El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

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martes, 10 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 81 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 81 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

El Señor Jesús come pan y explica las Escrituras después de Su resurrección
(Lucas 24:30-32) Y entonces mientras Él estaba sentado con ellos, tomó el pan, lo bendijo y lo partió y se los dio. Y sus ojos se abrieron y lo conocieron. Luego Él desapareció de sus ojos. Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras Él nos hablaba por el camino y mientras compartía con nosotros las escrituras?
Los discípulos le dan un pez asado al Señor Jesús para que coma
(Lucas 24:36-43) Y mientras ellos decían esto, Jesús mismo se paró en medio de ellos, y les dijo: La paz sea con vosotros. Pero ellos estuvieron aterrorizados y asustados, y suponían que habían visto un espíritu. Y Él les dijo: ¿Por qué estáis angustiados? ¿Y por qué vienen pensamientos a vuestro corazón? Mirad Mis manos y Mis pies, soy Yo mismo; tocadme y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que Yo tengo. Y cuando había dicho esto, les enseñó Sus manos y Sus pies. Cuando ellos no creían por completo debido a su alegría y estaban maravillados, Él les preguntó: ¿Tenéis algo de comer? Y ellos le dieron un pedazo de pescado asado y un poco de miel. Y Él lo tomó y comió delante de ellos.
Seguidamente echaremos un vistazo a los pasajes anteriores de la escritura. El primero es un relato del Señor Jesús comiendo pan y explicando las escrituras después de Su resurrección, y el segundo es un relato de Él mismo comiendo un pez asado. ¿Qué tipo de ayuda proveen estos dos pasajes para conocer el carácter de Dios? ¿Podéis imaginar la clase de imagen que obtendréis a partir de estas descripciones del Señor Jesús comiendo pan y después pescado asado? ¿Podéis imaginar que estuviera de pie delante de vosotros, comiendo pan? ¿Cómo os sentiríais? ¿O si estuviera comiendo con vosotros en la misma mesa, o comiendo pescado y pan con algunas personas, qué tipo de sentimiento tendríais en ese momento? Si sientes que estarías muy cerca del Señor, que Él es muy íntimo con las personas, este sentimiento es correcto. Es exactamente el fruto que el Señor Jesús quería producir actuando así delante de la multitud tras Su resurrección. Si Él sólo hubiera hablado con las personas tras Su resurrección, si no hubieran podido sentir Su carne y Sus huesos, y hubieran creído que se trataba de un Espíritu inalcanzable, ¿cómo se sentirían estas? ¿No estarían decepcionadas? Al sentirse así, ¿no se sentirían abandonadas? ¿No sentirían una distancia con el Señor Jesucristo? ¿Qué tipo de impacto negativo crearía esta distancia en la relación de las personas con Dios? Sin duda se sentirían asustadas, no se atreverían a acercarse a Él, y después querrían mantenerlo a una distancia respetable. Desde ahí en adelante, romperían su relación íntima con el Señor Jesucristo, y volverían a tener la de la humanidad con el Dios de arriba, en el cielo, tal como era antes de la Era de la Gracia. El cuerpo espiritual que las personas no podían tocar o sentir llevaría a la erradicación de su intimidad con Dios, y también haría que esa relación íntima —establecida durante el tiempo del Señor Jesucristo en la carne, sin distancia entre Él y los seres humanos— dejara de existir. Los sentimientos de las personas hacia el cuerpo espiritual son sólo miedo, evitación y una mirada silenciosa. No se atreven a acercarse a Él ni a mantener un diálogo con Él, por no hablar de seguirle, confiar en Él o tener esperanza en Él. Dios era renuente a ver este tipo de sentimiento que los humanos tenían por Él. No quería ver a las personas evitándole o apartándose de Él; sólo quería que lo entendieran, se acercaran a Él, y fueran Su familia. Si tu propia familia, tus hijos te vieran, pero no te reconocieran y no se atrevieran a acercarse a ti, sino que siempre te evitaran; si no pudieras obtener su entendimiento de todo lo que habías hecho por ellos, ¿cómo te sentirías? ¿No sería doloroso? ¿No te rompería el corazón? Esto es precisamente lo que Dios siente cuando las personas lo evitan. Así, después de Su resurrección, el Señor Jesús siguió apareciéndose a algunas personas bajo Su forma de carne y hueso, y comió y bebió con ellos. Dios ve a las personas como Su familia y también quiere que la humanidad lo vea así; sólo de esta manera puede Él ganar de verdad a las personas, y estas pueden amarlo y adorarlo con sinceridad. ¿Podéis entender ahora Mi propósito al extraer estos dos pasajes bíblicos en los que el Señor Jesús come pan y explica las escrituras, y los discípulos le dan pescado asado para que coma después de Su resurrección?
Puede decirse que la serie de cosas que el Señor Jesús dijo e hizo después de Su resurrección fue reflexiva, y con buenas intenciones. Estaban llenas de la bondad y el afecto que Dios siente por la humanidad, y llenas de la apreciación y el cuidado meticuloso que Él tenía por la relación íntima que había establecido con la humanidad durante Su tiempo en la carne. Aún más, estaban llenas de la nostalgia y la esperanza que tenía por la vida de comer y vivir con Sus seguidores durante Su tiempo en la carne. Por eso, Dios no quería que las personas sintieran una distancia entre Él y el hombre, ni que la humanidad se alejase de Él. Aún más, no quería que el hombre sintiera que, después de Su resurrección, el Señor Jesús ya no era el Señor tan íntimo con las personas, que ya no estaba más junto a la humanidad porque regresaba al mundo espiritual, al Padre que las personas nunca podrían ver o alcanzar. No quería que las personas sintieran ninguna diferencia en posición entre Él y la humanidad. Cuando Dios ve a personas que quieren seguirle pero lo mantienen a una distancia respetable, Su corazón se aflige porque eso significa que sus corazones están muy lejos de Él, y será muy difícil para Él ganarlos. Por tanto, si hubiera aparecido a las personas en un cuerpo espiritual que no pudieran ver o tocar, esto habría distanciado una vez más al hombre de Dios, y habría llevado a la humanidad a ver erróneamente a Cristo tras Su resurrección como si se hubiera vuelto elevado, de una clase diferente que los humanos, alguien que ya no compartiría una mesa ni comería con el hombre porque los humanos son pecadores, inmundos, y nunca pueden acercarse a Dios. Con el fin de eliminar estas malinterpretaciones de la humanidad, el Señor Jesús hizo numerosas cosas que hacía frecuentemente en la carne, tal como se registra en la Biblia: “tomó el pan, lo bendijo y lo partió y se lo dio”. También les explicó las escrituras, tal como solía hacer. Todo esto que el Señor Jesús llevó a cabo hizo que cada persona que lo vio sintiera que el Señor no había cambiado, que seguía siendo el mismo Señor Jesús. Aunque había sido clavado a la cruz y había experimentado la muerte, había resucitado y no había dejado a la humanidad. Había vuelto para estar entre los humanos, y Su todo no había cambiado. El Hijo del Hombre que estaba de pie delante de esas personas seguía siendo el mismo Señor Jesús. ¡Su comportamiento y Su conversación con las personas eran tan familiares! Seguía tan lleno de bondad, gracia y tolerancia; seguía siendo Aquel Señor Jesús que amaba a los demás como a Sí mismo, que podía perdonar a la humanidad setenta veces siete. Como siempre, comió con las personas, les explicó las escrituras y, lo más importante, como lo había hecho antes, era de carne y hueso y se le podía tocar y ver. El Hijo del Hombre permitió, de esta forma, que sintieran aquella intimidad, que se sintieran a gusto y que tuvieran el gozo de recuperar algo que se había perdido; y también estaban lo bastante a gusto como para empezar a confiar con valentía y confianza en este Hijo del hombre que podía perdonarle sus pecados a la humanidad, y admirarle. También empezaron a orar, sin vacilaciones, a orar para obtener Su gracia, Su bendición y lograr Su paz y Su gozo, Su cuidado y Su protección, y a realizar curaciones y expulsar demonios, todo ello en el nombre del Señor Jesús.

