El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

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viernes, 6 de noviembre de 2020

Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Testimonio cristiano en español 2020 | He sido arrebatado delante de Dios

Como cristiano, a menudo oía hablar a su pastor de que, cuando el Señor regrese, arrebatará a los creyentes a las nubes y se reunirá con ellos en lo alto. Por casualidad, oye a un amigo dar testimonio de que el Señor Jesús ha regresado para expresar la verdad y realizar la obra del juicio, que comienza por la casa de Dios. Sorprendido, se pregunta: “Pero aún estamos todos aquí en la tierra. No hemos sido arrebatados; entonces, ¿cómo es posible que ya haya regresado el Señor Jesús?”. Posteriormente descubre que la Iglesia de Dios Todopoderoso ha producido un gran número de vídeos y películas, así como muchos testimonios de experiencias, que dan testimonio de Dios, y no puede evitar la curiosidad. Piensa para sus adentros: “Lo que viene de Dios está destinado a florecer. La Iglesia de Dios Todopoderoso está creciendo muy rápido. ¿Es posible que Dios Todopoderoso sea realmente el regreso del Señor Jesús?”. Buscando e investigando, descubre que hay muchos pasajes de la Biblia que profetizan el descenso del reino de Dios a la tierra. Al final comprende el verdadero significado del arrebatamiento y recibe el regreso del Señor.

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jueves, 5 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 76 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Cuando eres capaz de apreciar realmente los pensamientos y la actitud de Dios hacia la humanidad, cuando puedes entender realmente Sus emociones y Su preocupación por cada criatura, podrás entender la devoción y el amor depositados sobre cada persona creada por el Creador. Cuando esto ocurra, utilizarás dos palabras para describir el amor de Dios; ¿cuáles son? Algunas personas dicen “abnegado”, y otras “filantrópico”. De estas dos, la segunda es la palabra menos apropiada para definir el amor de Dios. Es un término que se utiliza para describir los pensamientos y los sentimientos tolerantes de una persona. Aborrezco realmente esta palabra, porque se refiere a dispensar caridad de un modo aleatorio, indiscriminado, sin tener en cuenta principio alguno. Es una expresión abiertamente emocional de personas insensatas y confusas. Cuando esta palabra se utiliza para describir el amor de Dios, existe inevitablemente un propósito blasfemo. Tengo dos palabras que definen de forma más adecuada el amor de Dios. ¿Cuáles son? La primera es “inmenso”. ¿No es evocadora? La segunda es “vasto”. Hay una relevancia práctica tras estas dos palabras que utilizo para definir el amor de Dios. Literalmente, “inmenso” describe el volumen o la capacidad de una cosa, pero no importa lo grande que esta sea: es algo que las personas pueden tocar y ver. Esto es porque existe, no es un objeto abstracto, y da a las personas la sensación de que es relativamente preciso y práctico. No importa si lo estás mirando desde un ángulo plano o tridimensional; no necesitas imaginar su existencia, porque es algo que existe en realidad. Aunque usar “inmenso” para definir el amor de Dios puede hacer pensar que se está cuantificando el mismo, al mismo tiempo también da la sensación de que no se puede cuantificar. Yo digo que el amor de Dios puede cuantificarse, porque no es una especie de ente imaginario ni surge de ninguna leyenda. Más bien, es algo compartido por todas las cosas que están bajo el dominio de Dios, y algo que disfrutan todas las criaturas en diversos grados y desde diferentes perspectivas. Aunque las personas no pueden verlo ni tocarlo, este amor trae sustento y vida a todas las cosas conforme se va revelando gota a gota en sus vidas y ellas enumeran y dan testimonio del amor de Dios que disfrutan cada momento. Digo que el amor de Dios no puede cuantificarse, porque el misterio de Dios que provee y alimenta todas las cosas es algo difícil de comprender para los seres humanos, como lo son los pensamientos de Dios sobre todas las cosas y, en particular, sobre la humanidad. Es decir, nadie sabe la sangre y las lágrimas que el Creador ha derramado por la humanidad. Nadie puede comprender ni entender la profundidad o el peso del amor que el Creador tiene por la humanidad, a la que hizo con Sus propias manos. Describir el amor de Dios como inmenso es ayudar a las personas a apreciar y entender su amplitud y la verdad de su existencia. También pueden comprender en mayor profundidad el significado práctico de la palabra “Creador”, y pueden obtener un entendimiento más profundo de la verdadera relevancia del apelativo “creación”. ¿Qué describe habitualmente el término “vasto”? Se usa generalmente para el océano o el universo, como el vasto universo, o el vasto océano. La expansión y la silenciosa profundidad del universo superan el entendimiento humano, y es algo que capta las imaginaciones de los hombres, que los llena de admiración. Su misterio y su profundidad se ven, pero no se pueden alcanzar. Cuando piensas en el océano, piensas en su amplitud: parece no tener límites, y puedes sentir su misterio y su carácter inclusivo. Por esta razón he usado la palabra “vasto” para definir el amor de Dios. Lo he hecho para ayudar a las personas a sentir lo valioso que es, su intensa belleza y que su poder es infinito y extenso. Lo he hecho para ayudarlas a sentir la santidad de Su amor, así como la dignidad de Dios y que no se le puede ofender, revelados por medio de Su amor. ¿Pensáis ahora que “vasto” es una palabra apropiada para describir el amor de Dios? ¿Puede el amor de Dios igualarse a estos dos términos, “inmenso” y “vasto”? ¡Totalmente! En el lenguaje humano, sólo estas dos palabras son relativamente adecuadas y cercanas para definir el amor de Dios. ¿No pensáis lo mismo? Si os pidiera que lo describierais, ¿usaríais estas dos palabras? Lo más probable es que no pudierais, porque vuestro entendimiento y vuestra apreciación del mismo se limitan a una perspectiva plana, y no ha ascendido a la altura del espacio tridimensional. Por tanto, si os pidiera que describierais el amor de Dios, sentiríais que os faltan las palabras; quedaríais incluso mudos. Los dos términos de los que he hablado hoy pueden resultaros difíciles de entender, o quizás no estéis de acuerdo con ellos. Esto sólo puede indicar que vuestra apreciación y vuestro entendimiento del amor de Dios son superficiales y se encuentran dentro de un área reducida. He dicho antes que Dios es abnegado. ¿Recordáis la palabra abnegado? ¿Podría decirse que el amor de Dios sólo puede definirse como abnegado? ¿No es una perspectiva demasiado corta? Deberíais meditar más en este asunto para obtener algo del mismo.

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Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

Testimonio cristiano en español 2020 | ¿Puede el conocimiento cambiar tu destino?

La narradora, que creció en una familia pobre de agricultores, toma la frase “El conocimiento puede cambiar tu destino” como máxima de vida. Sin embargo, cuando se frustra su sueño de ir a la universidad, pone sus esperanzas en su hija, a quien carga con un estricto régimen de estudio. No obstante, esa presión académica hace que su hija se vuelva cada vez más antisocial y hasta desaparezca de casa toda una noche. La narradora está nerviosa y atormentada pensando qué podría ser de su hija, hasta que lee la palabra de Dios Todopoderoso y se da cuenta de que la idea de que “El conocimiento puede cambiar tu destino” no les ha traído más que dolor y sufrimiento a ella y a su hija. Con la lectura de la palabra de Dios comienza a comprender qué consideración hay que darle al saber y cómo formar a su hija para que tome la senda correcta en la vida.

