las cosas viven y mueren por Su palabra, Su autoridad. Él puede resucitar a un hombre muerto; esto también es algo que puede hacer en cualquier momento y lugar. Esta es la autoridad que sólo el Creador posee.
Cuando el Señor Jesús trajo a Lázaro de los muertos, Su objetivo era brindar una prueba para que los humanos y Satanás vieran, para que supieran que el todo de la humanidad, su vida y su muerte vienen determinados por Dios, y que, aunque se había hecho carne, como siempre, seguía dominando el mundo físico visible así como el espiritual invisible. Hizo esto para demostrarles a los hombres y a Satanás que el todo de la humanidad no se encuentra bajo el mando de este. Fue una revelación y una demostración de la autoridad de Dios, y también una forma de enviar un mensaje a todas las cosas de que la vida y la muerte de la humanidad están en Sus manos. El Señor Jesús resucitó a Lázaro; este tipo de enfoque fue una de las maneras en las que el Creador enseñaba e instruía al hombre. Fue una acción concreta en la que usó Su capacidad y autoridad para instruir a la humanidad, y proveer para los humanos. Fue una forma sin palabras de permitir que los hombres viesen la verdad del Creador comandando todas las cosas. Fue una forma de decir a la humanidad por medio de acciones prácticas que no hay salvación si no es por medio de Él. Este tipo de medios silenciosos para dar instrucciones a la humanidad dura para siempre, es indeleble y produjo en los corazones humanos un impacto y un esclarecimiento que nunca pueden desvanecerse. La resurrección de Lázaro glorificó a Dios: esto tiene un profundo impacto en cada uno de los seguidores de Dios. Fija firmemente en cada persona, que entiende profundamente este acontecimiento, el entendimiento, la visión de que sólo Dios puede dominar la vida y la muerte de la humanidad. Aunque Él tenga este tipo de autoridad, y aunque enviara un mensaje acerca de Su soberanía sobre la vida y la muerte del hombre por medio de la resurrección de Lázaro, no fue Su obra principal. Dios nunca hace nada sin sentido. Cada cosa tiene un gran valor; todo es un tesoro clásico. Bajo ningún concepto convertiría el regreso de una persona de su tumba en el objetivo o el elemento principal o único de Su obra. Dios no hace nada que no tenga relevancia. La resurrección de Lázaro es suficiente para demostrar Su autoridad, para probar la identidad del Señor Jesús. Esta es la razón por la que no repitió este tipo de milagro. Dios hace las cosas de acuerdo a Sus propios principios. En el lenguaje humano sería que Dios es consciente del trabajo serio. Esto es, cuando Él hace algo, no se desvía del propósito de Su obra. Sabe qué quiere llevar a cabo en esta etapa, qué quiere conseguir, y obrará de forma estricta según Su plan. Si una persona corrupta tuviera ese tipo de capacidad, estaría simplemente pensando en formas de revelarla con el fin de que los demás sepan lo formidable que es, se inclinen ante él, para poder controlarlos y devorarlos. Esta es la maldad que viene de Satanás y se llama corrupción. Dios no tiene ese carácter ni esa esencia. Su propósito al hacer las cosas no es exhibirse, sino proveer a la humanidad más revelación y dirección, por lo que las personas ven muy pocos ejemplos de este tipo de cosa en la Biblia. Esto no significa que las capacidades del Señor Jesús estuvieran limitadas, o que no pudiera hacer ese tipo de cosa. Simplemente, Dios no quería hacerlo; que el Señor Jesús resucitara a Lázaro tenía un sentido muy práctico; asimismo, la obra principal de Dios al encarnarse no consistía en realizar milagros ni en traer a los muertos de regreso a la vida, sino la obra de redención para la humanidad. Así, gran parte de la obra completada por el Señor Jesús fue enseñar a las personas, proveer para ellas, y ayudarlas; cosas como resucitar a Lázaro fueron simplemente pequeñas porciones del ministerio que Él llevó a cabo. Aún más, se puede decir que “exhibirse” no es parte de la esencia de Dios, por lo que no mostrar más milagros no era contenerse intencionalmente ni tampoco obedecía a limitaciones del entorno, y con toda certeza no era falta de habilidad.
Cuando el Señor Jesús resucitó a Lázaro, usó una frase: “Lázaro, sal”. No dijo nada más. ¿Qué representan estas palabras? Quieren decir que Dios puede conseguir cualquier cosa por medio de Sus palabras, incluida la resurrección de un hombre muerto. Cuando Él creó todas las cosas, cuando creó el mundo, lo hizo con palabras. Utilizó mandatos hablados, palabras de autoridad, y así se crearon todas las cosas. Así se realizó. Esta única frase pronunciada por el Señor Jesús fue como las palabras habladas por Dios cuando creó los cielos y la tierra, y todas las cosas; tenía igualmente la autoridad de Dios, la capacidad del Creador. Todas las cosas se formaron y permanecieron por las palabras de la boca de Dios; de la misma forma, Lázaro salió de su tumba por las palabras de la boca del Señor Jesús. Esto fue la autoridad de Dios, demostrada y materializada en Su forma encarnada. Este tipo de autoridad y capacidad pertenecían al Creador y al Hijo del Hombre, en quien el Creador se materializó. Este es el entendimiento que Dios le enseñó a la humanidad cuando hizo regresar a Lázaro de entre los muertos.

