El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.
Testimonio cristiano 2020 | Solos los puros entran al reino de los cielos (Español Latino)
La narradora suele tener diferencias de opinión con su madre que provocan constantes discusiones acaloradas. Pese a todos sus intentos por actuar según las palabras del Señor, por practicar la tolerancia y la paciencia, sigue sin poderse controlar y discutiendo ferozmente con su madre. Preocupada por su incapacidad de controlar sus actos, la narradora únicamente se consuela diciéndose a sí misma que, con el tiempo, su fe en el Señor la librará del pecado y la purificará y que al final será ascendida al reino de los cielos. Solo al leer las palabras de Dios Todopoderoso comprende por fin por qué no puede librarse del pecado y descubre la senda que la conducirá a purificar su corrupción y a entrar en el reino de los cielos.
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 95 | "Dios mismo, el único I"
A algunas personas les gusta deducir e imaginar, ¿pero hasta dónde puede llegar la imaginación del hombre? ¿Puede ir más allá de este mundo? ¿Es el hombre capaz de deducir e imaginar la autenticidad y la precisión de la autoridad de Dios? ¿Son la deducción y la imaginación del hombre capaces de permitirle obtener un conocimiento de la autoridad de Dios? ¿Pueden hacer que el hombre aprecie y se someta verdaderamente a esta? Los hechos demuestran que la deducción y la imaginación del hombre no son más que un producto del intelecto humano, y que no le proporcionan la más mínima ayuda o beneficio para el conocimiento de la autoridad de Dios. Después de leer ciencia ficción, algunos son capaces de imaginarse la luna y cómo son las estrellas. Pero esto no significa que el hombre tenga ningún entendimiento de la autoridad divina. La imaginación del hombre es sólo eso: imaginación. De las realidades de estas cosas, es decir, de su conexión con la autoridad de Dios, no tiene absolutamente ninguna comprensión. ¿Y si has estado en la luna? ¿Demuestra esto que tengas una comprensión multidimensional de la autoridad de Dios? ¿Que seas capaz de imaginar la magnitud de Su autoridad y Su poder? Como la deducción y la imaginación del hombre son incapaces de permitirle conocer la autoridad de Dios, ¿qué debería hacer el ser humano? La opción más sabia no sería deducir o imaginar, es decir que el hombre nunca debe basarse en la imaginación ni depender de las deducciones cuando se trata de conocer la autoridad de Dios. ¿Qué es lo que deseo deciros aquí? El conocimiento de la autoridad y del poder de Dios, de Su propia identidad y de Su esencia no puede lograrse basándoos en vuestra propia imaginación. Al no poder apoyarte en tu imaginación para conocer la autoridad divina, ¿de qué forma puedes lograr un verdadero conocimiento de ella? Comiendo y bebiendo las palabras de Dios a través de la comunión y de la práctica de estas, tendrás una experiencia y una verificación graduales de Su autoridad y conseguirás un conocimiento progresivo y cada vez mayor de ella. Esta es la única forma de lograr el conocimiento de la autoridad de Dios; no hay atajos. Pediros que no imaginéis no es lo mismo que obligaros a que os sentéis pasivamente para esperar la destrucción, o que dejéis de hacer algo. No usar tu cerebro para pensar e imaginar significa dejar de utilizar la lógica para deducir, dejar de utilizar el conocimiento para analizar, dejar de usar la ciencia como base, y apreciar, verificar, y confirmar en su lugar que el Dios en el que tú crees tiene autoridad; confirmar que Él tiene soberanía sobre tu destino, y que Su poder demuestra en todo momento que Él es el verdadero Dios mismo, a través de Sus palabras, de la verdad, de todo lo que encuentras en la vida. Es la única forma en que cualquiera puede conseguir un entendimiento de Dios. Algunos dicen que desean hallar una forma simple de conseguir este objetivo, ¿pero puedes tú pensar así? Yo te lo digo, no necesitas pensar: ¡no hay otras formas! La única manera es saber y verificar de forma minuciosa y constante lo que Dios tiene y es, a través de cada palabra que Él expresa y de todo lo que Él hace. Esta es la única forma de conocer a Dios. Porque lo que Dios tiene y es, y todo lo referente a Él, no es algo hueco o vacío, sino que es real.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Testimonio cristiano 2020 | Levantarse ante el fracaso (Español Latino)
“Levantarse ante el fracaso” es el testimonio de una cristiana que experimentó el juicio y castigo de Dios. La protagonista era abogada, pero después de aceptar la obra de Dios en los últimos días, comienza a entregarse a Él con entusiasmo y es elegida líder de la iglesia. Gracias a sus cualidades, alcanza algunos logros en su deber, pero cada vez se vuelve más arrogante, engreída y desdeñosa con los demás. Insiste en hacer lo que le place en la obra de la iglesia y rara vez discute las cosas con sus colaboradores, hasta que acaba causando pérdidas en la obra de la iglesia. Sin embargo, entre severas podas y tratos, y en medio del juicio y las revelaciones de la palabra de Dios, finalmente se da cuenta del motivo principal de su fracaso y caída y se arrepiente sinceramente ante Dios. En una reunión de la iglesia, comunica al respecto de esta inolvidable experiencia...
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 94 | "Dios mismo, el único I"
La autoridad del Creador no se ve restringida por el tiempo, el espacio ni la geografía, y la autoridad del Creador es inestimable
Veamos Génesis 22:17-18. Este es otro pasaje hablado por Jehová Dios, en el que le dijo a Abraham: “te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido Mi voz”. Jehová Dios bendijo a Abraham muchas veces diciéndole que su descendencia se multiplicaría; ¿multiplicarse en qué medida? Como dicen las Escrituras: “como las estrellas del cielo y como la arena de la playa”. Es decir, Dios deseaba conceder a Abraham una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo, y tan abundante como la arena de la orilla del mar. Dios habló mediante imágenes, y a partir de ellas no es difícil ver que Dios no sólo concedería uno, dos, o incluso miles de descendientes a Abraham, sino un número incontable, suficiente para convertirse en una multitud de naciones, porque Dios le prometió que sería el padre de muchas naciones. ¿Decidió el hombre este número o fue Dios? ¿Puede el hombre controlar cuántos descendientes tiene? ¿Le corresponde a él? No, no le compete a él tener varios o ninguno, no digamos ya tantos como “como las estrellas del cielo y como la arena de la playa”. ¿Quién no desea que su descendencia sea tan numerosa como las estrellas? Desgraciadamente, las cosas no siempre ocurren como quisieras. Independientemente de lo habilidoso o capaz que sea el hombre, no es algo que le corresponda a él; nadie puede permanecer fuera de lo que Dios ha ordenado. Lo que Él te permita, eso será lo que tendrás: si Dios te da un poco, nunca tendrás mucho, y si Dios te da mucho, de nada sirve molestarse por lo mucho que tienes. ¿No es este el caso? ¡Todo esto le corresponde a Dios, no al hombre! Dios es quien gobierna al ser humano, ¡y nadie está exento!