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miércoles, 4 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 62 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"


Hoy, resumiremos primero los pensamientos, las ideas y cada movimiento de Dios desde que creó a los seres humanos, y echaremos un vistazo a la obra que llevó a cabo a partir de la creación del mundo y hasta el inicio oficial de la Era de la Gracia. Entonces podremos descubrir cuáles de los pensamientos y de las ideas de Dios le son desconocidos al hombre y, desde ahí, podremos aclarar el orden del plan de Dios para Su obra de gestión, entender a fondo el contexto en el que la creó, la fuente y el proceso de desarrollo de esta, y asimismo comprender por completo qué resultados quiere obtener de ella, es decir, el núcleo y el propósito de la misma. Para entender estas cosas tenemos que remontarnos a un tiempo lejano, en calma y silencioso en el que no había seres humanos…
Cuando Dios se levantó de Su lecho, Su primer pensamiento fue este: crear a una persona viva, un ser humano viviente y real, alguien con quien vivir y que fuera Su compañero constante. Esta persona podría escucharle y Dios podría confiar en ella y hablar con ella. Entonces, por primera vez, Dios agarró un puñado de tierra y la usó para crear a la primera persona viva que Él había imaginado, y le puso nombre: Adán. ¿Cómo se sintió, una vez conseguida esta persona que vivía y respiraba? Por primera vez, sintió el gozo de tener a un ser amado, un compañero; también la responsabilidad de ser padre y la preocupación que le acompaña. Esta persona viva que respiraba, le produjo a Dios felicidad y gozo; Él se sintió consolado por primera vez. Fue lo primero que Dios había hecho jamás que no se llevara a cabo con Sus pensamientos o incluso Sus palabras, sino con Sus propias dos manos. Cuando este tipo de ser —una persona viva, que respiraba— estuvo delante de Dios, en carne y hueso, con cuerpo y forma, y capaz de hablar con Él, experimentó una especie de gozo que nunca antes había sentido. Sintió en verdad Su responsabilidad y este ser viviente no sólo tiró de su corazón, sino que cada uno de sus pequeños movimientos también lo conmovieron y dieron calor a Su corazón. De modo que, cuando este ser viviente estuvo delante de Dios, fue la primera vez que Él tuvo la idea de ganar más personas como esta. Esta fue la serie de acontecimientos que se iniciaron con este primer pensamiento que Dios tuvo. Para Él, todos estos sucesos estaban ocurriendo por primera vez, pero en ellos, independientemente de lo que Él sintiera en aquel momento —gozo, responsabilidad, preocupación—, no había nadie con quien poderlo compartir. Desde ese momento, Dios sintió realmente una soledad y una tristeza como nunca antes. Percibió que los seres humanos no podían aceptar ni comprender Su amor y Su preocupación, o Sus intenciones por la humanidad, de manera que aún sintió tristeza y dolor en Su corazón. Aunque había hecho aquellas cosas para el hombre, este no era consciente de ello ni lo entendía. Al margen de la felicidad, del gozo y del consuelo que el hombre le proporcionó, esto pronto trajo consigo Sus primeros sentimientos de tristeza y soledad. Estos eran los pensamientos y los sentimientos de Dios en aquel momento. Mientras Él estaba haciendo todas estas cosas, en Su corazón pasaba del gozo a la tristeza y de la tristeza al dolor, todo ello mezclado con ansiedad. Todo lo que Él quería hacer era apresurarse para hacerle saber a esta persona, a esta raza humana, con prontitud lo que había en Su corazón y que ella entendiera cuanto antes Sus intenciones. Entonces podrían convertirse en Sus seguidores y estar en armonía con Él. Ya no escucharían hablar a Dios y se quedarían sin palabras; dejarían de ignorar cómo unirse a Él en Su obra; por encima de todo, ya no serían personas indiferentes a los requisitos divinos. Estas primeras cosas que Dios llevó a cabo están llenas de sentido y encierran gran valor para Su plan de gestión y para los seres humanos de hoy.
Después de crear todas las cosas y a los seres humanos, Dios no descansó. No podía esperar para realizar Su gestión ni para ganar de entre la humanidad a aquellas personas a las que tanto amaba.
A continuación, poco después de que Dios creara a los seres humanos, vemos en la Biblia que hubo un gran diluvio en todo el mundo, en cuyo relato se menciona a Noé; se puede decir que él fue la primera persona en recibir el llamado de Dios a obrar con Él para completar una tarea de Dios. Por supuesto, también fue la primera vez que Dios le pidió a alguien sobre la tierra que hiciera algo según Su mandamiento. Una vez acabó Noé de construir el arca, Dios inundó por primera vez la tierra. Cuando la destruyó con el diluvio, fue la primera vez, desde que los creó, que se sintió abrumado de indignación hacia los seres humanos; esto fue lo que obligó a Dios a tomar la dolorosa decisión de destruir a esta raza humana mediante un diluvio. Una vez este hubo destruido la tierra, Dios estableció Su primer pacto con los seres humanos de que nunca más volvería a hacer algo así. La señal de este tratado fue un arcoíris. Fue el primer acuerdo de Dios con la humanidad, de modo que el arcoíris fue la primera señal de un pacto dado por Dios; este arcoíris es algo real y físico que existe. Es la existencia misma de este arcoíris lo que hace que Dios sienta a menudo tristeza por la raza humana previa que perdió, y sirve de recordatorio constante para Él de lo que les sucedió… Dios no iría a paso lento; no podía esperar para dar el siguiente paso en Su gestión. Posteriormente escogió a Abraham como Su primera elección para Su obra en todo Israel. Fue la primera vez que Dios escogió un candidato así. Dios decidió empezar a llevar a cabo Su obra de salvar a la humanidad a través de esta persona, y de proseguir con Su obra entre los descendientes de este. Podemos ver en la Biblia que esto es lo que Dios le hizo a Abraham. A continuación, convirtió a Israel en la primera tierra escogida e inició Su obra de la Era de la Ley por medio de Su pueblo elegido, los israelitas. Una vez más, por primera vez, Dios les proporcionó a los israelitas las normas y leyes expresas que la humanidad debería seguir, y se las explicó en detalle. Esta era la primera vez que Dios les había dado a los seres humanos unas normas tan específicas y estándar sobre cómo debían presentar sacrificios, cómo debían vivir, lo que debían y lo que no debían hacer, qué festividades y días debían observar y qué principios debían seguir en todo lo que hicieran. Esta era la primera vez que Dios le daba a la humanidad unas normativas y principios tan detallados y estandarizados para su vida.