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Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Como cristiano, a menudo oía hablar a su pastor de que, cuando el Señor regrese, arrebatará a los creyentes a las nubes y se reunirá con ellos en lo alto. Por casualidad, oye a un amigo dar testimonio de que el Señor Jesús ha regresado para expresar la verdad y realizar la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Sorprendido, se pregunta: “Pero aún estamos todos aquí en la tierra. No hemos sido arrebatados; entonces, ¿cómo es posible que ya haya regresado el Señor Jesús?”. Posteriormente descubre que la Iglesia de Dios Todopoderoso ha producido un gran número de vídeos y películas, así como muchos testimonios de experiencias, que dan testimonio de Dios, y no puede evitar la curiosidad. Piensa para sus adentros: “Lo que viene de Dios está destinado a florecer. La Iglesia de Dios Todopoderoso está creciendo muy rápido. ¿Es posible que Dios Todopoderoso sea realmente el regreso del Señor Jesús?”. Buscando e investigando, descubre que hay muchos pasajes de la Biblia que profetizan el descenso del reino de Dios a la tierra. Al final comprende el verdadero significado del arrebatamiento y recibe el regreso del Señor.

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jueves, 5 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Cuando eres capaz de apreciar realmente los pensamientos y la actitud de Dios hacia la humanidad, cuando puedes entender realmente Sus emociones y Su preocupación por cada criatura, podrás entender la devoción y el amor depositados sobre cada persona creada por el Creador. Cuando esto ocurra, utilizarás dos palabras para describir el amor de Dios; ¿cuáles son? Algunas personas dicen “abnegado”, y otras “filantrópico”. De estas dos, la segunda es la palabra menos apropiada para definir el amor de Dios. Es un término que se utiliza para describir los pensamientos y los sentimientos tolerantes de una persona. Aborrezco realmente esta palabra, porque se refiere a dispensar caridad de un modo aleatorio, indiscriminado, sin tener en cuenta principio alguno. Es una expresión abiertamente emocional de personas insensatas y confusas. Cuando esta palabra se utiliza para describir el amor de Dios, existe inevitablemente un propósito blasfemo. Tengo dos palabras que definen de forma más adecuada el amor de Dios. ¿Cuáles son? La primera es “inmenso”. ¿No es evocadora? La segunda es “vasto”. Hay una relevancia práctica tras estas dos palabras que utilizo para definir el amor de Dios. Literalmente, “inmenso” describe el volumen o la capacidad de una cosa, pero no importa lo grande que esta sea: es algo que las personas pueden tocar y ver. Esto es porque existe, no es un objeto abstracto, y da a las personas la sensación de que es relativamente preciso y práctico. No importa si lo estás mirando desde un ángulo plano o tridimensional; no necesitas imaginar su existencia, porque es algo que existe en realidad. Aunque usar “inmenso” para definir el amor de Dios puede hacer pensar que se está cuantificando el mismo, al mismo tiempo también da la sensación de que no se puede cuantificar. Yo digo que el amor de Dios puede cuantificarse, porque no es una especie de ente imaginario ni surge de ninguna leyenda. Más bien, es algo compartido por todas las cosas que están bajo el dominio de Dios, y algo que disfrutan todas las criaturas en diversos grados y desde diferentes perspectivas. Aunque las personas no pueden verlo ni tocarlo, este amor trae sustento y vida a todas las cosas conforme se va revelando gota a gota en sus vidas y ellas enumeran y dan testimonio del amor de Dios que disfrutan cada momento. Digo que el amor de Dios no puede cuantificarse, porque el misterio de Dios que provee y alimenta todas las cosas es algo difícil de comprender para los seres humanos, como lo son los pensamientos de Dios sobre todas las cosas y, en particular, sobre la humanidad. Es decir, nadie sabe la sangre y las lágrimas que el Creador ha derramado por la humanidad. Nadie puede comprender ni entender la profundidad o el peso del amor que el Creador tiene por la humanidad, a la que hizo con Sus propias manos. Describir el amor de Dios como inmenso es ayudar a las personas a apreciar y entender su amplitud y la verdad de su existencia. También pueden comprender en mayor profundidad el significado práctico de la palabra “Creador”, y pueden obtener un entendimiento más profundo de la verdadera relevancia del apelativo “creación”. ¿Qué describe habitualmente el término “vasto”? Se usa generalmente para el océano o el universo, como el vasto universo, o el vasto océano. La expansión y la silenciosa profundidad del universo superan el entendimiento humano, y es algo que capta las imaginaciones de los hombres, que los llena de admiración. Su misterio y su profundidad se ven, pero no se pueden alcanzar. Cuando piensas en el océano, piensas en su amplitud: parece no tener límites, y puedes sentir su misterio y su carácter inclusivo. Por esta razón he usado la palabra “vasto” para definir el amor de Dios. Lo he hecho para ayudar a las personas a sentir lo valioso que es, su intensa belleza y que su poder es infinito y extenso. Lo he hecho para ayudarlas a sentir la santidad de Su amor, así como la dignidad de Dios y que no se le puede ofender, revelados por medio de Su amor. ¿Pensáis ahora que “vasto” es una palabra apropiada para describir el amor de Dios? ¿Puede el amor de Dios igualarse a estos dos términos, “inmenso” y “vasto”? ¡Totalmente! En el lenguaje humano, sólo estas dos palabras son relativamente adecuadas y cercanas para definir el amor de Dios. ¿No pensáis lo mismo? Si os pidiera que lo describierais, ¿usaríais estas dos palabras? Lo más probable es que no pudierais, porque vuestro entendimiento y vuestra apreciación del mismo se limitan a una perspectiva plana, y no ha ascendido a la altura del espacio tridimensional. Por tanto, si os pidiera que describierais el amor de Dios, sentiríais que os faltan las palabras; quedaríais incluso mudos. Los dos términos de los que he hablado hoy pueden resultaros difíciles de entender, o quizás no estéis de acuerdo con ellos. Esto sólo puede indicar que vuestra apreciación y vuestro entendimiento del amor de Dios son superficiales y se encuentran dentro de un área reducida. He dicho antes que Dios es abnegado. ¿Recordáis la palabra abnegado? ¿Podría decirse que el amor de Dios sólo puede definirse como abnegado? ¿No es una perspectiva demasiado corta? Deberíais meditar más en este asunto para obtener algo del mismo.

