El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

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domingo, 13 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 114 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 114 | "Dios mismo, el único II"

(Jonás 3) Y la palabra de Jehová vino a Jonás por segunda vez diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad y predícales el mensaje que Yo te doy. Entonces, Jonás se levantó y fue a Nínive, de acuerdo con la palabra de Jehová. Nínive era una ciudad extremadamente grande a tres días de camino. Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida. Entonces la gente de Nínive creyó a Dios, y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos. Porque el rey de Nínive se enteró y se levantó de su trono, se quitó su vestidura y se puso un hábito de penitencia y se sentó sobre cenizas. Y mandó que se proclamara y publicara mediante decreto del rey y sus nobles, ordenó a todo Nínive diciendo: Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. Pero que todos los hombres y las bestias estén cubiertos con hábito de penitencia y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos. ¿Cómo saber si Dios no cambiará y se arrepentirá, y se alejará de su gran ira, y no permitirá que muramos? Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió.

Si tu creencia en Dios es verdadera, recibirás a menudo Su cuidado

El cambio de intenciones por parte de Dios hacia las personas de Nínive no implicaba dudas o ambigüedad. Más bien, era una transformación desde la ira pura a la tolerancia pura. Esta es una revelación verdadera de la esencia de Dios. Dios nunca está indeciso o inseguro en Sus acciones; los principios y propósitos detrás de Sus actos son todos claros y transparentes, puros y perfectos, con absolutamente ninguna estratagema o artimaña entretejida dentro. En otras palabras, la esencia de Dios no contiene tinieblas o maldad. Dios se enojó con los ninivitas debido a que sus actos malvados habían llegado a Sus ojos; en ese momento Su ira derivaba de Su esencia. Sin embargo, cuando la ira de Dios desapareció y Él concedió Su tolerancia sobre el pueblo de Nínive una vez más, todo lo que Él reveló era aún Su propia esencia. La totalidad de este cambio era debida a un cambio en la actitud del hombre hacia Dios. Durante todo este período de tiempo, el carácter que no se puede ofender de Dios no cambió; la esencia tolerante de Dios no cambió; la esencia amorosa y misericordiosa de Dios no cambió. Cuando las personas cometen actos malvados y ofenden a Dios, Él traerá Su ira sobre ellas. Cuando las personas se arrepienten verdaderamente, el corazón de Dios cambiará, y Su ira cesará. Cuando las personas continúan oponiéndose tozudamente a Dios, Su furia no cesará; Su ira los presionará poco a poco hasta que sean destruidos. Esta es la esencia del carácter de Dios. Independientemente de si Dios está expresando ira o misericordia y benignidad, la conducta, el comportamiento y la actitud hacia Dios en las profundidades de su corazón dictan aquello que se expresa por medio de la revelación del carácter de Dios. Si Dios somete continuamente a una persona a Su ira, el corazón de esta persona se opone indudablemente a Dios. Como nunca se ha arrepentido verdaderamente, no ha inclinado su cabeza delante de Dios ni ha poseído una verdadera creencia en Dios, nunca ha obtenido la misericordia y tolerancia de Dios. Si uno recibe a menudo el cuidado de Dios y obtiene frecuentemente Su misericordia y tolerancia, entonces esta persona tiene indudablemente una verdadera creencia en Dios en su corazón, y este no se opone a Dios. A menudo se arrepiente verdaderamente delante de Dios; por tanto, aunque la disciplina de Dios desciende frecuentemente sobre esta persona, Su ira no lo hará.

Este breve relato permite a las personas ver el corazón de Dios, ver la realidad de Su esencia, ver que el enojo de Dios y el cambio de Su corazón no se producen sin causa. A pesar del marcado contraste que Dios manifestó cuando estaba airado y cuando cambió Su corazón, que hace que las personas crean que parece que hay una gran brecha o un gran contraste entre estos dos aspectos de la esencia de Dios —Su ira y Su tolerancia— la actitud de Dios hacia el arrepentimiento de los ninivitas permite una vez más a las personas ver otro lado del verdadero carácter de Dios. El cambio de opinión de Dios verdaderamente permite a la humanidad ver de nuevo la verdad de la misericordia y la benignidad de Dios y ver la verdadera revelación de la esencia de Dios. La humanidad no tiene sino que reconocer que la misericordia y la benignidad de Dios no son mitos, ni invenciones. Esto es debido a que el sentimiento de Dios en ese momento era cierto; el cambio de opinión de Dios era cierto; Dios concedió de hecho Su misericordia y tolerancia a la humanidad una vez más.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


LA ACTITUD DE DIOS HACIA EL HOMBRE


I

Dios es decidido en Sus actos. Los principios y metas de Dios son siempre claros y transparentes. Son todos puros y perfectos, sin ninguna artimaña o estratagema mezclada. En otras palabras, la esencia de Dios no contiene oscuridad, no contiene maldad.

II

Cuando la gente actúe mal y ofenda a Dios, Él desatará Su ira sobre ella, a menos que se arrepienta ante Él. Mientras la gente continúe oponiendo a Dios, Su ira no cesará, hasta destruirla. Este es el carácter de Dios. En otras palabras, la piedad o la ira de Dios está basada en los actos del hombre y su actitud hacia Dios.

III

Si Dios sigue sometiendo a alguien a Su ira, el corazón de esa persona sin duda se opone a Dios, porque nunca se arrepintió realmente, no ha agachado la cabeza ante Dios, o no ha creído realmente en Él. Nunca ha obtenido la piedad de Dios y Su tolerancia.

IV

Si uno suele recibir el cuidado de Dios y recibe Su piedad y tolerancia, entonces esta persona sin duda cree en Dios con su corazón. Y su corazón no se opone a Dios, y suele arrepentirse ante Él. Incluso si Dios impone Su disciplina sobre ella, Su ira no desatará. En otras palabras, la piedad o la ira de Dios está basada en los actos del hombre y su actitud hacia Dios.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 113 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 113 | "Dios mismo, el único II"

(Jonás 3) Y la palabra de Jehová vino a Jonás por segunda vez diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad y predícales el mensaje que Yo te doy. Entonces, Jonás se levantó y fue a Nínive, de acuerdo con la palabra de Jehová. Nínive era una ciudad extremadamente grande a tres días de camino. Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida. Entonces la gente de Nínive creyó a Dios, y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos. Porque el rey de Nínive se enteró y se levantó de su trono, se quitó su vestidura y se puso un hábito de penitencia y se sentó sobre cenizas. Y mandó que se proclamara y publicara mediante decreto del rey y sus nobles, ordenó a todo Nínive diciendo: Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. Pero que todos los hombres y las bestias estén cubiertos con hábito de penitencia y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos. ¿Cómo saber si Dios no cambiará y se arrepentirá, y se alejará de su gran ira, y no permitirá que muramos? Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió.

