El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

菜单

INICIO

jueves, 17 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 121 | "Dios mismo, el único III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 121 | "Dios mismo, el único III"

El destino de la humanidad y el destino del universo son inseparables de la soberanía del Creador

Vosotros sois todos adultos. Algunos de vosotros sois de mediana edad; otros habéis entrado en la vejez. De ser incrédulos a ser creyentes, y desde el principio de creer en Dios hasta llegar a aceptar la palabra de Dios y experimentar Su obra, ¿cuánto conocimiento teníais de Su soberanía? ¿Qué perspectivas del destino humano obtuvisteis? ¿Puede uno conseguir todo lo que desea en la vida? ¿Cuántas cosas habéis sido capaces de cumplir como deseabais en las pocas décadas de vuestra existencia? ¿Cuántas cosas no ocurren como se espera? ¿Cuántas vienen como sorpresas agradables? ¿Cuántas siguen esperando las personas que den fruto, aguardando inconscientemente el momento correcto, y la voluntad del cielo? ¿Cuántas cosas hacen que las personas se sientan desamparadas y frustradas? Todo el mundo está lleno de esperanzas respecto a su destino, y espera que todo en su vida vaya como desea, no tener escasez de alimentos o ropa, que su fortuna aumente de forma espectacular. Nadie quiere una vida pobre y oprimida, llena de dificultades, sitiada por las calamidades. Pero las personas no pueden prever ni controlar estas cosas. Quizás, para algunos, el pasado no es más que un revoltijo de experiencias; nunca saben cuál es la voluntad del cielo ni se preocupan de ella. Viven su vida sin pensar, como los animales, día a día y sin preocuparse de cuál es el destino de la humanidad, de por qué están vivos los seres humanos ni de cómo deberían vivir. Estas personas alcanzan la vejez sin haber obtenido un entendimiento del destino humano, y hasta el momento de su muerte no tienen ni idea de en qué consiste la vida. Estas personas están muertas; son seres sin espíritu; son bestias. Aunque viven entre todas las cosas, hallan su disfrute en las muchas formas en las que el mundo satisface sus necesidades materiales; aunque ven que este mundo material avanza constantemente, su propia experiencia —lo que sus corazones y espíritus sienten y experimentan— no tiene nada que ver con las cosas materiales, y nada de esto la sustituye. Es un reconocimiento en lo profundo del corazón, algo que no se puede ver a simple vista. Este reconocimiento se encuentra en el entendimiento y el sentimiento propios de la vida y del destino humanos. A menudo lleva a la comprensión de que un Amo invisible está organizando todas las cosas, y que está orquestándolo todo para el hombre. En medio de todo esto, uno no puede sino aceptar las disposiciones y orquestaciones del destino y, al mismo tiempo, admitir el camino que el Creador ha puesto por delante, Su soberanía sobre el destino propio de uno. Este es un hecho indiscutible. No importa qué profundo conocimiento y actitud se tenga sobre el destino, nadie puede cambiar este hecho.

Dónde irás cada día, qué harás, con quién o con qué te encontrarás, qué dirás, que te ocurrirá… ¿puede predecirse algo de esto? Se puede decir que las personas no pueden prever todos estos sucesos y mucho menos controlar su desarrollo. En la vida, estos acontecimientos imprevisibles ocurren todo el tiempo, y son un hecho cotidiano. Estas vicisitudes cotidianas y su forma de desarrollarse, o los patrones por los cuales evolucionan, son recordatorios constantes para la humanidad de que nada ocurre aleatoriamente, de que la voluntad humana no puede cambiar las ramificaciones de estas cosas ni su inevitabilidad. Todo acontecimiento transmite una amonestación del Creador a la humanidad, y también envía el mensaje de que los seres humanos no pueden controlar sus propios destinos; al mismo tiempo, cada suceso es una refutación de la ambición y el deseo descabellados y fútiles de la humanidad de tomar su destino en sus propias manos. Son como fuertes bofetadas cerca de los oídos de la humanidad, una tras otra, que obligan a las personas a reconsiderar quién gobierna y controla su destino al final. Y, como sus ambiciones y deseos son frustrados y destrozados repetidamente, los seres humanos llegan, de forma natural, a una aceptación inconsciente de lo que el destino les tiene preparado, de la realidad, de la voluntad del cielo y de la soberanía del Creador. Desde estas vicisitudes diarias a los destinos de vidas humanas completas, no hay nada que no revele los planes del Creador y Su soberanía; no hay nada que no envíe el mensaje de que “la autoridad del Creador no puede ser superada”, que no transmita la verdad eterna de que “la autoridad del Creador es suprema”.

Los destinos de la humanidad y del universo están íntimamente entretejidos con la soberanía de Dios, inseparablemente vinculados con las orquestaciones del Creador; al final, no pueden desenredarse de Su autoridad. A través de las leyes de todas las cosas el hombre llega a comprender la orquestación del Creador y Su soberanía; a través de las normas de supervivencia percibe Su gobierno; a partir de los destinos de todas las cosas saca conclusiones sobre las formas en las que Él ejerce Su soberanía y Su control sobre ellas; y en los ciclos de vida de los seres humanos y de todas las cosas el hombre experimenta realmente las orquestaciones y disposiciones del Creador para todas las cosas y seres vivos, y presencia realmente cómo las mismas sobrepasan a todas las leyes, reglas, e instituciones terrenales, y a todos los demás poderes y fuerzas. A la luz de esto, la humanidad se ve empujada a reconocer que ningún ser creado puede violar la soberanía del Creador, que ninguna fuerza puede meterse en medio de los acontecimientos y las cosas predestinados por Él ni alterarlos. Bajo estas leyes y normas divinas, los seres humanos y todas las cosas viven y se propagan, generación tras generación. ¿No es esta la verdadera materialización de la autoridad del Creador? Aunque en las leyes objetivas el hombre ve Su soberanía y Su ordenación de todos los acontecimientos y cosas, ¿cuántas personas son capaces de comprender el principio de la soberanía del Creador sobre el universo? ¿Cuántas personas pueden saber, reconocer, aceptar, y someterse realmente a la soberanía y la organización de su propio destino por parte del Creador? ¿Quién, habiendo creído la realidad de la soberanía de Dios sobre todas las cosas, creerá y reconocerá realmente que el Creador también dicta el destino de una vida humana? ¿Quién puede comprender realmente el hecho de que el destino del hombre reposa en la palma del Creador? La clase de actitud que debe adoptar la humanidad respecto a Su soberanía, cuando se enfrenta al hecho de que Él gobierna y controla el destino de la humanidad, es una decisión que debe tomar por sí mismo todo ser humano que se enfrente a esta realidad.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 120 | "Dios mismo, el único III"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 120 | "Dios mismo, el único III"

Entender la autoridad de Dios desde las perspectivas macro y micro

La autoridad de Dios es única. Es la expresión característica y la esencia especial de la identidad de Dios mismo. Ningún ser creado o no creado posee dicha expresión característica ni dicha esencia especial; sólo el Creador tiene esta clase de autoridad. Es decir, sólo el Creador —Dios, el único— se expresa de esta forma y tiene esta esencia. ¿Por qué hablar de la autoridad de Dios? ¿En qué difiere la autoridad de Dios mismo de la autoridad existente en la mente del hombre? ¿Qué difiere de especial? ¿Por qué es particularmente importante hablar aquí de ella? Cada uno de vosotros debe considerar detenidamente este asunto. Para la mayoría de las personas, la “autoridad de Dios” es una idea vaga que cuesta entender con claridad, y todo debate al respecto acaba, probablemente, siendo confuso. Así pues, habrá invariablemente una brecha entre el conocimiento de la autoridad de Dios que el hombre es capaz de poseer, y la esencia de la misma. Para cerrar esta brecha, uno debe llegar a conocer gradualmente la autoridad de Dios por medio de personas, acontecimientos, cosas o fenómenos de la vida real dentro del alcance humano, que los hombres son capaces de entender. Aunque la expresión “la autoridad de Dios” pueda parecer insondable, la autoridad de Dios no es en absoluto abstracta. Él está presente con el hombre cada minuto de su vida, dirigiéndolo a través de cada día. Así, en la vida cotidiana de cada persona, el hombre verá y experimentará necesariamente el aspecto más tangible de la autoridad de Dios. Esta tangibilidad es prueba suficiente de que la misma existe de verdad y permite por completo que uno reconozca y comprenda la realidad de que Dios posee esta autoridad.