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Testimonio cristiano en español 2020 | Lucha espiritual en casa

Testimonio cristiano en español 2020 | Lucha espiritual en casa

La protagonista acepta la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y trata de compartir la buena nueva con su marido. Como es colaborador religioso en su iglesia, cree que, cuando se entere de la venida del Señor, sin duda estudiará la obra de Dios. Sin embargo, para su sorpresa, él no la investiga en absoluto y llega a hacer todo lo posible por obstaculizar su fe en Dios Todopoderoso. Instala cámaras de seguridad en casa para vigilarla, llama a la policía con la esperanza de que la detengan y le corta el acceso a sus fondos compartidos. Incluso intenta presionarla para que renuncie a su fe amenazándola con divorciarse y echarla de casa. Ella lucha contra la debilidad y la negatividad frente a la opresión de su marido y sus intentos de impedirle creer en Dios Todopoderoso, pero, con el esclarecimiento y la guía de las palabras de Dios, poco a poco logra entender Su voluntad y ver la esencia de su marido, de odio a la verdad y oposición a Dios. Ella es testigo de las maravillosas obras de Dios y decide seguirlo hasta el final, sin importar qué pruebas o sufrimientos haya de afrontar.

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lunes, 9 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 80 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 80 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

(Juan 21:16-17) Le dijo por segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Él le respondió: Sí, Señor, Tú sabes que te amo. Él le dijo: Alimenta a Mis ovejas. Le dijo una tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro estaba triste porque le había preguntado por tercera vez: ¿Me amas? Y le dijo: Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Alimenta a Mis ovejas.
En esta conversación, el Señor Jesús le hizo una y otra vez la misma pregunta a Pedro: “¿Pedro, me amas?”. Es un nivel superior que Él exige de personas como Pedro, después de Su resurrección, a los que creen de verdad en Cristo y se esfuerzan por amar al Señor. Esta pregunta fue una especie de investigación, de interrogación, y más aún fue un requisito y una expectativa de esta clase de persona. Usó este método de preguntas para que pudieran reflexionar sobre sí mismos y mirar en su interior. ¿Cuáles son los requisitos del Señor Jesús para las personas? ¿Amo al Señor? ¿Soy una persona que ama a Dios? ¿Cómo debería amar a Dios? Aunque el Señor Jesús sólo formulara esta pregunta a Pedro, la verdad es que en Su corazón quería utilizar esa oportunidad para extender este tipo de interrogante a más personas que buscan amar a Dios. Lo que ocurre es que Pedro fue bendecido y actuó como representante de este tipo de persona, y recibió las preguntas de la propia boca del Señor Jesús.
Comparado con “estira tu mano y ponla en Mi costado, y no carezcas de fe pero cree”, que el Señor Jesús dirigió a Tomás después de Su resurrección, Sus tres preguntas a Pedro: “Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?”, permite que las personas sientan mejor la severidad de Su actitud y la urgencia que Él sintió durante Su interrogatorio. En cuanto al dubitativo Tomás, con su naturaleza astuta, el Señor Jesús le permitió que alargara la mano y tocara las marcas de los clavos, y esto le permitió creer que Él era el Hijo del Hombre resucitado, y reconocer la identidad del Señor Jesús como el Cristo. Y aunque Él no reprendió con severidad a Tomás ni expresó un claro juicio verbal sobre él, mediante actos prácticos le hizo saber que le entendía a la vez que manifestó Su actitud y Su determinación hacia esa clase de personas. Sus requisitos y expectativas hacia ellas no se pueden considerar a partir de lo que Él dijo. Y es que las personas como Tomás sencillamente no tienen ni idea de la fe verdadera. Los requisitos del Señor Jesús para ellos son sólo en esto, pero la actitud que Él reveló hacia los que eran como Pedro es totalmente diferente. Él no le pidió a Pedro que alargara la mano y tocara las marcas de los clavos ni tampoco le dijo: “no carezcas de fe pero cree”. En vez de esto, le formuló varias veces la misma pregunta. Era una pregunta que invitaba a la reflexión, llena de significado, que provocaba indefectiblemente remordimiento y temor en cualquier seguidor de Cristo, pero que también revelaba el ánimo angustiado y triste del Señor Jesús. Y cuando están soportando gran dolor y sufrimiento, son más capaces de entender Su preocupación y Su inquietud; se dan cuenta de Su enseñanza sincera y Sus requisitos estrictos a las personas puras y sinceras. La pregunta del Señor Jesús permite que estas sientan que las expectativas que Él tiene respecto a las personas, reveladas en estas simples palabras no son meramente para creer en Él y seguirle, sino para lograr tener amor, amar a tu Señor, a tu Dios. Este tipo de amor es preocuparse y obedecer, que los seres humanos vivan para Dios, mueran por Él, se lo dediquen todo a Él y gastarlo y darlo todo por Él. Esta clase de amor también consiste en darle consuelo a Dios, permitirle disfrutar del testimonio y que descanse. Es como un reembolso que la humanidad le hace a Dios, su responsabilidad, su obligación y su deber, y el camino en que esta debe seguir durante toda su vida. Estas tres preguntas eran un requisito y una exhortación que el Señor Jesús le hizo a Pedro y a todos aquellos que serían perfeccionados. Y fueron estas las que dirigieron a Pedro y lo motivaron a completar su camino en la vida; fueron las preguntas del Señor Jesús justo antes de partir las que le llevaron a empezar su senda hacia el perfeccionamiento; las que hicieron que, por su amor al Señor, se preocupara de Su corazón, le obedeciera, le ofreciera consuelo, toda su vida y todo su ser, a causa de este amor.
Durante la Era de la Gracia, la obra de Dios fue principalmente para dos tipos de personas. El primero, los que creían en Él y le seguían, que podían cumplir Sus mandamientos, llevar la cruz y aferrarse al camino de la Era de la Gracia. Esta clase de persona lograría la bendición de Dios y gozaría de Su gracia. El segundo tipo de persona era como Pedro, alguien que sería perfeccionado. Por tanto, después de que el Señor Jesús resucitara, lo primero que hizo fueron estas dos cosas llenas de significado. Una fue a Tomás y la otra a Pedro. ¿Qué representan estas dos cosas? ¿Acaso representan las verdaderas intenciones de Dios de salvar a la humanidad? ¿Representan la sinceridad de Dios hacia la humanidad? La obra que Él realizó con Tomás fue advertirles a las personas que no dudaran, y que sólo creyeran. En el caso de Pedro, fortaleció la fe de personas como él e hizo claros requisitos a este tipo de persona, para mostrar qué objetivos deberían perseguir.
Después de que el Señor Jesús resucitara, se apareció a aquellos que a Él le pareció necesario, habló con ellos y les presentó Sus requisitos, dejando atrás Sus intenciones y Sus expectativas respecto a ellos. Es decir, como Dios encarnado, no importaba si era durante Su tiempo en la carne o en el cuerpo espiritual después de haber sido clavado a la cruz y tras resucitar: Su preocupación por la humanidad y Sus requisitos a las personas no cambiaron. Le preocupaban estos discípulos antes de estar en la cruz; en Su corazón, Él tenía muy clara la situación de cada persona, entendió la deficiencia de cada uno y, por supuesto, Su comprensión de cada una de ellas fue la misma después de morir, resucitar y convertirse en un cuerpo espiritual, que cuando Él estaba en la carne. Él sabía que las personas no estaban del todo seguras de Su identidad como el Cristo, pero durante Su tiempo en la carne no les hizo exigencias estrictas. Sin embargo, después de resucitar, se les apareció y los convenció absolutamente de que el Señor Jesús había venido de Dios, de que Él era Dios encarnado, y utilizó Su aparición y Su resurrección como la mayor visión y motivación para la búsqueda de la humanidad que dura toda una vida. Su resurrección de entre los muertos no sólo fortaleció a todos aquellos que lo seguían, sino que también puso en vigor Su obra de la Era de la Gracia entre la humanidad y, por tanto, el evangelio de la salvación del Señor Jesús en dicha era se difundió, poco a poco y a conciencia, a todos los rincones de la humanidad. ¿Dirías que la aparición del Señor Jesús después de Su resurrección tuvo alguna relevancia? Si tú hubieras sido Tomás o Pedro en ese tiempo y te hubieras encontrado con algo tan significativo en tu vida, ¿qué clase de impacto tendría esto en ti? ¿Lo considerarías la mejor y más extraordinaria visión de tu vida de creencia en Dios? ¿Lo interpretarías como la fuerza impulsora de tu seguimiento de Dios, de tu esfuerzo por satisfacerle y de procurar Su amor en tu vida? ¿Dedicarías el esfuerzo de toda una vida a difundir esta visión, que es la mayor de todas? ¿Convertirías la difusión de la salvación del Señor Jesús en un encargo que aceptas de Dios? Aunque no hayáis experimentado esto, los dos ejemplos de Tomás y Pedro ya son suficientes para que las personas de hoy tengan una clara comprensión de la voluntad de Dios y de Él. Se podría decir que, después de que Dios se hiciera carne, después de que experimentara personalmente la vida entre la humanidad y una vida humana, y después de ver la depravación y la situación de la humanidad, Dios en carne sintió en mayor profundidad su impotencia, su tristeza y su lastimosidad. Dios aumentó Su compasión por la condición humana por Su humanidad mientras vivió en la carne, por Sus instintos en la carne. Esto le llevó a sentir mayor preocupación por Sus seguidores. Es probable que no podáis entender estas cosas, pero puedo describir la inquietud y la preocupación de Dios en la carne por cada uno de Sus seguidores con esta frase: preocupación intensa. Aunque este término proceda del lenguaje humano y sea muy propio de los seres humanos, expresa y describe de verdad los sentimientos de Dios por Sus seguidores. En cuanto a la intensa preocupación de Dios por los seres humanos, en el transcurso de vuestras experiencias, podéis sentir esto poco a poco y probarlo. Sin embargo, esto sólo se puede conseguir mediante la comprensión gradual del carácter de Dios basada en buscar un cambio en el carácter del hombre. La aparición del Señor Jesús materializó Su intensa preocupación por Sus seguidores en humanidad y se la entregó a Su cuerpo espiritual, o, también se podría decir, Su divinidad. Su aparición permitió que las personas tuvieran otra experiencia y sentimiento de la preocupación y del cuidado de Dios, mientras demostraba también poderosamente que Dios es Aquel que abre una era, la desarrolla y le pone fin. A través de Su aparición fortaleció la fe de todos, y demostró al mundo que Él es Dios mismo. Esto proporcionó a Sus seguidores la confirmación eterna, a la vez que abrió una fase de Su obra en la nueva era.