Dios ve el arrepentimiento sincero en las profundidades de los corazones de los ninivitas

Después de escuchar la declaración de Dios, el rey de Nínive y sus súbditos llevaron a cabo una serie de actos. ¿Cuál es la naturaleza de su conducta y sus acciones? En otras palabras, ¿cuál es la esencia de la totalidad de su conducta? ¿Por qué hicieron lo que hicieron? En los ojos de Dios se habían arrepentido sinceramente, no sólo porque habían rogado a Dios fervientemente y confesado sus pecados delante de Él, sino también porque habían abandonado su conducta malvada. Actuaron de esta forma porque después de oír las palabras de Dios, se asustaron increíblemente y creyeron que Él haría lo que dijo. Ayunando, vistiendo de cilicio y sentándose sobre cenizas, deseaban expresar su disposición a reformarse de sus caminos y refrenar su maldad, a orar para que Jehová Dios contuviese Su enojo, a rogar a Jehová Dios para que se retractase de Su decisión, así como de la catástrofe que estaba a punto de caer sobre ellos. Por medio del examen de todo su comportamiento se puede ver que ya entendieron que sus actos malvados anteriores eran detestables para Jehová Dios y que entendieron la razón por la que Él los destruiría pronto. Por estas razones, todos deseaban arrepentirse completamente, volverse de sus caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. En otras palabras, una vez conocieron la declaración de Jehová Dios, todos y cada uno de ellos sintió miedo en su corazón; ya no continuaron más con su conducta malvada ni cometiendo esos actos aborrecidos por Jehová Dios. Adicionalmente, rogaron a Jehová Dios que perdonase sus pecados pasados y que no los tratase de acuerdo a sus acciones pasadas. Estaban dispuestos a no involucrarse más en la maldad y actuar según las instrucciones de Jehová Dios, para nunca más enfurecer a Jehová Dios. Su arrepentimiento fue sincero y profundo. Vino de las profundidades de sus corazones y no fue fingido, ni tampoco temporal.

Una vez que las personas de Nínive, desde el rey supremo hasta sus súbditos, conocieron que Jehová Dios estaba enojado con ellos, cada una de sus acciones, la totalidad de su comportamiento, así como cada una de sus decisiones y elecciones fueron claras y sencillas a la vista de Dios. El corazón de Dios cambió de acuerdo a su comportamiento. ¿Cuál era el estado de ánimo de Dios en ese mismo momento? La Biblia te puede responder esa pregunta. Tal como se registra en las Escrituras: “Y Dios vio sus obras que ellos se habían arrepentido de su maldad; y Dios se arrepintió del mal que Él había anunciado para ellos y no lo cumplió”. Aunque Dios cambió de opinión, no había nada complejo sobre Su estado de ánimo. Simplemente pasó de expresar Su enojo a calmarlo, y después decidió no traer la catástrofe sobre la ciudad de Nínive. La razón por la que la decisión de Dios —salvar a los ninivitas de la catástrofe— fue tan rápida es que Dios observó el corazón de cada persona de Nínive. Vio lo que tenían en las profundidades de sus corazones: su confesión y arrepentimiento sinceros de sus pecados, su creencia sincera en Él, su profundo sentido de cómo sus actos malvados habían enfurecido Su carácter, y el miedo resultante del castigo inminente de Jehová Dios. Al mismo tiempo, Jehová Dios también oyó las oraciones desde las profundidades de sus corazones rogándole que detuviese Su enojo contra ellos para que pudiesen evitar esta catástrofe. Cuando Dios observó todos estos hechos, poco a poco Su ira desapareció. Independientemente de cuán grande había sido anteriormente Su enojo, cuando vio el arrepentimiento sincero en las profundidades de los corazones de estas personas Su corazón fue tocado por esto, y por tanto no quiso traer la catástrofe sobre ellos, y dejó de estar enojado con ellos. En su lugar, continuó extendiendo Su misericordia y tolerancia hacia ellos y continuó guiándolos y proveyendo para ellos.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


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viernes, 11 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 118 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 118 | "Dios mismo, el único II" (Jonás 4) Pero esto le desagradó mucho a Jonás y estuvo muy molesto, por lo que oró a Jehová, y dijo: Te suplico, Oh Jehová, ¿no era esto lo que decía yo cuando todavía estaba en mi país? Por ese motivo tuve que huir a Tarsis, porque sabía que Tú eres un Dios de gracia y de misericordia, que no te molestas pronto, y que eres muy bondadoso, y que te arrepientes de hacer el mal. Por lo tanto, ahora, Oh Jehová, te suplico que tomes mi vida porque es mejor que yo muera y no que viva. Luego Jehová le dijo: ¿Crees que está bien que te molestes? Entonces, Jonás salió de la ciudad y se sentó al Este de la misma; se construyó ahí una enramada y se sentó ahí a la sombra hasta que pudo ver lo que pasaba con la ciudad. Y Jehová preparó una enredadera de calabaza e hizo que creciera sobre Jonás de tal manera que le sirviera de sombra sobre su cabeza y le aliviara su sufrimiento. Entonces Jonás estaba demasiado feliz con esta enredadera. Pero al día siguiente muy temprano en la mañana, Dios hizo que apareciera un gusano que destruyó la enredadera de calabaza hasta quedar marchita. Y sucedió que cuando el sol salió, Dios hizo que soplara un fuerte viento desde el Este; y el sol caía en la cabeza de Jonás, y sentía que se desmayaba y deseaba dentro de él morir, y se decía: es mejor que muera a que viva. Y Dios le dijo a Jonás: ¿Crees que está bien que te molestes por la enredadera de calabaza? Y él respondió: sí, está bien que me moleste e inclusive que me muera. Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado? El Creador expresa Sus sentimientos sinceros por la humanidad Esta conversación entre Jehová Dios y Jonás es sin duda una expresión de los sentimientos sinceros del Creador por la humanidad. Por un lado comunica a las personas el entendimiento del Creador de toda la naturaleza bajo Su dominio; como Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. En otras palabras, el entendimiento que Dios tenía de Nínive estaba lejos de ser superficial. Él no sólo conocía el número de seres vivos en la ciudad (incluyendo a las personas y el ganado), también sabía cuántos no podían discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, es decir, cuántos niños y jóvenes estaban presentes. Esta es una prueba concreta del magnífico entendimiento que Dios tiene de la humanidad. Por otro lado, esta conversación informa a las personas de la actitud del Creador hacia la humanidad, es decir, del peso de la humanidad en el corazón del Creador. Es justo como Jehová Dios dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad…?”. Estas son las palabras de reproche de Jehová Dios hacia Jonás, que son todas ciertas. Aunque se le confió a Jonás la proclamación de las palabras de Jehová Dios a las personas de Nínive, él no entendió los propósitos de Jehová Dios, como tampoco Sus preocupaciones por los habitantes de la ciudad ni Sus expectativas para ellos. Con esta reprimenda Dios pretendía decirle que la humanidad era el producto de Sus propias manos, y Dios había puesto un empeño minucioso en cada persona; cada persona llevaba con ella las esperanzas de Dios; cada persona disfrutaba de la provisión de la vida de Dios; Dios había pagado un coste laborioso por cada persona. Esta reprimenda también dijo a Jonás que Dios valoraba a la humanidad, la obra de Sus propias manos, tanto como Jonás valoraba la calabacera. Dios no los abandonaría bajo ningún concepto fácilmente antes del último momento posible; además, había demasiados niños y ganado inocente en la ciudad. Cuando lidió con estos jóvenes e ignorantes productos de la creación de Dios, que ni siquiera podían distinguir su mano derecha de la izquierda, Dios fue incapaz de acabar con sus vidas y determinar sus consecuencias de una forma tan apresurada. Dios esperaba verlos crecer; esperaba que no caminasen por las mismas sendas que sus mayores, que no tuviesen que oír de nuevo la advertencia de Jehová Dios, y que diesen testimonio del pasado de Nínive. Más aun, Dios esperaba ver Nínive después de su arrepentimiento, de ver el futuro de Nínive tras su arrepentimiento, y lo más importante, ver Nínive una vez más bajo la misericordia de Dios. Por tanto, a los ojos de Dios, aquellos objetos de la creación que no podían distinguir entre sus manos derecha e izquierda eran el futuro de Nínive. Cargarían con el pasado despreciable de Nínive, del mismo modo que cargarían con la importante obligación de dar testimonio del pasado y el futuro de Nínive bajo la dirección de Dios. En esta declaración de Sus sinceros sentimientos, Jehová Dios presentó la misericordia del Creador por la humanidad en su totalidad. Mostró a la humanidad que “la misericordia del Creador” no es una expresión vacía, ni una promesa hueca; tiene principios, métodos y objetivos concretos. Él es verdadero y real, y no hay en Él falsedad ni disfraz, y de esta misma manera Su misericordia se concede incesantemente a la humanidad en cada momento y época. Sin embargo, hasta este mismo día, el diálogo del Creador con Jonás es la única y exclusiva declaración verbal de Dios de por qué muestra misericordia a la humanidad, cómo muestra misericordia a la humanidad, cuán tolerante es con la humanidad y Sus sentimientos sinceros por la humanidad. La conversación breve de Jehová Dios expresa todos Sus pensamientos para la humanidad; es una expresión sincera de la actitud de Su corazón hacia la humanidad, y también una prueba concreta de Su amplia concesión de misericordia sobre la humanidad. Él no concede Su misericordia solamente sobre las generaciones más ancianas de la humanidad; también la otorga a los miembros más jóvenes de la misma, como siempre ha sido, de una generación a la siguiente. Aunque la ira de Dios desciende frecuentemente sobre ciertos rincones y ciertas épocas de la humanidad, la misericordia de Dios nunca ha cesado. Con Su misericordia, Él guía y dirige a una generación de Su creación tras otra, provee y alimenta a una generación de la creación tras otra, porque Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad nunca cambiarán. Del mismo modo que Jehová Dios dijo: “¿No tendré Yo lástima de Nínive…?”, Él siempre ha cuidado de Su propia creación. Esta es la misericordia del carácter justo del Creador, ¡y es también la singularidad pura del Creador! Extracto de “La Palabra manifestada en carne” LA MISERICORDIA DE DIOS HACIA LA HUMANIDAD NUNCA HA CESADO I I Luego, Jehová le dijo: “sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. II La piedad del Creador no es una frase vacía, ni una promesa hueca. Tiene principios y objetivos, verdaderos y reales sin disfraz. Su misericordia, dada a la humanidad, sin final en el tiempo. La palabra del Creador con Jonás está Su única declaración de por qué Él es piadoso, y cómo muestra piedad, cuánto tolera Él a la humanidad, y Sus verdaderos sentimientos por ella. La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! III Los diálogos de Jehová Dios muestran todo Su pensamiento de la humanidad, una expresión de Su corazón y prueba de una rica misericordia al hombre, no solamente conferida a los ancianos, sino concedida a los jóvenes, tal como ha sido y será de una generación a la siguiente. La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! La ira de Dios es común para el hombre, pero Su piedad nunca termina. Con misericordia, Él guía y lidera, suministra y nutre al hombre, generación a generación, de una era a la siguiente. Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! Su amor por el hombre nunca cambia, ¡Su amor nunca cambiará! De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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Palabras diarias de Dios | Fragmento 117 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 117 | "Dios mismo, el único II"