Dios lo creó todo, y por haberlo hecho, tiene dominio sobre todas las cosas. Además de tener dominio sobre todas las cosas, Él está en control de todo. ¿Qué significa esto, la idea de que “Dios está en control de todo”? ¿Cómo puede explicarse? ¿Cómo se aplica a la vida real? ¿Cómo se puede llegar a conocer la autoridad de Dios mediante la comprensión de que “Dios está en control de todo”? En esta expresión deberíamos ver que lo que Dios controla no es una parte de los planetas, o de la creación, y mucho menos de la humanidad, sino todo: desde las perspectivas macro y micro, desde lo visible a lo invisible, desde las estrellas en el universo a las cosas vivientes en la tierra, así como los microorganismos que no pueden verse a simple vista o los seres que existen de otras formas. Esta es la definición precisa del “todo” de lo que Dios “está en control”, y es el ámbito sobre el que Él ejerce Su autoridad, el alcance de Su soberanía y gobierno.

Antes de que esta humanidad naciese, el cosmos —todos los planetas, todas las estrellas en los cielos— ya existía. En el macronivel, estos cuerpos celestiales han estado orbitando regularmente, bajo el control de Dios, durante toda su existencia, por muchos años que hayan sido. Qué planeta va a qué lugar, en qué momento particular; qué planeta realiza qué tarea, y cuándo; qué planeta gira por qué órbita, y cuándo desaparece o es reemplazado; todas estas cosas tienen lugar sin el más mínimo error. Las posiciones de los planetas y las distancias entre ellos siguen todas patrones estrictos, que pueden describirse con datos precisos; los caminos por los que viajan, la velocidad y los patrones de sus órbitas, los tiempos que permanecen en las diversas posiciones, pueden cuantificarse con precisión y describirse por medio de leyes específicas. Durante eones, los planetas han seguido estas leyes sin desviarse lo más mínimo. Ningún poder puede cambiar, o interrumpir, sus órbitas o los patrones que siguen. Debido a que las leyes especiales que gobiernan su movimiento y los datos precisos que los describen están predestinados por la autoridad del Creador, estos obedecen estas leyes por sí mismos, bajo Su soberanía y Su control. En el macronivel no le resulta difícil al hombre encontrar algunos patrones, algunos datos y algunas leyes o fenómenos extraños e inexplicables. Aunque la humanidad no admite que Dios exista ni acepta que el Creador hiciera y domine todas las cosas, además de no reconocer la existencia de Su autoridad, los científicos, astrónomos y físicos humanos están viendo cada vez más que la existencia de todas las cosas en el universo, los principios y patrones que dictan sus movimientos, están todos gobernados y controlados por una inmensa e invisible energía oscura. Esto obliga al hombre a afrontar y reconocer que existe un Todopoderoso en medio de estos patrones de movimiento, que lo orquesta todo. Su poder es extraordinario y, aunque nadie puede ver Su verdadero rostro, Él lo gobierna y lo controla todo en todo momento. Ningún hombre o fuerza puede ir más allá de Su soberanía. Frente a esta realidad, el hombre debe reconocer que las leyes que gobiernan la existencia de todas las cosas no pueden ser controladas por los humanos, nadie puede cambiarlas; al mismo tiempo, el hombre debe admitir que los seres humanos no pueden entender del todo estas leyes, que no ocurren de manera natural, sino que son dictadas por un Señor y Amo. Todas estas son expresiones de la autoridad de Dios que la humanidad puede percibir en un macronivel.

En el micronivel, todas las montañas, lagos, mares y masas continentales que el hombre observa sobre la tierra, todas las estaciones que experimenta, todas las cosas que habitan la tierra, incluidas plantas, animales, microorganismos y seres humanos, están sujetos a la soberanía de Dios y son controlados por Él. Bajo la soberanía y el control de Dios, todas las cosas nacen o desaparecen de acuerdo con Sus pensamientos, sus vidas están gobernadas por ciertas leyes, crecen y se multiplican según ellas. Ningún ser humano o cosa está por encima de estas. ¿Por qué ocurre esto? La única respuesta es: por la autoridad de Dios. O, dicho de otro modo, por Sus pensamientos y palabras; porque Dios mismo lo hace todo. Es decir, son la autoridad y la mente de Dios las que dan lugar a estas leyes; cambiarán y se transformarán de acuerdo con Sus pensamientos, y estos cambios y transformaciones ocurren o desaparecen por causa de Su plan. Por ejemplo, consideremos las epidemias. Se producen sin avisar, nadie conoce su origen ni las razones exactas por las que ocurren, y siempre que una epidemia alcanza un lugar, los que están condenados no pueden escapar a la calamidad. La ciencia humana entiende que las epidemias son causadas por la propagación de microbios violentos y dañinos, y no puede predecir ni controlar su velocidad, alcance ni método de transmisión. Aunque la humanidad las resiste con todos los medios posibles, no puede controlar qué personas o animales se ven inevitablemente afectados cuando brotan. Lo único que los seres humanos pueden hacer es intentar prevenirlas, resistirlas e investigarlas. Pero nadie conoce las causas principales que explican el comienzo o el final de ninguna epidemia particular, y nadie las puede controlar. Frente al brote y a la propagación de una epidemia, la primera medida que toman los seres humanos es desarrollar una vacuna; sin embargo, con frecuencia la epidemia se extingue por sí sola antes de que la vacuna esté lista. ¿Por qué desaparecen las epidemias? Algunos dicen que se han controlado los gérmenes, otros dicen que mueren por los cambios estacionales… En cuanto a si estas especulaciones descabelladas se sostienen, la ciencia no puede ofrecer explicación ni dar una respuesta precisa. El hombre no sólo se enfrenta a estas especulaciones, sino a la falta de entendimiento de las epidemias y al miedo a las mismas por parte de la humanidad. Nadie sabe, en el análisis final, por qué empiezan o terminan. La humanidad nunca hallará respuesta, porque sólo tiene fe en la ciencia y se basa por completo en ella, sin reconocer la autoridad del Creador ni aceptar Su soberanía.

Bajo la soberanía de Dios, todas las cosas existen y perecen debido a Su autoridad, a Su gestión. Algunas cosas vienen y van silenciosamente, y el hombre no puede decir de dónde vinieron ni comprender las reglas que siguen, y mucho menos entender las razones por las que vienen y van. Aunque el hombre puede presenciar, oír o experimentar todo lo que acaba pasando entre todas las cosas; aunque todas repercuten en el hombre, y aunque el hombre comprende subconscientemente la excepcionalidad, la regularidad, o incluso la extrañeza de los diversos fenómenos, este sigue sin saber nada respecto a la voluntad del Creador y Su mente, que subyacen a todas esas cosas. Detrás de estas hay muchas historias, muchas verdades ocultas. Al haberse alejado el hombre del Creador, al no aceptar que Su autoridad gobierna todas las cosas, nunca conocerá ni comprenderá todo lo que ocurre bajo Su soberanía. En su mayor parte, el control y la soberanía de Dios exceden los límites de la imaginación humana, del conocimiento humano, del entendimiento humano, de lo que la ciencia humana puede lograr; las capacidades de la humanidad creada no pueden rivalizar con ellos. Algunas personas dicen: “Si no has presenciado por ti mismo la soberanía de Dios, ¿cómo puedes creer que todo está sujeto a Su autoridad?”. Ver no siempre implica creer, ver no siempre implica reconocer y entender. ¿Entonces, de dónde viene la creencia? Puedo afirmar con seguridad que “La creencia viene del grado y de la profundidad de la comprensión y la experiencia de la realidad y las causas fundamentales de las cosas por parte de las personas”. Si crees que Dios existe, pero no puedes reconocer y mucho menos percibir la realidad del control y de la soberanía de Dios sobre todas las cosas, nunca admitirás en tu corazón que Él tiene este tipo de autoridad y que esta es única. Nunca aceptarás realmente que el Creador es tu Señor, tu Dios.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