Cuando Dios dijo “multiplicaré tu simiente”, fue un pacto que estableció con Abraham y, como el “pacto del arco iris”, se cumpliría por toda la eternidad; también era una promesa que le hizo a Abraham. Sólo Dios está cualificado y es capaz de hacerla realidad. Independientemente de que el hombre la crea o no, la acepte o no, de cómo la vea y la considere, todo se cumplirá al pie de la letra, según las palabras pronunciadas por Dios. Las Palabras de Dios no serán alteradas por los cambios de la voluntad ni las ideas del hombre, de ninguna persona, cosa u objeto. Todas las cosas pueden desaparecer, pero las palabras de Dios permanecerán para siempre. Por el contrario, el día que todas las cosas desaparezcan será exactamente el día en el que las palabras de Dios se cumplan por completo, porque Él es el Creador y posee la autoridad y el poder del Creador. Él controla todas las cosas y toda fuerza vital; Él es capaz de provocar que algo salga de la nada o que algo se convierta en nada. Él controla la transformación de todas las cosas vivas a muertas y, por tanto, nada podría ser más sencillo para Él que multiplicar la simiente de alguien. Esto suena fantástico para el hombre, como un cuento de hadas, pero para Dios, lo que Él decide y promete hacer no es fantástico ni un cuento de hadas. Es una realidad que Él ya ha visto y que se cumplirá con seguridad. ¿Apreciáis esto? ¿Demuestran los hechos que los descendientes de Abraham fueron numerosos? ¿Cómo de numerosos? ¿Tanto como “como las estrellas del cielo y como la arena de la playa” de las que Dios habló? ¿Se esparcieron por todas las naciones y regiones, en cada lugar del mundo? ¿Y qué fue lo que cumplió esta realidad? ¿Se cumplió por la autoridad de las palabras de Dios? Durante centenares o millares de años después de que Dios pronunciara aquellas, estas siguieron cumpliéndose y se convirtieron constantemente en hechos; este es el poder de las palabras de Dios, y la prueba de Su autoridad. Cuando Él creó todas las cosas en el principio, dijo que fuese la luz, y fue la luz. Esto ocurrió muy deprisa, se cumplió en un tiempo muy corto y su realización y cumplimiento no se retrasaron; los efectos de las palabras de Dios fueron inmediatos. Ambas cosas fueron una demostración de Su autoridad; sin embargo, cuando bendijo a Abraham, permitió que el hombre viera otro lado de la esencia de Su autoridad, lo inestimable de la autoridad del Creador, y además, le permitió ver un lado más práctico, más exquisito de esta.
Una vez que las palabras de Dios son pronunciadas, Su autoridad toma el mando de esta obra, y el hecho prometido por Su boca comienza gradualmente a convertirse en una realidad. Entre todas las cosas, los cambios comienzan a producirse en todo como resultado; en gran medida ocurre así como al llegar la primavera la hierba reverdece, florecen las flores, germinan los capullos de los árboles, los pájaros empiezan a cantar, regresan los gansos y los campos se llenan de personas… Con la llegada de la primavera todas las cosas rejuvenecen, y es la maravillosa obra del Creador. Cuando Dios cumple Sus promesas, en el cielo y en la tierra todas las cosas se renuevan y cambian según los pensamientos de Dios; nada está exento. Cuando Dios pronuncia un compromiso o una promesa, todas las cosas sirven y se manejan para su cumplimiento y por el bien del mismo; todas las criaturas están dispuestas y organizadas bajo el dominio del Creador, y desempeñan su papel, y sirven a su función respectiva. Esta es la manifestación de la autoridad del Creador. ¿Qué ves tú en esto? ¿Cómo conoces la autoridad de Dios? ¿Existe un rango para ella? ¿Hay un límite de tiempo? ¿Puede decirse que hay una cierta altura o longitud? ¿Que existe un cierto tamaño o fuerza? ¿Puede medirse por las dimensiones del hombre? La autoridad de Dios no parpadea, no viene y va, y nadie puede medir cuán grande es Su autoridad. Independientemente del tiempo que pase, cuando Dios bendice a una persona esa bendición sigue adelante, y esa continuación dará testimonio de Su inestimable autoridad. Permitirá que la humanidad observe la reaparición de la inextinguible fuerza vital del Creador una y otra vez. Cada exhibición de Su autoridad es la demostración perfecta de las palabras de Su boca a todas las cosas, y a la humanidad. Más aún, todo lo que se cumple por Su autoridad es exquisito y supera toda comparación; es totalmente perfecto. Puede decirse que Sus pensamientos, Sus palabras, Su autoridad, y toda la obra que Él realiza forman una imagen incomparablemente bella. Para las criaturas, el lenguaje de la humanidad es incapaz de articular su importancia y su valor. Cuando Dios le hace una promesa a una persona, ya sea respecto a donde vive, o a lo que hace, el trasfondo antes o después de recibir la promesa, o lo grandes que hayan sido las conmociones en su entorno de vida, todo es tan familiar para Dios como el dorso de Su mano. No importa cuánto tiempo pase desde que Dios pronunciara Sus palabras, para Él es como si acabase de proferirlas. Es decir, Dios tiene el poder y tal autoridad que puede vigilar, controlar, y materializar cada promesa que le hace a la humanidad, independientemente de la promesa que sea, del tiempo necesario para cumplirla por completo y hasta de lo amplio que sea el alcance que abarque su cumplimiento, por ejemplo, tiempo, geografía, raza, etc., la promesa se cumplirá, se materializará, y no le exigirán el más mínimo esfuerzo. ¿Qué demuestra esto? Que la magnitud de la autoridad y el poder de Dios son suficientes para controlar todo el universo y a toda la humanidad. Dios hizo la luz, pero eso no significa que sólo gestione la luz, o el agua, por haberla creado, y que todo lo demás no guarde relación con Él. ¿No es esto una malinterpretación? Aunque la bendición que Abraham recibió de Dios había desaparecido gradualmente de la memoria del hombre, tras varios centenares de años, para Dios seguía siendo la misma. Todavía estaba en proceso de cumplimiento, y nunca se había detenido. El hombre nunca supo ni oyó cómo ejercía Dios Su autoridad, cómo disponía y organizaba todas las cosas, y cuántas historias maravillosas ocurrieron entre todas las cosas de la creación de Dios durante este tiempo; pero cada espléndida pieza de la manifestación de la autoridad de Dios y la revelación de Sus hechos se transmitieron y exaltaron sobre todas las cosas. Todo mostró y habló de los milagrosos hechos del Creador, y cada una de las tan contadas historias de Su soberanía sobre todas las cosas se proclamará para siempre. La autoridad y el poder por los que Dios gobierna todas las cosas muestran que Él está presente en todas partes y en todo momento. Cuando tú has sido testigo de la omnipresencia de Su autoridad y Su poder, verás que Él está presente en todo lugar y en todo momento. Su autoridad y Su poder de Dios no están limitados por el tiempo, la geografía, el espacio ni por cualquier persona, asunto o cosa. La magnitud de la autoridad y el poder de Dios sobrepasa la imaginación del hombre; es insondable, inimaginable para el ser humano que nunca la conocerá.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Película cristiana en español latino|Salvación|Qué tipo de personas puede entrar al reino celestial
¿Qué es la salvación? Aquellos que creen en el Señor Jesús piensan que si le oran con sinceridad al Señor, confiesan y se arrepienten de sus pecados, estos les serán perdonados y se les concederá la salvación, y que cuando el Señor venga ascenderán directamente al reino de los cielos. ¿Pero de verdad es tan simple la salvación?
El héroe de la película, Xu Zhiqian, cree en Dios desde hace muchos años, se entrega apasionadamente a Dios y lo abandonó todo para cumplir con sus deberes. A causa de ello, fue arrestado y torturado por el Partido Comunista de China. Tras salir de la cárcel, continuó cumpliendo con sus deberes, adquirió algo de experiencia práctica y sus sermones y su obra resolvieron algunos problemas prácticos de sus hermanos y hermanas. Más tarde, su esposa también fue arrestada, pero él no se quejó, no se volvió negativo ni se desmoronó… Todo esto le valió los cumplidos y elogios de sus hermanos y hermanas. Xu Zhiqian cree que posee la realidad de la verdad y que no hay problema para entrar en el reino de los cielos. Pero pronto le sobreviene una prueba inesperada: su esposa muere torturada por la policía del PCCh. Xu Zhiqian, angustiado, tiene nociones, confusiones y quejas sobre Dios, y piensa en rebelarse contra Él y traicionarlo… Luego, cuando se da cuenta de que está traicionando a Dios, comienza a reflexionar y se pregunta si las personas que, como él, pasan por pruebas y luego se quejan, malinterpretan a Dios y lo traicionan son salvadas realmente. ¿De verdad son aptas para entrar en el reino de Dios?