Cuando digo “la primera vez”, significa que Dios nunca antes había realizado una obra como esta. Es algo que no existía con anterioridad, e incluso aunque Dios había creado a la humanidad y a todos los tipos de criaturas y cosas vivientes, jamás había llevado a cabo esa clase de obra. Toda esta obra implicaba la gestión divina de los humanos; todo tenía que ver con ellos y con Su salvación y gestión de los seres humanos. Después de Abraham, Dios volvió a escoger de nuevo por primera vez: eligió a Job para que fuera alguien que viviera bajo la ley y que pudiera resistir las tentaciones de Satanás, mientras seguía temiendo a Dios y apartándose del mal, y siendo testigo de Él. También fue la primera vez que Dios le permitió a Satanás tentar a una persona, y la primera vez que apostó con él. Al final, por primera vez, Dios consiguió a alguien que fuera capaz de dar testimonio de Él mientras se enfrentaba a Satanás, una persona que podía ser Su testigo y avergonzar por completo a Satanás. Desde que Dios había creado a la humanidad, esta fue la primera persona que Él había conseguido y que fue capaz de dar testimonio de Él. Una vez obtuvo a este hombre, Dios se sintió aún más deseoso de continuar Su gestión y pasar a la siguiente etapa de Su obra, preparando Su siguiente elección y Su lugar de obra.
Después de hablar sobre todo esto, ¿entendéis de verdad la voluntad de Dios? Él ve esta vez de gestión de la humanidad, de salvar a los seres humanos, como lo más importante de todo. No sólo hace estas cosas con Su mente o con Sus palabras y, sobre todo, no lo hace de manera casual; las realiza todas con un plan, una meta, principios y con Su voluntad. Es evidente que esta obra para salvar a la humanidad tiene una gran relevancia tanto para Dios como para el hombre. No importa la dificultad de la obra ni lo grandes que sean los obstáculos, ni lo débiles que sean los seres humanos, ni lo profunda que sea la rebeldía de la humanidad; nada de esto es difícil para Dios. Él se mantiene ocupado, dedicando Sus meticulosos esfuerzos y gestionando la obra que Él mismo quiere llevar a cabo. Asimismo, lo dispone todo y gobierna a todas las personas y la obra que quiere realizar; nada de esto se ha hecho antes. Es la primera vez que Dios ha usado estos métodos y pagado un gran precio por este importante proyecto de gestión y salvación de la humanidad. Aunque Dios está llevando a cabo esta obra, les está expresando a los seres humanos, poco a poco y sin reserva, Sus concienzudos esfuerzos, lo que Él tiene y es, Su sabiduría y Su omnipotencia, y cada aspecto de Su carácter. Él revela todo esto a la humanidad de manera incondicional, poco a poco, desvelando y expresando estas cosas como no lo ha hecho nunca antes. Así que, en todo el universo, aparte de las personas a las que Dios se propone dirigir y salvar, nunca ha habido criaturas tan cercanas a Dios que tengan semejante relación íntima con Él. En Su corazón, la humanidad que Él quiere dirigir y salvar es lo más importante y Él la valora por encima de todo lo demás; aunque ha pagado un gran precio por ellos, y aunque se siente continuamente herido por ellos y ve que le desobedecen, jamás abandona respecto a ellos y sigue incansablemente en Su obra, sin quejas ni pesares. Esto se debe a que Él sabe que, tarde o temprano, los seres humanos despertarán un día gracias a Su llamado y se conmoverán con Sus palabras, reconocerán que Él es el Señor de la creación y regresarán a Su lado…
Después de oír todo esto hoy, es posible que sintáis que todo lo que Dios hace es muy normal. Se diría que los seres humanos siempre han percibido algo de la voluntad de Dios para ellos en Sus palabras y en Su obra, pero siempre existe una cierta distancia entre sus sentimientos o su conocimiento y lo que Él está pensando. Así que creo que es necesario comunicar con todas las personas sobre la razón por la cual Dios creó a la humanidad, y el trasfondo subyacente a Su deseo de ganar a las personas que Él esperaba conseguir. Es necesario compartir esto con todos, para que quede claro en su corazón. Al estar todo el pensamiento y la idea de Dios, así como toda fase y periodo de Su obra vinculada y estrechamente ligados a la totalidad de Su obra de gestión, cuando entiendes los pensamientos, las ideas de Dios y Su voluntad en cada paso de Su obra, esto equivale a comprender la fuente de la obra de Su plan de gestión. Tu comprensión de Dios se profundiza sobre este cimiento. Aunque todo lo que mencioné con anterioridad sobre lo que Dios hizo cuando creó el mundo al comienzo, no es más que mera información para las personas en el presente y parece ser irrelevante en la búsqueda de la verdad, a lo largo de tu experiencia llegará un día en el que no pienses que es algo tan sencillo como un par de datos o como algunos misterios. A medida que tu vida progrese y cuando haya un poco de la posición de Dios en tu corazón, o cuando entiendas más a fondo Su voluntad y de un modo más profundo, comprenderás de verdad la importancia y la necesidad de lo que estoy hablando hoy. No importa hasta dónde lo hayáis aceptado; es necesario que entendáis y sepáis estas cosas. Cuando Dios hace algo, cuando lleva a cabo Su obra, independientemente de que lo haga con Sus ideas o con Sus propias manos, que sea la primera vez que lo hace o la postrera, en última instancia Dios tiene un plan y Sus propósitos y Sus pensamientos están en todo lo que Él realiza. Estos representan Su carácter y expresan lo que Él tiene y es. Todas las personas tienen que comprender estas dos cosas: el carácter de Dios y lo que Él tiene y es. Una vez entendidas, podrán tomar poco a poco consciencia de por qué Dios hace lo que hace y dice lo que dice. A partir de ahí, pueden tener más fe para seguir a Dios, para buscar la verdad y un cambio de carácter. Con esto quiero decir que el que el hombre comprenda a Dios y su fe en Él son cosas inseparables.