Testimonio cristiano 2020 | En medio de la prueba de la muerte

Testimonio cristiano 2020 | En medio de la prueba de la muerte

En 1991, el Hijo del hombre encarnado, Dios Todopoderoso, expresó la verdad en una iglesia clandestina, con lo que inició la obra del juicio, que comenzó por la casa de Dios. El pueblo elegido de Dios lee Sus declaraciones a diario y disfruta de la obra del Espíritu Santo. Para todos ellos es evidente que son el pueblo del reino de Dios, el cual, sin duda, entrará en vida en el reino de los cielos. Por eso corren de acá para allá y se entregan con entusiasmo, y el protagonista no es una excepción. Sin embargo, mientras están inmersos en el gozo de ser bendecidos, Dios Todopoderoso expresa unas palabras que exponen hasta qué punto Satanás ha corrompido al hombre, que este está lleno de actitudes satánicas ─tales como la arrogancia, la  astucia  el egoísmo y la codicia─ y que miente, peca y se opone a Dios constantemente. Las palabras de Dios Todopoderoso indican que, si no se transforma el carácter de vida de las personas, se enfrentarán a una muerte segura cuando lleguen los grandes desastres. Se frustra el sueño del pueblo elegido de Dios de entrar en el reino de los cielos en vida. Se desvanecen sus esperanzas de futuro, sus corazones se desgarran de dolor e incluso llegan a quejarse a Dios. No obstante, tras experimentar el juicio y las revelaciones de las palabras de Dios, logran cierta comprensión de su desmedido deseo de recibir bendiciones y entrar en el reino de los cielos, así como de sus nociones y fantasías. Comprueban que el carácter de Dios es santo y justo y no tolera ofensa. Entienden que, al estar llenos de actitudes satánicas, no son dignos de entrar en el reino de los cielos. En ese momento pueden renunciar a su motivación por las bendiciones, someterse al gobierno y las disposiciones de Dios y comenzar a centrarse en la búsqueda de la verdad. Al final comprueban que el juicio y las pruebas de Dios pretenden exclusivamente purificarlos y salvarlos.

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

martes, 15 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 119 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 119 | "Dios mismo, el único II"

Cinco tipos de personas

Por el momento, daré por finalizada aquí nuestra enseñanza acerca del carácter justo de Dios. Seguidamente, clasificaré a los seguidores de Dios en varias categorías, de acuerdo con su entendimiento a Dios, su entendimiento y experiencia a Su carácter justo, de forma que podáis saber en qué etapa os encontráis actualmente así como vuestra estatura actual. En términos de su conocimiento a Dios y su entendimiento a Su carácter justo, las diferentes etapas y estatura que las personas ocupan pueden dividirse generalmente en cinco tipos. Este tema se declara sobre la base del conocimiento del único Dios y Su carácter justo; por tanto, cuando leáis el siguiente contenido, deberíais intentar averiguar con detenimiento exactamente cuánto entendimiento y conocimiento tenéis en relación a la singularidad de Dios y Su carácter justo, y usar esto después para juzgar a qué etapa pertenecéis verdaderamente, cuán grande es verdaderamente vuestra estatura, y qué tipo de persona sois verdaderamente.

El primer tipo es conocido como la etapa del “bebé en pañales”

¿Qué es un bebé en pañales? Es un bebé que acaba de llegar a este mundo, un recién nacido. Es cuando las personas son más pequeñas y más inmaduras.

Las personas en esta etapa no poseen esencialmente conocimiento o conciencia de asuntos de fe en Dios. Están desconcertadas y son ignorantes en todas las cosas. Estas personas pueden haber creído en Dios durante mucho tiempo o ninguno en absoluto, pero su estado desconcertado e ignorante y su verdadera estatura las colocan dentro de la etapa de un bebé en pañales. La definición exacta de la situación de un bebé en pañales es así: No importa durante cuánto tiempo haya creído en Dios este tipo de persona, siempre estará atolondrada, confundida y llevará una vida sin retos; no sabe por qué cree en Dios, ni sabe quién Dios es o quién es Dios. Aunque sigue a Dios, no existe una definición exacta de Él en su corazón, y no puede determinar si a quien sigue es Dios, mucho menos si debería verdaderamente creer en Dios y seguirle. Estas son las verdaderas circunstancias de este tipo de persona. Los pensamientos de estas personas están empañados, y dicho de forma simple, la suya es una creencia de confusión. Siempre se encuentran en un estado de desconcierto y vacío; el atolondramiento, la confusión y vida sin retos resumen sus circunstancias. Nunca han visto ni sentido la existencia de Dios, y por tanto, hablarles de conocer a Dios es tan útil como hacerles leer un libro escrito en jeroglíficos; no lo entenderán ni aceptarán. Para ellos, conocer a Dios es lo mismo que oír un cuento fantástico. Aunque sus pensamientos puedan estar nublados, en realidad creen firmemente que conocer a Dios es una pérdida total de tiempo y esfuerzo. Este es el primer tipo de persona: un bebé en pañales.

El segundo tipo es la etapa del “bebé lactante”

En comparación con un bebé en pañales, este tipo de persona ha hecho algún progreso. Lamentablemente, siguen sin tener en absoluto un entendimiento de Dios. Siguen careciendo de un entendimiento y una perspectiva claros de Dios, y no tienen muy claro por qué deberían creer en Dios, pero en sus corazones tienen su propio propósito y sus ideas claras. No se preocupan de si es correcto creer en Dios. El objetivo y propósito que buscan a través de la creencia en Dios es disfrutar de Su gracia, tener gozo y paz, vivir vidas cómodas, tener el cuidado y la protección de Dios y vivir bajo las bendiciones de Dios. No se preocupan de su grado de conocimiento de Dios; no sienten la urgencia de buscar entender a Dios, ni están preocupados con lo que Él está haciendo o lo que desea hacer. Sólo buscan ciegamente disfrutar Su gracia y obtener más de Sus bendiciones; buscan recibir cien veces más en la época presente, y la vida eterna en la venidera. Sus pensamientos, gastos y devoción, así como su sufrimiento, todos comparten el mismo objetivo: obtener la gracia y las bendiciones de Dios. No se preocupan de nada más. Esta clase de persona sólo tiene la seguridad de que Dios puede mantenerla a salvo y concederle Su gracia. Uno puede decir que no están interesadas en y no son muy claras en cuanto a por qué desea Dios salvar a los hombres o al resultado que Dios desea obtener con Sus palabras y obra. Nunca han hecho un esfuerzo para conocer la esencia y el carácter justo de Dios, ni pueden reunir el interés para hacerlo. No sienten que deban prestar atención a estas cosas, ni desean conocerlas. No desean preguntar acerca de la obra de Dios, Sus exigencias al hombre, Su voluntad o cualquier otra cosa relacionada con Dios; tampoco tienen ganas de preguntar sobre estas cosas. Esto es debido a que creen que estos asuntos no tienen relación con su disfrute de la gracia de Dios; sólo se preocupan de un Dios que pueda conceder gracia y tenga relación con sus intereses personales. No tienen interés en absoluto en nada más, y por tanto no pueden entrar en la realidad de la verdad, independientemente de cuántos años hayan creído en Dios. Sin nadie que los riegue o los alimente a menudo, les resulta difícil continuar por la senda de la fe en Dios. Si no pueden disfrutar de su gozo y paz anteriores, o disfrutar de la gracia de Dios, están bastante expuestos a echarse atrás. Este es el segundo tipo de persona: la persona que se encuentra en la etapa del bebé lactante.