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Testimonio cristiano 2020 | Me he deleitado en las aguas vivas de la vida (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Me he deleitado en las aguas vivas de la vida (Español Latino)

Jie Jing nació en una familia cristiana —la fe de su familia en el Señor se remonta a tres generaciones— y de mayor sirve constantemente al Señor en la iglesia. Sin embargo, poco a poco descubre la creciente desolación de la iglesia y que el clero solo predica lo mismo de siempre. Además, su conducta atenta contra la voluntad del Señor en todo momento. No puede recibir sustento de vida y su espíritu está cada vez más sediento y oscuro. Con dolor, suele recurrir al Señor, cuyo pronto regreso anhela. Un buen día, mientras busca en Internet información sobre la venida del Señor, se topa con un video de una lectura de las palabras de Dios Todopoderoso. Estas palabras sacuden su alma: siente que están llenas de poder y autoridad y parecen ser la voz de Dios. Comienza a buscar y estudiar la obra de Dios Todopoderoso. Con la lectura de Sus palabras, su espíritu sediento recibe riego y sustento y logra comprender la causa de la desolación del mundo religioso. Está muy agradecida a Dios por guiarla al compás de las huellas del Cordero.

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domingo, 8 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 79 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 79 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Las palabras de Jesús a Sus discípulos después de Su resurrección
(Juan 20:26-29) Y después de ocho días, Sus discípulos estaban dentro incluyendo a Tomás. Entonces Jesús apareció cuando las puertas estaban cerradas; se paró en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros. Luego le dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo y mira Mis manos; estira tu mano y ponla en Mi costado, y no carezcas de fe pero cree. Y Tomás le respondió diciendo: Mi Señor y mi Dios. Jesús le dijo: Tomás, crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen.
(Juan 21:16-17) Le dijo por segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Él le respondió: Sí, Señor, Tú sabes que te amo. Él le dijo: Alimenta a Mis ovejas. Le dijo una tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro estaba triste porque le había preguntado por tercera vez: ¿Me amas? Y le dijo: Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Alimenta a Mis ovejas.
Estos pasajes narran algunas cosas de las que el Señor Jesús hizo y les dijo a Sus discípulos después de Su resurrección. En primer lugar, echemos un vistazo a las posibles diferencias en el Señor Jesús antes y después de resucitar. ¿Seguía siendo el mismo que en el pasado? Las escrituras contienen el siguiente versículo que le describe después de aquel acontecimiento: “Entonces Jesús apareció cuando las puertas estaban cerradas; se paró en medio de ellos y les dijo: La paz sea con vosotros”. Es evidente que, en aquel tiempo, Él ya no era un cuerpo de carne, sino espiritual. Esto se debe a que Él había trascendido los límites físicos, y cuando la puerta estaba cerrada, todavía Él pudo ponerse en medio de las personas y permitirles que lo vieran. Esta es la mayor diferencia entre el Señor Jesús posterior a la resurrección y el que vivió en la carne antes de ella. Aunque no había diferencia entre el aspecto del cuerpo espiritual de aquel momento y cómo era Él antes, ahora era un extraño para las personas, porque se había convertido en un cuerpo espiritual después de resucitar de entre los muertos; comparado con Su cuerpo anterior de carne, este cuerpo espiritual era más desconcertante y confuso para las personas. También creaba más distancia entre Él y ellas, quienes sentían en su corazón que el Señor Jesús se había vuelto más misterioso en ese tiempo. Esas interpretaciones y sentimientos por parte de ellas los transportó, de repente, a una era de creencia en un Dios que no podía verse ni tocarse. Por tanto, lo primero que Él hizo tras Su resurrección fue permitir que todos lo vieran, confirmar Su existencia y el hecho de Su resurrección. Además, restauró Su relación con las personas para que volviera a ser como la que tuvo con ellas cuando obraba en la carne y era el Cristo que ellos podían ver y tocar. De este modo, uno de los resultados es que nadie tuvo dudas de que Él hubiera resucitado de la muerte después de haber sido clavado a la cruz, y que no se dudara de la obra del Señor Jesús para redimir a la humanidad. Otro resultado es que, al aparecerse tras la resurrección y permitir que lo vieran y lo tocaran proporcionaba una firme garantía a la humanidad en la Era de la Gracia. Desde ese momento en adelante, no se podría regresar a la época precedente, la Era de la Ley, por la “desaparición” o la “deserción” del Señor Jesús, sino que seguirían adelante, siguiendo las enseñanzas del Señor Jesús y la obra que Él había realizado. Una nueva fase se había abierto, pues, de manera formal en la obra de la Era de la Gracia. Quienes habían estado bajo la ley salieron debidamente de debajo de ella, desde ese instante, y entraron a una nueva era, con un nuevo comienzo. Estos son los múltiples significados de la aparición del Señor Jesús a la humanidad, después de Su resurrección.
Siendo Él un cuerpo espiritual, ¿cómo podían tocarlo o verlo? Esto está relacionado con la relevancia de que el Señor Jesús se apareciera a la humanidad. ¿Habéis notado algo en estos pasajes de las escrituras? Por lo general, los cuerpos espirituales no pueden verse ni tocarse; además, la obra que el Señor Jesús había asumido después de resucitar ya había llegado a su fin. Por tanto, en teoría ya no tenía necesidad alguna de regresar entre las personas en Su imagen original para encontrarse con ellas, pero que se apareciera en Su cuerpo espiritual a seres humanos como Tomás hace que su relevancia sea más concreta y penetró con mayor profundidad en el corazón de las personas. Cuando se acercó a Tomás, dejó que el dubitativo Tomás tocara Su mano y le indicó: “estira tu mano y ponla en Mi costado, y no carezcas de fe pero cree”. Estas palabras y estos actos no eran cosas que el Señor Jesús quisiera decir o hacer después de haber resucitado solamente, sino también antes de ser clavado a la cruz. Es evidente que antes de la crucifixión Él ya sabía que existían personas como Tomás. ¿Qué podemos ver en esto? Él seguía siendo el mismo después de resucitar. Su esencia no había cambiado. Las dudas de Tomás no acababan de empezar, sino que le habían acompañado todo el tiempo que él había seguido al Señor Jesús; pero Él era el Señor Jesús que había resucitado de entre los muertos y que había regresado del mundo espiritual con Su imagen y Su carácter originales y con la comprensión de la humanidad que tenía en Su época en la carne. De modo que fue primero en busca de Tomás para que este tocara Su costado, para que no sólo viera Su cuerpo espiritual después de la resurrección, sino que pudiera tocar y sentir la existencia de