Los sentimientos sinceros del Creador hacia la humanidad

Las personas dicen frecuentemente que no es cosa fácil conocer a Dios. Sin embargo, Yo digo que conocer a Dios no es en absoluto un asunto difícil, porque Dios permite frecuentemente al hombre ser testigo de Sus hechos. Dios nunca ha suspendido Su diálogo con la humanidad; nunca se ha ocultado del hombre, ni se ha escondido. Sus pensamientos, ideas, palabras y hechos se revelan todos a la humanidad. Por tanto, mientras el hombre desee conocer a Dios, puede llegar a entenderlo y conocerlo a través de todo tipo de medios y métodos. La razón por la que el hombre piensa ciegamente que Dios lo ha evitado intencionadamente, que Dios se ha escondido intencionadamente de la humanidad, que Dios no tiene intención de permitir al hombre entenderlo y conocerlo, es que no conoce quién es Dios, ni desea entender a Dios; aún más, no le preocupan los pensamientos, las palabras o los hechos del Creador… Hablando sinceramente, si uno sólo utiliza sus momentos de inactividad para centrarse en y entender las palabras o los hechos del Creador, y presta un poco de atención a los pensamientos del Creador y a la voz de Su corazón, no será difícil para ellos darse cuenta que los pensamientos, las palabras y los hechos del Creador son visibles y transparentes. De igual forma, hará falta un pequeño esfuerzo para ser consciente de que el Creador está en medio del hombre en todo momento, que Él siempre está en conversación con el hombre y la totalidad de la creación, y que está llevando a cabo nuevos hechos cada día. Su esencia y Su carácter se expresan en Su diálogo con el hombre; Sus pensamientos e ideas se revelan completamente en Sus hechos; Él acompaña y observa a la humanidad en todo momento. Habla tranquilamente a la humanidad y a toda la creación con Sus palabras silenciosas: Estoy por encima del universo, y estoy en medio de Mi creación. Me mantengo vigilante; estoy esperando; estoy a tu lado… Sus manos son cálidas y fuertes; Sus pasos son ligeros; Su voz es suave y elegante; Su forma pasa y se vuelve, abrazando a toda la humanidad; Su rostro es bello y amable. Él nunca se ha ido, ni ha desaparecido. Desde el amanecer hasta el anochecer, Él es el compañero continuo de la humanidad. Su cuidado fiel y afecto especial por la humanidad, así como Su preocupación y amor verdaderos por el hombre, se demostraron poco a poco cuando salvó la ciudad de Nínive. En particular, el diálogo entre Jehová Dios y Jonás dejó más al descubierto la misericordia del Creador por la humanidad que Él mismo creó. A través de estas palabras, puedes obtener un entendimiento profundo de los sentimientos sinceros de Dios por la humanidad…

Lo siguiente está registrado en el libro de Jonás 4:10-11: “Luego, Jehová le dijo: sientes pena por la enredadera que no has hecho ningún esfuerzo ni la has hecho crecer, que salió una noche y en una noche se secó. ¿No tendré Yo lástima de Nínive, esa gran ciudad, donde hay más de ciento veinte mil personas que no pueden ver la diferencia entre su mano izquierda y su derecha y donde también hay mucho ganado?”. Estas son las palabras reales de Jehová Dios, una conversación entre Él y Jonás. Aunque este diálogo es breve, rebosa de preocupación del Creador por la humanidad y Su reticencia a renunciar a ella. Estas palabras expresan la verdadera actitud y los sentimientos que Dios tiene en Su corazón por Su creación, y con estas palabras claras, que raramente se oyen a los hombres, Dios declara Sus verdaderos propósitos para la humanidad. Este diálogo representa una actitud que Dios tuvo hacia el pueblo de Nínive, ¿pero qué clase de actitud es esta? Es la actitud que Él mantuvo hacia las personas de Nínive antes y después de su arrepentimiento. Dios trata a la humanidad de la misma manera. Dentro de estas palabras uno puede encontrar Sus pensamientos, así como Su carácter.