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 93 | "Dios mismo, el único I"
(Génesis 17:4-6) En cuanto a Mí, ved, Mi pacto es contigo, y tú serás el padre de muchas naciones. Y tu nombre ya no será más Abram, pero será Abraham, porque te he hecho padre de muchas naciones. Y te haré excesivamente próspero; haré naciones de ti y reyes saldrán de ti.
(Génesis 18:18-19) Al ver que Abraham por seguro se convertiría en una nación grande y poderosa, y que todas las naciones de la tierra serán benditas en él. Porque lo conozco, él ordenará a sus hijos y a su casa después de él, y ellos seguirán en el camino de Jehová, para que hagan justicia y juzguen; y para que Jehová dé a Abraham lo que Él ha dicho de él.
(Génesis 22:16-18) Juro por Mí mismo —dijo Jehová— que porque has hecho esto, y no has retenido a tu hijo, tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido Mi voz.
(Job 42:12) Entonces Jehová bendijo la situación actual de Job más que al comienzo, ya que él tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burras.
¿Cuál es la diferencia entre las palabras habladas por Dios y las pronunciadas por el hombre? Cuando lees estas declaraciones de Dios, sientes el poder de Sus palabras y Su autoridad. ¿Cómo te sientes cuando oyes a las personas decir estas palabras? ¿Piensas que son extremadamente arrogantes y jactanciosos, y hacen alarde de sí mismos? Porque no tienen este poder ni poseen esa autoridad y, por tanto, son completamente incapaces de lograr tales cosas. Que estén tan seguros de sus promesas sólo muestra la negligencia de sus observaciones. Si alguien pronuncia semejantes palabras, sin duda es arrogante y excesivamente confiado, y se revelaría como un ejemplo clásico del carácter de un arcángel. Estas palabras salieron de la boca de Dios; ¿percibes algún elemento de arrogancia aquí? ¿Sientes que las palabras de Dios son sólo una broma? Sus palabras son autoridad, sus palabras son realidad, y antes de que Su boca las profiera, es decir, cuando Él toma la decisión de hacer algo, eso ya se ha realizado. Puede decirse que todo lo que Dios le dijo a Abraham fue un pacto que Él estableció con Abraham, y una promesa que le hizo. Esta promesa era una realidad establecida, un hecho consumado, y todo se cumplió gradualmente en los pensamientos de Dios de acuerdo con Su plan. Por tanto, que Dios profiriera tales palabras no significa que tenga un carácter arrogante, porque Él es capaz de lograr esas cosas. Él tiene ese poder y autoridad, y es totalmente capaz de realizar estos actos, y su materialización está por completo dentro del ámbito de Su capacidad. Cuando palabras como estas salen de la boca de Dios, son una revelación y una expresión de Su verdadero carácter; una revelación y una manifestación perfectas de la esencia y la autoridad de Dios, y no hay nada más apropiado y adecuado como prueba de la identidad del Creador. La forma, el tono y el lenguaje de tales afirmaciones son precisamente la marca de Su identidad, y se corresponden perfectamente con la expresión de la propia identidad de Dios; en ellas no hay fingimiento ni impureza; son, completa y totalmente, la demostración perfecta de la esencia y la autoridad del Creador. En cuanto a las criaturas, no poseen esta autoridad ni esta esencia, y mucho menos el poder que Dios da. Si el hombre traiciona semejante comportamiento, sería con total seguridad la fulminación de su carácter corrupto, y se debería al impacto de la interferencia de la arrogancia del hombre y la ambición salvaje, así como la revelación de las intenciones malignas nada más y nada menos que del diablo, Satanás, quien desea engañar a las personas y seducirlas para que traicionen a Dios. ¿Y cómo considera Dios lo que revela un lenguaje así? Él diría que deseas usurpar Su lugar, suplantarlo y reemplazarlo. Cuando tú imitas el tono de las afirmaciones de Dios, tu intención es sustituirlo en los corazones de las personas, apropiarte de la humanidad que le pertenece por derecho a Dios. Este es Satanás, pura y llanamente; ¡son las acciones de los descendientes del arcángel, intolerables para el cielo! ¿Hay entre vosotros algunos que hayan imitado alguna vez a Dios, de algún modo, hablando unas pocas palabras con la intención de confundir y engañar a alguien, haciéndole sentir que sus palabras y sus acciones encierran la autoridad y el poder de Dios, como si la esencia y la identidad de esta persona fuesen únicas, e incluso como si el tono de sus palabras fuese similar al de Dios? ¿Habéis hecho algo así en alguna ocasión? ¿Habéis imitado alguna vez el tono de Dios en vuestro discurso, con gestos que representan supuestamente Su carácter, con el supuesto poder y autoridad? ¿Actuáis así, la mayoría de vosotros, con frecuencia o planeáis hacerlo? Ahora, cuando vosotros veis, percibís y conocéis verdaderamente la autoridad del Creador, y miráis en retrospectiva a lo que solíais hacer y revelar de vosotros mismos, ¿os sentís asqueados? ¿Reconocéis vuestra bajeza y desvergüenza? Habiendo diseccionado el carácter y la esencia de tales personas, ¿podría decirse que son la descendencia maldita del infierno? ¿Podría afirmarse que todos los que actúan así están acarreando humillación sobre sí mismos? ¿Reconocéis la gravedad de su naturaleza? ¿Os dais cuenta de lo grave que es? El propósito de las personas que actúan de este modo es imitar a Dios. Quieren ser Dios, y hacen que las personas los adoren como tal. Quieren abolir el lugar de Dios en los corazones de las personas, y librarse del Dios que obra en medio del hombre, a fin de conseguir el objetivo de controlar a las personas, devorarlas y tomar posesión de ellas. Todos tienen esos deseos y ambiciones subconscientes; todos viven en semejante esencia corrupta y en una naturaleza satánica en la que están en enemistad con Dios, lo traicionan, y desean ser Él. Después de Mi enseñanza sobre el tema de la autoridad de Dios, ¿seguís deseando o aspirando a suplantarle o imitarle? ¿Seguís deseando ser Dios? ¿Seguís deseando volveros Dios? El hombre no puede imitar Su autoridad ni puede suplantar Su identidad y Su estatus. Aunque seas capaz de imitar el tono con el que Dios habla, no puedes imitar Su esencia. Aunque seas capaz de ponerte en el lugar de Dios y suplantarlo, jamás serás capaz de hacer lo que Él pretende hacer; nunca serás capaz de gobernar y ordenar todas las cosas. A los ojos de Dios, siempre serás una pequeña criatura, e independientemente de lo grandes que sean tus habilidades y capacidades, de los dones que tengas, estás en tu totalidad bajo el dominio del Creador. Aunque seas capaz de pronunciar palabras atrevidas, con ello no demostrarás jamás tener la esencia del Creador ni esto supondrá que poseas Su autoridad. La autoridad y el poder divinos son la esencia de Dios mismo. No fueron aprendidas ni añadidas externamente, sino que son la esencia inherente a Él mismo. Por tanto, la relación entre el Creador y las criaturas nunca puede alterarse. Como una de las criaturas, el hombre debe mantener su propia posición comportarse concienzudamente y guardar con sumisión aquello que el Creador le ha confiado. El hombre no debe actuar de forma inaceptable ni hacer cosas más allá de su registro de capacidad, ni las que son aborrecibles para Dios. El hombre no debe tratar de ser grande, excepcional ni estar por encima de los demás, ni buscar volverse Dios. Así es como las personas no deberían desear ser. Buscar ser grande o excepcional es absurdo. Procurar convertirse en Dios es incluso más vergonzoso; es repugnante y despreciable. Lo que es elogiable, y a lo que las criaturas deberían aferrarse más que a cualquier otra cosa, es a convertirse en una verdadera criatura; este es el único objetivo que todas las personas deberían perseguir.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Película cristiana en español latino|¡Soy buena persona!|Los honestos son realmente buenas personas
Desde pequeña, a la cristiana Yang Huixin le encanta ser buena persona. No le gusta ofender. Se cree buena persona porque es amable y agradable con los demás. Sin embargo, al aceptar el evangelio de Dios de los últimos días y experimentar el juicio y el castigo de las palabras de Dios, es cuando despierta y se da cuenta de que no es una buena persona de verdad. Más bien vive según las filosofías satánicas y es una "buena chica" muy egoísta y astuta. Decide de corazón buscar la verdad y convertirse en una buena persona, honesta y recta… ¿Por qué experiencias pasó Yang Huixin para llegar a experimentar semejante transformación?