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Testimonio cristiano 2020 | Ya conozco el nuevo nombre de Dios (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Ya conozco el nuevo nombre de Dios (Español Latino)

Es una cristiana devota que cree firmemente que “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos” (Hebreos 13:8) y que el nombre del Señor Jesús no puede cambiar nunca. Por medio de un encuentro inesperado se entera de que el nombre de Dios cambia a la vez que Su obra: en el Antiguo Testamento, el nombre de Dios es Jehová; en el Nuevo Testamento, Jesús y, en los últimos días, el nombre de Dios cambia de nuevo. Le cuesta mucho aceptar todo esto, pero tras una lucha interior decide dejar de lado sus nociones y buscar la verdad. ¿Qué entiende finalmente acerca del nuevo nombre de Dios? ¿Y cuál es el misterio de los nombres de Dios? Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. http://www.LBLA.com.

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martes, 3 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 71 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 71 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Perdonar setenta veces siete 
(Mateo 18:21-22) Luego vino Pedro hacia Él y dijo: Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano que ha pecado contra mí? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, pero hasta setenta veces siete.
El amor del Señor
(Mateo 22:37-39) Jesús le dijo: Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y principal mandamiento. Y el segundo es similar: ama a tu prójimo como a ti mismo.
De estos dos pasajes, uno habla del perdón y el otro del amor. Estos dos temas destacan realmente la obra que el Señor Jesús quería llevar a cabo en la Era de la Gracia.
Cuando Dios se hizo carne, con este hecho introdujo una etapa de Su obra: la obra específica de esta era y el carácter que Él quería expresar. En ese período, todo lo que el Hijo del Hombre hizo giró en torno a la obra que Dios quería llevar a cabo en esta era. Haría exactamente eso, ni más ni menos. Cada cosa que dijo y cada tipo de obra que llevó a cabo guardaban relación con esta era. Independientemente de que lo expresara de una forma humana mediante el lenguaje humano o a través del lenguaje divino —cualquiera que fuera la forma o la perspectiva desde la que lo hiciera— Su objetivo era ayudar a que las personas entendieran lo que quería hacer, cuál era Su voluntad, y cuáles Sus exigencias para las personas. Podía usar diversos medios desde diferentes perspectivas para ayudar a las personas a entender, comprender y conocer Su voluntad, a conocer Su obra de salvación de la humanidad. Así, en la Era de la Gracia vemos al Señor Jesús empleando frecuentemente el lenguaje humano para expresar lo que quería comunicar a la humanidad. Además, lo vemos desde la perspectiva de un guía ordinario que habla a las personas, suple sus necesidades, las ayuda con lo que han pedido. Esta forma de obrar no se había visto en la Era de la Ley que precedió a la de la Gracia. Se volvió más íntimo y compasivo con la humanidad, así como más capaz de conseguir resultados prácticos en ambas formas y maneras. La expresión “perdonar a las personas ‘setenta veces siete’” aclara realmente esta idea. El propósito logrado por el número en esta expresión es permitir a las personas entender la intención del Señor Jesús en el momento en que dijo esto: se debía perdonar a los demás, y no una vez, dos o siete veces, sino setenta veces siete. ¿Qué tipo de idea es “setenta veces siete”? Es conseguir que las personas conviertan el perdón en su propia responsabilidad, algo que deben aprender, y un camino que deben observar. Aunque esto sólo era una expresión, servía como idea fundamental. Ayudaba a las personas a apreciar profundamente lo que Él quería decir y a encontrar las formas apropiadas de practicar, así como los principios y los estándares en dicha práctica. Esta expresión ayudaba a las personas a entender claramente, y les daba un concepto preciso, para que aprendieran el perdón; perdonar sin condiciones ni limitaciones, pero con una actitud de tolerancia y comprensión hacia los demás. Cuando el Señor Jesús dijo esto, ¿qué había en Su corazón? ¿Estaba pensando realmente en setenta veces siete? No. ¿Perdonará Dios realmente al hombre un número exacto de veces? Muchas personas están interesadas en el “número de veces” mencionadas, quieren entender realmente el origen y el significado de este número, por qué salió este de la boca del Señor Jesús; creen que contiene implicaciones más profundas. En realidad, sólo fue una expresión de Dios en humanidad. Cualquier implicación o significado deben analizarse junto a los requisitos del Señor Jesús para la humanidad. Cuando Dios no se había hecho carne, las personas no entendían mucho de lo que Él decía, porque procedía de la divinidad total. La perspectiva y el contexto de lo que decía eran invisibles e inalcanzables para el hombre; se expresaba desde una esfera espiritual que las personas no podían ver. Y es que quienes vivían en la carne no podían pasar por el reino espiritual. Pero después de que Dios se hiciera carne, hablaba a la humanidad desde la perspectiva del hombre, y este diálogo procedía el alcance de la esfera espiritual y lo sobrepasaba. Él podía expresar Su carácter, Su voluntad y Su actitud divinos por medio de cosas que los humanos podían imaginar, ver y encontrarse en sus vidas; usando métodos que estos podían aceptar, en un lenguaje que podían entender, y un conocimiento que podían comprender, para permitirles saber y conocer a Dios, comprender Su sentido y Sus estándares exigidos dentro del alcance de su capacidad, en la medida en que fueran capaces. Este era el método y el principio de la obra de Dios en la humanidad. Aunque Sus caminos y Sus principios de obrar en la carne se consiguieron en su mayoría por la humanidad o a través de ella, realmente obtuvo resultados que no se habrían conseguido obrando directamente en la divinidad. La obra de Dios en humanidad era más concreta, auténtica y enfocada, los métodos eran mucho más flexibles, y sobrepasaba en forma a la Era de la Ley.
Seguidamente, hablemos de amar al Señor y a tu prójimo como a ti mismo. ¿Es esto algo que se expresa directamente en la divinidad? ¡Claramente no! Todas estas son cosas que el Hijo del Hombre dijo en humanidad; sólo personas dirían algo como “Ama a tu prójimo como a ti mismo. Amar a los demás es lo mismo que amar tu propia vida”, y sólo las personas hablarían de esta manera. Dios nunca ha hablado de esa forma. Como mínimo, no hay este tipo de lenguaje en Su divinidad porque Él no necesita este tipo de principio: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, para regular Su amor por la humanidad, porque el amor de Dios por el hombre es una revelación natural de lo que Él tiene y es. ¿Habéis oído alguna vez a Dios decir algo como “amo a la humanidad como me amo a mí mismo”? Porque el amor está en la esencia de Dios, y en lo que Él tiene y es. El amor de Dios por la humanidad, la forma en la que trata a las personas y Su actitud son una expresión y una revelación naturales de Su carácter. Él no necesita hacer esto deliberadamente de una cierta forma, o seguir deliberadamente cierto método o código moral para conseguir amar a Su prójimo como a sí mismo, Él ya posee este tipo de esencia. ¿Qué ves en esto? Cuando Dios obraba en forma humana, muchos de Sus métodos, palabras, y verdades se expresaban todos de una manera humana. Pero al mismo tiempo el carácter de Dios, lo que Él tiene y es, así como Su voluntad se expresaron para que las personas las conociesen y entendiesen. Lo que conocieron y entendieron fue exactamente Su esencia y lo que Él tiene y es, que representa la identidad y el estatus inherente de Dios mismo. Es decir, el Hijo del Hombre en la carne expresaba el carácter y la esencia inherentes de Dios mismo en el mayor grado posible y de la forma más precisa posible. La humanidad del Hijo del Hombre no sólo no fue un obstáculo o una barrera para la comunicación y la interacción del hombre con Dios en el cielo, sino que era realmente el único canal y el único puente de conexión entre el hombre y el Señor de la creación. En este punto, ¿no sentís que existen similitudes entre la naturaleza y los métodos de la obra realizada por el Señor Jesús en la Era de la Gracia y la etapa actual de la obra? Esta etapa actual de la obra también emplea mucho lenguaje humano para expresar el carácter de Dios, y mucho lenguaje y métodos de la vida cotidiana del hombre así como conocimiento humano para expresar la voluntad de Dios. Una vez que Dios se hace carne, independientemente de si está hablando desde una perspectiva humana o divina, gran parte de Su lenguaje y Sus métodos de expresión tienen lugar por medio del lenguaje y los métodos humanos. Esto es, cuando Dios se hace carne, es la mejor oportunidad para ti de ver Su omnipotencia y Su sabiduría, y de conocer cada aspecto práctico suyo. Cuando Dios se hizo carne, conforme crecía, llegó a entender, aprender y comprender algo del conocimiento, el sentido común, el lenguaje y los métodos de expresión humanos en Su humanidad. Dios encarnado poseía estas cosas que procedían de los humanos que Él había creado. Estos se convirtieron en herramientas de Dios en la carne para expresar Su carácter y Su divinidad, y le permitieron hacer Su obra más pertinente, más auténtica, y más precisa mientras estaba obrando en medio de la humanidad, desde una perspectiva humana y usando el lenguaje humano. La hizo más accesible y fácilmente entendible para las personas, consiguiendo así los resultados que Dios quería. ¿No es más práctico para Dios obrar de esta forma en la carne? ¿No es sabiduría de Dios? Cuando Él se hizo carne, cuando Su carne pudo acometer la obra que Él quería llevar a cabo, fue cuando expresaría Su carácter y Su obra sobre el terreno, y también fue el momento en el que podría comenzar oficialmente Su ministerio como el Hijo del Hombre. Esto significaba que ya no había más un abismo entre Dios y el hombre, que Él cesaría pronto Su obra de comunicarse por medio de mensajeros, y que Dios mismo podría expresar personalmente todas las palabras y la obra en la carne que Él quisiera. También significaba que las personas que Dios salva estaban más cerca de Él, que Su plan de gestión había entrado en un nuevo territorio, y que toda la humanidad estaba a punto de afrontar una nueva era.

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Testimonio cristiano en español 2020 | Mi espíritu liberado

Testimonio cristiano en español 2020 | Mi espíritu liberado

La protagonista es una bailarina que trabaja con otros hermanos y hermanas en las coreografías de los programas de baile para dar testimonio de Dios. Poco después se incorpora al cuerpo de baile la hermana Ye. Al ver que la hermana Ye sobresale en las coreografías y la admiran los hermanos y hermanas, la protagonista se muere de celos y pierde la motivación por el deber. Por el contrario, se devana los sesos constantemente en busca de maneras de aventajar a su hermana. En consecuencia, no solo no consigue la reputación y el estatus que esperaba, sino que dificulta el trabajo de la iglesia y la cesan del deber. Le embargan el sufrimiento, el arrepentimiento y el autorreproche. Al final, ¿cómo cambia sus objetivos equivocados de búsqueda y logra la libertad espiritual gracias al juicio y castigo de las palabras de Dios? Mira “Mi espíritu liberado” para averiguarlo.