¿Qué pensamientos de Dios se revelan en estas palabras? Una lectura detenida revela inmediatamente que Él usa la palabra “lástima”; el uso de esta palabra muestra la verdadera actitud de Dios hacia la humanidad.

Desde una perspectiva semántica, uno puede interpretar la palabra “lástima” de diferentes formas: primero, amar y proteger, sentir ternura hacia algo; segundo, amar profundamente; finalmente, no estar dispuesto a herir y ser incapaz de soportar hacerlo. En resumen, implica un afecto y un amor tierno, así como una indisposición a abandonar a alguien o algo; significa la misericordia y la tolerancia de Dios hacia el hombre. Aunque Dios empleó una palabra comúnmente hablada entre los hombres, el uso de esta palabra pone al descubierto la voz del corazón de Dios y Su actitud hacia la humanidad.

Aunque la ciudad de Nínive estaba llena de personas tan corruptas, malvadas y violentas como las de Sodoma, su arrepentimiento causó que Dios cambiase Su opinión y decidiese no destruirlos. Debido a que su reacción a las palabras e instrucciones de Dios demostró una actitud en marcado contraste con la de los ciudadanos de Sodoma, y debido a su honesta sumisión a Dios y honesto arrepentimiento por sus pecados, así como su comportamiento verdadero y sincero en todos los sentidos, Dios demostró una vez más Su compasión sincera y se la concedió. La recompensa de Dios y Su compasión por la humanidad son imposibles de copiar por nadie; ninguna persona puede poseer la misericordia o la tolerancia de Dios, ni Sus sentimientos sinceros hacia la humanidad. ¿Hay alguien que tú consideras una gran persona, o incluso un superhombre, que, desde un punto elevado, hablando como una gran persona o sobre un punto supremo, haría esta clase de declaración a la humanidad o la creación? ¿Quién entre la humanidad puede conocer las condiciones de vida de la humanidad como la palma de sus manos? ¿Quién puede llevar una carga y responsabilidad por la existencia de la humanidad? ¿Quién es capaz de proclamar la destrucción de una ciudad? ¿Y quién es capaz de perdonar a una ciudad? ¿Quién puede decir que cuida de su propia creación? ¡Sólo el Creador! Sólo el Creador tiene compasión de esta humanidad. Sólo el Creador muestra ternura y afecto a esta humanidad. Sólo el Creador tiene un afecto sincero, inquebrantable por esta humanidad. De igual forma, sólo el Creador puede conceder misericordia a esta humanidad y cuida de toda Su creación. Su corazón da un vuelco y duele con cada una de las acciones del hombre: Él se enoja, angustia y apena por el mal y la corrupción del hombre; Él está encantado, feliz, es clemente y está exultante por el arrepentimiento y la fe del hombre; cada uno de Sus pensamientos e ideas existe por y gira alrededor de la humanidad; lo que Él es y tiene se expresa totalmente por el bien de la humanidad; Su placer, Su ira, Su tristeza y Su felicidad, todo ello está entretejido con la existencia de la humanidad. Por el bien de la humanidad, Él viaja y se mueve; da en silencio cada pedazo de Su vida; dedica cada minuto y segundo de Su vida… Nunca ha sabido cómo tener compasión de Su propia vida, pero siempre ha tenido compasión y ha cuidado a la humanidad que Él mismo creó… Él da todo lo que tiene a esta humanidad… Otorga Su misericordia y tolerancia incondicionalmente y sin esperar una recompensa. Lo hace sólo para que la humanidad pueda seguir sobreviviendo delante de Sus ojos, recibiendo Su provisión de vida; lo hace sólo para que la humanidad pueda someterse a Él un día y reconocer que Él es Aquel que nutre la existencia del hombre y provee la vida de toda la creación.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Testimonio cristiano 2020 | Actitud hacia el deber (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | Actitud hacia el deber (Español Latino)

El protagonista cree sinceramente en Dios y cumple su deber con entusiasmo, pero gestiona la obra de la iglesia como si fuera su propia empresa. Cuando los hermanos y las hermanas dentro de su ámbito tienen que ser transferidos a otros equipos le preocupa el impacto que esto tendrá en el trabajo de su equipo y se muestra muy reticente. Siempre siente que los miembros del equipo que él ha entrenado deberían quedarse y sacar adelante el trabajo de su equipo, y una y otra vez encuentra excusas para impedir que sean transferidos. ¿Cómo acaba siendo capaz de deshacerse de su egoísmo? ¿Y cómo cambia su actitud incorrecta hacia su deber? Encontrarás la respuesta en Actitud hacia el deber.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 109 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 109 | "Dios mismo, el único II"

¿Podéis ver la esencia de la ira de Dios en Su destrucción de Sodoma? ¿Hay algo mezclado en Su furia? ¿Es la furia de Dios pura? Empleando el lenguaje del hombre, ¿está la ira de Dios sin adulterar? ¿Hay alguna estratagema detrás de Su ira? ¿Existe alguna conspiración? ¿Hay secretos indecibles? Puedo deciros firmemente y solemnemente: No hay parte de la ira de Dios que pueda llevar a uno a la duda. Su enojo es puro, sin adulterar, y no alberga otros propósitos o metas. La razón de Su ira es pura, intachable y está por encima de la crítica. Es una revelación y un despliegue natural de Su santa esencia; es algo que ninguno de la creación posee. Es una parte del carácter justo único de Dios, y también una diferencia impactante entre las respectivas esencias del Creador y Su creación.
Independientemente de si uno se enoja a la vista de los demás o a sus espaldas, cada uno tiene una intención o un propósito diferente. Quizás estén construyendo su propio prestigio, o quizás defendiendo sus propios intereses, manteniendo su imagen o guardando las apariencias. Algunos ejercen el control en su enojo, mientras otros son más impulsivos y estallan de furia cada vez que quieren sin la más mínima contención. En resumen, la ira del hombre deriva de su carácter corrupto. No importa cuál sea su propósito, es de la carne y de la naturaleza; no tiene nada que ver con la justicia o la injusticia porque nada en la naturaleza y la esencia humana se corresponde con la verdad. Por tanto, el temperamento corrupto de la humanidad y la ira de Dios no deberían mencionarse en la misma frase. Sin excepción, el comportamiento de un hombre corrompido por Satanás comienza con el deseo de salvaguardar la corrupción, y se basa en la corrupción; así pues, el enojo del hombre no puede mencionarse en la misma frase que la ira de Dios, independientemente de lo apropiado que pueda parecer en teoría. Cuando Dios envía Su ira, las fuerzas del mal son controladas, las cosas malvadas destruidas, mientras las cosas justas y positivas disfrutan del cuidado y la protección de Dios, y se les permite continuar. Dios envía Su ira porque las cosas impías, negativas y malvadas obstruyen, perturban o destruyen la actividad y el desarrollo normales de las cosas justas y positivas. El objetivo de la ira de Dios no es salvaguardar Su propio estatus e identidad, sino la existencia de las cosas justas, positivas, bellas y buenas, las leyes y el orden de la supervivencia normal de la humanidad. Esta es la causa principal de la ira de Dios. La furia de Dios es una revelación muy apropiada, natural y verdadera de Su carácter. No hay intenciones detrás de Su furia, ni engaño ni conspiración; aún más, Su furia no contiene nada del deseo, la astucia, la malicia, la violencia, la maldad ni de cualquier otra cosa que la humanidad corrupta comparte. Antes de que Dios envíe Su furia, ya ha percibido la esencia de cada asunto de forma bastante clara y completa, y ya ha formulado definiciones y conclusiones precisas y claras. Así pues, el objetivo de Dios en cada asunto que acomete es totalmente claro, como lo es Su actitud. Él no está confundido; Él no está ciego; Él no es impulsivo; Él no es descuidado; más aún, Él no carece de principios. Este es el aspecto práctico de la ira de Dios, y es debido a este aspecto práctico de la ira de Dios que la humanidad ha alcanzado su existencia normal. Sin la ira de Dios, la humanidad descendería a condiciones de vida anormales; todas las cosas justas, bellas y buenas serían destruidas y dejarían de existir. Sin la ira de Dios, las leyes y el orden que gobiernan la creación serían quebrantados o incluso totalmente trastocados. Desde la creación del hombre, Dios ha utilizado continuamente Su carácter justo para salvaguardar y sustentar la existencia normal de la humanidad. Debido a que Su carácter justo contiene ira y majestad, todas las personas, cosas, objetos malvados y todo lo malo que perturba y daña la existencia normal de la humanidad son castigados, controlados y destruidos debido a Su ira. A lo largo de los pasados milenios, Dios ha utilizado continuamente Su carácter justo para matar y destruir a todos los tipos de espíritus inmundos y malvados que se oponen a Él y actúan como cómplices y verdugos de Satanás en Su obra de gestionar a la humanidad. Así pues, la obra de salvación del hombre por parte de Dios siempre ha avanzado de acuerdo a Su plan. Esto es decir que debido a la existencia de la ira de Dios, la causa más justa entre los hombres nunca ha sido destruida.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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martes, 8 de diciembre de 2020

