Todas las naciones vengan a Tu luz
¡Tu abrazo amplio abres Tú para acariciar en su queja a la humanidad,
Tus brazos agitas con fuerza y amor, y Tus ojos radiantes de brillo!
Y Tu amor y clemencia nos sostienen, y aparece Tu gloriosa faz.
En este mundo tan corrupto, Tus rayos de luz ya están aquí.