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lunes, 2 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 72 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 72 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Todo el que ha leído la Biblia sabe que acontecieron muchas cosas cuando el Señor Jesús nació. La mayor de todas fue la de ser perseguido por el diablo, hasta el punto de que todos los niños hasta los dos años de edad de esa zona murieron asesinados. Es evidente que Dios asumió un gran riesgo haciéndose carne entre los humanos; el gran precio que pagó para completar Su gestión de salvar a la humanidad también es evidente. Asimismo, lo son las grandes esperanzas que Dios puso en Su obra en la carne entre los hombres. Cuando la carne de Dios pudo acometer la obra entre los hombres, ¿cómo se sentía Él? Las personas deberían entender eso un poco, ¿verdad? Como mínimo, Dios estaba feliz porque podía empezar a desarrollar Su nueva obra en medio de la humanidad. Cuando el Señor Jesús fue bautizado y comenzó oficialmente Su obra de cumplir Su ministerio, el corazón de Dios se desbordó de gozo porque después de muchos años de espera y preparación, podía vestir finalmente la carne de un hombre normal y dar inicio a Su nueva obra en la forma de un hombre de carne y hueso que las personas podrían ver y tocar. Podría hablar por fin cara a cara y con franqueza con personas a través de la identidad de un hombre. Dios podría estar por fin cara a cara con la humanidad en lenguaje humano, de una manera humana; podría proveer para el hombre, ilustrarlo y ayudarle usando el lenguaje humano; podría comer en la misma mesa y vivir en el mismo espacio con él. También podría ver seres humanos, cosas, y todo de la manera en que lo hacían los hombres e incluso a través de sus propios ojos. Para Dios, esta ya era Su primera victoria de Su obra en la carne. También podría decirse que era un cumplimiento de una gran obra; esto era por supuesto lo que más feliz hacía a Dios. Ese comienzo fue la primera vez que Dios sintió una especie de consuelo en Su obra en medio de la humanidad. Todos estos acontecimientos eran muy prácticos y naturales, y el consuelo que Dios sintió muy auténtico. Para el hombre, cada vez que una etapa nueva de la obra de Dios se cumple, y cada vez que Él se siente gratificado, es cuando la humanidad puede acercarse más a Él, y cuando las personas se acercan más a la salvación. Para Dios, esta es también la lanzadera de Su nueva obra, cuando Su plan de gestión progresa un paso más adelante, y, además, cuando Su voluntad se acerca al cumplimiento completo. Para la humanidad, la llegada de tal oportunidad es afortunada, y muy buena; para todos aquellos que esperan la salvación de Dios, son noticias trascendentales. Cuando Él lleva a cabo una nueva etapa de la obra, tiene un nuevo comienzo, y cuando esta nueva obra y este nuevo comienzo se lanzan e introducen en medio de la humanidad es cuando el desenlace de esta etapa de la obra ya ha sido determinado, y cumplido, y Dios ha visto sus efectos y frutos finales. Este momento también es cuando estos efectos hacen que Dios se sienta satisfecho, y Su corazón, por supuesto, está feliz. Porque, a los ojos de Dios, Él ya ha visto y determinado a las personas que está buscando, y ha adquirido a este grupo, un grupo capaz de hacer que Su obra tenga éxito y le traiga satisfacción. Dios se siente tranquilo, deja de lado Sus preocupaciones, y está feliz. En otras palabras, cuando Su carne puede aventurarse en una nueva obra entre los hombres, y comienza a llevarla a cabo, debe hacerlo sin obstrucción, y cuando Él siente que todo se ha cumplido, ya ha visto el final. Él está satisfecho y con un corazón alegre debido a este final. ¿Cómo se expresa la felicidad de Dios? ¿Podéis imaginarlo? ¿Lloraría Dios? ¿Puede Dios llorar? ¿Puede aplaudir? ¿Puede danzar? ¿Puede cantar? ¿Cuál sería esa canción? Por supuesto que Dios podría cantar una canción bella y conmovedora que pudiera expresar el gozo y la felicidad en Su corazón. Podría cantarla para la humanidad, para sí mismo y para todas las cosas. La felicidad de Dios puede expresarse de cualquier forma; todo esto es normal, porque Dios siente placer, ira, tristeza y felicidad y Sus diversos sentimientos pueden expresarse de diversas maneras. Este es Su derecho y la cosa más normal. No deberíais pensar ninguna otra cosa de ello ni proyectar vuestras propias inhibiciones sobre Él, diciéndole que no debería hacer esto o aquello, actuar de esta forma o de aquella, limitando Su felicidad o cualquier sentimiento que tenga. En los corazones de las personas Dios no puede estar feliz. No puede derramar lágrimas, no puede llorar; no puede expresar ninguna emoción. Gracias a lo que hemos comunicado en estas dos ocasiones, creo que ya no veréis más a Dios de esta forma, sino que le permitiréis tener alguna libertad y soltura. Esto es algo muy bueno. En el futuro, si sois capaces de sentir realmente la tristeza de Dios cuando oigáis que Él está triste, y Su felicidad cuando oigáis que está feliz, como mínimo seréis capaces de saber y entender claramente lo que le hace feliz y lo que le entristece; cuando puedes sentirte triste porque Él está triste, y feliz porque Él está feliz, Dios habrá ganado totalmente tu corazón y ya no habrá ninguna barrera con Él. Ya no trataréis de limitarlo más con la imaginación, las ideas, y el conocimiento humanos. En ese momento, Dios estará vivo y vigoroso en tu corazón. Será el Dios de tu vida y el Señor de todo tu ser. ¿Tenéis esta clase de aspiración? ¿Tenéis confianza en que podéis lograr esto?

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Testimonio cristiano 2020 | El misterio de los nombres de Dios (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | El misterio de los nombres de Dios (Español Latino)

El protagonista es un cristiano devoto, quien cree firmemente en el siguiente versículo de la Biblia: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Está seguro de que, mientras defienda el nombre del Señor Jesús, será llevado al reino de los cielos cuando venga el Señor. Inesperadamente, su esposa le dice que Dios adoptó un nuevo nombre en los últimos días, lo que acaba por confundirlo. Pronto descubre en las Escrituras que, en el Antiguo Testamento, el nombre de Dios es “Jehová”, mientras que en el Nuevo Testamento, Su nombre es “Jesús”. ¡El nombre de Dios sí puede cambiar! Comienza a abandonar sus nociones y buscar la verdad y, al final, logra comprender el misterio de los nombres de Dios. Él acepta el nuevo nombre de Dios y asiste a la fiesta de las bodas del Cordero. Entonces, ¿cuál es el misterio detrás de los nombres de Dios? Pueden descubrirlo a través de la experiencia de este hombre.
  
Las escrituras tomadas de LA BIBLIA DE LAS AMERICAS® (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation usado con permiso. www.LBLA.com.