Su cuerpo espiritual y se deshiciera de todas sus dudas. Antes de que el Señor Jesús fuera clavado a la cruz, Tomás siempre dudó de que fuera el Cristo y no podía creerlo. Su creencia en Dios sólo se cimentaba en aquello que él podía ver con sus propios ojos, en lo que podía tocar con sus propias manos. El Señor Jesús entendía muy bien cómo era la fe de este tipo de persona. Ellos sólo creían en el Dios del cielo, y no creían en absoluto ni aceptaban al enviado por el Dios ni en el Cristo encarnado. Con el fin de que le reconocieran y creyeran en la existencia del Señor Jesús, y que de verdad era Dios encarnado, Él permitió que Tomás le tocara el costado. ¿Dudó Tomás de forma distinta antes y después de la resurrección del Señor Jesús? Siempre estaba dudando y, excepto el cuerpo espiritual del Señor Jesús que se le apareció personalmente y le permitió a Tomás que tocara las marcas de los clavos en Su cuerpo, nadie pudo resolver sus dudas ni consiguió que se deshiciera de ellas. Por tanto, desde el momento en que el Señor Jesús le permitió tocar Su costado y le dejó palpar la existencia de las marcas de los clavos, y la duda de este desapareció; supo realmente que el Señor Jesús había resucitado y reconoció y creyó que Él era el verdadero Cristo, que era Dios encarnado. Aunque en ese momento Tomás ya no dudó, había perdido para siempre la oportunidad de encontrarse con Cristo, de estar con Él, de seguirle, de conocerle; había perdido la oportunidad de que Cristo lo perfeccionara. La aparición del Señor Jesús y Sus palabras proveyeron una conclusión, y un veredicto sobre la fe de quienes estaban llenos de dudas. Usó Sus palabras y Sus actos prácticos para decirles a los que dudaban, a los que sólo creían en el Dios del cielo, pero no en Cristo: Dios no elogió la creencia de ellos ni que le siguieran llenos de dudas. El día que creyeran por completo en Dios y en Cristo sólo podría ser el día en que Dios completara Su gran obra. Por supuesto, también sería el día en que su duda recibiría un veredicto. Su actitud hacia Cristo determinó su destino, y su obstinada duda significaba que su fe no había producido resultados, y su intransigencia indicaba que sus esperanzas eran en vano. Al estar su creencia en el Dios del cielo alimentada de ilusiones, y su duda hacia Cristo era en realidad su verdadera actitud hacia Dios, incluso aunque tocaran las marcas de los clavos en el cuerpo del Señor Jesús, su fe seguía siendo inútil y su resultado sólo puede describirse como golpear el viento: inútil. Lo que el Señor Jesús le dijo a Tomás también le indicaba claramente a todas las personas: El Señor Jesús resucitado es el Señor Jesús que había pasado con anterioridad treinta y tres años y medio entre la humanidad. Aunque había sido clavado a la cruz y experimentado el valle de sombra de muerte y la resurrección, Su aspecto no había sufrido cambio alguno. Aunque ahora tenía marcas de clavos en Su cuerpo y había resucitado y salido de la tumba, Su carácter, Su comprensión de la humanidad y Sus intenciones hacia esta no se había modificado en lo más mínimo. Asimismo, les estaba diciendo a todos que Él había bajado de la cruz, triunfado sobre el pecado, sobre las dificultades y sobre la muerte. Las marcas de los clavos sólo eran la prueba de Su victoria sobre Satanás, de haber sido la ofrenda por el pecado para redimir con éxito a toda la humanidad. Estaba proclamando que ya había cargado con los pecados de esta y que había completado Su obra de redención. Cuando regresó para ver a Sus discípulos, les dijo con Su aparición: “Sigo vivo, sigo existiendo; hoy estoy verdaderamente delante de vosotros para que podáis verme y tocarme. Siempre estaré con vosotros”.El Señor Jesús también quería usar el ejemplo de Tomás como advertencia para la gente futura: Aunque creas en el Señor Jesús, no puedes verle ni tocarle; sin embargo, puedes ser bendecido por medio de tu fe verdadera y puedes verle a través de ella; este tipo de persona es bendecida.
Estas palabras, registradas en la Biblia, que el Señor Jesús habló cuando se le apareció a Tomás son de gran ayuda para todas las personas de la Era de la Gracia. Su aparición y lo que le dijo a este discípulo han tenido un profundo impacto en las generaciones futuras, y tienen una relevancia eterna. Tomás representa a un tipo de persona que cree en Dios, aunque duda de Él. Esta clase de persona tiene una naturaleza sospechosa, un corazón siniestro, son traicioneros y no creen en las cosas que Dios puede lograr. No creen en la omnipotencia divina ni en Su gobierno, ni tampoco en el Dios encarnado. Sin embargo, la resurrección del Señor Jesús fue una bofetada para ellos, y les proporcionó así la oportunidad de descubrir y reconocer su propia duda, de aceptar su propia traición, creyendo de verdad en Su existencia y Su resurrección. Lo que ocurrió con Tomás fue una advertencia y un aviso para las generaciones posteriores, para que más personas pudieran tener cuidado de no dudar como Tomás, y que si lo hacían se hundirían en la oscuridad. Si sigues a Dios, pero sólo como Tomás, siempre quieres tocar el costado del Señor y sentir Sus marcas de los clavos para confirmar, verificar, especular si Dios existe o no, Dios te abandonará. Por tanto, el Señor Jesús requiere que las personas no sean como Tomás, que sólo creen lo que ven con sus propios ojos, sino que sean una persona pura, sincera que no albergue dudas hacia Dios, y que sólo crean en Él y le sigan. Este tipo de persona es bendecida. Este es un requisito muy pequeño que el Señor Jesús tiene para las personas y una advertencia para Sus seguidores.

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Testimonio cristiano en español 2020 | El verdadero rostro de un pastor

Testimonio cristiano en español 2020 | El verdadero rostro de un pastor

La protagonista ve que el pastor Li, de su iglesia, ha renunciado a su familia y su profesión para trabajar para el Señor, y que siempre anda de acá para allá esforzándose. Lo idolatra y admira de verdad. Más adelante, acepta el evangelio del reino de Dios Todopoderoso y comparte gozosa la maravillosa noticia del regreso del Señor Jesús con el pastor Li. Para su sorpresa, él no busca la verdad en absoluto, sino que condena la obra de Dios de los últimos días. Procede a cerrar la iglesia en un intento por evitar que otros creyentes estudien el camino verdadero. Ella siente cierta debilidad y le cuesta entenderlo: el pastor Li conoce bien la Biblia, hace muchos años que sirve al Señor y anhela Su venida. Entonces, ¿por qué no la investiga ahora que el Señor ha venido realmente? Termina viendo con nitidez la esencia del pastor, de servicio a Dios mientras se opone a Él, gracias a la lectura de las palabras de Dios Todopoderoso. Ya no la cohíbe este mal siervo y se presenta ante Dios.

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sábado, 7 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 78 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 78 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

