Vídeo cristiano | "Desperté en pleno juicio" ¿Has encontrado el camino para purificar los pecados?
Tras aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, Li Jie tiene sed de la palabra de Dios y lo abandona todo para dedicarse a Él. Dos años más tarde la eligen líder de la iglesia.
En el cumplimiento de su deber, una y otra vez quedan en evidencia la arrogancia, el engreimiento y el deseo de fama y ganancia de su naturaleza satánica: cuando ve que asciende la hermana que colabora con ella, Li Jie siente envidia y vive en un estado de negatividad; en las reuniones se encumbra y da testimonio de sí misma intencionadamente, mientras menosprecia a sus compañeros, e intenta que los hermanos y hermanas la respeten y admiren. Como no busca la verdad, sino que sigue el camino de un anticristo y va en pos de la fama y el estatus, pierde la obra del Espíritu Santo, no sabe hacer el trabajo práctico y la despiden de sus funciones de liderazgo. Tras perder el puesto, Li Jie se encuentra atrapada en el refinamiento y, leyendo la palabra de Dios y recapacitando sobre sí misma, se da cuenta de que la arrogancia y el engreimiento de su naturaleza satánica la obligaban a ir en pos de la fama y el estatus, a oponerse a Dios y a rebelarse contra Él en contra de su voluntad. En el juicio y castigo de la palabra de Dios, al final despierta y ve con claridad que la esencia de su búsqueda de la fama y el estatus es el camino de un anticristo. Li Jie comienza a odiar su naturaleza satánica y se da cuenta de que sólo puede llegar a creer en Dios con éxito y conseguir Su aprobación si busca la verdad, cumple con los deberes de una criatura de Dios, lo obedece, lo ama y lo satisface. Luego se centra en la búsqueda de la verdad y en el firme cumplimiento del deber, y ya no depende de la ponzoña de Satanás para vivir, sino que vive practicando la verdad y amparándose en la palabra de Dios. Poco a poco, Li Jie escapa a la esclavitud de la fama y el estatus, y su alma finalmente alcanza la libertad y la liberación.
Tras aceptar la obra de Dios Todopoderoso en los últimos días, Li Jie tiene sed de la palabra de Dios y lo abandona todo para dedicarse a Él. Dos años más tarde la eligen líder de la iglesia.
En el cumplimiento de su deber, una y otra vez quedan en evidencia la arrogancia, el engreimiento y el deseo de fama y ganancia de su naturaleza satánica: cuando ve que asciende la hermana que colabora con ella, Li Jie siente envidia y vive en un estado de negatividad; en las reuniones se encumbra y da testimonio de sí misma intencionadamente, mientras menosprecia a sus compañeros, e intenta que los hermanos y hermanas la respeten y admiren. Como no busca la verdad, sino que sigue el camino de un anticristo y va en pos de la fama y el estatus, pierde la obra del Espíritu Santo, no sabe hacer el trabajo práctico y la despiden de sus funciones de liderazgo. Tras perder el puesto, Li Jie se encuentra atrapada en el refinamiento y, leyendo la palabra de Dios y recapacitando sobre sí misma, se da cuenta de que la arrogancia y el engreimiento de su naturaleza satánica la obligaban a ir en pos de la fama y el estatus, a oponerse a Dios y a rebelarse contra Él en contra de su voluntad. En el juicio y castigo de la palabra de Dios, al final despierta y ve con claridad que la esencia de su búsqueda de la fama y el estatus es el camino de un anticristo. Li Jie comienza a odiar su naturaleza satánica y se da cuenta de que sólo puede llegar a creer en Dios con éxito y conseguir Su aprobación si busca la verdad, cumple con los deberes de una criatura de Dios, lo obedece, lo ama y lo satisface. Luego se centra en la búsqueda de la verdad y en el firme cumplimiento del deber, y ya no depende de la ponzoña de Satanás para vivir, sino que vive practicando la verdad y amparándose en la palabra de Dios. Poco a poco, Li Jie escapa a la esclavitud de la fama y el estatus, y su alma finalmente alcanza la libertad y la liberación.
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