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domingo, 1 de noviembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 70 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 70 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Parábola de la oveja perdida
(Mateo 18:12-14) ¿Qué pensáis? Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve y va a las montañas y busca la que se ha perdido? Y si la encuentra, de verdad os digo, se alegra más por esa oveja que por las noventa y nueve que no se perdieron. Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera. 
Esto es una metáfora; ¿qué tipo de sentimiento produce este pasaje? La forma en la que se expresa esta alegoría utiliza una figura retórica del lenguaje humano; es algo que está dentro de la esfera del conocimiento del ser humano. Si Dios hubiera dicho algo parecido en la Era de la Ley, las personas habrían sentido que no era realmente coherente con Su identidad; sin embargo, cuando el Hijo del Hombre comunicó este pasaje en la Era de la Gracia, fue reconfortante, cálido e íntimo para las personas. Cuando Dios se hizo carne, cuando apareció en forma de hombre, usó una metáfora muy apropiada para expresar Su voz en la humanidad. Esta representaba la propia voz de Dios y la obra que Él quería hacer en esa era. También simbolizaba una actitud que Dios tenía hacia las personas en la Era de la Gracia. Mirando desde la perspectiva de la actitud de Dios hacia las personas, comparó a cada una de ellas con una oveja. Si una oveja se pierde, Él hará lo que haga falta para encontrarla. Esto representa un principio de la obra de Dios en medio de la humanidad, esta vez en la carne. Dios usó esta parábola para describir Su determinación y Su actitud en esa obra. Esta era la ventaja de Dios al encarnarse: podía aprovecharse del conocimiento de la humanidad y usar el lenguaje humano para hablar a las personas, para expresar Su voluntad. Él explicó o “tradujo” al hombre Su lenguaje divino profundo, que resultaba difícil de entender para las personas en el lenguaje humano, de una forma humana. Esto ayudó a las personas a entender Su voluntad y a saber qué quería hacer Él. También pudo tener conversaciones con personas desde la perspectiva humana, usar el lenguaje humano y comunicar con ellas de una forma que entenderían. Hasta podía hablar y obrar usando el lenguaje y el conocimiento humanos, de forma que las personas pudieran sentir la bondad y la cercanía de Dios, y ver Su corazón. ¿Qué veis en esto? ¿Que no hay prohibición en las palabras y las acciones de Dios? De la manera como lo ven las personas, no hay modo de que Dios pudiera usar el conocimiento, el lenguaje o las formas de comunicarse del hombre para hablar sobre lo que Dios mismo quería decir, la obra que quería realizar, o expresar Su propia voluntad; esto es pensar erróneamente. Dios utilizó este tipo de metáfora para que las personas pudieran sentir la realidad y la sinceridad de Dios, y ver Su actitud hacia las personas durante ese período de tiempo. Esta parábola despertó a las personas de un sueño que habían estado viviendo bajo la ley durante mucho tiempo, y también inspiró a una generación tras otra de personas que vivieron en la Era de la Gracia. Leyendo el pasaje de esta parábola, se conoce la sinceridad de Dios al salvar a la humanidad y se entiende el peso de esta en Su corazón.
Echemos otro vistazo a la última frase en este pasaje: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. ¿Fueron estas las propias palabras del Señor Jesús, o las de Su Padre en el cielo? Superficialmente, parece que es el Señor Jesús el que habla, pero Su voluntad representa la de Dios mismo, y por eso dijo: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. Las personas de aquella época sólo reconocían como Dios al Padre del cielo, y esta persona que veían ante sus ojos sólo era un enviado suyo, y no podía representarlo. Por esta razón, el Señor Jesús también tuvo que decir esto, de forma que pudiesen sentir realmente la voluntad de Dios para la humanidad, así como la autenticidad y la precisión de lo que Él afirmaba. Aunque esto era algo sencillo de decir, era muy bondadoso y revelaba la humildad y lo secreto del Señor Jesús. Independientemente de que Dios se hiciera carne u obraba en la esfera espiritual, conocía muy bien el corazón humano, y entendía perfectamente lo que las personas necesitaban; sabía lo que las preocupaba y lo que las confundía, por lo que añadió esta frase, que resaltaba un problema oculto en la humanidad: las personas eran escépticas con lo que el Hijo del Hombre decía. Por eso, cuando el Señor Jesús estaba hablando tuvo que añadir: “Es así la voluntad del Padre que está en los cielos, que ninguno de estos pequeñitos muera”. Sus palabras sólo podían llevar fruto sobre esta premisa, para que las personas creyeran su rigurosidad y mejorara su credibilidad. Esto muestra que cuando Dios se volvió un Hijo del Hombre normal, Él y la humanidad tuvieron una relación muy complicada, y Su situación era muy embarazosa. También muestra cuán insignificante era el estatus del Señor Jesús entre los humanos en esa época. Cuando dijo esto, en realidad estaba diciendo a las personas: podéis descansar tranquilos, esto no representa lo que hay en Mi corazón, sino que es la voluntad del Dios que está en vuestros corazones. ¿No era algo irónico para la humanidad? Aunque obrando en la carne, Dios tenía muchas ventajas con las que no contaba en Su persona, tuvo que aguantar sus dudas y su rechazo así como su insensibilidad y dureza. Podría decirse que el proceso de la obra del Hijo del Hombre fue el de experimentar el rechazo de la humanidad, y el de estar compitiendo contra Él. Más que eso, fue el proceso de trabajar para ganar continuamente la confianza de la humanidad y conquistarla a través de lo que Él tiene y es, de Su propia esencia. No fue tanto que Dios encarnado estuviera librando una guerra sobre el terreno contra Satanás, sino que se convirtió en un hombre corriente e inició una lucha con los que le siguen. En ella, el Hijo del Hombre completó Su obra con Su humildad, con lo que Él tiene y es, con Su amor y sabiduría. Consiguió a las personas que quería, obtuvo la identidad y el estatus que merecía, y volvió a Su trono.

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Testimonio cristiano 2020 | Cuando tenía 18 años (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Cuando tenía 18 años (Español Latino)

A los 18 años, Yilian fue detenida por la policía del PCCh por su fe. Emplearon todo tipo de tácticas para humillarla, torturarla, tentarla e incitarla, tratando de forzarla a traicionar a Dios y a sus hermanos y hermanas. Oró e invocó a Dios una y otra vez a lo largo de estas penalidades... ¿Cómo triunfó Yilian sobre Satanás y se mantuvo firme en el testimonio guiada por las palabras de Dios? Mira Cuando tenía 18 años para averiguarlo.

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viernes, 30 de octubre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 69 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 69 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