El juicio de los fariseos sobre el Señor Jesús
(Marcos 3:21-22) Y cuando Sus amigos escucharon sobre ello, fueron a estar con Él porque decían: está fuera de sí. Y los escribas que bajaban de Jerusalén dijeron: Tiene a Belcebú, y aleja a los demonios en el nombre del príncipe de los demonios. 
La reprensión del Señor Jesús a los fariseos
(Mateo 12:31-32) Entonces os digo: Toda clase de pecado y blasfemia se le perdonará al hombre pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará, pero no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero. 
(Mateo 23:13-15) Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque cerráis el reino de los cielos a los hombres y porque tampoco iréis vosotros, ni dejaréis que entren aquellos que están tratando de entrar. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque devoráis las casas de las viudas, y os jactáis de hacer largas oraciones, por lo tanto recibiréis una mayor condenación. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque vais por mares y tierras para ganar una persona, y cuando lo lográis, hacéis de él una criatura del infierno, dos veces peor que vosotros. 
Los dos pasajes más arriba son distintos; veamos el primero de ellos en primer lugar: el juicio de los fariseos sobre Jesús. 
En la Biblia, la valoración que los fariseos hicieron del propio Jesús y de las cosas que hizo fue: “decían: está fuera de sí. […] Tiene a Belcebú, y aleja a los demonios en el nombre del príncipe de los demonios” (Marcos 3:21-22). El juicio del Señor Jesús realizado por los escribas y fariseos no era el repetir como loros las cosas ni imaginar a partir de la nada; fue su conclusión sobre el Señor Jesús a partir de lo que vieron y oyeron de Sus acciones. Aunque llegaron a la misma ostensiblemente en el nombre de la justicia y esta parecía bien fundamentada a las personas, la arrogancia con la que juzgaron al Señor Jesús era difícil de contener incluso para ellos. La enloquecida energía de su odio por el Señor Jesús puso de manifiesto sus propias ambiciones disparatadas y sus rostros satánicos malvados, así como su malévola naturaleza de resistirse a Dios. Estas cosas que dijeron en su juicio del Señor Jesús fueron impulsadas por sus ambiciones disparatadas, su envidia, y la naturaleza fea y malévola de su hostilidad hacia Dios y la verdad. No investigaron la fuente de las acciones del Señor Jesús ni la esencia de lo que dijo o hizo. Pero atacaron y desacreditaron ciega, impaciente, locamente y con malicia deliberada lo que Él había hecho. Esto se produjo incluso hasta el punto de desacreditar indiscriminadamente a Su Espíritu, esto es, el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios. Esto es lo que quisieron decir con las palabras “está fuera de sí”, “Belcebú y el príncipe de los demonios”. Esto es, dijeron, que el Espíritu de Dios era Belcebú y el príncipe de los demonios. Definieron como locura la obra de la carne vestida por el Espíritu de Dios. No sólo blasfemaron tachándolo de Belcebú y el príncipe de los demonios, sino que condenaron la obra de Dios. Condenaron y blasfemaron al Señor Jesucristo. La esencia de su resistencia y su blasfemia de Dios era totalmente la misma que la esencia de Satanás, así como de la resistencia y blasfemia de Dios por parte del diablo. No sólo representaban a seres humanos corruptos, sino que eran la representación de Satanás. Eran un canal para él en medio de la humanidad, así como sus cómplices y mensajeros. La esencia de su blasfemia y su denigración del Señor Jesucristo era su lucha con Dios por el estatus, su competencia con Él, su prueba interminable de Él. La esencia de su resistencia a Dios y su actitud de hostilidad hacia Él, así como sus palabras y sus pensamientos blasfemaban y enojaban directamente al Espíritu de Dios. Así pues, Dios determinó un juicio razonable de lo que dijeron e hicieron, y determinó que sus hechos fueron el pecado de blasfemia contra el Espíritu Santo. Este pecado es imperdonable tanto en este mundo como en el más allá, justo como dice el siguiente pasaje de la escritura: “la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará” y “no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero”. Hoy, hablemos sobre el verdadero significado de estas palabras de Dios: “no se perdonará […], ni en este mundo ni en el venidero”. Eso es desmitificar cómo cumple Dios las palabras “no se perdonará […], ni en este mundo ni en el venidero”. 
Todo aquello de lo que hemos hablado tiene relación con el carácter de Dios y Su actitud hacia las personas, los asuntos y las cosas. Naturalmente, los dos pasajes anteriores no son una excepción. ¿Habéis notado algo en estos dos pasajes de la escritura? Algunas personas dicen ver el enojo de Dios. Algunos dicen que ven el lado del carácter de Dios que no tolera la ofensa de la humanidad, y que si las personas hacen algo blasfemo contra Él, no obtendrán Su perdón. A pesar de que las personas vean y perciban la ira y la intolerancia por parte de Dios de la ofensa de la humanidad, siguen sin entender realmente Su actitud. Estos dos pasajes contienen una implicación de la verdadera actitud y enfoque de Dios hacia aquellos que blasfeman y lo enojan. Este pasaje de la escritura tiene el verdadero sentido de Su actitud y Su enfoque: “no se perdonará a aquel que diga algo contra el Espíritu Santo, ni en este mundo ni en el venidero”. Cuando las personas blasfeman a Dios, cuando lo enojan, Él emite un veredicto, y este veredicto es Su desenlace final. Se describe de la siguiente forma en la Biblia: “Entonces os digo: Toda clase de pecado y blasfemia se le perdonará al hombre pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se le perdonará” (Mateo 12:31), y “Pero ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!” (Mateo 23:13). Sin embargo, ¿registra la Biblia cuál fue el desenlace con estos escribas y fariseos, así como con aquellos que dijeron que el Señor Jesús estaba loco después de decir estas cosas? ¿Se registra si sufrieron algún castigo? Desde luego que no. Este “no” no quiere decir que no se registró, sino que no hubo un desenlace visible al ojo humano. Este “no” esclarece un asunto, esto es, la actitud y los principios de Dios para gestionar ciertas cosas. El trato de Dios con las personas que blasfeman o le resisten, o incluso lo difaman —personas que intencionalmente lo atacan, difaman y maldicen— es no hacer la vista gorda o los oídos sordos. Él tiene una actitud clara hacia ellas. Él desprecia a estas personas, y en Su corazón las condena. Incluso declara abiertamente el desenlace para ellas, de forma que las personas sepan que Él tiene una actitud clara hacia aquellos que lo blasfeman, y cómo determina Él su desenlace. Sin embargo, después de que Dios dijese estas cosas, las personas seguían pudiendo ver raramente la verdad de cómo Dios lidiaría con esas personas, y no podían entender los principios subyacentes al desenlace de Dios, Su veredicto para ellas. Es decir, la humanidad no puede ver la actitud y los métodos particulares que Dios tiene para lidiar con ellas. Esto tiene que ver con los principios de Dios para hacer las cosas. Él usa la aparición de hechos para ocuparse de la conducta malvada de algunas personas. Esto es, no anuncia su pecado ni determina su desenlace, sino que usa directamente la aparición de los hechos para permitir que sean castigados, que obtengan su debida retribución. Cuando estos hechos ocurren, la carne de las personas es la que sufre el castigo; todo esto es algo que puede verse con ojos humanos. Cuando se ocupa de la conducta malvada de algunas personas, Dios simplemente las maldice con palabras, pero, al mismo tiempo, Su enojo cae sobre ellas, y el castigo que reciben puede ser algo no visible para las personas. Sin embargo, este tipo de desenlace puede ser incluso más grave que los que las personas pueden ver en forma de castigo o de muerte. Esto se debe a que bajo las circunstancias en las que Dios ha determinado no salvar a este tipo de personas, no mostrar más misericordia ni tener tolerancia con ellas, no proveerles más oportunidades, la actitud que adopta con ellas es dejarlas de lado. ¿Cuál es el significado de “dejar de lado”? El significado de este término en sí mismo es poner algo a un lado, no prestarle más atención. Aquí, cuando Dios “deja de lado”, hay dos explicaciones diferentes de su significado: la primera es que Él ha entregado la vida de esa persona, su todo, a Satanás para que se ocupe de ella. Dios ya no sería responsable y no lidiaría más con ella. Si esa persona estuviera loca, o fuera estúpida, y si estuviera en la vida o la muerte, o si descendiera al infierno para su castigo, no tendría nada que ver con Dios. Eso significaría que esa criatura no tendría relación con el Creador. La segunda explicación es que Dios ha determinado que Él mismo quiere hacer algo con esta persona, con Sus propias manos. Es posible que utilice el servicio de este tipo de persona, o a este tipo de persona como contraste. Es posible que tenga una forma especial de ocuparse de ella, una forma especial de tratarla, como a Pablo. Estos son el principio y la actitud en el corazón de Dios de cómo ha determinado Él ocuparse de este tipo de persona. Así, cuando los seres humanos resisten a Dios, y lo difaman y blasfeman, si exasperan Su carácter, o si alcanzan los límites de Dios, las consecuencias son impensables. La más grave es que Dios entrega su vida y su todo a Satanás, de una vez por todas. No serán perdonadas en toda la eternidad. Esto significa que esta persona ha pasado a ser comida en la boca de Satanás, un juguete en su mano, y desde ese momento en adelante Dios no tiene nada que ver con ella. ¿Podéis imaginar qué tipo de desgracia fue cuando Satanás tentó a Job? Bajo la condición de que no se le permitía dañar la vida de Job, aun así, este sufrió en gran manera. ¿Y no es incluso más difícil imaginar los destrozos de Satanás a los que estaría sometida una persona que le hubiera sido entregada por completo, que fuera del todo presa de sus garras, que hubiera perdido totalmente el cuidado y la misericordia de Dios, que ya no estuviera bajo el dominio del Creador, que hubiera sido despojada del derecho a adorarle, y de ser una criatura bajo Su dominio, cuya relación con el Señor de la creación hubiera sido totalmente cortada? La persecución de Job por parte de Satanás era algo que podía verse con ojos humanos, pero si Dios le entrega la vida de una persona, la consecuencia será inimaginable para cualquiera. Es como si algunas personas renaciesen bajo el aspecto de una vaca, o un asno, o algunas personas controladas, poseídas por espíritus inmundos, malignos, etc. Este es el desenlace, el final de algunas personas que Dios ha entregado a Satanás. Desde fuera, parece que esas personas que ridiculizaron, difamaron, condenaron, y blasfemaron al Señor Jesús no sufrieron ninguna consecuencia. Sin embargo, la verdad es que Dios tiene una actitud para ocuparse de todo. Puede que no use un lenguaje claro para comunicar a las personas el desenlace de cómo se ocupa de cada tipo de persona. En ocasiones no habla directamente, pero hace las cosas directamente. Que no hable de ello no quiere decir que no sea un desenlace; es posible que sea uno incluso más grave. Desde las apariencias, parece que Dios no habla a algunas personas para revelar Su actitud; en realidad, Él no ha querido prestarles atención durante mucho tiempo. No quiere verlas más. Por las cosas que han hecho, su conducta, su naturaleza y su esencia, Dios sólo quiere que desaparezcan de Su vista, entregarlas directamente a Satanás, dar su espíritu, alma y cuerpo a este, permitirle hacer lo que quiera. Queda claro hasta qué punto Dios las aborrece, hasta qué punto está asqueado de ellas. Si una persona enoja a Dios hasta el punto de que Él ya no quiera ni verla más, de que la abandone por completo, de que no quiera ocuparse de ella personalmente; si se llega al punto de que Él la entregue a Satanás para que este haga lo que desee, para permitirle controlarla, consumirla y tratarla de cualquier manera, esta persona está completamente acabada. Su derecho de ser humana se ha revocado permanentemente, y su derecho como criatura ha llegado a su fin. ¿No es este el castigo más serio?