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Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

La narradora, que creció en una familia pobre de agricultores, toma la frase “El conocimiento puede cambiar tu destino” como máxima de vida. Sin embargo, cuando se frustra su sueño de ir a la universidad, pone sus esperanzas en su hija, a quien carga con un estricto régimen de estudio. No obstante, esa presión académica hace que su hija se vuelva cada vez más antisocial y hasta desaparezca de casa toda una noche. La narradora está nerviosa y atormentada pensando qué podría ser de su hija, hasta que lee la palabra de Dios Todopoderoso y se da cuenta de que la idea de que “El conocimiento puede cambiar tu destino” no les ha traído más que dolor y sufrimiento a ella y a su hija. Con la lectura de la palabra de Dios comienza a comprender qué consideración hay que darle al saber y cómo formar a su hija para que tome la senda correcta en la vida.

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miércoles, 4 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"


Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…
Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
A continuación, poco después de que Dios creara a los seres humanos, vemos en la Biblia que hubo un gran diluvio en todo el mundo, en cuyo relato se menciona a Noé; se puede decir que él fue la primera persona en recibir el llamado de Dios a obrar con Él para completar una tarea de Dios. Por supuesto, también fue la primera vez que Dios le pidió a alguien sobre la tierra que hiciera algo según Su mandamiento. Una vez acabó Noé de construir el arca, Dios inundó por primera vez la tierra. Cuando la destruyó con el diluvio, fue la primera vez, desde que los creó, que se sintió abrumado de indignación hacia los seres humanos; esto fue lo que obligó a Dios a tomar la dolorosa decisión de destruir a esta raza humana mediante un diluvio. Una vez este hubo destruido la tierra, Dios estableció Su primer pacto con los seres humanos de que nunca más volvería a hacer algo así. La señal de este tratado fue un arcoíris. Fue el primer acuerdo de Dios con la humanidad, de modo que el arcoíris fue la primera señal de un pacto dado por Dios; este arcoíris es algo real y físico que existe. Es la existencia misma de este arcoíris lo que hace que Dios sienta a menudo tristeza por la raza humana previa que perdió, y sirve de recordatorio constante para Él de lo que les sucedió… Dios no iría a paso lento; no podía esperar para dar el siguiente paso en Su gestión. Posteriormente escogió a Abraham como Su primera elección para Su obra en todo Israel. Fue la primera vez que Dios escogió un candidato así. Dios decidió empezar a llevar a cabo Su obra de salvar a la humanidad a través de esta persona, y de proseguir con Su obra entre los descendientes de este. Podemos ver en la Biblia que esto es lo que Dios le hizo a Abraham. A continuación, convirtió a Israel en la primera tierra escogida e inició Su obra de la Era de la Ley por medio de Su pueblo elegido, los israelitas. Una vez más, por primera vez, Dios les proporcionó a los israelitas las normas y leyes expresas que la humanidad debería seguir, y se las explicó en detalle. Esta era la primera vez que Dios les había dado a los seres humanos unas normas tan específicas y estándar sobre cómo debían presentar sacrificios, cómo debían vivir, lo que debían y lo que no debían hacer, qué festividades y días debían observar y qué principios debían seguir en todo lo que hicieran. Esta era la primera vez que Dios le daba a la humanidad unas normativas y principios tan detallados y estandarizados para su vida.
Cuando digo “la primera vez”, significa que Dios nunca antes había realizado una obra como esta. Es algo que no existía con anterioridad, e incluso aunque Dios había creado a la humanidad y a todos los tipos de criaturas y cosas vivientes, jamás había llevado a cabo esa clase de obra. Toda esta obra implicaba la gestión divina de los humanos; todo tenía que ver con ellos y con Su salvación y gestión de los seres humanos. Después de Abraham, Dios volvió a escoger de nuevo por primera vez: eligió a Job para que fuera alguien que viviera bajo la ley y que pudiera resistir las tentaciones de Satanás, mientras seguía temiendo a Dios y apartándose del mal, y siendo testigo de Él. También fue la primera vez que Dios le permitió a Satanás tentar a una persona, y la primera vez que apostó con él. Al final, por primera vez, Dios consiguió a alguien que fuera capaz de dar testimonio de Él mientras se enfrentaba a Satanás, una persona que podía ser Su testigo y avergonzar por completo a Satanás. Desde que Dios había creado a la humanidad, esta fue la primera persona que Él había conseguido y que fue capaz de dar testimonio de Él. Una vez obtuvo a este hombre, Dios se sintió aún más deseoso de continuar Su gestión y pasar a la siguiente etapa de Su obra, preparando Su siguiente elección y Su lugar de obra.
Después de hablar sobre todo esto, ¿entendéis de verdad la voluntad de Dios? Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
Después de oír todo esto hoy, es posible que sintáis que todo lo que Dios hace es muy normal. Se diría que los seres humanos siempre han percibido algo de la voluntad de Dios para ellos en Sus palabras y en Su obra, pero siempre existe una cierta distancia entre sus sentimientos o su conocimiento y lo que Él está pensando. Así que creo que es necesario comunicar con todas las personas sobre la razón por la cual Dios creó a la humanidad, y el trasfondo subyacente a Su deseo de ganar a las personas que Él esperaba conseguir. Es necesario compartir esto con todos, para que quede claro en su corazón. Al estar todo el pensamiento y la idea de Dios, así como toda fase y periodo de Su obra vinculada y estrechamente ligados a la totalidad de Su obra de gestión, cuando entiendes los pensamientos, las ideas de Dios y Su voluntad en cada paso de Su obra, esto equivale a comprender la fuente de la obra de Su plan de gestión. Tu comprensión de Dios se profundiza sobre este cimiento. Aunque todo lo que mencioné con anterioridad sobre lo que Dios hizo cuando creó el mundo al comienzo, no es más que mera información para las personas en el presente y parece ser irrelevante en la búsqueda de la verdad, a lo largo de tu experiencia llegará un día en el que no pienses que es algo tan sencillo como un par de datos o como algunos misterios. A medida que tu vida progrese y cuando haya un poco de la posición de Dios en tu corazón, o cuando entiendas más a fondo Su voluntad y de un modo más profundo, comprenderás de verdad la importancia y la necesidad de lo que estoy hablando hoy. No importa hasta dónde lo hayáis aceptado; es necesario que entendáis y sepáis estas cosas. Cuando Dios hace algo, cuando lleva a cabo Su obra, independientemente de que lo haga con Sus ideas o con Sus propias manos, que sea la primera vez que lo hace o la postrera, en última instancia Dios tiene un plan y Sus propósitos y Sus pensamientos están en todo lo que Él realiza. Estos representan Su carácter y expresan lo que Él tiene y es. Todas las personas tienen que comprender estas dos cosas: el carácter de Dios y lo que Él tiene y es. Una vez entendidas, podrán tomar poco a poco consciencia de por qué Dios hace lo que hace y dice lo que dice. A partir de ahí, pueden tener más fe para seguir a Dios, para buscar la verdad y un cambio de carácter. Con esto quiero decir que el que el hombre comprenda a Dios y su fe en Él son cosas inseparables.