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 92 | "Dios mismo, el único I"
Las bendiciones de Dios
(Génesis 17:4-6) En cuanto a Mí, ved, Mi pacto es contigo, y tú serás el padre de muchas naciones. Y tu nombre ya no será más Abram, pero será Abraham, porque te he hecho padre de muchas naciones. Y te haré excesivamente próspero; haré naciones de ti y reyes saldrán de ti.
(Génesis 18:18-19) Al ver que Abraham por seguro se convertiría en una nación grande y poderosa, y que todas las naciones de la tierra serán benditas en él. Porque lo conozco, él ordenará a sus hijos y a su casa después de él, y ellos seguirán en el camino de Jehová, para que hagan justicia y juzguen; y para que Jehová dé a Abraham lo que Él ha dicho de él.
(Génesis 22:16-18) Juro por Mí mismo —dijo Jehová— que porque has hecho esto, y no has retenido a tu hijo, tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido Mi voz.
(Job 42:12) Entonces Jehová bendijo la situación actual de Job más que al comienzo, ya que él tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil burras.
La manera única y las características de las declaraciones del Creador son un símbolo de Su identidad y autoridad únicas
Muchos desean buscar y obtener las bendiciones de Dios, pero no todos las consiguen, porque Él tiene Sus propios principios y bendice al hombre a Su manera. Las promesas que Dios le hace al hombre, y la cantidad de gracia que le concede, se asignan en base a sus pensamientos y sus acciones. ¿Entonces qué muestran las bendiciones de Dios? ¿Qué les dicen a las personas? En este punto, dejemos de lado el debate respecto a qué tipos de personas bendice Dios, o los principios de la bendición de Dios al hombre. En su lugar, consideremos que Dios bendice al hombre con el objetivo de que este conozca Su autoridad y desde esa perspectiva.
Los cuatro pasajes anteriores de las Escrituras son registros de la bendición de Dios sobre el hombre. Proporcionan una descripción detallada de los destinatarios de las bendiciones divinas como Abraham y Job, así como de las razones por las que Dios las concedió, y cuál era su contenido. El tono y la manera de las afirmaciones de Dios, así como la perspectiva y la posición desde las que Él hablaba, permiten apreciar que aquel que concede bendiciones y el destinatario de estas tienen una identidad, un estatus y una esencia distintivamente diferentes. El tono y la manera de estas afirmaciones, y la posición desde los que fueron habladas, son exclusivos de Dios, quien posee la identidad del Creador. Tiene autoridad y poder, así como el honor del Creador, y la majestad que no tolera la duda de ningún hombre.
Primero veamos Génesis 17:4-6: “En cuanto a Mí, ved, Mi pacto es contigo, y tú serás el padre de muchas naciones. Y tu nombre ya no será más Abram, pero será Abraham, porque te he hecho padre de muchas naciones. Y te haré excesivamente próspero; haré naciones de ti y reyes saldrán de ti”. Estas palabras fueron el pacto que Dios estableció con Abraham, así como Su bendición sobre él: Dios convertiría a Abraham en el padre de naciones, lo haría extremadamente fructífero, de él saldrían naciones y reyes. ¿Ves la autoridad de Dios en estas palabras? ¿Y cómo la ves? ¿Qué aspecto de la esencia de Su autoridad ves? A partir de una lectura detenida de estas palabras no resulta difícil descubrir que la autoridad y la identidad de Dios se revelan con claridad en el lenguaje de Sus afirmaciones. Por ejemplo, cuando Él declara: “Mi pacto es contigo, y serás… te he hecho… te haré…”, frases como “tú serás” y “Yo haré”, cuyo lenguaje conlleva la afirmación de la identidad y la autoridad de Dios, son, en un aspecto, un indicativo de la fidelidad del Creador y en otro, palabras especiales usadas por Dios, quien posee la identidad del Creador, y que a la vez forman parte del vocabulario convencional. Si alguien dice que espera que otra persona sea sumamente fructífera, que de ella se formen naciones y salgan reyes, es sin duda un tipo de deseo, y no una promesa o una bendición. Por ello, no se atreven a decir “yo te haré esto y esto, tú serás esto y aquello…”, porque saben que no poseen ese poder; es algo que no está en su mano, y aunque expresaran tales cosas, sus palabras serían vacías y sin sentido, y estarían impulsadas por su deseo y su ambición. ¿Se atreve alguien a hablar en semejante tono grandioso si siente que no puede cumplir sus deseos? Todo el mundo desea el bien de sus descendientes, y espera que se destaquen y disfruten de grandes éxitos. ¡Qué gran fortuna sería que uno de ellos llegase a ser emperador! ¡Si uno tuviese que ser gobernador, tampoco estaría mal, mientras sea alguien importante! Son los deseos de cualquiera, pero las personas sólo pueden desear bendiciones sobre sus descendientes, y no pueden cumplir ninguna de sus promesas ni hacer que se hagan realidad. En sus corazones todos saben claramente que no poseen el poder para lograr tales cosas, porque su todo escapa a su control; ¿cómo podrían, pues, ordenar el destino de otros? Sin embargo, la razón por la que Dios sí puede pronunciar estas palabras es que posee esa autoridad, y es capaz de cumplir y realizar todas las promesas que le hace al hombre, y de materializar todas las bendiciones que le concede. El ser humano fue creado por Dios, y para Él sería un juego de niños hacer que alguien sea sumamente fructífero; prosperar a los descendientes de alguien sólo requeriría una palabra suya. Él nunca tendría que apurarse para lograr algo así, ni romperse la cabeza o enredarse; este es el poder mismo de Dios, Su autoridad misma.