Testimonio cristiano 2020 | He encontrado la senda al reino de los cielos (Español Latino)

Testimonio cristiano 2020 | He encontrado la senda al reino de los cielos (Español Latino)

La protagonista siguió la fe cristiana de sus padres desde pequeña y, tras casarse, ella y su esposo trabajaron juntos en la iglesia. En los últimos años ha descubierto que siempre se está confesando ante el Señor en oración, pero no es capaz de dejar de pecar ni de atenerse a las palabras del Señor. Tampoco tiene tolerancia ni paciencia con su marido. Reflexiona acerca de esto a raíz de las palabras de Dios “Sed santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44). Dios es santo y los profanos no pueden contemplar al Señor, por lo que se pregunta: ¿Es posible que alguien como ella, que vive en pecado, entre en el reino de los cielos? Esto le resulta doloroso y ora constantemente al Señor. ¿Cómo se libera finalmente de este desconcierto y cómo encuentra la senda de purificación y entrada al reino de los cielos? Escuchemos juntos su historia.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 110 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 110 | "Dios mismo, el único II"

Aunque Satanás parece humano, justo y virtuoso, es cruel y malvado en esencia
Satanás se gana su fama engañando al público. A menudo se establece como una vanguardia y un modelo de justicia. Bajo la bandera de salvaguarda de la justicia, lastima al hombre, destruye su alma, y emplea toda clase de medios para paralizar, engañar y provocar al hombre. Su objetivo es que el hombre apruebe y siga con su conducta malvada, hacer que el hombre se una a él en oposición a la autoridad y la soberanía de Dios. Sin embargo, cuando uno se vuelve más sabio ante sus artimañas, conspiraciones y rasgos viles y no desea continuar siendo pisoteado y engañado por él o seguir esclavizado por él o ser castigado y destruido junto a él, Satanás cambia sus rasgos previamente santos y se quita su falsa máscara para revelar su verdadera maldad, su rostro malvado, despiadado, feo y salvaje. No querría nada más que exterminar a todos aquellos que se niegan a seguirle y a aquellos que se oponen a sus fuerzas malvadas. En este punto, Satanás ya no puede asumir más un aspecto digno de confianza, caballeroso; en su lugar, sus rasgos verdaderamente feos y diabólicos se revelan bajo el disfraz de oveja. Una vez que las estratagemas de Satanás salen a la luz, una vez que quedan expuestos sus verdaderos rasgos, este montará en cólera y exhibirá su barbarie; su deseo de lastimar y destruir a las personas sólo se intensificará. Esto es debido a que está enfurecido por el despertar del hombre; desarrolla un fuerte carácter vengativo hacia el hombre por su aspiración de anhelar la libertad y la luz, y escaparse de su prisión. Su furia tiene el propósito de defender su maldad, y es también una revelación verdadera de su naturaleza salvaje.
En todo asunto, el comportamiento de Satanás pone de manifiesto su naturaleza malvada. A partir de los actos malvados que Satanás ha llevado a cabo sobre el hombre —desde sus primeros esfuerzos para engañar al hombre a seguirle, hasta su explotación de este, en la que lo arrastra hacia sus hechos malvados, y el carácter vengativo de Satanás hacia el hombre después de que sus verdaderos rasgos hayan quedado expuestos y el hombre lo haya reconocido y abandonado— ninguno es incapaz de descubrir la esencia malvada de Satanás; ninguno es incapaz de demostrar el hecho de que Satanás no tenga relación con las cosas positivas; ninguno es incapaz de demostrar que Satanás es la fuente de todas las cosas malas. Cada una de sus acciones salvaguarda su mal, mantiene la continuación de sus actos malvados, va en contra de las cosas justas y positivas; destruye las leyes y el orden de la existencia normal de la humanidad. Son hostiles a Dios, y son aquello que la ira de Dios destruirá. Aunque Satanás tiene su propia furia, esta es un medio de dar rienda suelta a su naturaleza malvada. La razón por la que Satanás está exasperado y furioso es esta: sus artimañas indecibles han quedado expuestas; sus conspiraciones no se saldrán fácilmente con la suya; su ambición y deseo salvaje de reemplazar a Dios y actuar como si Dios hubiese sido herido y bloqueado; su objetivo de controlar a toda la humanidad ha quedado en nada y nunca se podrá conseguir. La repetida invocación por parte de Dios de Su ira es lo que ha evitado que las conspiraciones de Satanás lleguen a buen término y lo que ha cortado la difusión y propagación de la maldad de Satanás; por tanto, Satanás aborrece y teme la ira de Dios. Cada aplicación de la ira de Dios no sólo desenmascara ese aspecto vil de Satanás; también expone a la luz sus deseos malvados. Al mismo tiempo, las razones de la furia de Satanás contra la humanidad se ponen totalmente de manifiesto. La erupción de la furia de Satanás es una revelación verdadera de su naturaleza malvada, una exposición de sus artimañas. Por supuesto, cada vez que Satanás se enfurece, se anuncia la destrucción de cosas malas; se anuncia la protección y continuación de cosas positivas, y se anuncia la naturaleza de la ira de Dios, ¡una que no puede ofenderse!
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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lunes, 7 de diciembre de 2020