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Testimonio cristiano 2020 | La fama y la fortuna me han causado sufrimiento (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | La fama y la fortuna me han causado sufrimiento (Español Latino)

La protagonista es una médica que cree que hay que alcanzar el éxito y el reconocimiento para llevar una vida digna y con sentido. Para superar a sus compañeros trabaja y estudia día y noche durante más de una década, a veces 24 horas seguidas sin parar, con el temor constante de cometer un error durante una operación y echar a perder su reputación. El exceso de trabajo y el tremendo estrés le provocan insomnio, dolor de estómago, inflamación de vesícula y otras dolencias que le causan un sufrimiento insoportable. No comprende por qué se ha pasado la vida superando a los demás solo para terminar con una tristeza y un dolor inmensos. Se pregunta: ¿Cómo se puede vivir con sentido? Hasta que no acepta el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días no entiende que la reputación y la fortuna son herramientas con las que Satanás corrompe y hace daño a la gente. Logra comprender que únicamente se puede vivir con sentido si uno obedece los planes y disposiciones de Dios, aspira a conocerlo y cumple con el deber de un ser creado.

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viernes, 6 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 77 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 77 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

La resurrección de Lázaro glorifica a Dios
(Juan 11:43-44) Y cuando había dicho esto, clamó en voz alta: Lázaro, sal. Y el que estaba muerto salió atado de las manos y los pies con la mortaja, y su rostro estaba envuelto con un pañuelo. Jesús les dijo: soltadlo y dejad que se vaya.
¿Cuál es vuestra impresión después de leer este pasaje? La relevancia de este milagro realizado por el Señor Jesús fue mucho mayor que el anterior, porque ninguno es tan sorprendente como traer a un muerto de vuelta de la tumba. Que el Señor Jesús hiciera algo así fue extremadamente significativo en aquella era. Como Dios se había hecho carne, las personas sólo podían ver Su apariencia física, Su lado práctico e insignificante. Aunque algunos vieran y entendieran algo de Su carácter o algunos puntos fuertes que Él parecía tener, nadie sabía de dónde vino el Señor Jesús, quién era verdaderamente Su esencia, y qué más podía hacer realmente. Todo esto era desconocido para la humanidad. Demasiadas personas querían pruebas de ello, y saber la verdad. ¿Podía Dios hacer algo para demostrar Su propia identidad? Para Él, esto era muy fácil, pan comido. Podía hacer algo en cualquier lugar, en cualquier momento para demostrar Su identidad y esencia, pero Dios hacía las cosas siguiendo un plan y unos pasos. Él no hacía las cosas indiscriminadamente; esperó el momento y la oportunidad adecuados para hacer algo más relevante, a fin de que la humanidad lo viera. Esto demostraba Su autoridad y Su identidad. Así pues, ¿podía demostrar la resurrección de Lázaro la identidad del Señor Jesús? Veamos este pasaje de la escritura: “Y cuando había dicho esto, clamó en voz alta: Lázaro, sal. Y el que estaba muerto salió”. Cuando el Señor Jesús hizo esto, sólo dijo una cosa: “Lázaro, sal”. Lázaro salió entonces de su tumba; esto se cumplió con una sola línea pronunciada por el Señor. Durante ese tiempo, Él no levantó un altar ni llevó a cabo otras acciones. Sólo dijo una cosa. ¿Se denominaría esto un milagro o un mandato? ¿O era algún tipo de hechicería? Superficialmente, parece que podría denominarse un milagro y, mirándolo desde una perspectiva moderna, por supuesto que podrías seguir llamándolo milagro. Sin embargo, no podría considerarse un hechizo traer de vuelta el alma de los muertos, y en absoluto una brujería. Es correcto decir que este milagro fue la demostración más normal y pequeña de la autoridad del Creador. Es la autoridad, la capacidad de Dios. Él tiene la autoridad de hacer morir a una persona, de hacer que su alma deje su cuerpo y vuelva al Hades, o donde deba ir. Cuándo muere alguien, y adónde va después de la muerte son cosas determinadas por Dios. Él puede hacerlo en cualquier momento y lugar. No está limitado por los seres humanos, los acontecimientos, los objetos, el espacio o el lugar. Si quiere, puede hacerlo, porque todas las cosas y los seres vivientes están bajo Su dominio, y todas las cosas viven y mueren por Su palabra, Su autoridad. Él puede resucitar a un hombre muerto; esto también es algo que puede hacer en cualquier momento y lugar. Esta es la autoridad que sólo el Creador posee.
Cuando el Señor Jesús trajo a Lázaro de los muertos, Su objetivo era brindar una prueba para que los humanos y Satanás vieran, para que supieran que el todo de la humanidad, su vida y su muerte vienen determinados por Dios, y que, aunque se había hecho carne, como siempre, seguía dominando el mundo físico visible así como el espiritual invisible. Hizo esto para demostrarles a los hombres y a Satanás que el todo de la humanidad no se encuentra bajo el mando de este. Fue una revelación y una demostración de la autoridad de Dios, y también una forma de enviar un mensaje a todas las cosas de que la vida y la muerte de la humanidad están en Sus manos. El Señor Jesús resucitó a Lázaro; este tipo de enfoque fue una de las maneras en las que el Creador enseñaba e instruía al hombre. Fue una acción concreta en la que usó Su capacidad y autoridad para instruir a la humanidad, y proveer para los humanos. Fue una forma sin palabras de permitir que los hombres viesen la verdad del Creador comandando todas las cosas. Fue una forma de decir a la humanidad por medio de acciones prácticas que no hay salvación si no es por medio de Él. Este tipo de medios silenciosos para dar instrucciones a la humanidad dura para siempre, es indeleble y produjo en los corazones humanos un impacto y un esclarecimiento que nunca pueden desvanecerse. La resurrección de Lázaro glorificó a Dios: esto tiene un profundo impacto en cada uno de los seguidores de Dios. Fija firmemente en cada persona, que entiende profundamente este acontecimiento, el entendimiento, la visión de que sólo Dios puede dominar la vida y la muerte de la humanidad. Aunque Él tenga este tipo de autoridad, y aunque enviara un mensaje acerca de Su soberanía sobre la vida y la muerte del hombre por medio de la resurrección de Lázaro, no fue Su obra principal. Dios nunca hace nada sin sentido. Cada cosa tiene un gran valor; todo es un tesoro clásico. Bajo ningún concepto convertiría el regreso de una persona de su tumba en el objetivo o el elemento principal o único de Su obra. Dios no hace nada que no tenga relevancia. La resurrección de Lázaro es suficiente para demostrar Su autoridad, para probar la identidad del Señor Jesús. Esta es la razón por la que no repitió este tipo de milagro. Dios hace las cosas de acuerdo a Sus propios principios. En el lenguaje humano sería que Dios es consciente del trabajo serio. Esto es, cuando Él hace algo, no se desvía del propósito de Su obra. Sabe qué quiere llevar a cabo en esta etapa, qué quiere conseguir, y obrará de forma estricta según Su plan. Si una persona corrupta tuviera ese tipo de capacidad, estaría simplemente pensando en formas de revelarla con el fin de que los demás sepan lo formidable que es, se inclinen ante él, para poder controlarlos y devorarlos. Esta es la maldad que viene de Satanás y se llama corrupción. Dios no tiene ese carácter ni esa esencia. Su propósito al hacer las cosas no es exhibirse, sino proveer a la humanidad más revelación y dirección, por lo que las personas ven muy pocos ejemplos de este tipo de cosa en la Biblia. Esto no significa que las capacidades del Señor Jesús estuvieran limitadas, o que no pudiera hacer ese tipo de cosa. Simplemente, Dios no quería hacerlo; que el Señor Jesús resucitara a Lázaro tenía un sentido muy práctico; asimismo, la obra principal de Dios al encarnarse no consistía en realizar milagros ni en traer a los muertos de regreso a la vida, sino la obra de redención para la humanidad. Así, gran parte de la obra completada por el Señor Jesús fue enseñar a las personas, proveer para ellas, y ayudarlas; cosas como resucitar a Lázaro fueron simplemente pequeñas porciones del ministerio que Él llevó a cabo. Aún más, se puede decir que “exhibirse” no es parte de la esencia de Dios, por lo que no mostrar más milagros no era contenerse intencionalmente ni tampoco obedecía a limitaciones del entorno, y con toda certeza no era falta de habilidad.
Cuando el Señor Jesús resucitó a Lázaro, usó una frase: “Lázaro, sal”. No dijo nada más. ¿Qué representan estas palabras? Quieren decir que Dios puede conseguir cualquier cosa por medio de Sus palabras, incluida la resurrección de un hombre muerto. Cuando Él creó todas las cosas, cuando creó el mundo, lo hizo con palabras. Utilizó mandatos hablados, palabras de autoridad, y así se crearon todas las cosas. Así se realizó. Esta única frase pronunciada por el Señor Jesús fue como las palabras habladas por Dios cuando creó los cielos y la tierra, y todas las cosas; tenía igualmente la autoridad de Dios, la capacidad del Creador. Todas las cosas se formaron y permanecieron por las palabras de la boca de Dios; de la misma forma, Lázaro salió de su tumba por las palabras de la boca del Señor Jesús. Esto fue la autoridad de Dios, demostrada y materializada en Su forma encarnada. Este tipo de autoridad y capacidad pertenecían al Creador y al Hijo del Hombre, en quien el Creador se materializó. Este es el entendimiento que Dios le enseñó a la humanidad cuando hizo regresar a Lázaro de entre los muertos.