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Testimonio cristiano 2020 | Ya conozco el nuevo nombre de Dios (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Ya conozco el nuevo nombre de Dios (Español Latino)

Es una cristiana devota que cree firmemente que “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8) y que el nombre del Señor Jesús no puede cambiar nunca. Por medio de un encuentro inesperado se entera de que el nombre de Dios cambia a la vez que Su obra: en el Antiguo Testamento, el nombre de Dios es Jehová; en el Nuevo Testamento, Jesús y, en los últimos días, el nombre de Dios cambia de nuevo. Le cuesta mucho aceptar todo esto, pero tras una lucha interior decide dejar de lado sus nociones y buscar la verdad. ¿Qué entiende finalmente acerca del nuevo nombre de Dios? ¿Y cuál es el misterio de los nombres de Dios? Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. http://www.LBLA.com.

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martes, 3 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 71 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 71 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Perdonar setenta veces siete 
(Mateo 18:21-22) Luego vino Pedro hacia Él y dijo: Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano que ha pecado contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, pero hasta setenta veces siete.
El amor del Señor
(Mateo 22:37-39) Jesús le dijo: Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y principal mandamiento. Y el segundo es similar: ama a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos pasajes, uno habla del perdón y el otro del amor. Estos dos temas destacan realmente la obra que el Señor Jesús quería llevar a cabo en la Era de la Gracia.
Cuando Dios se hizo carne, con este hecho introdujo una etapa de Su obra: la obra específica de esta era y el carácter que Él quería expresar. En ese período, todo lo que el Hijo del Hombre hizo giró en torno a la obra que Dios quería llevar a cabo en esta era. Haría exactamente eso, ni más ni menos. Cada cosa que dijo y cada tipo de obra que llevó a cabo guardaban relación con esta era. Independientemente de que lo expresara de una forma humana mediante el lenguaje humano o a través del lenguaje divino —cualquiera que fuera la forma o la perspectiva desde la que lo hiciera— Su objetivo era ayudar a que las personas entendieran lo que quería hacer, cuál era Su voluntad, y cuáles Sus exigencias para las personas. Podía usar diversos medios desde diferentes perspectivas para ayudar a las personas a entender, comprender y conocer Su voluntad, a conocer Su obra de salvación de la humanidad. Así, en la Era de la Gracia vemos al Señor Jesús empleando frecuentemente el lenguaje humano para expresar lo que quería comunicar a la humanidad. Además, lo vemos desde la perspectiva de un guía ordinario que habla a las personas, suple sus necesidades, las ayuda con lo que han pedido. Esta forma de obrar no se había visto en la Era de la Ley que precedió a la de la Gracia. Se volvió más íntimo y compasivo con la humanidad, así como más capaz de conseguir resultados prácticos en ambas formas y maneras. La expresión “perdonar a las personas ‘setenta veces siete’” aclara realmente esta idea. El propósito logrado por el número en esta expresión es permitir a las personas entender la intención del Señor Jesús en el momento en que dijo esto: se debía perdonar a los demás, y no una vez, dos o siete veces, sino setenta veces siete. ¿Qué tipo de idea es “setenta veces siete”? Es conseguir que las personas conviertan el perdón en su propia responsabilidad, algo que deben aprender, y un camino que deben observar. Aunque esto sólo era una expresión, servía como idea fundamental. Ayudaba a las personas a apreciar profundamente lo que Él quería decir y a encontrar las formas apropiadas de practicar, así como los principios y los estándares en dicha práctica. Esta expresión ayudaba a las personas a entender claramente, y les daba un concepto preciso, para que aprendieran el perdón; perdonar sin condiciones ni limitaciones, pero con una actitud de tolerancia y comprensión hacia los demás. Cuando el Señor Jesús dijo esto, ¿qué había en Su corazón? ¿Estaba pensando realmente en setenta veces siete? No. ¿Perdonará Dios realmente al hombre un número exacto de veces? Muchas personas están interesadas en el “número de veces” mencionadas, quieren entender realmente el origen y el significado de este número, por qué salió este de la boca del Señor Jesús; creen que contiene implicaciones más profundas. En realidad, sólo fue una expresión de Dios en humanidad. Cualquier implicación o significado deben analizarse junto a los requisitos del Señor Jesús para la humanidad. Cuando Dios no se había hecho carne, las personas no entendían mucho de lo que Él decía, porque procedía de la divinidad total. La perspectiva y el contexto de lo que decía eran invisibles e inalcanzables para el hombre; se expresaba desde una esfera espiritual que las personas no podían ver. Y es que quienes vivían en la carne no podían pasar por el reino espiritual. Pero después de que Dios se hiciera carne, hablaba a la humanidad desde la perspectiva del hombre, y este diálogo procedía