Testimonio cristiano 2020 | Al desprenderme del egoísmo, me libero

 

Testimonio cristiano 2020 | Al desprenderme del egoísmo, me libero

Cuando el protagonista empieza a trabajar con el Hermano Zhang en su puesto en la iglesia, se resiste a contarle al Hermano Zhang todo lo que sabe para así intentar conservar su propio cargo por temor a que “Una vez que el alumno sabe todo lo que sabe el maestro, este perderá su sustento”. Como siempre alberga deseos egoístas y no practica la verdad, no consigue nada en su deber y se sume en la oscuridad. Cuando se ha sometido al juicio y castigo de las palabras de Dios Todopoderoso, entiende que vivir por los venenos y filosofías de Satanás le ha hecho egoísta, mentiroso y carecer de humanidad, y que esto le repugna a Dios. Entonces deja a un lado sus propios intereses personales y comparte todo su conocimiento con el Hermano Zhang sin reserva. Empieza a sentirse tranquilo y relajado y palpar el gozo que se deriva de poner en práctica la verdad.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 111 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 111 | "Dios mismo, el único II"

Uno no debe basarse en la experiencia y la imaginación para conocer el carácter justo de Dios

Cuando te encuentres frente al juicio y el castigo de Dios, ¿dirás que la palabra de Dios está adulterada? ¿Dirás que hay una leyenda detrás de la ira de Dios, y que Su ira está adulterada? ¿Difamarás a Dios, diciendo que Su carácter no es necesariamente totalmente justo? Al tratar con cada uno de los actos de Dios, debes estar seguro primeramente de que el carácter justo de Dios está libre de cualquier otro elemento, de que es santo y perfecto; estos actos incluyen la caída, el castigo y la destrucción de la humanidad. Sin excepción, cada uno de los actos de Dios se hace estrictamente de acuerdo con Su carácter inherente y Su plan —esto no incluye el conocimiento, la tradición y la filosofía de la humanidad— y cada uno de los actos de Dios es una expresión de Su carácter y esencia, sin relación con ninguna cosa que pertenezca a la humanidad corrupta. En las ideas del hombre, sólo el amor, la misericordia y la tolerancia de Dios hacia la humanidad son perfectos, no adulterados y santos. Sin embargo, nadie sabe que la furia de Dios y Su ira están igualmente sin adulterar; además, nadie ha contemplado preguntas como por qué no tolera Dios la ofensa o por qué es tan grande Su furia. Al contrario, algunos confunden la ira de Dios con el temperamento humano corrupto; entienden que el enojo de Dios es la furia de la humanidad corrupta; incluso suponen erróneamente que la furia de Dios es justo como la revelación natural del carácter humano corrupto. Creen erróneamente que la emisión de la ira de Dios es justo como el enojo de la humanidad corrupta, que surge del descontento; creen incluso que la emisión de la ira de Dios es una expresión de Su estado de ánimo. Después de esta enseñanza, espero que cada uno de vosotros los presentes no tengáis más malinterpretaciones, imaginaciones o suposiciones en cuanto al carácter justo de Dios, y espero que después de oír Mis palabras podáis tener un verdadero reconocimiento de la ira del carácter justo de Dios en vuestros corazones, que podáis dejar de lado cualquier entendimiento erróneo anterior de la ira de Dios, que podáis cambiar vuestros propios conocimientos y puntos de vista equivocados de la esencia de la ira de Dios. Además, espero que podáis tener una definición precisa del carácter de Dios en vuestros corazones, que no tengáis ya ninguna duda en relación al carácter justo de Dios, que no impongáis ningún razonamiento o imaginación humanos sobre el verdadero carácter de Dios. El carácter justo de Dios es la propia esencia verdadera de Dios. No es algo moldeado o escrito por el hombre. Su carácter justo es Su carácter justo y no tiene relaciones o conexiones con ningún otro de la creación. Dios mismo es Dios mismo. Él nunca pasará a ser una parte de la creación, e incluso si se vuelve un miembro entre los seres creados, Su carácter y esencia inherentes no cambiarán. Por tanto, conocer a Dios no es conocer un objeto; no es diseccionar algo, ni tampoco entender a una persona. Si el hombre usa el concepto o el método de conocer un objeto o entender a una persona para conocer a Dios, entonces nunca serás capaz de alcanzar el conocimiento de Dios. Conocer a Dios no depende de la experiencia o la imaginación, y por tanto no debes imponer nunca tu experiencia o imaginación sobre Dios. No importa cuán rica pueda ser tu experiencia y tu imaginación, siguen siendo limitadas; aún más, tu imaginación no se corresponde con hechos, mucho menos con la verdad, y es incompatible con el verdadero carácter y esencia de Dios. Nunca tendrás éxito si confías en tu imaginación para entender la esencia de Dios. El único camino es este: aceptar todo lo que viene de Dios, y después experimentarla y entenderla gradualmente. Habrá un día en el que Dios te ilumine para entenderle y conocerle verdaderamente debido a tu cooperación y a tu hambre y sed de la verdad.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


LAS NOCIONES E IMAGINACIÓN NUNCA TE AYUDARÁN A CONOCER A DIOS

I

El conocimiento de Dios no depende de la experiencia ni de la imaginación. Estas no deben ser impuestas a Dios. Pues no importa lo ricas que la experiencia humana y la fantasía sean, están limitadas, no son hechos ni verdad, siendo tan incompatibles con el carácter real de Dios, siendo tan inconsistentes con Su esencia real. El carácter justo de Dios es Su propia esencia verdadera; no está moldeado por el hombre ni por nada parecido en Su creación. Dios es Dios, después de todo, Él nunca forma parte de Su propia creación. Incluso si Él se une, Su carácter y Su esencia no cambiarán, no lo harán.

II

Por eso, conocer a Dios no es percibir, percibir objetos, no es analizar la materia, no es comprender a otros seres humanos. El conocimiento de Dios no será alcanzado por tales medios y conceptos. Conocer a Dios no depende de la experiencia ni la fantasía. Son limitadas, no son, no son hechos ni verdad. El carácter justo de Dios es Su propia esencia verdadera; no está moldeado por el hombre ni por nada parecido en Su creación. Dios es Dios, después de todo, Él nunca forma parte de Su propia creación. Incluso si Él se une, Su carácter y Su esencia no cambiarán.