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Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Como cristiano, a menudo oía hablar a su pastor de que, cuando el Señor regrese, arrebatará a los creyentes a las nubes y se reunirá con ellos en lo alto. Por casualidad, oye a un amigo dar testimonio de que el Señor Jesús ha regresado para expresar la verdad y realizar la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Sorprendido, se pregunta: “Pero aún estamos todos aquí en la tierra. No hemos sido arrebatados; entonces, ¿cómo es posible que ya haya regresado el Señor Jesús?”. Posteriormente descubre que la Iglesia de Dios Todopoderoso ha producido un gran número de vídeos y películas, así como muchos testimonios de experiencias, que dan testimonio de Dios, y no puede evitar la curiosidad. Piensa para sus adentros: “Lo que viene de Dios está destinado a florecer. La Iglesia de Dios Todopoderoso está creciendo muy rápido. ¿Es posible que Dios Todopoderoso sea realmente el regreso del Señor Jesús?”. Buscando e investigando, descubre que hay muchos pasajes de la Biblia que profetizan el descenso del reino de Dios a la tierra. Al final comprende el verdadero significado del arrebatamiento y recibe el regreso del Señor.

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jueves, 5 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Cuando eres capaz de apreciar realmente los pensamientos y la actitud de Dios hacia la humanidad, cuando puedes entender realmente Sus emociones y Su preocupación por cada criatura, podrás entender la devoción y el amor depositados sobre cada persona creada por el Creador. Cuando esto ocurra, utilizarás dos palabras para describir el amor de Dios; ¿cuáles son? Algunas personas dicen “abnegado”, y otras “filantrópico”. De estas dos, la segunda es la palabra menos apropiada para definir el amor de Dios. Es un término que se utiliza para describir los pensamientos y los sentimientos tolerantes de una persona. Aborrezco realmente esta palabra, porque se refiere a dispensar caridad de un modo aleatorio, indiscriminado, sin tener en cuenta principio alguno. Es una expresión abiertamente emocional de personas insensatas y confusas. Cuando esta palabra se utiliza para describir el amor de Dios, existe inevitablemente un propósito blasfemo. Tengo dos palabras que definen de forma más adecuada el amor de Dios. ¿Cuáles son? La primera es “inmenso”. ¿No es evocadora? La segunda es “vasto”. Hay una relevancia práctica tras estas dos palabras que utilizo para definir el amor de Dios. Literalmente, “inmenso” describe el volumen o la capacidad de una cosa, pero no importa lo grande que esta sea: es algo que las personas pueden tocar y ver. Esto es porque existe, no es un objeto abstracto, y da a las personas la sensación de que es relativamente preciso y práctico. No importa si lo estás mirando desde un ángulo plano o tridimensional; no necesitas imaginar su existencia, porque es algo que existe en realidad. Aunque usar “inmenso” para definir el amor de Dios puede hacer pensar que se está cuantificando el mismo, al mismo tiempo también da la sensación de que no se puede cuantificar. Yo digo que el amor de Dios puede cuantificarse, porque no es una especie de ente imaginario ni surge de ninguna leyenda. Más bien, es algo compartido por todas las cosas que están bajo el dominio de Dios, y algo que disfrutan todas las criaturas en diversos grados y desde diferentes perspectivas. Aunque las personas no pueden verlo ni tocarlo, este amor trae sustento y vida a todas las cosas conforme se va revelando gota a gota en sus vidas y ellas enumeran y dan testimonio del amor de Dios que disfrutan cada momento. Digo que el amor de Dios no puede cuantificarse, porque el misterio de Dios que provee y alimenta todas las cosas es algo difícil de comprender para los seres humanos, como lo son los pensamientos de Dios sobre todas las cosas y, en particular, sobre la humanidad. Es decir, nadie sabe la sangre y las lágrimas que el Creador ha derramado por la humanidad. Nadie puede comprender ni entender la profundidad o el peso del amor que el Creador tiene por la humanidad, a la que hizo con Sus propias manos. Describir el amor de Dios como inmenso es ayudar a las personas a apreciar y entender su amplitud y la verdad de su existencia. También pueden comprender en mayor profundidad el significado práctico de la palabra “Creador”, y pueden obtener un entendimiento más profundo de la verdadera relevancia del apelativo “creación”. ¿Qué describe habitualmente el término “vasto”? Se usa generalmente para el océano o el universo, como el vasto universo, o el vasto océano. La expansión y la silenciosa profundidad del universo superan el entendimiento humano, y es algo que capta las imaginaciones de los hombres, que los llena de admiración. Su misterio y su profundidad se ven, pero no se pueden alcanzar. Cuando piensas en el océano, piensas en su amplitud: parece no tener límites, y puedes sentir su misterio y su carácter inclusivo. Por esta razón he usado la palabra “vasto” para definir el amor de Dios. Lo he hecho para ayudar a las personas a sentir lo valioso que es, su intensa belleza y que su poder es infinito y extenso. Lo he hecho para ayudarlas a sentir la santidad de Su amor, así como la dignidad de Dios y que no se le puede ofender, revelados por medio de Su amor. ¿Pensáis ahora que “vasto” es una palabra apropiada para describir el amor de Dios? ¿Puede el amor de Dios igualarse a estos dos términos, “inmenso” y “vasto”? ¡Totalmente! En el lenguaje humano, sólo estas dos palabras son relativamente adecuadas y cercanas para definir el amor de Dios. ¿No pensáis lo mismo? Si os pidiera que lo describierais, ¿usaríais estas dos palabras? Lo más probable es que no pudierais, porque vuestro entendimiento y vuestra apreciación del mismo se limitan a una perspectiva plana, y no ha ascendido a la altura del espacio tridimensional. Por tanto, si os pidiera que describierais el amor de Dios, sentiríais que os faltan las palabras; quedaríais incluso mudos. Los dos términos de los que he hablado hoy pueden resultaros difíciles de entender, o quizás no estéis de acuerdo con ellos. Esto sólo puede indicar que vuestra apreciación y vuestro entendimiento del amor de Dios son superficiales y se encuentran dentro de un área reducida. He dicho antes que Dios es abnegado. ¿Recordáis la palabra abnegado? ¿Podría decirse que el amor de Dios sólo puede definirse como abnegado? ¿No es una perspectiva demasiado corta? Deberíais meditar más en este asunto para obtener algo del mismo.

