Ⅰ
Dios no se aferra a lo viejo ni toma el camino usual;
en Su obra y Sus palabras no hay prohibición.
En Dios, todo es libre, liberado, sin restricción.
Él trae al hombre la liberación.
Él es el Dios vivo, que existe de verdad.
Ni títere ni ídolo, Él es diferente.
Está vivo y vibrante, Sus palabras y Su obra
traen vida y luz, todo libertad, a la humanidad,
porque Él tiene la verdad, la vida y el camino.
Sus palabras y Su obra no tienen restricción;
porque Él tiene la verdad, la vida y el camino.
Sus palabras y Su obra no tienen restricción.
Ⅱ
No importa lo que digan ni cómo perciban Su nueva obra,
sin reservas, Él la realizará.
Él no se preocupa por las nociones o críticas del hombre.
Su fuerte oposición no lo detendrá.
Con la razón, imaginación, saber o moralidad,
nadie puede medir o definir lo que hace Dios.
Nada en la creación puede desacreditar,
nadie puede dificultar Su obra.
Nada ni nadie limita lo que Él hace,
nada ni nadie lo restringirá.
Ninguna fuerza hostil lo afectará.
En Su nueva obra, Rey victorioso por siempre será.
Ⅲ
Las fuerzas hostiles y herejías de los hombres
serán pisoteadas bajo Su escabel.
No importa cuál etapa de Su obra esté haciendo,
debe expandirse en medio de los hombres,
realizarse sin estorbo en todo el universo,
hasta que Él haya concluido Su gran obra.
Esta es la autoridad y poder de Dios.
No hay prohibiciones con Dios Todopoderoso.
En Su obra hay principios, pero no prohibiciones,
porque Dios mismo es la verdad, el camino y la vida.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”