el alcance de la esfera espiritual y lo sobrepasaba. Él podía expresar Su carácter, Su voluntad y Su actitud divinos por medio de cosas que los humanos podían imaginar, ver y encontrarse en sus vidas; usando métodos que estos podían aceptar, en un lenguaje que podían entender, y un conocimiento que podían comprender, para permitirles saber y conocer a Dios, comprender Su sentido y Sus estándares exigidos dentro del alcance de su capacidad, en la medida en que fueran capaces. Este era el método y el principio de la obra de Dios en la humanidad. Aunque Sus caminos y Sus principios de obrar en la carne se consiguieron en su mayoría por la humanidad o a través de ella, realmente obtuvo resultados que no se habrían conseguido obrando directamente en la divinidad. La obra de Dios en humanidad era más concreta, auténtica y enfocada, los métodos eran mucho más flexibles, y sobrepasaba en forma a la Era de la Ley.
Seguidamente, hablemos de amar al Señor y a tu prójimo como a ti mismo. ¿Es esto algo que se expresa directamente en la divinidad? ¡Claramente no! Todas estas son cosas que el Hijo del Hombre dijo en humanidad; sólo personas dirían algo como “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Amar a los demás es lo mismo que amar tu propia vida”, y sólo las personas hablarían de esta manera. Dios nunca ha hablado de esa forma. Como mínimo, no hay este tipo de lenguaje en Su divinidad porque Él no necesita este tipo de principio: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, para regular Su amor por la humanidad, porque el amor de Dios por el hombre es una revelación natural de lo que Él tiene y es. ¿Habéis oído alguna vez a Dios decir algo como “amo a la humanidad como me amo a mí mismo”? Porque el amor está en la esencia de Dios, y en lo que Él tiene y es. El amor de Dios por la humanidad, la forma en la que trata a las personas y Su actitud son una expresión y una revelación naturales de Su carácter. Él no necesita hacer esto deliberadamente de una cierta forma, o seguir deliberadamente cierto método o código moral para conseguir amar a Su prójimo como a sí mismo, Él ya posee este tipo de esencia. ¿Qué ves en esto? Cuando Dios obraba en forma humana, muchos de Sus métodos, palabras, y verdades se expresaban todos de una manera humana. Pero al mismo tiempo el carácter de Dios, lo que Él tiene y es, así como Su voluntad se expresaron para que las personas las conociesen y entendiesen. Lo que conocieron y entendieron fue exactamente Su esencia y lo que Él tiene y es, que representa la identidad y el estatus inherente de Dios mismo. Es decir, el Hijo del Hombre en la carne expresaba el carácter y la esencia inherentes de Dios mismo en el mayor grado posible y de la forma más precisa posible. La humanidad del Hijo del Hombre no sólo no fue un obstáculo o una barrera para la comunicación y la interacción del hombre con Dios en el cielo, sino que era realmente el único canal y el único puente de conexión entre el hombre y el Señor de la creación. En este punto, ¿no sentís que existen similitudes entre la naturaleza y los métodos de la obra realizada por el Señor Jesús en la Era de la Gracia y la etapa actual de la obra? Esta etapa actual de la obra también emplea mucho lenguaje humano para expresar el carácter de Dios, y mucho lenguaje y métodos de la vida cotidiana del hombre así como conocimiento humano para expresar la voluntad de Dios. Una vez que Dios se hace carne, independientemente de si está hablando desde una perspectiva humana o divina, gran parte de Su lenguaje y Sus métodos de expresión tienen lugar por medio del lenguaje y los métodos humanos. Esto es, cuando Dios se hace carne, es la mejor oportunidad para ti de ver Su omnipotencia y Su sabiduría, y de conocer cada aspecto práctico suyo. Cuando Dios se hizo carne, conforme crecía, llegó a entender, aprender y comprender algo del conocimiento, el sentido común, el lenguaje y los métodos de expresión humanos en Su humanidad. Dios encarnado poseía estas cosas que procedían de los humanos que Él había creado. Estos se convirtieron en herramientas de Dios en la carne para expresar Su carácter y Su divinidad, y le permitieron hacer Su obra más pertinente, más auténtica, y más precisa mientras estaba obrando en medio de la humanidad, desde una perspectiva humana y usando el lenguaje humano. La hizo más accesible y fácilmente entendible para las personas, consiguiendo así los resultados que Dios quería. ¿No es más práctico para Dios obrar de esta forma en la carne? ¿No es sabiduría de Dios? Cuando Él se hizo carne, cuando Su carne pudo acometer la obra que Él quería llevar a cabo, fue cuando expresaría Su carácter y Su obra sobre el terreno, y también fue el momento en el que podría comenzar oficialmente Su ministerio como el Hijo del Hombre. Esto significaba que ya no había más un abismo entre Dios y el hombre, que Él cesaría pronto Su obra de comunicarse por medio de mensajeros, y que Dios mismo podría expresar personalmente todas las palabras y la obra en la carne que Él quisiera. También significaba que las personas que Dios salva estaban más cerca de Él, que Su plan de gestión había entrado en un nuevo territorio, y que toda la humanidad estaba a punto de afrontar una nueva era.