III

Uno nunca comprenderá a Dios, confiando en su imaginación. La única vía para conocerlo es pues: Acepta todo lo que viene de Él, experiméntalo poco a poco. Llegará el día en que el esclarecimiento, el conocimiento verdadero de Dios sean tuyos, tu recompensa, el fruto de tu cooperación con Dios y tu hambre y tu sed de verdad. El carácter justo de Dios es Su propia esencia verdadera; no está moldeado por el hombre ni por nada parecido en Su creación. Dios es Dios, después de todo, Él nunca forma parte de Su propia creación. Incluso si Él se une, Su carácter y Su esencia no cambiarán. El carácter justo de Dios es Su propia esencia verdadera; no está moldeado por el hombre ni por nada parecido en Su creación. Dios es Dios, después de todo, Él nunca forma parte de Su propia creación. Incluso si Él se une, Su carácter y Su esencia no cambiarán. Él no lo hará.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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domingo, 6 de diciembre de 2020

Testimonio cristiano 2020 | Escuchar la voz de Dios y recibir al Señor

Testimonio cristiano 2020 | Escuchar la voz de Dios y recibir al Señor

a protagonista anteriormente era predicadora en una iglesia clandestina. Trabajó para el Señor durante años y siempre anhelaba el regreso del Señor Jesús. Se mantiene firme en su creencia de que, cuando Él regrese en los últimos días, aparecerá públicamente sobre una nube en Su cuerpo espiritual resucitado. Al escuchar la feliz noticia de que el Señor se ha hecho carne y ha regresado en los últimos días, no lo cree y ni siquiera indaga. Posteriormente, en una reunión, comprende que existen muchas profecías, como “la llegada del Hijo del hombre”, “el Hijo del hombre viene” y que el Señor viene “como una ladrón”. Todas estas profecías dicen que, cuando el Señor regrese en los últimos días, lo hará hecho carne y en secreto. Ya no se atreve a seguir aferrada a sus propios puntos de vista, así que empieza a reflexionar y a buscar. Entonces, ¿de qué manera el Señor viene y aparece ante nosotros realmente en los últimos días? ¿Cómo recibe la protagonista al Señor? Los descubrirás en Escuchar la voz de Dios y recibir al Señor.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 112 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 112 | "Dios mismo, el único II"

La advertencia de Jehová Dios llega a los ninivitas

Procedamos con el segundo pasaje, el tercer capítulo del libro de Jonás: “Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida”. Estas son las palabras que Dios transmitió directamente a Jonás para que las dijese a los ninivitas. Son también, naturalmente, las palabras que Jehová deseaba decir a los ninivitas. Estas palabras cuentan a la gente que Dios comenzó a detestar y aborrecer a las personas de la ciudad debido a su maldad, que había llegado a Sus ojos, y por tanto deseó destruir esta ciudad. Sin embargo, antes de destruir la ciudad, Dios haría un anuncio a los ninivitas, y les daría simultáneamente una oportunidad de arrepentirse de su maldad y comenzar de nuevo. Esta oportunidad duraría cuarenta días. En otras palabras, si las personas de la ciudad no se arrepentían, no admitían sus pecados o no se postraban delante de Jehová Dios en cuarenta días, Dios destruiría la ciudad tal como hizo con Sodoma. Esto es lo que Jehová Dios deseaba decir a las personas de Nínive. Sin duda, esta no era una simple declaración. No sólo transmitía la ira de Jehová Dios, sino también Su actitud hacia los ninivitas; al mismo tiempo esta simple declaración también servía como advertencia solemne a las personas que vivían en la ciudad. Esta advertencia les decía que sus actos malvados les habían hecho ganar el odio de Jehová Dios, y les decía que sus actos malvados los llevarían pronto al borde de su propia aniquilación; por tanto, las vidas de todos en Nínive estaban en peligro inminente.

El marcado contraste entre la reacción de Nínive y de Sodoma a la advertencia de Dios

¿Qué significa ser destruida? En términos coloquiales, significa desaparecer. Pero, ¿de qué forma? ¿Quién podría destruir toda una ciudad? Es imposible para el hombre llevar a cabo tal acto, por supuesto. Estas personas no eran insensatas; tan pronto como oyeron esta proclamación, captaron la idea. Sabían que había venido de Dios; sabían que Dios iba a llevar a cabo Su obra; sabían que su maldad había enfurecido a Jehová Dios y llevado Su ira sobre ellos, de forma que pronto serían destruidos junto a su ciudad. ¿Cómo se comportó el pueblo de la ciudad después de escuchar la advertencia de Jehová Dios? La Biblia describe con detalles específicos cómo reaccionaron estas personas, desde su rey hasta el hombre común. Tal como registran las Escrituras: “Entonces la gente de Nínive creyó a Dios, y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos. Porque el rey de Nínive se enteró y se levantó de su trono, se quitó su vestidura y se puso un hábito de penitencia y se sentó sobre cenizas. Y mandó que se proclamara y publicara mediante decreto del rey y sus nobles, ordenó a todo Nínive diciendo: Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua. Pero que todos los hombres y las bestias estén cubiertos con hábito de penitencia y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos…”.

Después de oír la proclamación de Jehová Dios, el pueblo de Nínive mostró una actitud totalmente opuesta a la del pueblo de Sodoma, el pueblo de Sodoma se opuso abiertamente a Dios, continuando de mal en mal, pero después de oír estas palabras, los ninivitas no ignoraron el asunto, ni se resistieron; en su lugar creyeron en Dios y declararon un ayuno. ¿A qué se refiere “creyeron” aquí? La palabra en sí sugiere fe y sumisión si usan el comportamiento práctico de los ninivitas para explicar esta palabra, significa que creyeron que Dios podía hacer y haría lo que decía, y que estaban dispuestos a arrepentirse. ¿Sintió miedo el pueblo de Nínive frente al desastre inminente? Su creencia fue la que puso el miedo en sus corazones. Bien, ¿qué se puede usar para demostrar la creencia y el miedo de los ninivitas? Es como la Biblia dice: “y declararon un ayuno, y se pusieron un hábito de penitencia, desde el más importante hasta el menor de ellos”. Es decir que los ninivitas creyeron verdaderamente, y que de esa creencia vino el miedo, que después llevó al ayuno y a vestirse de cilicio. Así es como mostraron el principio de su arrepentimiento. Totalmente al contrario del pueblo de Sodoma, los ninivitas no sólo no se opusieron a Dios, sino que también mostraron claramente su arrepentimiento por medio de su comportamiento y sus acciones. Por supuesto, esto no sólo se aplicó al pueblo llano de Nínive; su rey no era una excepción.