Después de leer que “Al ver que Abraham por seguro se convertiría en una nación grande y poderosa, y que todas las naciones de la tierra serán benditas en él” en Génesis 18:18, ¿podéis sentir la autoridad de Dios? ¿Podéis sentir lo extraordinario del Creador? ¿Podéis sentir Su supremacía? Las palabras de Dios son ciertas. Él no habla así por confiar en Su éxito ni en representación de este, sino que Sus palabras son la prueba de la autoridad de Sus declaraciones y el mandamiento que las cumple. Aquí, deberíais prestar atención a dos expresiones. Cuando Dios dice “Al ver que Abraham por seguro se convertiría en una nación grande y poderosa, y que todas las naciones de la tierra serán benditas en él”, ¿existe algún elemento de ambigüedad en estas palabras? ¿Algún elemento de preocupación? ¿De miedo? Debido a las palabras “por seguro” y “serán” en las afirmaciones de Dios, estos elementos particulares en el hombre y a menudo exhibidos en él, nunca han tenido relación alguna con el Creador. Nadie se atrevería a usar tales palabras al desear el bien de otros ni osaría bendecir a alguien con una nación grande y poderosa con semejante seguridad, ni prometerle que todas las naciones de la tierra serán benditas en él. Cuanto más ciertas sean las palabras de Dios, mejor demostrarán algo; ¿y qué es ese algo? Acreditarán que Dios posee esa autoridad, que Su autoridad puede lograr estas cosas, cuyo cumplimiento es inevitable. Dios estaba seguro en Su corazón, sin la más mínima duda, de todo aquello con lo que bendijo a Abraham. Además, todo aquello se cumpliría según Sus palabras; no habría fuerza capaz de alterar, obstruir, perjudicar o perturbar su cumplimiento. Independientemente de lo que ocurriese, nada podría revocar ni influenciar el cumplimiento y la realización de las palabras divinas. ¡Este es el verdadero poder de las palabras que salen de la boca del Creador, y Su autoridad que no admite la negativa del hombre! Una vez leídas estas palabras, ¿sigues teniendo dudas? La boca de Dios pronunció estas palabras, y en ellas hay poder, majestad y autoridad. Este poder y esta autoridad, así como la inevitabilidad del cumplimiento del hecho, son inalcanzables e insuperables para cualquier ser creado o no creado. Sólo el Creador puede conversar con la humanidad usando semejante tono y entonación, y los hechos han demostrado que Sus promesas no son palabras vacías ni alardes inútiles, sino la expresión de la autoridad única e insuperable por cualquier persona, cosa, u objeto.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Película cristiana en español latino | "El pueblo del reino celestial" Basada en una historia real
El Señor Jesús dijo: "En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3). El Señor Jesús nos dijo que sólo los honestos pueden entrar en el reino de los cielos; sólo los honestos pueden ser el pueblo del reino. Esta película narra la historia de cómo la cristiana Cheng Nuo experimenta la obra de Dios, y del transcurso de su búsqueda para convertirse en una persona honesta en la vida.
Cheng Nuo era médico. Pese a creer en Dios, cuando se encuentra con cosas que afectan a sus intereses y que afronta en su vida cotidiana, no puede evitar mentir y engañar. Al enfrentar pruebas y dificultades, llega a malinterpretar a Dios y quejarse de Él, pero, a base de buscar la verdad una y otra vez, comprende el origen de su falta de honestidad y de su naturaleza satánica, egoísta y deleznable. Comienza a centrarse en la búsqueda de la verdad con la finalidad de corregir su tendencia a mentir y la falta de honestidad en su corazón. Posteriormente, cuando el gobierno del partido comunista chino la detiene en el cumplimiento del deber y sufre una demoledora tortura, ella está dispuesta a morir antes que a mentir y rechaza renegar de Dios. Poco a poco, Cheng Nuo es capaz de convertirse en una persona honesta y de amar y obedecer verdaderamente a Dios. Entonces, ¿cuál es realmente su historia?
Parte del material en este vídeo proviene de:
NASA
ESO/S. Brunier
ESO/J. Emerson/VISTA.
ESO/Digitized Sky Survey 2.
ESO
NASA, ESA and A. Nota (ESA/STScI, STScI/AURA)
NASA, ESA, and The Hubble Heritage Team (STScI/AURA)
Bernhard Vogl
Scripture taken from La Biblia de las Américas® (LBLA),
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 74 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"
Cuando Dios se hace carne y vive en medio de la humanidad, ¿qué sufrimiento experimenta en la carne? ¿Lo entiende alguien realmente? Algunos afirman que Dios sufre en gran manera, y aunque Él es Dios mismo, las personas no comprenden Su esencia; siempre lo tratan como una persona, y esto hace que se sienta agraviado y perjudicado. Declaran que el sufrimiento de Dios es verdaderamente grande. Otros aseveran que Dios es inocente y sin pecado, pero que sufre lo mismo que la humanidad y es víctima de persecución, difamación e indignidades junto con ella; también dicen que Él soporta las malinterpretaciones y la desobediencia de Sus seguidores. En realidad, el sufrimiento de Dios no puede medirse. Parece que no entendéis realmente a Dios. De hecho, este sufrimiento del que habláis no cuenta como verdadero sufrimiento para Dios, porque hay uno mayor que este. ¿Cuál es, pues, el verdadero sufrimiento para Dios mismo? ¿Cuál es el verdadero sufrimiento para la carne del Dios encarnado? Para Dios, no es un sufrimiento que la humanidad no le entienda, que le malinterpreten y que no lo vean como Dios. Sin embargo, las personas sienten a menudo que Él debe de haber sufrido una gran injusticia, que durante el tiempo que está en la carne Dios no puede mostrar Su persona a la humanidad ni permitirle ver Su grandeza, y que se esconde humildemente en una carne insignificante, por lo que debió de ser terrible para Él. Las personas se toman a pecho lo que pueden entender y ver del sufrimiento de Dios, le manifiestan toda clase de simpatía, y a menudo hasta le elevarán una pequeña alabanza por ello. En realidad, existe una diferencia, una brecha entre lo que las personas entienden del sufrimiento de Dios y lo que Él siente realmente. Os estoy diciendo la verdad; para Dios, independientemente de que se trate del Espíritu de Dios o de la carne del Dios encarnado, ese no es un sufrimiento verdadero. ¿Qué hace, pues, sufrir a Dios de verdad? Hablemos sobre el sufrimiento de Dios tan sólo desde la perspectiva del Dios encarnado.
Cuando Dios se hace carne y se convierte en una persona corriente, normal, que vive en medio de la humanidad, codo con codo con las personas, ¿no puede ver ni sentir los métodos, las leyes y las filosofías de las personas para vivir? ¿Cómo le hacen sentir esos métodos y leyes para la existencia? ¿Siente aborrecimiento en Su corazón? ¿Por qué iba a sentirlo? ¿Cuáles son los métodos y las leyes de la humanidad para vivir? ¿En qué principios están arraigados? ¿En qué se basan? Los métodos, las leyes, etc., de la humanidad para vivir, todo está creado en base a la lógica, el conocimiento y la filosofía de Satanás. Los humanos que viven bajo estos tipos de leyes no tienen humanidad, ni verdad, todos ellos desafían a la verdad, y son hostiles a Dios. Si echamos un vistazo a la esencia de Dios, vemos que esta es exactamente lo contrario de la lógica, el conocimiento y la filosofía de Satanás. Su esencia está llena de justicia, verdad, santidad, y otras realidades de todas las cosas positivas. ¿Qué siente Dios en Su corazón, poseyendo esta esencia y viviendo en medio de esa humanidad? ¿No está lleno de dolor? Su corazón está dolido, y ese dolor es algo que ninguna persona puede entender ni comprender. Y es que todo lo que Él afronta, se encuentra, oye, ve y experimenta es la corrupción, el mal y la rebelión contra la verdad y la resistencia a la misma. Todo lo que viene de los humanos es la fuente de Su sufrimiento. Es decir, como Su esencia y la de los seres humanos corruptos no son la misma, la corrupción de estos pasa a ser la fuente de Su mayor sufrimiento. ¿Puede Dios, al hacerse carne, encontrar a alguien que comparta un lenguaje común con Él? Esto no se puede hallar entre los hombres. No hay quien pueda comunicar ni tener este diálogo con Dios. ¿Qué tipo de sentimiento dirías que tiene Dios? Las cosas que las personas exponen, aman, buscan y anhelan están todas relacionadas con el pecado, con tendencias malvadas. Cuando Dios afronta todo esto, ¿no es como un cuchillo para Su corazón? ¿Podría tenerlo henchido de gozo frente a estas cosas? ¿Podría hallar consuelo? Los que están viviendo con Él son seres humanos llenos de rebeldía y maldad; ¿cómo podría no sufrir Su corazón? ¿Cómo es de grande este sufrimiento en realidad, y a quién le preocupa? ¿Quién presta atención? ¿Y quién podría apreciarlo? Las personas no tienen forma de entender el corazón de Dios. Su sufrimiento es algo que las personas son particularmente incapaces de apreciar, y la frialdad y el entumecimiento de la humanidad profundizan aún más el sufrimiento de Dios.
