15 de agosto de 2012
Desde el año 2007, cuando acepté la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días, aunque he aparentado en la superficie estar muy ocupada cumpliendo mis deberes, no he entregado mi corazón a Dios y, con frecuencia, me he sentido atada, hasta el punto de la asfixia, por problemas familiares insignificantes.