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Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

La narradora, que creció en una familia pobre de agricultores, toma la frase “El conocimiento puede cambiar tu destino” como máxima de vida. Sin embargo, cuando se frustra su sueño de ir a la universidad, pone sus esperanzas en su hija, a quien carga con un estricto régimen de estudio. No obstante, esa presión académica hace que su hija se vuelva cada vez más antisocial y hasta desaparezca de casa toda una noche. La narradora está nerviosa y atormentada pensando qué podría ser de su hija, hasta que lee la palabra de Dios Todopoderoso y se da cuenta de que la idea de que “El conocimiento puede cambiar tu destino” no les ha traído más que dolor y sufrimiento a ella y a su hija. Con la lectura de la palabra de Dios comienza a comprender qué consideración hay que darle al saber y cómo formar a su hija para que tome la senda correcta en la vida.

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miércoles, 4 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"


Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…
Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
A continuación, poco después de que Dios creara a los seres humanos, vemos en la Biblia que hubo un gran diluvio en todo el mundo, en cuyo relato se menciona a Noé; se puede decir que él fue la primera persona en recibir el llamado de Dios a obrar con Él para completar una tarea de Dios. Por supuesto, también fue la primera vez que Dios le pidió a alguien sobre la tierra que hiciera algo según Su mandamiento. Una vez acabó Noé de construir el arca, Dios inundó por primera vez la tierra. Cuando la destruyó con el diluvio, fue la primera vez, desde que los creó, que se sintió abrumado de indignación hacia los seres humanos; esto fue lo que obligó a Dios a tomar la dolorosa decisión de destruir a esta raza humana mediante un diluvio. Una vez este hubo destruido la tierra, Dios estableció Su primer pacto con los seres humanos de que nunca más volvería a hacer algo así. La señal de este tratado fue un arcoíris. Fue el primer acuerdo de Dios con la humanidad, de modo que el arcoíris fue la primera señal de un pacto dado por Dios; este arcoíris es algo real y físico que existe. Es la existencia misma de este arcoíris lo que hace que Dios sienta a menudo tristeza por la raza humana previa que perdió, y sirve de recordatorio constante para Él de lo que les sucedió… Dios no iría a paso lento; no podía esperar para dar el siguiente paso en Su gestión. Posteriormente escogió a Abraham como Su primera elección para Su obra en todo Israel. Fue la primera vez que Dios escogió un candidato así. Dios decidió empezar a llevar a cabo Su obra de salvar a la humanidad a través de esta persona, y de proseguir con Su obra entre los descendientes de este. Podemos ver en la Biblia que esto es lo que Dios le hizo a Abraham. A continuación, convirtió a Israel en la primera tierra escogida e inició Su obra de la Era de la Ley por medio de Su pueblo elegido, los israelitas. Una vez más, por primera vez, Dios les proporcionó a los israelitas las normas y leyes expresas que la humanidad debería seguir, y se las explicó en detalle. Esta era la primera vez que Dios les había dado a los seres humanos unas normas tan específicas y estándar sobre cómo debían presentar sacrificios, cómo debían vivir, lo que debían y lo que no debían hacer, qué festividades y días debían observar y qué principios debían seguir en todo lo que hicieran. Esta era la primera vez que Dios le daba a la humanidad unas normativas y principios tan detallados y estandarizados para su vida.
Cuando digo “la primera vez”, significa que Dios nunca antes había realizado una obra como esta. Es algo que no existía con anterioridad, e incluso aunque Dios había creado a la humanidad y a todos los tipos de criaturas y cosas vivientes, jamás había llevado a cabo esa clase de obra. Toda esta obra implicaba la gestión divina de los humanos; todo tenía que ver con ellos y con Su salvación y gestión de los seres humanos. Después de Abraham, Dios volvió a escoger de nuevo por primera vez: eligió a Job para que fuera alguien que viviera bajo la ley y que pudiera resistir las tentaciones de Satanás, mientras seguía temiendo a Dios y apartándose del mal, y siendo testigo de Él. También fue la primera vez que Dios le permitió a Satanás tentar a una persona, y la primera vez que apostó con él. Al final, por primera vez, Dios consiguió a alguien que fuera capaz de dar testimonio de Él mientras se enfrentaba a Satanás, una persona que podía ser Su testigo y avergonzar por completo a Satanás. Desde que Dios había creado a la humanidad, esta fue la primera persona que Él había conseguido y que fue capaz de dar testimonio de Él. Una vez obtuvo a este hombre, Dios se sintió aún más deseoso de continuar Su gestión y pasar a la siguiente etapa de Su obra, preparando Su siguiente elección y Su lugar de obra.
Después de hablar sobre todo esto, ¿entendéis de verdad la voluntad de Dios? Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
Después de oír todo esto hoy, es posible que sintáis que todo lo que Dios hace es muy normal. Se diría que los seres humanos siempre han percibido algo de la voluntad de Dios para ellos en Sus palabras y en Su obra, pero siempre existe una cierta distancia entre sus sentimientos o su conocimiento y lo que Él está pensando. Así que creo que es necesario comunicar con todas las personas sobre la razón por la cual Dios creó a la humanidad, y el trasfondo subyacente a Su deseo de ganar a las personas que Él esperaba conseguir. Es necesario compartir esto con todos, para que quede claro en su corazón. Al estar todo el pensamiento y la idea de Dios, así como toda fase y periodo de Su obra vinculada y estrechamente ligados a la totalidad de Su obra de gestión, cuando entiendes los pensamientos, las ideas de Dios y Su voluntad en cada paso de Su obra, esto equivale a comprender la fuente de la obra de Su plan de gestión. Tu comprensión de Dios se profundiza sobre este cimiento. Aunque todo lo que mencioné con anterioridad sobre lo que Dios hizo cuando creó el mundo al comienzo, no es más que mera información para las personas en el presente y parece ser irrelevante en la búsqueda de la verdad, a lo largo de tu experiencia llegará un día en el que no pienses que es algo tan sencillo como un par de datos o como algunos misterios. A medida que tu vida progrese y cuando haya un poco de la posición de Dios en tu corazón, o cuando entiendas más a fondo Su voluntad y de un modo más profundo, comprenderás de verdad la importancia y la necesidad de lo que estoy hablando hoy. No importa hasta dónde lo hayáis aceptado; es necesario que entendáis y sepáis estas cosas. Cuando Dios hace algo, cuando lleva a cabo Su obra, independientemente de que lo haga con Sus ideas o con Sus propias manos, que sea la primera vez que lo hace o la postrera, en última instancia Dios tiene un plan y Sus propósitos y Sus pensamientos están en todo lo que Él realiza. Estos representan Su carácter y expresan lo que Él tiene y es. Todas las personas tienen que comprender estas dos cosas: el carácter de Dios y lo que Él tiene y es. Una vez entendidas, podrán tomar poco a poco consciencia de por qué Dios hace lo que hace y dice lo que dice. A partir de ahí, pueden tener más fe para seguir a Dios, para buscar la verdad y un cambio de carácter. Con esto quiero decir que el que el hombre comprenda a Dios y su fe en Él son cosas inseparables.

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