 En el ámbito de la obra que el Señor Jesús completó en la Era de la Gracia, puedes ver otro aspecto de lo que Dios tiene y es. Este se expresó a través de Su carne, y fue hecho posible para que las personas vieran y apreciaran por medio de Su humanidad. En el Hijo del Hombre, las personas vieron cómo vivió Dios en carne Su humanidad, y contemplaron Su divinidad expresada a través de la carne. Estos dos tipos de expresión permitieron ver a las personas un Dios muy real, y formarse un concepto diferente de Él. Sin embargo, en el período de tiempo entre la creación del mundo y el final de la Era de la Ley, esto es, antes de la Era de la Gracia, lo que las personas vieron, oyeron y experimentaron sólo fue el aspecto divino de Dios. Fue lo que Él hizo y dijo en una esfera intangible, y las cosas que expresó desde Su persona real que no podían verse ni tocarse. Con frecuencia, estas cosas hicieron que las personas sintieran que Dios era muy grande y que no podían acercarse a Él. La impresión que Dios solía dar a las personas era que Él iba y venía repentinamente y ellas incluso sentían que cada uno de Sus pensamientos e ideas era tan misterioso y difícil de escudriñar que no había forma de alcanzarlos y mucho menos de intentar entenderlos y apreciarlos. Para las personas, todo lo relativo a Dios era muy distante, tanto que no podían verlo ni tocarlo. Él parecía estar arriba en el cielo, y que no existía en absoluto. Así pues, entender el corazón y la mente de Dios o cualquiera de Sus pensamientos era inalcanzable para las personas, y hasta imposible. Aunque Dios llevó a cabo alguna obra concreta en la Era de la Ley, y también promulgó algunas palabras específicas y expresó algunos caracteres concretos que les permitieran apreciar a los hombres y ver algún conocimiento real de Él, después de todo, la expresión por parte de Dios de lo que Él tiene y es, en una esfera intangible, y lo que las personas entendían, lo que conocían, seguía perteneciendo al aspecto divino de lo que Él tiene y es. La humanidad no podía adquirir un concepto concreto a partir de esta expresión de lo que Él tiene y es, y su impresión de Dios seguía atascada en el ámbito de “un Espíritu al que resulta difícil acercarse, que va y viene repentinamente”. Como Dios no usó un objeto específico ni una imagen en la esfera material para aparecerse a las personas, estas seguían sin poder definirlo mediante el lenguaje humano. En sus corazones y sus mentes, siempre querían usar sus propias palabras para establecer un estándar de Dios, para hacerlo tangible y humanizarlo, como lo alto y lo grande que es, cuál es Su aspecto, qué le gusta particularmente, y cuál es Su personalidad específica. En realidad, Dios sabía en Su corazón que las personas pensaban así. Tenía muy claras las necesidades de las personas y, por supuesto, también sabía lo que debía hacer; por ello, llevó a cabo Su obra de un modo diferente en la Era de la Gracia. Esta forma era tanto divina como humanizada. En el período de tiempo en que el Señor Jesús estuvo obrando, las personas podían ver que Dios tenía muchas expresiones humanas. Por ejemplo, podía danzar, asistir a bodas, conversar, hablar y discutir con las personas. Además de eso, el Señor Jesús también llevó a cabo mucha obra que representaba Su divinidad, y por supuesto toda esa obra era una expresión y una revelación del carácter de Dios. Durante este tiempo, cuando la divinidad de Dios se materializó en una carne ordinaria que las personas podían ver y tocar, ya no sentían que Él fuera y viniera repentinamente, que no pudieran acercarse a Él. Por el contrario, podían intentar comprender la voluntad de Dios o entender Su divinidad a través de todos los movimientos, las palabras, y la obra del Hijo del Hombre quien, encarnado, expresaba la divinidad de Dios a través de Su humanidad y le transmitía Su voluntad a la humanidad. A través de la expresión de la voluntad y del carácter de Dios, también le reveló al Dios que no puede verse ni tocarse en la esfera espiritual. Lo que las personas vieron era Dios mismo, tangible y de carne y hueso. Así, el Hijo del Hombre encarnado concretizó y humanizó cosas como la identidad, el estatus, la imagen, el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es. Aunque Su aspecto externo tenía algunas limitaciones respecto a la imagen de Dios, Su esencia y lo que Él tiene y es, eran totalmente capaces de representar Su propia identidad y estatus; sencillamente existían algunas diferencias en la forma de expresión. Independientemente de que sea la humanidad del Hijo del Hombre o de Su divinidad, no podemos negar que Él representaba la propia identidad y estatus de Dios. Sin embargo, durante este tiempo, Dios obró a través de la carne, habló desde esa perspectiva, y se presentó ante la humanidad con la identidad y el estatus del Hijo del Hombre, y esto les proporcionó a las personas la oportunidad de encontrar y experimentar las palabras y la obra prácticas de Dios en medio de la humanidad. También les permitió tener una percepción de Su divinidad y de Su grandeza en medio de la humildad, así como obtener un entendimiento y una definición preliminares de la autenticidad y la realidad de Dios. Aunque la obra realizada por el Señor Jesús, Sus formas de obrar, y la perspectiva desde la que habló diferían de la persona real de Dios en la esfera espiritual, todo lo relativo a Él representaba realmente al Dios mismo que los humanos nunca habían visto antes; ¡esto es innegable! Es decir, no importa en qué forma aparezca Dios ni desde qué perspectiva hable, o en qué imagen se presente ante la humanidad, Dios no representa nada que no sea Él mismo. No puede representar a ningún ser humano; no puede representar a ningún humano corrupto. Dios es Dios mismo, y esto no se puede negar.                                                                                                
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Testimonio cristiano en español 2020 | La lucha por ser una persona honesta

Testimonio cristiano en español 2020 | La lucha por ser una persona honesta Zhen Cheng dirige su taller de reparación de electrodomésticos de manera sencilla y honesta, pero gana muy poco dinero al mes. Desgastado por las quejas de su esposa, incitado por su cuñado e influenciado por la sociedad, poco a poco compromete su propia ética y adopta estrategias turbias para ganar más dinero y vivir cómodamente. Cuando comienza a tener fe en Dios Todopoderoso, aprende en las palabras de Dios que a Dios le agrada la gente honesta. Ante esta exigencia de Dios se desata una batalla interna en el corazón de Zhen Cheng: si es una persona honesta, ganará mucho menos dinero e incluso podría endeudarse o perder su negocio. Tras producirse en varias ocasiones esta batalla interna, ¿qué decide finalmente? Lo descubrirás en La lucha por ser una persona honesta.

jueves, 29 de octubre de 2020

Testimonio cristiano en español 2020 | Reunida con el Señor

Testimonio cristiano en español 2020 | Reunida con el Señor

La protagonista de este vídeo cree en el Señor desde hace más de dos décadas y anhela el regreso del Señor Jesús. Siempre ha creído que la Biblia representa a Dios, que tener fe en Dios implica tener fe en la Biblia y que no puede haber más obras ni palabras de Dios fuera de la Biblia. Por su fe ciega y su adoración por la Biblia, deja pasar de largo la obra de Dios de los últimos días, hasta que un día, misteriosamente, comienza a recibir recomendaciones de YouTube sobre el canal de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Comprende que tal vez Dios la está guiando, así que comienza a ver las películas y los videos de la Iglesia de Dios Todopoderoso en internet y a leer las palabras de Dios Todopoderoso... Al final, ¿cómo logra dejar atrás su fe ciega y equivocada en la Biblia, además de su adoración por ella, y ser elevada ante el Señor para reunirse con Él? Mira “Reunida con el Señor” para averiguarlo.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 75 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 75 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo III"