Algunas personas simpatizan a menudo con la difícil situación de Cristo porque hay un versículo en la Biblia que dice: “Los zorros tienen guaridas y las aves del aire tienen sus nidos; pero el Hijo del Hombre no tiene donde apoyar Su cabeza”. Cuando las personas oyen esto, se lo toman a pecho y creen que es el mayor sufrimiento que Dios resiste, y también es el mayor sufrimiento que Cristo resiste. Ahora, mirándolo desde la perspectiva de los hechos, ¿es ese el caso? Dios no cree que estas dificultades sean sufrimiento. Nunca ha clamado contra la injusticia por las dificultades de la carne ni ha hecho que los seres humanos le devuelvan nada ni lo recompensen. Sin embargo, cuando ve el todo de la humanidad, las vidas corruptas y la maldad de los seres humanos corruptos, cuando ve que la humanidad está entre las garras de Satanás, apresada por él sin poder escapar, esas personas que viven en pecado no saben cuál es la verdad: Él no soporta todos estos pecados. Su aborrecimiento de los hombres se incrementa día a día, pero Él tiene que aguantar todo esto. Este es el gran sufrimiento de Dios. Él no puede expresar plenamente Su voz, Su felicidad, Su ira, Su tristeza o Su placer entre Sus seguidores, y nadie entre ellos puede entender verdaderamente Su sufrimiento. Nadie intenta siquiera entender o consolar Su corazón, que soporta este padecimiento día tras día, año tras año, una y otra vez. ¿Qué veis en todo esto? Dios no exige nada a los humanos a cambio de lo que Él ha dado, sino que por Su esencia no puede tolerar en absoluto la maldad, la corrupción y el pecado de la humanidad. Él siente un aborrecimiento y un odio extremos, que llevan a Su corazón y a Su carne a soportar un sufrimiento inacabable. ¿Podríais ver todo esto? Lo más probable es que ninguno de vosotros pudiera, porque no hay entre vosotros quien entienda de verdad a Dios. A lo largo del tiempo podéis experimentarlo gradualmente por vosotros mismos.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Película cristiana en español latino|Bautismo de fuego|El camino inevitable hacia el reino celestial
El Señor Jesús dijo: "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 7:21). ¿Pero cómo debemos buscar para convertirnos en personas cumplidoras de la voluntad del Padre Celestial y obedientes a Dios, de modo que Dios nos lleve al reino de los cielos? El cristiano Song Enze fue detenido y encarcelado por el Partido Comunista de China durante siete años por creer en Dios y predicar Su evangelio. Cuando lo soltaron, se empeñó en seguir con su entrega a Dios difundiendo el evangelio. A su parecer, abandonar su hogar y su profesión, afanarse y trabajar significa hacer la voluntad de Dios, y da por seguro que recibirá la aprobación de Dios y Él lo llevará al reino de los cielos. Más adelante, el hijo de Song Enze enferma de gravedad, con riesgo para su vida, por lo cual Song Enze guarda rencor a Dios, trata de rebatirlo y hasta pierde el deseo de cumplir con sus deberes. Con lo que le muestra la realidad de su situación y las revelaciones de la palabra de Dios, Song Enze se da cuenta de que sus muchos años de abandono y entrega a Dios fueron, en un principio, un intento de intercambiarlos por la gracia y las bendiciones de Dios y de que no es obediente a Él. Al final, por medio de la búsqueda, aprende a buscar con el fin de escapar a su carácter corrupto, hacerse verdaderamente obediente a Dios y ser salvado por Él.
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 73 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"
Las parábolas del Señor Jesús
1) La parábola del sembrador (Mateo 13:1-9)
2) La parábola del trigo y la cizaña (Mateo 13:24-30)
3) La parábola de la semilla de mostaza (Mateo 13:31-32)
4) La parábola de la levadura (Mateo 13:33)
5) La parábola del trigo y la cizaña explicada (Mateo 13:36-43)
6) La parábola del tesoro (Mateo 13:44)
7) La parábola de la perla (Mateo 13:45-46)
8) La parábola de la red (Mateo 13:47-50)
La primera es la parábola del sembrador. Es realmente interesante; sembrar semillas es un acontecimiento común en las vidas de las personas. La segunda es la del trigo y la cizaña. En lo que respecta a esta, cualquiera que haya plantado cultivos y adultos lo sabrá. La tercera es la parábola del grano de mostaza. Todos vosotros sabéis lo que es la mostaza, ¿verdad? Si no lo sabéis, podéis echar un vistazo a la Biblia. Para la cuarta, la de la levadura, la mayoría de las personas sabe que esta se usa para la fermentación; es algo que las personas utilizan en su vida cotidiana. Todas las parábolas siguientes, incluyendo la sexta, la del tesoro, la séptima, la de la perla, y la octava, la de la red, se sacan de las vidas de las personas; todas vienen de las vidas actuales de ellas. ¿Qué tipo de cuadro pintan estas parábolas? Es una imagen de Dios convirtiéndose en una persona normal y viviendo junto a la humanidad, usando el lenguaje de una vida normal, el lenguaje humano para comunicar con los hombres y proveerles lo que necesitan. Cuando Dios se hizo carne y vivió en medio de la humanidad durante mucho tiempo, después de haber experimentado y presenciado los diversos estilos de vida de las personas, estas experiencias pasaron a ser Su manual para transformar Su lenguaje divino en humano. Por supuesto, estas cosas que Él vio y oyó en la vida también enriquecieron la experiencia del Hijo del Hombre humano. Cuando Él quería que las personas llegaran a entender algunas verdades, algo de la voluntad de Dios, podía usar parábolas parecidas a las anteriores para hablar a las personas acerca de la voluntad de Dios y Sus exigencias para la humanidad. Estas parábolas tenían, todas, relación con la vida de las personas; no había una sola que no estuviese en sintonía con las vidas humanas. Cuando el Señor Jesús vivió con la humanidad, vio a campesinos cuidando sus campos, sabía lo que eran la cizaña y la levadura; entendió que los humanos aman los tesoros, por lo que usó las metáforas del tesoro y la perla; con frecuencia vio a pescadores echando sus redes; etc. El Señor Jesús observó estas actividades en las vidas de los hombres, y también experimentó ese tipo de vida. Él fue igual que cualquier otra persona normal, comía tres veces al día y seguía las rutinas cotidianas de los seres humanos. Experimentó personalmente la vida de una persona corriente, y fue testigo de la vida de otros. Cuando presenció y experimentó todo esto en persona, no pensó en cómo tener una buena vida o vivir con mayor libertad y comodidad. Cuando estuvo experimentando una vida humana auténtica, el Señor Jesús vio las dificultades en la vida de las personas, el sufrimiento, el infortunio, y la tristeza de las personas bajo la corrupción de Satanás, existiendo bajo su dominio, y en pecado. Mientras experimentaba personalmente la vida humana, también comprobó cuán desamparadas estaban las personas que vivían en medio de la corrupción, y vio y experimentó la desgracia de quienes vivían en pecado, los que estaban perdidos en la tortura de Satanás, del mal. Cuando el Señor Jesús vio estas cosas, ¿las vio con Su divinidad o con Su humanidad? Su humanidad existió realmente, estaba muy viva; Él pudo experimentar y ver todo esto, y por supuesto Su esencia, Su divinidad también lo vieron. Esto es, Cristo mismo, el Señor Jesús hombre vio esto, y todo lo que observó le hizo sentir la importancia y la necesidad de la obra que había acometido, en ese momento, en la carne. Aunque Él mismo sabía que la responsabilidad que debía asumir en la carne era inmensa, y lo cruel que sería el dolor que afrontaría, cuando vio a la humanidad desamparada en el pecado, el infortunio de sus vidas y sus luchas ineficaces bajo la ley, sintió cada vez mayor tristeza, y más inquietud por salvar a la humanidad del pecado. Independientemente del tipo de dificultades que afrontaría o del dolor que sufriría, estuvo cada vez más decidido a redimir a la humanidad que vivía en pecado. Durante este proceso, se podría decir que el Señor Jesús comenzó a entender con mayor claridad la obra que necesitaba hacer y que se le había encomendado. También se sintió cada vez más deseoso de completar la obra que debía acometer: cargar con los pecados de toda la humanidad, hacer expiación por ella para que no viviera más en pecado y que Dios fuera capaz de olvidar los pecados del hombre, gracias a la ofrenda por el pecado, permitiéndole impulsar Su obra de salvar a la humanidad. Se podría decir que, en Su corazón, el Señor Jesús estaba dispuesto a ofrecerse por la humanidad, a sacrificarse. También lo estaba a actuar como ofrenda por el pecado, a ser clavado a la cruz, y estaba ansioso por completar esta obra. Cuando vio las condiciones miserables de las vidas humanas, todavía quiso cumplir Su misión a la mayor rapidez posible, sin el retraso de un solo minuto o segundo. Cuando tuvo ese sentimiento de urgencia, no estaba pensando en lo grande que sería Su dolor ni en cuanta humillación tendría que soportar; sólo tenía una convicción en Su corazón: mientras Él se ofreciera, y fuera clavado a la cruz como ofrenda por el pecado, la voluntad de Dios prevalecería y Él podría comenzar una nueva obra. La vida de la humanidad y su estado de existencia en el pecado, cambiarían por completo. Su convicción y lo que estaba decidido a hacer guardaban relación con salvar al hombre, y sólo tenía un objetivo: llevar a cabo la voluntad de Dios, de manera que pudiese iniciar, con éxito, el siguiente paso en Su obra. Esto es lo que había en la mente del Señor Jesús en aquella época.