El tercer tipo es la etapa del bebé destetado, la etapa del niño pequeño

Este grupo de personas posee alguna conciencia clara. Estas personas son conscientes de que disfrutar la gracia de Dios no significa que ellos mismos posean una experiencia verdadera; son conscientes de que si nunca se cansan de buscar el gozo y la paz, de buscar la gracia, o de que si son capaces de dar testimonio compartiendo sus experiencias del disfrute de la gracia de Dios o alabando las bendiciones que Dios les ha concedido, estas cosas no significan que ellos posean vida, ni la realidad de la verdad. Empezando desde su conciencia, dejan de albergar esperanzas descabelladas de que sólo estarán acompañados por la gracia de Dios; en su lugar, mientras disfrutan de la gracia de Dios, desean simultáneamente hacer algo para Dios; están dispuestos a llevar a cabo su deber, resistir un poco de dificultades y fatigas, tener algún grado de cooperación con Dios. Sin embargo, debido a que su búsqueda en su creencia en Dios está demasiado adulterada, debido a que las intenciones individuales y los deseos que albergan son demasiado fuertes, debido a que su carácter es demasiado arrogante, es muy difícil para ellos satisfacer el deseo de Dios o ser leales a Él; por tanto, frecuentemente no pueden materializar sus deseos individuales ni honrar sus promesas a Dios. A menudo se encuentran en estados contradictorios: desean en gran manera satisfacer a Dios hasta el mayor grado posible, pero usan todo su poder para oponerse a Él; hacen frecuentemente votos a Dios pero esquivan rápidamente sus juramentos. Incluso más a menudo se encuentran en otros estados contradictorios: creen sinceramente en Dios pero lo niegan y niegan todo lo que viene de Él; esperan ansiosamente que Dios los ilumine, dirija, provea y ayude, aunque siguen buscando su propia salida. Desean entender y conocer a Dios, pero no están dispuestos a acercarse a Él. En su lugar, siempre evitan a Dios; sus corazones están cerrados a Él. Aunque tienen un entendimiento y una experiencia superficiales del significado literal de las palabras de Dios y de la verdad, y un concepto de Dios y la verdad superficial, subconscientemente siguen sin poder confirmar o determinar si Dios es la verdad; no pueden confirmar si Dios es verdaderamente justo; tampoco pueden determinar la realidad del carácter y la esencia de Dios, mucho menos de Su verdadera existencia. Su creencia en Dios siempre contiene dudas y malinterpretaciones, y también contiene imaginaciones y conceptos. Cuando disfrutan de la gracia de Dios, también experimentan o practican reticentemente algo de aquello que creen son verdades factibles, con el fin de enriquecer su fe, aumentar su experiencia en la creencia en Dios, verificar su entendimiento de la creencia en Dios, satisfacer su vanidad de caminar por la senda de la vida que ellos mismos establecieron y lograr una causa justa de la humanidad. Al mismo tiempo también hacen estas cosas con el fin de satisfacer su propio deseo de obtener bendiciones, de apostar por llevar mayores bendiciones de la humanidad, para cumplir la ambiciosa aspiración y el deseo permanente de no descansar hasta que hayan obtenido a Dios. Estas personas son raramente capaces de obtener la ilustración de Dios, porque su deseo y su intención de conseguir bendiciones son demasiado importantes para ellos. No tiene el deseo de renunciar a esto ni pueden soportarlo. Temen que sin el deseo de obtener bendiciones, sin la muy apreciada ambición de no descansar hasta haber obtenido a Dios, perderán la motivación de creer en Dios. Por tanto, no desean enfrentarse a la realidad. No desean enfrentarse a las palabras o la obra de Dios. No desean enfrentarse al carácter o la esencia de Dios, por no decir abordar el tema de conocer a Dios. Esto es debido a que una vez que Dios, Su esencia y Su carácter justo reemplazan sus imaginaciones, sus sueños se esfumarán; sus así llamados fe pura y “méritos” acumulados durante años de trabajo minucioso desaparecerán y quedarán en nada; su “territorio” conquistado con sudor y sangre a lo largo de los años estará al borde del colapso. Esto indicará que sus muchos años de trabajo y esfuerzo duro han sido en vano, que deben empezar de nuevo de la nada. Para ellos, este es el dolor más difícil de soportar en sus corazones, y es el resultado que menos desean ver; así pues, siempre están encerrados en este tipo de punto muerto, negándose a volver atrás. Este es el tercer tipo de persona: la persona que se encuentra en la etapa del bebé destetado.

Los tres tipos de personas descritas anteriormente, en otras palabras, las personas que se encuentran en estas tres etapas, no poseen ninguna creencia real en la identidad y el estatus de Dios o en Su carácter justo, ni tienen ningún reconocimiento o confirmación claros y definidos de estas cosas. Por tanto, es muy difícil para estos tres tipos de personas entrar en la realidad de la verdad, y también es difícil para ellos recibir la misericordia, la ilustración o la iluminación de Dios porque la manera en la que creen en Dios y su actitud errónea hacia Dios hacen imposible para Él llevar a cabo la obra dentro de sus corazones. Sus dudas, malinterpretaciones e imaginaciones en relación a Dios han superado a su creencia y conocimiento a Dios. Estos son tres tipos muy peligrosos de personas así como tres etapas muy peligrosas. Cuando uno mantiene una actitud de duda hacia Dios, la esencia de Dios, la identidad de Dios, el asunto de si Dios es la verdad y la realidad de Su existencia y no puede estar seguro de estas cosas, ¿cómo puede uno aceptar todo lo que viene de Dios? ¿Cómo puede aceptar uno la realidad de que Dios es la verdad, el camino y la vida? ¿Cómo puede uno aceptar el castigo y el juicio de Dios? ¿Cómo puede uno aceptar la salvación de Dios? ¿Cómo puede este tipo de persona obtener la verdadera dirección y provisión de Dios? Aquellos que se encuentran en estas tres etapas pueden oponerse a Dios, juzgarlo, blasfemarlo o traicionarlo en cualquier momento. Pueden abandonar el camino verdadero y abandonar a Dios en cualquier momento. Uno puede decir que las personas en estas tres etapas se encuentran en un período crítico, porque no han entrado en el camino correcto de creer en Dios.

El cuarto tipo es la etapa del niño que madura; esto es, la niñez

Después de haber sido destetado, esto es, después de haber disfrutado de una gran cantidad de gracia, uno comienza a explorar lo que significa creer en Dios, desear entender diferentes cuestiones, como por qué está viviendo el hombre, cómo debería vivir y por qué lleva a cabo Su obra en el hombre. Cuando estos pensamientos poco claros y estas ideas confusas emergen y existen en su interior, ellos reciben continuamente riego y son también capaces de llevar a cabo sus deberes. Durante este período, ya no tienen dudas acerca de la verdad de la existencia de Dios, y tienen una comprensión precisa de lo que significa creer en Dios. Sobre este fundamento tienen un conocimiento gradual de Dios, y obtienen gradualmente algunas respuestas a sus pensamientos poco claros e ideas confusas en cuanto al carácter y la esencia de Dios. En términos de sus cambios en el carácter así como su conocimiento de Dios, las personas en esta etapa empiezan a entrar en el camino correcto y en un período de transición. Es en esta etapa que las personas comienzan a tener vida. Los claros indicativos de poseer vida son la resolución gradual de las diversas cuestiones relacionadas con el conocimiento de Dios que las personas tienen en sus corazones —malinterpretaciones, imaginaciones, conceptos y definiciones difusas de Dios— que no solo creen y conocen realmente la realidad de la existencia de Dios sino que también poseen una definición y orientación claras de Dios en sus corazones, que seguir fielmente a Dios reemplaza su fe difusa. Durante esta etapa, las personas llegan a conocer gradualmente sus malinterpretaciones sobre Dios y sus búsquedas y formas de creer equivocadas. Comienzan a anhelar la verdad, la experiencia del juicio, el castigo y la disciplina de Dios, a anhelar un cambio en su carácter. Abandonan gradualmente todo tipo de conceptos e imaginaciones de Dios durante esta etapa; al mismo tiempo cambian y rectifican su conocimiento incorrecto de Dios y obtienen algún conocimiento fundamental correcto de Él. Aunque una parte del conocimiento poseído por las personas en esta etapa no es demasiado específico o preciso, al menos empiezan gradualmente a abandonar sus conceptos, su conocimiento erróneo y sus malinterpretaciones de Dios; ya no mantienen más sus propios conceptos e imaginaciones de Dios. Comienzan a aprender cómo abandonar, abandonar cosas encontradas entre sus propios conceptos, del conocimiento y de Satanás; empiezan a estar dispuestos a someterse a cosas correctas y positivas, incluso a cosas que vienen de las palabras de Dios y se conforman a la verdad. También empiezan a intentar experimentar las palabras de Dios, a conocer y llevar a cabo personalmente Sus palabras, aceptar Sus palabras como los principios de sus acciones y como la base para cambiar su carácter. Durante este período, las personas aceptan inconscientemente el juicio y el castigo de Dios, aceptan inconscientemente las palabras de Dios como su vida. Conforme aceptan el juicio y el castigo de Dios, y las palabras de Dios, se vuelven cada vez más conscientes y capaces de sentir que el Dios en quien creen en sus corazones existe verdaderamente. En las palabras de Dios, sus experiencias y sus vidas, sienten cada vez más que Dios siempre ha controlado el destino del hombre, lo ha dirigido, y lo ha provisto. Por medio de su asociación con Dios, confirman gradualmente la existencia de Dios. Por tanto, antes de darse cuenta de ello, ya han aprobado inconscientemente y han creído firmemente en la obra de Dios, y han aprobado las palabras de Dios. Una vez que las personas aprueban las palabras de Dios y Su obra, se niegan a sí mismas incesantemente, niegan sus propios conceptos, su propio conocimiento, sus propias imaginaciones, y al mismo tiempo también buscan cuáles son la verdad y la voluntad de Dios. El conocimiento que las personas tienen de Dios es bastante superficial durante este período de desarrollo, son incluso incapaces de desarrollar este conocimiento usando palabras, ni pueden explicarlo específicamente en detalle, y sólo tienen un entendimiento perceptivo; sin embargo, cuando se yuxtapone con las tres etapas precedentes, las vidas inmaduras de las personas en este período ya han recibido el riego y la provisión de las palabras de Dios, y ya han comenzado a germinar. Es como una semilla enterrada en la tierra; después de recibir humedad y nutrientes, irrumpirá a través del suelo; su germinación representa el nacimiento de una nueva vida. Este nacimiento de una nueva vida permite a uno ver las indicaciones de la vida. Con la vida, las personas crecerán de este modo. Así pues, sobre estos fundamentos, haciendo gradualmente su camino en la senda correcta de creer en Dios, abandonando sus propios conceptos, obteniendo la dirección de Dios, las vidas de las personas crecerán inevitablemente paso a paso. ¿Sobre qué base se mide este crecimiento? Se mide de acuerdo a su experiencia con las palabras de Dios y su verdadero entendimiento del carácter justo de Dios. Aunque les resulta muy difícil usar sus propias palabras para describir con precisión su conocimiento de Dios y Su esencia durante este período de crecimiento, este grupo de personas ya no está subjetivamente dispuesto a perseguir el placer por medio del disfrute de la gracia de Dios, o a perseguir su propósito detrás de la creencia en Dios, que es obtener Su gracia. En su lugar, están dispuestos a buscar vivir por la palabra de Dios, a volverse un objeto de la salvación de Dios. Adicionalmente, poseen la confianza y están preparados para aceptar el juicio y el castigo de Dios. Esta es la marca de una persona en la etapa de crecimiento.