El Señor Jesús alimenta a los cinco mil
(Juan 6:8-13) Uno de los discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: Hay un muchacho acá que tiene cinco panes de cebada y dos pescados pequeños; ¿pero qué es eso para tantas personas? Y Jesús le dijo: Haced que los hombres se sienten. Había mucho pasto en el lugar, así que los hombres se sentaron; eran cerca de cinco mil. Y Jesús tomó los panes y cuando había dado gracias, lo distribuyó a los discípulos y ellos a los que estaban sentados. Hizo lo mismo con los peces, hasta que fue necesario. Cuando estuvieron satisfechos, Jesús les dijo a los discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, que no se pierda nada. Por lo tanto, ellos los juntaron y llenaron doce canastas con los pedazos que quedaron de los cinco panes de cebada, después de que todos hubieron comido.
¿Qué tipo de concepto es “cinco panes y dos peces”? ¿Para cuántas personas serían habitualmente suficientes cinco hogazas de pan y dos peces? Si se mide en base al apetito de una persona normal, sólo bastarían para dos personas. Este es el concepto más básico de cinco panes y dos peces. Sin embargo, ¿a cuántas personas dice este pasaje que alimentaron esos cinco panes y dos peces? La Escritura lo registra así: “Había mucho pasto en el lugar, así que los hombres se sentaron; eran cerca de cinco mil”. En proporción a cinco panes y dos peces, ¿es cinco mil una gran cantidad? ¿Qué significa que este número sea tan grande? Desde una perspectiva humana, dividir cinco panes y dos peces entre cinco mil personas sería imposible, porque la diferencia entre ellos es demasiado grande. Aunque cada persona diese un pequeño bocado, seguiría sin ser suficiente para cinco mil personas. Pero aquí, el Señor Jesús hizo un milagro, no sólo permitió que cinco mil personas comiesen y se saciasen, sino que sobró. La Escritura dice: “Cuando estuvieron satisfechos, Jesús les dijo a los discípulos: Recoged los pedazos que han quedado, que no se pierda nada. Por lo tanto, ellos los juntaron y llenaron doce canastas con los pedazos que quedaron de los cinco panes de cebada, después de que todos hubieron comido”. El milagro permitió a la gente ver la identidad y el estatus del Señor Jesús, y también que no hay nada imposible para Dios, vieron la verdad de la omnipotencia de Dios. Cinco panes y dos peces fueron suficientes para alimentar a cinco mil, pero de no haber habido nada de comida, ¿habría sido Dios capaz de alimentar a cinco mil personas? ¡Por supuesto que sí! Esto fue un milagro, por lo que inevitablemente las personas sintieron que era incomprensible, increíble y misterioso, pero para Dios hacer eso no era nada. Si eso era algo ordinario para Él, ¿por qué se destacaría para su interpretación? Porque lo que hay detrás de este milagro contiene la voluntad del Señor Jesús, que la humanidad nunca ha descubierto.
En primer lugar, tratemos de entender qué tipo de personas eran estas cinco mil. ¿Eran seguidores del Señor Jesús? Las Escrituras nos enseñan que no lo eran. ¿Sabían quién era el Señor Jesús? ¡Claramente no! Como mínimo, no sabían que la persona que estaba delante de ellos era Cristo, o quizás sólo algunos sabían Su nombre, y conocían o habían oído algo acerca de las cosas que había hecho. Simplemente sentían curiosidad por el Señor Jesús a raíz de las historias, pero sin duda no se puede decir que lo siguieran, y mucho menos que lo entendieran. Cuando el Señor Jesús vio a estas cinco mil personas, estaban hambrientas y sólo podían pensar en comer hasta saciarse, y por ello fue en este contexto donde Él satisfizo sus deseos. ¿Qué había en Su corazón cuando lo hizo? ¿Cuál fue Su actitud hacia estas personas que sólo querían comer hasta saciarse? En este momento, los pensamientos del Señor Jesús y Su actitud tenían que ver con el carácter y la esencia de Dios. Frente a estas cinco mil personas con el estómago vacío, quienes sólo querían comer una buena comida; frente a estas personas llenas de curiosidad y esperanzas sobre Él, el Señor Jesús sólo pensó en utilizar este milagro para concederles gracia. Sin embargo, no depositó Sus esperanzas en que se convirtieran en Sus seguidores, porque sabía que sólo querían participar en la diversión y comer hasta saciarse. Así pues, lo hizo lo mejor que pudo con lo que tenía allí, y usó cinco hogazas de pan y dos peces para alimentar a cinco mil personas. Abrió los ojos de estas personas que disfrutaban del entretenimiento, que querían ver milagros, y que vieron con sus propios ojos las cosas que el Dios encarnado podía completar. Aunque el Señor Jesús usó algo tangible para satisfacer su curiosidad, ya sabía en Su corazón que estas cinco mil personas sólo querían tener una buena comida, por lo que no dijo nada en absoluto ni les predicó. Sólo les permitió ver cómo se producía este milagro. No hay duda de que no podía tratar a estas personas igual que a Sus discípulos que le seguían realmente; pero, en el corazón de Dios, todas las criaturas estaban bajo Su dominio, y permitiría que todas las criaturas que veía disfrutasen de Su gracia cuando fuera necesario. Aunque estas personas no sabían quién era Él ni lo entendían, ni tenían una impresión particular de Él ni gratitud hacia Él aun después de haber comido los panes y los peces, Dios no lo censuraría; les proporcionó una maravillosa oportunidad de disfrutar de Su gracia. Algunos opinan que Dios es recto en lo que hace, y que no cuida ni protege a los incrédulos, y sobre todo que no les permite disfrutar de Su gracia. ¿Es este realmente el caso? A los ojos de Dios, siendo como son criaturas vivientes que Él mismo creó, Él las domina y cuida de ellas; las tratará, hará planes para ellas y las regirá de diferentes formas. Estos son los pensamientos y la actitud de Dios hacia todas las cosas.
Aunque las cinco mil personas que comieron las hogazas de pan y los peces no planeaban seguir al Señor Jesús, Él no fue estricto con ellas; una vez que habían comido hasta saciarse, ¿sabéis qué hizo? ¿Les predicó algo? ¿Dónde fue tras haber hecho esto? La Escritura no registra que el Señor Jesús les dijese nada; cuando hubo completado Su milagro se marchó tranquilamente. ¿Puso entonces algunas exigencias a estas personas? ¿Hubo odio? No hubo nada de eso; simplemente no quería prestar más atención a estas personas que no podían seguirle, y en ese momento Su corazón estaba dolido. Como había visto la depravación de la humanidad y había sentido su rechazo hacia Él, al ver a estas personas o estar con ellas, su torpeza y su ignorancia lo entristecieron mucho y afligieron Su corazón. Por ello sólo quería apartarse de ellas cuanto antes. El Señor no tenía exigencias para ellas en Su corazón; no quería prestarles atención, y sobre todo no quería gastar Sus energías con ellos. Sabía que no podían seguirle; a pesar de ello, Su actitud hacia ellos seguía siendo muy clara. Sólo quería tratarlos con bondad, concederles la gracia; esta era la actitud de Dios hacia toda criatura bajo Su dominio: para todas ellas, un trato bondadoso, provisión y alimentarlas. El Señor Jesús reveló, de forma muy natural, la propia esencia de Dios y trató con bondad a estas personas, porque era Dios encarnado. Lo hizo con un corazón de misericordia y tolerancia. Independientemente de cómo ellas le viesen y del tipo de resultado que se produjera, Él simplemente trataba a cada criatura basándose en Su identidad como Señor de toda la creación. Lo que revelaba era, sin excepción, el carácter de Dios, y lo que Él tiene y es. Así que el Señor Jesús hizo algo tranquilamente y después se marchó de la misma manera. ¿Qué aspecto del carácter de Dios es este? ¿Podrías decir que es Su misericordia, que Dios es abnegado? ¿Podría hacer esto una persona normal? ¡Definitivamente no! Fundamentalmente, ¿quiénes eran estas cinco mil personas a las que el Señor Jesús alimentó con cinco panes y dos peces? ¿Se podría decir que eran personas compatibles con Él, que eran todas hostiles a Dios? Podemos afirmar con certeza que no eran en absoluto compatibles con el Señor, y que su esencia era totalmente hostil a Dios. ¿Pero cómo las trató Dios? Usó un método para disipar la hostilidad de las personas hacia Él: se llama bondad. Es decir, aunque el Señor Jesús las vio como pecadoras, a Sus ojos eran sin embargo Su creación, por lo que seguía tratando con bondad a estos pecadores. Esta es la tolerancia divina, determinada por Su propia identidad y esencia. Por tanto, es algo que ningún ser humano creado por Dios puede hacer; sólo Él puede hacerlo.

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