Viviendo en la carne, el Dios encarnado poseía una humanidad normal; poseía las emociones y el razonamiento de una persona normal. Sabía lo que era la felicidad, el dolor, y cuando vio a la humanidad en este tipo de vida, sintió en lo más profundo que dándoles simplemente a las personas algunas enseñanzas, proveyéndoles algo o instruyéndolas en algo no las sacaría del pecado. Tampoco las redimiría de este haciéndoles obedecer solamente los mandamientos; sólo cuando cargara con el pecado de la humanidad y se convirtiera en la semejanza de carne pecadora podría intercambiarlo por la libertad del hombre y por el perdón de Dios para este. Así, después de que el Señor Jesús experimentara y presenciara la vida de pecado de los hombres, un intenso deseo se manifestó en Su corazón: permitir que se libraran de su vida de lucha en el pecado. Este deseo hizo que sintiera cada vez más que debía ir a la cruz y cargar con los pecados de la humanidad lo antes posible, lo más rápido que pudiera. Estos fueron los pensamientos del Señor Jesús en ese momento, después de haber vivido con personas y haber visto, oído y sentido la desgracia de sus vidas en el pecado. Que el Dios encarnado pudiera tener esta clase de voluntad para el hombre, que pudiera expresar y revelar esta clase de carácter, ¿es algo que una persona normal pudiera poseer? ¿Qué vería una persona corriente en este tipo de entorno? ¿Qué pensaría? Si una persona normal afrontase todo esto, ¿consideraría los problemas desde una perspectiva elevada? ¡Definitivamente no! Aunque el aspecto del Dios encarnado sea exactamente igual al de un ser humano, Él aprende el conocimiento humano, habla el lenguaje humano y, en ocasiones, hasta expresa Sus ideas a través de los medios o las expresiones del hombre, Su modo de ver a los seres humanos y la esencia de las cosas es absolutamente distinto a como las personas corruptas ven estas mismas cosas. Su perspectiva y la altura en la que se halla es algo inalcanzable para una persona corrupta. Esto se debe a que Dios es la verdad, Su carne también posee la esencia de Dios, y Sus pensamientos así como lo que expresa Su humanidad también son la verdad. Para las personas corruptas, todo lo que Él expresa en la carne es una provisión de la verdad y de la vida, y no sólo es para una persona, sino para toda la humanidad. En el caso de cualquier persona corrupta, en su corazón solamente se hallan las pocas personas relacionadas con ella. Sólo se cuida de estas y se preocupa únicamente por ellas. Cuando el desastre está en el horizonte piensa primero en sus propios hijos, su esposa, o sus padres, y una persona más filantrópica pensaría como mucho en algún familiar o en un buen amigo; ¿piensa en alguien más? ¡Nunca! Porque los seres humanos son, después de todo, humanos, y sólo pueden ver algo desde la perspectiva y la altura de una persona. Sin embargo, Dios encarnado es totalmente diferente de una persona corrupta. Independientemente de lo corriente, normal y humilde que sea la carne del Dios encarnado, o de la cantidad de desprecio con que lo mire la gente, Sus pensamientos y Su actitud hacia la humanidad son cosas que ningún hombre podría poseer ni imitar. Él siempre observará a la humanidad desde la perspectiva de la divinidad, desde la altura de Su posición como Creador. Siempre la contemplará a través de la esencia y de la mentalidad de Dios. No puede verla en absoluto desde la altura de una persona normal ni desde la perspectiva de una corrupta. Cuando las personas miran a la humanidad, lo hacen con una visión humana, y usan cosas como el conocimiento, las normas y las teorías humanos como punto de referencia. Esto se halla dentro del ámbito de lo que las personas pueden ver con sus ojos, de lo que unos seres corruptos pueden lograr. Cuando Dios mira a la humanidad, lo hace con visión divina; usa como medida Su esencia y lo que Él tiene y es. Este ámbito incluye cosas que las personas no pueden ver, y en esto es en lo que Dios encarnado y los humanos corruptos son totalmente diferentes. Esta divergencia viene determinada por la esencia de los seres humanos que es distinta a la de Dios y que determina las identidades y las posiciones, así como la perspectiva y la altura desde la que ven las cosas. ¿Veis la expresión y la revelación de Dios mismo en el Señor Jesús? Podrías decir que lo que Él hizo y dijo guardaba relación con Su ministerio y con la obra de gestión de Dios, que todo ello era la expresión y la revelación de Su esencia. Aunque tuvo una manifestación humana, Su esencia divina y la revelación de Su divinidad no pueden negarse. ¿De verdad era esta manifestación humana una expresión de la humanidad? Por su propia esencia, fue Su manifestación humana totalmente diferente de la de las personas corruptas. El Señor Jesús fue Dios encarnado, y si hubiera sido realmente una persona normal, corrupta, ¿habría podido contemplar la vida de la humanidad, en pecado, desde una perspectiva divina? ¡En absoluto! Esta es la diferencia entre el Hijo del Hombre y las personas corrientes. Todas las personas corruptas viven en pecado, y cuando alguien ve el pecado, no tiene ningún sentimiento particular respecto al mismo; son todas iguales, como un cerdo que vive en el fango y no se siente en absoluto incómodo ni sucio; come bien y duerme profundamente. Si alguien limpia la pocilga, el cerdo no se sentirá a gusto ni se mantendrá limpio. Pronto estará revolcándose de nuevo en el fango, y sintiéndose por completo a gusto, porque es una criatura sucia. Cuando los seres humanos ven un cerdo, sienten que es sucio; y si lo limpias, no se sentirá mejor. Por esta razón nadie tiene un cerdo en casa. La forma en que los humanos ven a los cerdos siempre será diferente de cómo se sienten ellos, porque humanos y cerdos no son de la misma especie. Y como el Hijo del Hombre encarnado no es de la misma especie que los seres humanos corruptos, sólo el Dios encarnado puede alzarse desde una perspectiva divina, y desde la altura de Dios para contemplar a la humanidad, y verlo todo.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Película cristiana | "Antes de las elecciones" Historia real de cristiana sometida al juicio de Dios
Zhou Qingyu es líder de una iglesia que tiene buenas aptitudes, es competente, ha logrado buenos resultados en su deber y tiene la aprobación de sus hermanos y hermanas. Cuando se acercan las elecciones anuales de la iglesia, confía en ser reelegida, hasta que a Yang Jie, líder de la iglesia del este de la ciudad, la delatan en una reunión y la persigue el PCCh. Escapa y le asignan un deber en la iglesia de Zhou Qingyu, tras lo cual también se incorpora a las candidaturas de la iglesia. Zhou Qingyu no tarda en descubrir que todos los hermanos y hermanas quieren oír hablar a Yang Jie y la elogian por tener la realidad de la verdad, y siente celos de ella. A fin de proteger su estatus y reputación, Zhou Qingyu se exhibe, trata de aislar a Yang Jie y se ve controlada por su actitud corrupta de rivalizar por la reputación y el estatus. Al final, ¿cómo escapa Zhou Qingyu de las limitaciones y la esclavitud derivadas de la búsqueda de reputación y estatus? Y cuando lleguen las elecciones, ¿qué votará? Mira Antes de las elecciones para averiguarlo.