Aunque las personas en esta etapa tienen algún conocimiento del carácter justo de Dios, este conocimiento es muy difuso e indistinto. Aunque no pueden explicar claramente en esto, sienten que ya han ganado algo internamente, porque han obtenido alguna medida de conocimiento y entendimiento del carácter justo de Dios a través del castigo y el juicio de Dios; sin embargo, es todo bastante superficial, y sigue siendo una etapa elemental. Este grupo de personas tiene un punto de vista concreto con el que tratan la gracia de Dios. Este punto de vista se expresa en los cambios de los objetivos que persiguen y la forma en la que los persiguen. Ya han visto —en las palabras y la obra de Dios, en todos los tipos de Sus exigencias al hombre y en Sus revelaciones al hombre— que si siguen sin perseguir la verdad, si siguen sin buscar entrar en la realidad, si siguen sin buscar satisfacer y conocer a Dios cuando experimentan Sus palabras, perderán el sentido de creer en Dios. Ven que por mucho que disfruten de la gracia de Dios, no pueden cambiar su carácter, satisfacer o conocer a Dios, y que si viven continuamente en la gracia de Dios, nunca lograrán el crecimiento, obtendrán la vida o serán capaces de recibir la salvación. En resumen, si uno no puede experimentar verdaderamente las palabras de Dios y es incapaz de conocer a Dios por medio de Sus palabras, uno permanecería eternamente en la etapa de un bebé y nunca daría un solo paso adelante en el crecimiento de su vida. Si tú estás siempre en la etapa de un bebé, si nunca entras en la realidad de la palabra de Dios, si nunca eres capaz de vivir por la palabra de Dios, si nunca eres capaz de poseer una creencia y un conocimiento verdaderos a Dios, ¿hay alguna posibilidad para ti de ser completado por Dios? Por tanto, cualquiera que entre en la realidad de la palabra de Dios, cualquiera que acepte la palabra de Dios como su vida, cualquiera que empiece a aceptar el castigo y el juicio de Dios, cualquiera cuyo carácter corrupto comience a cambiar, y cualquiera que tenga un corazón que anhela la verdad, tiene un deseo de conocer a Dios, de aceptar la salvación de Dios, estas personas son aquellas que poseen verdaderamente la vida. Este es realmente el cuarto tipo de persona, el del niño que madura, la persona en la etapa de la niñez.

El quinto tipo es la etapa de la vida madura, o la etapa adulta

Después de experimentar la etapa de los primeros pasos de la niñez, esta etapa del crecimiento llena de repetidos percances, las vidas de las personas ya se han estabilizado, sus pasos hacia delante no se detienen más, ni nadie es capaz de obstaculizarles. Aunque la senda por delante sigue siendo accidentada y difícil, ya no son más débiles ni miedosos; ya no van a trompicones no pierden su rumbo. Sus fundamentos están profundamente arraigados en la experiencia práctica de la palabra de Dios. Sus corazones han sido atraídos por la dignidad y la grandeza de Dios. Anhelan seguir los pasos de Dios, conocer Su esencia, conocer a Dios en Su totalidad.

Las personas de esta etapa ya saben claramente en quién creen, y saben claramente por qué deberían creer en Dios y los sentidos de sus vidas respectivas; también saben claramente que todo lo que Dios expresa es la verdad. En sus muchos años de experiencia, se dan cuenta de que sin el juicio y el castigo de Dios, uno nunca será capaz de satisfacer o conocer a Dios, ni será verdaderamente capaz de venir delante de Dios. En los corazones respectivos de estas personas hay un fuerte deseo de ser probado por Dios, a fin de ver el carácter justo de Dios mientras están siendo probadas, de alcanzar un amor más puro, y al mismo tiempo ser capaz de entender y conocer a Dios más verdaderamente. Aquellos que se encuentran en esta etapa ya han dicho adiós totalmente a la etapa de bebé, la etapa de disfrutar de la gracia de Dios, de comer pan y llenarse. Ya no ponen esperanzas extravagantes en hacer que Dios los tolere y les muestre misericordia; en su lugar, tienen confianza en recibir y esperar el castigo y el juicio incesantes de Dios, para desechar de su carácter corrupto y satisfacer a Dios. Su conocimiento a Dios, sus búsquedas o los objetivos finales de estas: estas cosas están muy claras en sus corazones. Por tanto, las personas en la etapa adulta ya han dicho adiós totalmente a la etapa de la fe difusa, a la etapa en la que se basan en la gracia para la salvación, a la etapa de la vida inmadura que no puede soportar las pruebas, a la etapa de la confusión, de los trompicones, a la etapa de no tener frecuentemente un camino que tomar, el período inestable de alternar entre el calor y el frío repentinos, y a la etapa en la que uno sigue a Dios con los ojos tapados. Este tipo de persona recibe frecuentemente la ilustración y la iluminación de Dios, y se involucra a menudo en una asociación y comunicación sinceras con Dios. Uno puede decir que las personas que viven en esta etapa ya han comprendido parte de la voluntad de Dios; son capaces de entender los principios de la verdad en todo lo que hacen; saben cómo satisfacer el deseo de Dios. Además, ya han encontrado el camino hacia el conocimiento a Dios y han comenzado a dar testimonio de su conocimiento a Dios. Durante el proceso de crecimiento gradual, tienen un entendimiento y un conocimiento graduales de la voluntad de Dios, de la voluntad de Dios al crear a la humanidad, la voluntad de Dios al gestionar a la humanidad; adicionalmente, también tienen gradualmente un entendimiento y un conocimiento del carácter justo de Dios en términos de esencia. Ningún concepto ni imaginación humanos pueden reemplazar este conocimiento. Aunque uno no puede decir que en la quinta etapa la vida de una persona es completamente madura o llamar a esta persona justa o completa, este tipo de persona ya ha dado un paso hacia la etapa de la madurez en la vida; esta persona ya es capaz de venir delante de Dios, de estar frente a frente con la palabra de Dios y frente a frente con Dios. Debido a que este tipo de persona ha experimentado tanto de la palabra de Dios, innumerables pruebas y situaciones de disciplina, juicio y castigo de Dios, su sumisión a Dios no es relativa sino absoluta. Su conocimiento de Dios ha pasado de un conocimiento subconsciente a uno claro y preciso, de superficial a profundo, de confuso y borroso a meticuloso y tangible, y han cambiado de un titubeo extenuante y una búsqueda pasiva a un conocimiento natural y un testimonio proactivo. Se puede decir que las personas en esta etapa han poseído la realidad de la verdad de la palabra de Dios, que han entrado en un camino de perfección como el de Pedro. Este es el quinto tipo de persona, la que vive en un estado de madurez, la etapa adulta.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

Testimonio cristiano en español 2020 | El camino a la purificación

Testimonio cristiano en español 2020 | El camino a la purificación

Allie era predicadora de una iglesia con más de 20 años de fe en el Señor y que viajaba por todas partes dando sermones. Sin embargo, con el tiempo perdió la sensación de que el Señor la guiaba y sus sermones carecían de nueva luz. No hacía más que pecar y confesar y no era capaz de cumplir las enseñanzas del Señor, lo que la frustraba enormemente. La lectura del versículo de la Biblia “La santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14) la dejó preocupada, ya que, como vivía en pecado y no había alcanzado la santidad, no podría entrar en el reino de los cielos cuando llegara el Señor. Por ello, empezó a esforzarse más en la lectura de la Biblia, en el ayuno y la oración, pero todo fue en vano. Un día, por casualidad, Allie descubre un sitio web en el que lee las palabras de Dios Todopoderoso. Queda prendada inmediatamente y su espíritu sediento recibe riego. Con la búsqueda y el estudio, acaba conociendo la principal causa de por qué vive en pecado, del que no puede liberarse, y encuentra la senda que la llevará a purificarse de su corrupción.