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Testimonio cristiano en español 2020 | Mi espíritu liberado

Testimonio cristiano en español 2020 | Mi espíritu liberado

La protagonista es una bailarina que trabaja con otros hermanos y hermanas en las coreografías de los programas de baile para dar testimonio de Dios. Poco después se incorpora al cuerpo de baile la hermana Ye. Al ver que la hermana Ye sobresale en las coreografías y la admiran los hermanos y hermanas, la protagonista se muere de celos y pierde la motivación por el deber. Por el contrario, se devana los sesos constantemente en busca de maneras de aventajar a su hermana. En consecuencia, no solo no consigue la reputación y el estatus que esperaba, sino que dificulta el trabajo de la iglesia y la cesan del deber. Le embargan el sufrimiento, el arrepentimiento y el autorreproche. Al final, ¿cómo cambia sus objetivos equivocados de búsqueda y logra la libertad espiritual gracias al juicio y castigo de las palabras de Dios? Mira “Mi espíritu liberado” para averiguarlo.

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lunes, 2 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 72 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 72 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Todo el que ha leído la Biblia sabe que acontecieron muchas cosas cuando el Señor Jesús nació. La mayor de todas fue la de ser perseguido por el diablo, hasta el punto de que todos los niños hasta los dos años de edad de esa zona murieron asesinados. Es evidente que Dios asumió un gran riesgo haciéndose carne entre los humanos; el gran precio que pagó para completar Su gestión de salvar a la humanidad también es evidente. Asimismo, lo son las grandes esperanzas que Dios puso en Su obra en la carne entre los hombres. Cuando la carne de Dios pudo acometer la obra entre los hombres, ¿cómo se sentía Él? Las personas deberían entender eso un poco, ¿verdad? Como mínimo, Dios estaba feliz porque podía empezar a desarrollar Su nueva obra en medio de la humanidad. Cuando el Señor Jesús fue bautizado y comenzó oficialmente Su obra de cumplir Su ministerio, el corazón de Dios se desbordó de gozo porque después de muchos años de espera y preparación, podía vestir finalmente la carne de un hombre normal y dar inicio a Su nueva obra en la forma de un hombre de carne y hueso que las personas podrían ver y tocar. Podría hablar por fin cara a cara y con franqueza con personas a través de la identidad de un hombre. Dios podría estar por fin cara a cara con la humanidad en lenguaje humano, de una manera humana; podría proveer para el hombre, ilustrarlo y ayudarle usando el lenguaje humano; podría comer en la misma mesa y vivir en el mismo espacio con él. También podría ver seres humanos, cosas, y todo de la manera en que lo hacían los hombres e incluso a través de sus propios ojos. Para Dios, esta ya era Su primera victoria de Su obra en la carne. También podría decirse que era un cumplimiento de una gran obra; esto era por supuesto lo que más feliz hacía a Dios. Ese comienzo fue la primera vez que Dios sintió una especie de consuelo en Su obra en medio de la humanidad. Todos estos acontecimientos eran muy prácticos y naturales, y el consuelo que Dios sintió muy auténtico. Para el hombre, cada vez que una etapa nueva de la obra de Dios se cumple, y cada vez que Él se siente gratificado, es cuando la humanidad puede acercarse más a Él, y cuando las personas se acercan más a la salvación. Para Dios, esta es también la lanzadera de Su nueva obra, cuando Su plan de gestión progresa un paso más adelante, y, además, cuando Su voluntad se acerca al cumplimiento completo. Para la humanidad, la llegada de tal oportunidad es afortunada, y muy buena; para todos aquellos que esperan la salvación de Dios, son noticias trascendentales. Cuando Él lleva a cabo una nueva etapa de la obra, tiene un nuevo comienzo, y