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 82 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"
Durante el tiempo en el que el Señor Jesús obró en la carne, la mayoría de Sus seguidores no pudieron comprobar por completo Su identidad y las cosas que dijo. Cuando fue a la cruz, la actitud de ellos fue de expectación; cuando fue clavado a la cruz y hasta que fue sepultado, su comportamiento fue de decepción. Durante este tiempo, habían empezado a pasar en sus corazones de la duda a la negación de las cosas que el Señor Jesús había dicho durante el tiempo que estuvo en la carne. Y cuando Él salió de la tumba y se fue apareciendo una por una a las personas, la mayoría de los que le habían visto con sus propios ojos o que habían oído las nuevas de Su resurrección fueron pasando poco a poco de la negación al escepticismo. Cuando Él hizo que Tomás pusiera su mano en Su costado, cuando partió el pan y comió delante de ellos, después de Su resurrección y sólo entonces, y después de que Él comiera pescado asado delante de ellos, aceptaron realmente que el Señor Jesús era el Cristo en la carne. Se podría decir que fue como si ese cuerpo espiritual, con carne y huesos, allí delante de aquellos hombres los estuviera despertando a todos de un sueño: El Hijo del Hombre que estaba allí, frente a ellos, era Aquel que había existido desde tiempos inmemoriales. Tenía una forma, era de carne y hueso, y ya había vivido y comido con la humanidad durante largo tiempo… ¡En ese momento, las personas sintieron que Su existencia era tan real, tan maravillosa! ¡Estaban, asimismo, tan gozosos y felices, y, a la vez, tan llenos de emoción! Y Su reaparición permitió que vieran de verdad Su humildad, que sintieran Su cercanía y Su anhelo, Su apego por la humanidad. Esta breve reunión hizo que las personas que vieron al Señor Jesús sintieran como si hubiera transcurrido toda una vida. Sus corazones perdidos, confusos, asustados, angustiados, anhelantes y entumecidos hallaron consuelo. Ya no dudaban ni se sentían decepcionados, porque sentían que ahora había esperanza, algo en que confiar. El Hijo del Hombre allí delante de ellos estaría detrás de ellos por toda la eternidad; sería su torre fuerte, su refugio en todo tiempo.
Aunque el Señor Jesús había resucitado, Su corazón y Su obra no habían abandonado a la humanidad. Con Su aparición les dijo a las personas que independientemente de la forma en la que Él existiera, los acompañaría, caminaría y estaría con ellos en todo tiempo, en todo lugar. Y así, proveería para la humanidad y la pastorearía; permitiría que ellos lo vieran y lo tocasen, y se aseguraría de que nunca más volvieran a sentirse indefensos. El Señor Jesús también quería que las personas supieran esto: No estaban solos durante su vida en este mundo. La humanidad cuenta con el cuidado de Dios; Él está con ellos; las personas pueden apoyarse siempre en Él, quien es la familia de cada uno de Sus seguidores. Con Su apoyo, la humanidad ya no estaría sola ni indefensa, y aquellos que le aceptan como ofrenda por su pecado dejarán de estar atados al pecado. A los ojos humanos, estas porciones de la obra que el Señor Jesús llevó a cabo después de Su resurrección fueron cosas muy pequeñas, ¡pero en Mi opinión cada una de ellas fue tan significativa, tan valiosa, y fueron todas tan importantes y de tanto peso!
Aunque el tiempo en que el Señor Jesús obró en la carne estuvo lleno de dificultades y sufrimiento, por medio de Su aparición en Su cuerpo espiritual de carne y hueso terminó por completo, y de una forma perfecta, Su obra de aquel tiempo de Su encarnación para redimir a la humanidad. Comenzó Su ministerio haciéndose carne y acabó Su ministerio apareciéndose a la humanidad en Su forma carnal. Anunció la Era de la Gracia, la inició por medio de Su identidad como el Cristo, a través de la cual llevó a cabo la obra en dicha era y fortaleció y dirigió a todos Sus seguidores en ella. De la obra de Dios se puede decir que Él verdaderamente acaba lo que empieza. Existen pasos y un plan lleno de la sabiduría de Dios, de Su omnipotencia y de Sus maravillosos hechos, de Su amor y de Su misericordia. Por supuesto, el hilo principal que recorre toda la obra de Dios es Su preocupación por la humanidad; está impregnada de Sus sentimientos de inquietud que nunca puede dejar de lado. En estos versículos de la Biblia, en todo lo que el Señor Jesús hizo después de Su resurrección, lo que se reveló fueron las esperanzas y la preocupación inmutables de Dios por la humanidad, así como Su meticuloso cuidado y Su estima por los seres humanos. Hasta ahora, nada de esto ha cambiado, ¿podéis verlo? Cuando lo veis, ¿no se acerca vuestro corazón automáticamente a Dios? Si vivierais en aquella época y el Señor Jesús se os apareciera después de Su resurrección, en una forma tangible para que pudierais verle, y si se sentara frente a vosotros, comiera pan y pescado y os explicara las escrituras, hablara con vosotros, ¿cómo os sentiríais? ¿Estaríais felices? ¿Y culpables? Los malentendidos anteriores y el haber evitado a Dios, los conflictos con Él y las dudas sobre Él, ¿no desaparecerían por completo? ¿No se volvería más adecuada la relación entre Dios y el hombre?
A través de la interpretación de estos capítulos limitados de la Biblia, ¿habéis descubierto defectos en el carácter de Dios? ¿Alguna adulteración de Su amor? ¿Habéis visto alguna astucia o maldad en la omnipotencia o la sabiduría de Dios? ¡Desde luego que no! ¿Podéis decir ahora con seguridad que Dios es santo? ¿Podéis decir con certeza que el placer, la ira, la tristeza y la felicidad de Dios son, todos ellos, una revelación de Su esencia y Su carácter? Espero que después de leer estas palabras, lo que hayáis entendido de ellas os ayude y os proporcione beneficios en vuestra búsqueda de un cambio de carácter y en el temor de Dios. Espero, asimismo, que estas palabras lleven un fruto para vosotros que vaya creciendo día a día, para que en el proceso de esta búsqueda os acerque cada vez más a Dios, y al estándar que Él requiere. Que ya no os aburra la búsqueda de la verdad ni sintáis que esto, y perseguir un cambio de carácter, es algo difícil o superfluo, sino más bien el verdadero carácter de Dios y Su santa esencia que os motivan para que anheléis la luz, la justicia y aspiréis a buscar la verdad, a procurar satisfacer la voluntad de Dios y a convertiros en seres humanos ganados por Dios, en personas reales.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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