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

domingo, 13 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 114 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 114 | "Dios mismo, el único II"

(Jonás 3) Y la palabra de Jehová vino a Jonás por segunda vez diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad y predícales el mensaje que Yo te doy. Entonces, Jonás se levantó y fue a Nínive, de acuerdo con la palabra de Jehová. Nínive era una ciudad extremadamente grande a tres días de camino. Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida. Entonces la gente de Nínive creyó a Dios, y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos. Porque el rey de Nínive se enteró y se levantó de su trono, se quitó su vestidura y se puso un hábito de penitencia y se sentó sobre cenizas. Y mandó que se proclamara y publicara mediante decreto del rey y sus nobles, ordenó a todo Nínive diciendo: Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. Pero que todos los hombres y las bestias estén cubiertos con hábito de penitencia y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos. ¿Cómo saber si Dios no cambiará y se arrepentirá, y se alejará de su gran ira, y no permitirá que muramos? Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió.

Si tu creencia en Dios es verdadera, recibirás a menudo Su cuidado

El cambio de intenciones por parte de Dios hacia las personas de Nínive no implicaba dudas o ambigüedad. Más bien, era una transformación desde la ira pura a la tolerancia pura. Esta es una revelación verdadera de la esencia de Dios. Dios nunca está indeciso o inseguro en Sus acciones; los principios y propósitos detrás de Sus actos son todos claros y transparentes, puros y perfectos, con absolutamente ninguna estratagema o artimaña entretejida dentro. En otras palabras, la esencia de Dios no contiene tinieblas o maldad. Dios se enojó con los ninivitas debido a que sus actos malvados habían llegado a Sus ojos; en ese momento Su ira derivaba de Su esencia. Sin embargo, cuando la ira de Dios desapareció y Él concedió Su tolerancia sobre el pueblo de Nínive una vez más, todo lo que Él reveló era aún Su propia esencia. La totalidad de este cambio era debida a un cambio en la actitud del hombre hacia Dios. Durante todo este período de tiempo, el carácter que no se puede ofender de Dios no cambió; la esencia tolerante de Dios no cambió; la esencia amorosa y misericordiosa de Dios no cambió. Cuando las personas cometen actos malvados y ofenden a Dios, Él traerá Su ira sobre ellas. Cuando las personas se arrepienten verdaderamente, el corazón de Dios cambiará, y Su ira cesará. Cuando las personas continúan oponiéndose tozudamente a Dios, Su furia no cesará; Su ira los presionará poco a poco hasta que sean destruidos. Esta es la esencia del carácter de Dios. Independientemente de si Dios está expresando ira o misericordia y benignidad, la conducta, el comportamiento y la actitud hacia Dios en las profundidades de su corazón dictan aquello que se expresa por medio de la revelación del carácter de Dios. Si Dios somete continuamente a una persona a Su ira, el corazón de esta persona se opone indudablemente a Dios. Como nunca se ha arrepentido verdaderamente, no ha inclinado su cabeza delante de Dios ni ha poseído una verdadera creencia en Dios, nunca ha obtenido la misericordia y tolerancia de Dios. Si uno recibe a menudo el cuidado de Dios y obtiene frecuentemente Su misericordia y tolerancia, entonces esta persona tiene indudablemente una verdadera creencia en Dios en su corazón, y este no se opone a Dios. A menudo se arrepiente verdaderamente delante de Dios; por tanto, aunque la disciplina de Dios desciende frecuentemente sobre esta persona, Su ira no lo hará.

Este breve relato permite a las personas ver el corazón de Dios, ver la realidad de Su esencia, ver que el enojo de Dios y el cambio de Su corazón no se producen sin causa. A pesar del marcado contraste que Dios manifestó cuando estaba airado y cuando cambió Su corazón, que hace que las personas crean que parece que hay una gran brecha o un gran contraste entre estos dos aspectos de la esencia de Dios —Su ira y Su tolerancia— la actitud de Dios hacia el arrepentimiento de los ninivitas permite una vez más a las personas ver otro lado del verdadero carácter de Dios. El cambio de opinión de Dios verdaderamente permite a la humanidad ver de nuevo la verdad de la misericordia y la benignidad de Dios y ver la verdadera revelación de la esencia de Dios. La humanidad no tiene sino que reconocer que la misericordia y la benignidad de Dios no son mitos, ni invenciones. Esto es debido a que el sentimiento de Dios en ese momento era cierto; el cambio de opinión de Dios era cierto; Dios concedió de hecho Su misericordia y tolerancia a la humanidad una vez más.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


LA ACTITUD DE DIOS HACIA EL HOMBRE


I

Dios es decidido en Sus actos. Los principios y metas de Dios son siempre claros y transparentes. Son todos puros y perfectos, sin ninguna artimaña o estratagema mezclada. En otras palabras, la esencia de Dios no contiene oscuridad, no contiene maldad.

II

Cuando la gente actúe mal y ofenda a Dios, Él desatará Su ira sobre ella, a menos que se arrepienta ante Él. Mientras la gente continúe oponiendo a Dios, Su ira no cesará, hasta destruirla. Este es el carácter de Dios. En otras palabras, la piedad o la ira de Dios está basada en los actos del hombre y su actitud hacia Dios.

III

Si Dios sigue sometiendo a alguien a Su ira, el corazón de esa persona sin duda se opone a Dios, porque nunca se arrepintió realmente, no ha agachado la cabeza ante Dios, o no ha creído realmente en Él. Nunca ha obtenido la piedad de Dios y Su tolerancia.

IV

Si uno suele recibir el cuidado de Dios y recibe Su piedad y tolerancia, entonces esta persona sin duda cree en Dios con su corazón. Y su corazón no se opone a Dios, y suele arrepentirse ante Él. Incluso si Dios impone Su disciplina sobre ella, Su ira no desatará. En otras palabras, la piedad o la ira de Dios está basada en los actos del hombre y su actitud hacia Dios.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

Palabras diarias de Dios | Fragmento 113 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 113 | "Dios mismo, el único II"

(Jonás 3) Y la palabra de Jehová vino a Jonás por segunda vez diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad y predícales el mensaje que Yo te doy. Entonces, Jonás se levantó y fue a Nínive, de acuerdo con la palabra de Jehová. Nínive era una ciudad extremadamente grande a tres días de camino. Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida. Entonces la gente de Nínive creyó a Dios, y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos. Porque el rey de Nínive se enteró y se levantó de su trono, se quitó su vestidura y se puso un hábito de penitencia y se sentó sobre cenizas. Y mandó que se proclamara y publicara mediante decreto del rey y sus nobles, ordenó a todo Nínive diciendo: Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. Pero que todos los hombres y las bestias estén cubiertos con hábito de penitencia y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos. ¿Cómo saber si Dios no cambiará y se arrepentirá, y se alejará de su gran ira, y no permitirá que muramos? Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió.

Dios ve el arrepentimiento sincero en las profundidades de los corazones de los ninivitas

Después de escuchar la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de actos. ¿Cuál es la naturaleza de su conducta y sus acciones? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían rogado a Dios fervientemente y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, a orar para que Jehová Dios contuviese Su enojo, a rogar a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión, así como de la catástrofe que estaba a punto de caer sobre ellos. Por medio del examen de todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por estas razones, todos deseaban arrepentirse completamente, volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron más con su conducta malvada ni cometiendo esos actos aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase de acuerdo a sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y actuar según las instrucciones de Jehová Dios, para nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Vino de las profundidades de sus corazones y no fue fingido, ni tampoco temporal.