cuando esta nueva obra y este nuevo comienzo se lanzan e introducen en medio de la humanidad es cuando el desenlace de esta etapa de la obra ya ha sido determinado, y cumplido, y Dios ha visto sus efectos y frutos finales. Este momento también es cuando estos efectos hacen que Dios se sienta satisfecho, y Su corazón, por supuesto, está feliz. Porque, a los ojos de Dios, Él ya ha visto y determinado a las personas que está buscando, y ha adquirido a este grupo, un grupo capaz de hacer que Su obra tenga éxito y le traiga satisfacción. Dios se siente tranquilo, deja de lado Sus preocupaciones, y está feliz. En otras palabras, cuando Su carne puede aventurarse en una nueva obra entre los hombres, y comienza a llevarla a cabo, debe hacerlo sin obstrucción, y cuando Él siente que todo se ha cumplido, ya ha visto el final. Él está satisfecho y con un corazón alegre debido a este final. ¿Cómo se expresa la felicidad de Dios? ¿Podéis imaginarlo? ¿Lloraría Dios? ¿Puede Dios llorar? ¿Puede aplaudir? ¿Puede danzar? ¿Puede cantar? ¿Cuál sería esa canción? Por supuesto que Dios podría cantar una canción bella y conmovedora que pudiera expresar el gozo y la felicidad en Su corazón. Podría cantarla para la humanidad, para sí mismo y para todas las cosas. La felicidad de Dios puede expresarse de cualquier forma; todo esto es normal, porque Dios siente placer, ira, tristeza y felicidad y Sus diversos sentimientos pueden expresarse de diversas maneras. Este es Su derecho y la cosa más normal. No deberíais pensar ninguna otra cosa de ello ni proyectar vuestras propias inhibiciones sobre Él, diciéndole que no debería hacer esto o aquello, actuar de esta forma o de aquella, limitando Su felicidad o cualquier sentimiento que tenga. En los corazones de las personas Dios no puede estar feliz. No puede derramar lágrimas, no puede llorar; no puede expresar ninguna emoción. Gracias a lo que hemos comunicado en estas dos ocasiones, creo que ya no veréis más a Dios de esta forma, sino que le permitiréis tener alguna libertad y soltura. Esto es algo muy bueno. En el futuro, si sois capaces de sentir realmente la tristeza de Dios cuando oigáis que Él está triste, y Su felicidad cuando oigáis que está feliz, como mínimo seréis capaces de saber y entender claramente lo que le hace feliz y lo que le entristece; cuando puedes sentirte triste porque Él está triste, y feliz porque Él está feliz, Dios habrá ganado totalmente tu corazón y ya no habrá ninguna barrera con Él. Ya no trataréis de limitarlo más con la imaginación, las ideas, y el conocimiento humanos. En ese momento, Dios estará vivo y vigoroso en tu corazón. Será el Dios de tu vida y el Señor de todo tu ser. ¿Tenéis esta clase de aspiración? ¿Tenéis confianza en que podéis lograr esto?

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Testimonio cristiano 2020 | El misterio de los nombres de Dios (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | El misterio de los nombres de Dios (Español Latino)

El protagonista es un cristiano devoto, quien cree firmemente en el siguiente versículo de la Biblia: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Está seguro de que, mientras defienda el nombre del Señor Jesús, será llevado al reino de los cielos cuando venga el Señor. Inesperadamente, su esposa le dice que Dios adoptó un nuevo nombre en los últimos días, lo que acaba por confundirlo. Pronto descubre en las Escrituras que, en el Antiguo Testamento, el nombre de Dios es “Jehová”, mientras que en el Nuevo Testamento, Su nombre es “Jesús”. ¡El nombre de Dios sí puede cambiar! Comienza a abandonar sus nociones y buscar la verdad y, al final, logra comprender el misterio de los nombres de Dios. Él acepta el nuevo nombre de Dios y asiste a la fiesta de las bodas del Cordero. Entonces, ¿cuál es el misterio detrás de los nombres de Dios? Pueden descubrirlo a través de la experiencia de este hombre.
  