Una vez que las personas de Nínive, desde el rey supremo hasta sus súbditos, conocieron que Jehová Dios estaba enojado con ellos, cada una de sus acciones, la totalidad de su comportamiento, así como cada una de sus decisiones y elecciones fueron claras y sencillas a la vista de Dios. El corazón de Dios cambió de acuerdo a su comportamiento. ¿Cuál era el estado de ánimo de Dios en ese mismo momento? La Biblia te puede responder esa pregunta. Tal como se registra en las Escrituras: “Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió”. Aunque Dios cambió de opinión, no había nada complejo sobre Su estado de ánimo. Simplemente pasó de expresar Su enojo a calmarlo, y después decidió no traer la catástrofe sobre la ciudad de Nínive. La razón por la que la decisión de Dios —salvar a los ninivitas de la catástrofe— fue tan rápida es que Dios observó el corazón de cada persona de Nínive. Vio lo que tenían en las profundidades de sus corazones: su confesión y arrepentimiento sinceros de sus pecados, su creencia sincera en Él, su profundo sentido de cómo sus actos malvados habían enfurecido Su carácter, y el miedo resultante del castigo inminente de Jehová Dios. Al mismo tiempo, Jehová Dios también oyó las oraciones desde las profundidades de sus corazones rogándole que detuviese Su enojo contra ellos para que pudiesen evitar esta catástrofe. Cuando Dios observó todos estos hechos, poco a poco Su ira desapareció. Independientemente de cuán grande había sido anteriormente Su enojo, cuando vio el arrepentimiento sincero en las profundidades de los corazones de estas personas Su corazón fue tocado por esto, y por tanto no quiso traer la catástrofe sobre ellos, y dejó de estar enojado con ellos. En su lugar, continuó extendiendo Su misericordia y tolerancia hacia ellos y continuó guiándolos y proveyendo para ellos.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

viernes, 11 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 118 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 118 | "Dios mismo, el único II" (Jonás 4) Pero esto le desagradó mucho a Jonás y estuvo muy molesto, por lo que oró a Jehová, y dijo: Te suplico, Oh Jehová, ¿no era esto lo que decía yo cuando todavía estaba en mi país? Por ese motivo tuve que huir a Tarsis, porque sabía que Tú eres un Dios de gracia y de misericordia, que no te molestas pronto, y que eres muy bondadoso, y que te arrepientes de hacer el mal. Por lo tanto, ahora, Oh Jehová, te suplico que tomes mi vida porque es mejor que yo muera y no que viva. Luego Jehová le dijo: ¿Crees que está bien que te molestes? Entonces, Jonás salió de la ciudad y se sentó al Este de la misma; se construyó ahí una enramada y se sentó ahí a la sombra hasta que pudo ver lo que pasaba con la ciudad. Y Jehová preparó una enredadera de calabaza e hizo que creciera sobre Jonás de tal manera que le sirviera de sombra sobre su cabeza y le aliviara su sufrimiento. Entonces Jonás estaba demasiado feliz con esta enredadera. Pero al día siguiente muy temprano en la mañana, Dios hizo que apareciera un gusano que destruyó la enredadera de calabaza hasta quedar marchita. Y sucedió que cuando el sol salió, Dios hizo que soplara un fuerte viento desde el Este; y el sol caía en la cabeza de Jonás, y sentía que se desmayaba y deseaba dentro de él morir, y se decía: es mejor que muera a que viva. Y Dios le dijo a Jonás: ¿Crees que está bien que te molestes por la enredadera de calabaza? Y él respondió: sí, está bien que me moleste e inclusive que me muera. Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado? El Creador expresa Sus sentimientos sinceros por la humanidad Esta conversación entre Jehová Dios y Jonás es sin duda una expresión de los sentimientos sinceros del Creador por la humanidad. Por un lado comunica a las personas el entendimiento del Creador de toda la naturaleza bajo Su dominio; como Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. En otras palabras, el entendimiento que Dios tenía de Nínive estaba lejos de ser superficial. Él no sólo conocía el número de seres vivos en la ciudad (incluyendo a las personas y el ganado), también sabía cuántos no podían discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, es decir, cuántos niños y jóvenes estaban presentes. Esta es una prueba concreta del magnífico entendimiento que Dios tiene de la humanidad. Por otro lado, esta conversación informa a las personas de la actitud del Creador hacia la humanidad, es decir, del peso de la humanidad en el corazón del Creador. Es justo como Jehová Dios dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad…?”. Estas son las palabras de reproche de Jehová Dios hacia Jonás, que son todas ciertas. Aunque se le confió a Jonás la proclamación de las palabras de Jehová Dios a las personas de Nínive, él no entendió los propósitos de Jehová Dios, como tampoco Sus preocupaciones por los habitantes de la ciudad ni Sus expectativas para ellos. Con esta reprimenda Dios pretendía decirle que la humanidad era el producto de Sus propias manos, y Dios había puesto un empeño minucioso en cada persona; cada persona llevaba con ella las esperanzas de Dios; cada persona disfrutaba de la provisión de la vida de Dios; Dios había pagado un coste laborioso por cada persona. Esta reprimenda también dijo a Jonás que Dios valoraba a la humanidad, la obra de Sus propias manos, tanto como Jonás valoraba la calabacera. Dios no los abandonaría bajo ningún concepto fácilmente antes del último momento posible; además, había demasiados niños y ganado inocente en la ciudad. Cuando lidió con estos jóvenes e ignorantes productos de la creación de Dios, que ni siquiera podían distinguir su mano derecha de la izquierda, Dios fue incapaz de acabar con sus vidas y determinar sus consecuencias de una forma tan apresurada. Dios esperaba verlos crecer; esperaba que no caminasen por las mismas sendas que sus mayores, que no tuviesen que oír de nuevo la advertencia de Jehová Dios, y que diesen testimonio del pasado de Nínive. Más aun, Dios esperaba ver Nínive después de su arrepentimiento, de ver el futuro de Nínive tras su arrepentimiento, y lo más importante, ver Nínive una vez más bajo la misericordia de Dios. Por tanto, a los ojos de Dios, aquellos objetos de la creación que no podían distinguir entre sus manos derecha e izquierda eran el futuro de Nínive. Cargarían con el pasado despreciable de Nínive, del mismo modo que cargarían con la importante obligación de dar testimonio del pasado y el futuro de Nínive bajo la dirección de Dios. En esta declaración de Sus sinceros sentimientos, Jehová Dios presentó la misericordia del Creador por la humanidad en su totalidad. Mostró a la humanidad que “la misericordia del Creador” no es una expresión vacía, ni una promesa hueca; tiene principios, métodos y objetivos concretos. Él es verdadero y real, y no hay en Él falsedad ni disfraz, y de esta misma manera Su misericordia se concede incesantemente a la humanidad en cada momento y época. Sin embargo, hasta este mismo día, el diálogo del Creador con Jonás es la única y exclusiva declaración verbal de Dios de por qué muestra misericordia a la humanidad, cómo muestra misericordia a la humanidad, cuán tolerante es con la humanidad y Sus sentimientos sinceros por la humanidad. La conversación breve de Jehová Dios expresa todos Sus pensamientos para la humanidad; es una expresión sincera de la actitud de Su corazón hacia la humanidad, y también una prueba concreta de Su amplia concesión de misericordia sobre la humanidad. Él no concede Su misericordia solamente sobre las generaciones más ancianas de la humanidad; también la otorga a los miembros más jóvenes de la misma, como siempre ha sido, de una generación a la siguiente. Aunque la ira de Dios desciende frecuentemente sobre ciertos rincones y ciertas épocas de la humanidad, la misericordia de Dios nunca ha cesado. Con Su misericordia, Él guía y dirige a una generación de Su creación tras otra, provee y alimenta a una generación de la creación tras otra, porque Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad nunca cambiarán. Del mismo modo que Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive…?”, Él siempre ha cuidado de Su propia creación. Esta es la misericordia del carácter justo del Creador, ¡y es también la singularidad pura del Creador! Extracto de “La Palabra manifestada en carne” LA MISERICORDIA DE DIOS HACIA LA HUMANIDAD NUNCA HA CESADO I I Luego, Jehová le dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. II La piedad del Creador no es una frase vacía, ni una promesa hueca. Tiene principios y objetivos, verdaderos y reales sin disfraz. Su misericordia, dada a la humanidad, sin final en el tiempo. La palabra del Creador con Jonás está Su única declaración de por qué Él es piadoso, y cómo muestra piedad, cuánto tolera Él a la humanidad, y Sus verdaderos sentimientos por ella. La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! III Los diálogos de Jehová Dios muestran todo Su pensamiento de la humanidad, una expresión de Su corazón y prueba de una rica misericordia al hombre, no solamente conferida a los ancianos, sino concedida a los jóvenes, tal como ha sido y será de una generación a la siguiente. La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

Palabras diarias de Dios | Fragmento 117 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 117 | "Dios mismo, el único II"

Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

Las personas dicen frecuentemente que no es cosa fácil conocer a Dios. Sin embargo, Yo digo que conocer a Dios no es en absoluto un asunto difícil, porque Dios permite frecuentemente al hombre ser testigo de Sus hechos. Dios nunca ha suspendido Su diálogo con la humanidad; nunca se ha ocultado del hombre, ni se ha escondido. Sus pensamientos, ideas, palabras y hechos se revelan todos a la humanidad. Por tanto, mientras el hombre desee conocer a Dios, puede llegar a entenderlo y conocerlo a través de todo tipo de medios y métodos. La razón por la que el hombre piensa ciegamente que Dios lo ha evitado intencionadamente, que Dios se ha escondido intencionadamente de la humanidad, que Dios no tiene intención de permitir al hombre entenderlo y conocerlo, es que no conoce quién es Dios, ni desea entender a Dios; aún más, no le preocupan los pensamientos, las palabras o los hechos del Creador… Hablando sinceramente, si uno sólo utiliza sus momentos de inactividad para centrarse en y entender las palabras o los hechos del Creador, y presta un poco de atención a los pensamientos del Creador y a la voz de Su corazón, no será difícil para ellos darse cuenta que los pensamientos, las palabras y los hechos del Creador son visibles y transparentes. De igual forma, hará falta un pequeño esfuerzo para ser consciente de que el Creador está en medio del hombre en todo momento, que Él siempre está en conversación con el hombre y la totalidad de la creación, y que está llevando a cabo nuevos hechos cada día. Su esencia y Su carácter se expresan en Su diálogo con el hombre; Sus pensamientos e ideas se revelan completamente en Sus hechos; Él acompaña y observa a la humanidad en todo momento. Habla tranquilamente a la humanidad y a toda la creación con Sus palabras silenciosas: Estoy por encima del universo, y estoy en medio de Mi creación. Me mantengo vigilante; estoy esperando; estoy a tu lado… Sus manos son cálidas y fuertes; Sus pasos son ligeros; Su voz es suave y elegante; Su forma pasa y se vuelve, abrazando a toda la humanidad; Su rostro es bello y amable. Él nunca se ha ido, ni ha desaparecido. Desde el amanecer hasta el anochecer, Él es el compañero continuo de la humanidad. Su cuidado fiel y afecto especial por la humanidad, así como Su preocupación y amor verdaderos por el hombre, se demostraron poco a poco cuando salvó la ciudad de Nínive. En particular, el diálogo entre Jehová Dios y Jonás dejó más al descubierto la misericordia del Creador por la humanidad que Él mismo creó. A través de estas palabras, puedes obtener un entendimiento profundo de los sentimientos sinceros de Dios por la humanidad…

Lo siguiente está registrado en el libro de Jonás 4:10-11: “Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. Estas son las palabras reales de Jehová Dios, una conversación entre Él y Jonás. Aunque este diálogo es breve, rebosa de preocupación del Creador por la humanidad y Su reticencia a renunciar a ella. Estas palabras expresan la verdadera actitud y los sentimientos que Dios tiene en Su corazón por Su creación, y con estas palabras claras, que raramente se oyen a los hombres, Dios declara Sus verdaderos propósitos para la humanidad. Este diálogo representa una actitud que Dios tuvo hacia el pueblo de Nínive, ¿pero qué clase de actitud es esta? Es la actitud que Él mantuvo hacia las personas de Nínive antes y después de su arrepentimiento. Dios trata a la humanidad de la misma manera. Dentro de estas palabras uno puede encontrar Sus pensamientos, así como Su carácter.

¿Qué pensamientos de Dios se revelan en estas palabras? Una lectura detenida revela inmediatamente que Él usa la palabra “lástima”; el uso de esta palabra muestra la verdadera actitud de Dios hacia la humanidad.

Desde una perspectiva semántica, uno puede interpretar la palabra “lástima” de diferentes formas: primero, amar y proteger, sentir ternura hacia algo; segundo, amar profundamente; finalmente, no estar dispuesto a herir y ser incapaz de soportar hacerlo. En resumen, implica un afecto y un amor tierno, así como una indisposición a abandonar a alguien o algo; significa la misericordia y la tolerancia de Dios hacia el hombre. Aunque Dios empleó una palabra comúnmente hablada entre los hombres, el uso de esta palabra pone al descubierto la voz del corazón de Dios y Su actitud hacia la humanidad.

Aunque la ciudad de Nínive estaba llena de personas tan corruptas, malvadas y violentas como las de Sodoma, su arrepentimiento causó que Dios cambiase Su opinión y decidiese no destruirlos. Debido a que su reacción a las palabras e instrucciones de Dios demostró una actitud en marcado contraste con la de los ciudadanos de Sodoma, y debido a su honesta sumisión a Dios y honesto arrepentimiento por sus pecados, así como su comportamiento verdadero y sincero en todos los sentidos, Dios demostró una vez más Su compasión sincera y se la concedió. La recompensa de Dios y Su compasión por la humanidad son imposibles de copiar por nadie; ninguna persona puede poseer la misericordia o la tolerancia de Dios, ni Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad. ¿Hay alguien que tú consideras una gran persona, o incluso un superhombre, que, desde un punto elevado, hablando como una gran persona o sobre un punto supremo, haría esta clase de declaración a la humanidad o la creación? ¿Quién entre la humanidad puede conocer las condiciones de vida de la humanidad como la palma de sus manos? ¿Quién puede llevar una carga y responsabilidad por la existencia de la humanidad? ¿Quién es capaz de proclamar la destrucción de una ciudad? ¿Y quién es capaz de perdonar a una ciudad? ¿Quién puede decir que cuida de su propia creación? ¡Sólo el Creador! Sólo el Creador tiene compasión de esta humanidad. Sólo el Creador muestra ternura y afecto a esta humanidad. Sólo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, sólo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y cuida de toda Su creación. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por y gira alrededor de la humanidad; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad. Por el bien de la humanidad, Él viaja y se mueve; da en silencio cada pedazo de Su vida; dedica cada minuto y segundo de Su vida… Nunca ha sabido cómo tener compasión de Su propia vida, pero siempre ha tenido compasión y ha cuidado a la humanidad que Él mismo creó… Él da todo lo que tiene a esta humanidad… Otorga Su misericordia y tolerancia incondicionalmente y sin esperar una recompensa. Lo hace sólo para que la humanidad pueda seguir sobreviviendo delante de Sus ojos, recibiendo Su provisión de vida; lo hace sólo para que la humanidad pueda someterse a Él un día y reconocer que Él es Aquel que nutre la existencia del hombre y provee la vida de toda la creación.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Testimonio cristiano 2020 | Actitud hacia el deber (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Actitud hacia el deber (Español Latino)

El protagonista cree sinceramente en Dios y cumple su deber con entusiasmo, pero gestiona la obra de la iglesia como si fuera su propia empresa. Cuando los hermanos y las hermanas dentro de su ámbito tienen que ser transferidos a otros equipos le preocupa el impacto que esto tendrá en el trabajo de su equipo y se muestra muy reticente. Siempre siente que los miembros del equipo que él ha entrenado deberían quedarse y sacar adelante el trabajo de su equipo, y una y otra vez encuentra excusas para impedir que sean transferidos. ¿Cómo acaba siendo capaz de deshacerse de su egoísmo? ¿Y cómo cambia su actitud incorrecta hacia su deber? Encontrarás la respuesta en Actitud hacia el deber.

¡Gracias por visitar mi blog! ¿Quiere saber cómo recibir el regreso del Señor Jesús? ¿Tiene alguna confusión y dificultad sobre la fe y la vida? ¡Puede chatear con nosotros a través de Messenger! Esperamos su llegada!