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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domingo, 1 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 70 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 70 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Parábola de la oveja perdida
(Mateo 18:12-14) ¿Qué pensáis? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va a las montañas y busca la que se ha perdido? Y si la encuentra, de verdad os digo, se alegra más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se perdieron. Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera. 
Esto es una metáfora; ¿qué tipo de sentimiento produce este pasaje? La forma en la que se expresa esta alegoría utiliza una figura retórica del lenguaje humano; es algo que está dentro de la esfera del conocimiento del ser humano. Si Dios hubiera dicho algo parecido en la Era de la Ley, las personas habrían sentido que no era realmente coherente con Su identidad; sin embargo, cuando el Hijo del Hombre comunicó este pasaje en la Era de la Gracia, fue reconfortante, cálido e íntimo para las personas. Cuando Dios se hizo carne, cuando apareció en forma de hombre, usó una metáfora muy apropiada para expresar Su voz en la humanidad. Esta representaba la propia voz de Dios y la obra que Él quería hacer en esa era. También simbolizaba una actitud que Dios tenía hacia las personas en la Era de la Gracia. Mirando desde la perspectiva de la actitud de Dios hacia las personas, comparó a cada una de ellas con una oveja. Si una oveja se pierde, Él hará lo que haga falta para encontrarla. Esto representa un principio de la obra de Dios en medio de la humanidad, esta vez en la carne. Dios usó esta parábola para describir Su determinación y Su actitud en esa obra. Esta era la ventaja de Dios al encarnarse: podía aprovecharse del conocimiento de la humanidad y usar el lenguaje humano para hablar a las personas, para expresar Su voluntad. Él explicó o “tradujo” al hombre Su lenguaje divino profundo, que resultaba difícil de entender para las personas en el lenguaje humano, de una forma humana. Esto ayudó a las personas a entender Su voluntad y a saber qué quería hacer Él. También pudo tener conversaciones con personas desde la perspectiva humana, usar el lenguaje humano y comunicar con ellas de una forma que entenderían. Hasta podía hablar y obrar usando el lenguaje y el conocimiento humanos, de forma que las personas pudieran sentir la bondad y la cercanía de Dios, y ver Su corazón. ¿Qué veis en esto? ¿Que no hay prohibición en las palabras y las acciones de Dios? De la manera como lo ven las personas, no hay modo de que Dios pudiera usar el conocimiento, el lenguaje o las formas de comunicarse del hombre para hablar sobre lo que Dios mismo quería decir, la obra que quería realizar, o expresar Su propia voluntad; esto es pensar erróneamente. Dios utilizó este tipo de metáfora para que las personas pudieran sentir la realidad y la sinceridad de Dios, y ver Su actitud hacia las personas durante ese período de tiempo. Esta parábola despertó a las personas de un sueño que habían estado viviendo bajo la ley durante mucho tiempo, y también inspiró a una generación tras otra de personas que vivieron en la Era de la Gracia. Leyendo el pasaje de esta parábola, se conoce la sinceridad de Dios al salvar a la humanidad y se entiende el peso de esta en Su corazón.
Echemos otro vistazo a la última frase en este pasaje: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. ¿Fueron estas las propias palabras del Señor Jesús, o las de Su Padre en el cielo? Superficialmente, parece que es el Señor Jesús el que habla, pero Su voluntad representa la de Dios mismo, y por eso dijo: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. Las personas de aquella época sólo reconocían como Dios al Padre del cielo, y esta persona que veían ante sus ojos sólo era un enviado suyo, y no podía representarlo. Por esta razón, el Señor Jesús también tuvo que decir esto, de forma que pudiesen sentir realmente la voluntad de Dios para la humanidad, así como la autenticidad y la precisión de lo que Él afirmaba. Aunque esto era algo sencillo de decir, era muy bondadoso y revelaba la humildad y lo secreto del Señor Jesús. Independientemente de que Dios se hiciera carne u obraba en la esfera espiritual, conocía muy bien el corazón humano, y entendía perfectamente lo que las personas necesitaban; sabía lo que las preocupaba y lo que las confundía, por lo que añadió esta frase, que resaltaba un problema oculto en la humanidad: las personas eran escépticas con lo que el Hijo del Hombre decía. Por eso, cuando el Señor Jesús estaba hablando tuvo que añadir: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. Sus palabras sólo podían llevar fruto sobre esta premisa, para que las personas creyeran su rigurosidad y mejorara su credibilidad. Esto muestra que cuando Dios se volvió un Hijo del Hombre normal, Él y la humanidad tuvieron una relación muy complicada, y Su situación era muy embarazosa. También muestra cuán insignificante era el estatus del Señor Jesús entre los humanos en esa época. Cuando dijo esto, en realidad estaba diciendo a las personas: podéis descansar tranquilos, esto no representa lo que hay en Mi corazón, sino que es la voluntad del Dios que está en vuestros corazones. ¿No era algo irónico para la humanidad? Aunque obrando en la carne, Dios tenía muchas ventajas con las que no contaba en Su persona, tuvo que aguantar sus dudas y su rechazo así como su insensibilidad y dureza. Podría decirse que el proceso de la obra del Hijo del Hombre fue el de experimentar el rechazo de la humanidad, y el de estar compitiendo contra Él. Más que eso, fue el proceso de trabajar para ganar continuamente la confianza de la humanidad y conquistarla a través de lo que Él tiene y es, de Su propia esencia. No fue tanto que Dios encarnado estuviera librando una guerra sobre el terreno contra Satanás, sino que se convirtió en un hombre corriente e inició una lucha con los que le siguen. En ella, el Hijo del Hombre completó Su obra con Su humildad, con lo que Él tiene y es, con Su amor y sabiduría. Consiguió a las personas que quería, obtuvo la identidad y el estatus que merecía, y volvió a Su trono.

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