El arrepentimiento del rey de Nínive se gana el elogio de Jehová Dios

Cuando el rey de Nínive oyó estas noticias, se levantó de su trono, se quitó su túnica, se vistió de cilicio y se sentó sobre cenizas. Después proclamó que no se permitiría comer nada a nadie en la ciudad, y que ni el ganado, ni los corderos, ni los bueyes podrían pastar o beber agua. Los hombres y el ganado por igual debían vestir de cilicio; las personas rogarían a Dios fervientemente. El rey también proclamó que cada uno de ellos se volviese de sus caminos malvados y abandonase la violencia en sus manos. A juzgar por esta serie de actos, el rey de Nínive demostró su arrepentimiento sincero. La serie de acciones que llevó a cabo —levantarse de su trono, quitarse su túnica de rey, vestir de cilicio y sentarse sobre cenizas— dice a la gente que el rey de Nínive dejaba de lado su estatus real y vestía de cilicio junto al pueblo llano. Es decir, el rey de Nínive no ocupaba su puesto real para continuar con su camino malvado o la violencia en sus manos después de oír el anuncio de Jehová Dios; en su lugar, dejó de lado la autoridad que ostentaba y se arrepintió delante de Jehová Dios. En este momento el rey de Nínive no se estaba arrepintiendo como un rey; había venido delante de Dios para confesar y arrepentirse de sus pecados como un súbdito ordinario de Dios. Además, también dijo a toda la ciudad que confesase y se arrepintiese de sus pecados delante de Dios de la misma forma que él; adicionalmente, tenía un plan específico en cuanto a cómo hacerlo, como se ve en las Escrituras: “Que ningún hombre ni bestia, manada o bandada, coman nada, ni siquiera que beban agua… y que clamen con todas sus fuerzas a Dios; que todos se arrepientan de sus caminos de maldad y se despojen de toda la violencia de sus manos”. Como gobernador de la ciudad, el rey de Nínive poseía un estatus y un poder supremo y podía hacer cualquier cosa que desease. Cuando se enfrentó al anuncio de Jehová Dios, podía haber ignorado el asunto o simplemente haberse arrepentido y confesado sus pecados él solo; en cuanto a si el pueblo de la ciudad decidía o no arrepentirse, podía haber ignorado por completo el asunto. Sin embargo, el rey de Nínive no hizo esto en absoluto. No sólo se levantó de su trono, se vistió de cilicio y cenizas, confesó y se arrepintió de sus pecados delante de Jehová Dios, sino que también ordenó que todas las personas y el ganado de la ciudad hiciesen lo mismo. Incluso ordenó a las personas “clamar con todas sus fuerzas a Dios”. A través de esta serie de acciones, el rey de Nínive cumplió verdaderamente con su deber; su serie de actos es una que resulta difícil de realizar para cualquier rey en la historia humana, y también una que nadie realizó. Estas acciones pueden definirse como empresas sin precedentes en la historia humana; son dignas tanto de ser conmemoradas como imitadas por la humanidad. Desde los albores del hombre, cada rey había llevado a sus súbditos a resistirse y oponerse a Dios. Nadie había guiado nunca a sus súbditos a rogar a Dios en busca de redención por su maldad, a recibir el perdón de Jehová Dios y evitar el castigo inminente. Sin embargo, el rey de Nínive fue capaz de llevar a sus súbditos a volverse a Dios, dejar sus respectivos caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. Además, también fue capaz de dejar de lado su trono, y a cambio, Jehová Dios se volvió y se arrepintió y retiró Su ira, permitiendo que las personas de la ciudad sobreviviesen y guardándolos de la destrucción. Las acciones del rey sólo pueden calificarse como un milagro raro en la historia humana; pueden incluso definirse como un modelo de humanidad corrupta que confiesa y se arrepiente de sus pecados delante de Dios.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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sábado, 5 de diciembre de 2020

Palabras diarias de Dios | Fragmento 108 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 108 | "Dios mismo, el único II"

La ira de Dios es una salvaguardia para todas las fuerzas justas y todas las cosas positivas

La intolerancia de la ofensa por parte de Dios es Su esencia exclusiva; la ira de Dios es Su carácter exclusivo; la majestad de Dios es Su esencia exclusiva. El principio detrás de la ira de Dios demuestra la identidad y el estatus que sólo Él posee. Uno no necesita mencionar que es también un símbolo de la esencia del único Dios mismo. El carácter de Dios es Su propia esencia inherente. No cambia en absoluto con el paso del tiempo, ni cambia cuando lo hace el lugar. Su carácter inherente es Su esencia intrínseca. Independientemente de sobre quién lleve a cabo Su obra, Su esencia no cambia, y tampoco lo hace Su carácter justo. Cuando uno enoja a Dios, lo que Él envía es Su carácter inherente; en este momento el principio detrás de Su ira no cambia, ni tampoco Su identidad y estatus únicos. Él no se enoja debido a un cambio en Su esencia o porque Su carácter haya producido diferentes elementos, sino porque la oposición del hombre contra Él ofende Su carácter. La flagrante provocación del hombre hacia Dios es un desafío serio a la propia identidad y estatus de Dios. Bajo el punto de vista de Dios, cuando el hombre lo desafía, está compitiendo con Él y poniendo a prueba Su ira. Cuando el hombre se opone a Dios, cuando compite con Dios, cuando pone a prueba continuamente la ira de Dios —que es también cuando el pecado prolifera— la ira de Dios se revelará y presentará de forma natural. Por tanto, la expresión de Dios de Su ira simboliza que todas las fuerzas malvadas dejarán de existir; simboliza que todas las fuerzas hostiles serán destruidas. Esta es la unicidad del justo carácter de Dios, y es la unicidad de Su ira. Cuando la dignidad y la santidad de Dios son desafiadas, cuando las fuerzas justas son obstruidas y no son vistas por el hombre, Dios enviará Su ira. Debido a la esencia de Dios, todas esas fuerzas sobre la tierra que compiten con Dios, se oponen y enfrentan a Él son malignas, corruptas e impías; proceden de Satanás y le pertenecen. Como Dios es justo, de la luz y perfectamente santo, todas las cosas malas, corruptas y pertenecientes a Satanás desaparecerán con la liberación de la ira de Dios.

Aunque el derramamiento de la ira de Dios es un aspecto de la expresión de Su carácter justo, la ira de Dios no es en absoluto indiscriminada en cuanto a su objetivo o sin principios. Al contrario, Dios no es en absoluto rápido para la ira, ni revela precipitadamente Su ira y Su majestad. Adicionalmente, la ira de Dios se controla y mide considerablemente; no es en absoluto comparable a cómo estallará un hombre de furia o dará rienda suelta a su ira. La Biblia registra muchas conversaciones entre el hombre y Dios. Las palabras de algunos de estos individuos eran superficiales, ignorantes e infantiles, pero Dios no los mató, ni los condenó. En particular, durante la prueba de Job, ¿cómo trató Jehová a los tres amigos de Job y a los demás después de oír las palabras que hablaron a Job? ¿Los condenó? ¿Se enfureció con ellos? ¡No hizo nada por el estilo! En su lugar, Él dijo a Job que rogase por ellos, que orase por ellos; Dios, por otra parte, no se tomó a pecho sus errores. Todos estos ejemplos representan la actitud principal con la que Dios trata a la humanidad corrupta e ignorante. Por tanto, la liberación de la ira de Dios no es en absoluto una expresión o un desahogo del estado de ánimo. La ira de Dios no es una erupción de furia a gran escala tal como el hombre la entiende. Dios no desata Su ira porque sea incapaz de controlar Su propio estado de ánimo o porque Su enojo haya alcanzado su punto de ebullición y deba ser descargado. Al contrario, Su ira es una muestra de Su carácter justo y una expresión genuina de Su carácter justo; es una revelación simbólica de Su esencia santa. Dios es ira, no tolera ninguna ofensa, esto no quiere decir que la ira de Dios no distinga entre causas o no tenga principios; la humanidad corrupta es la que tiene una patente exclusiva de estallidos de furia aleatorios y sin principios que no distingue entre causas. Una vez que el hombre tiene estatus, encontrará frecuentemente difícil controlar su estado de ánimo, y disfrutará aprovechándose de situaciones para expresar su insatisfacción y dar rienda suelta a sus emociones; a menudo estallará de furia sin razón aparente, como para revelar su capacidad y hacer que otros sepan que su estatus e identidad son diferentes de los de las personas ordinarias. Por supuesto, las personas corruptas sin estatus alguno también perderán frecuentemente el control. Su enojo es a menudo provocado por un daño a sus beneficios individuales. Con el fin de proteger su propio estatus y dignidad, la humanidad corrupta dará frecuentemente rienda suelta a sus emociones y revelará su naturaleza arrogante. El hombre estallará de ira y descargará sus emociones a fin de defender la existencia del pecado, y estas acciones son las formas en las que el hombre expresa su insatisfacción. Estas acciones rebosan de inmundicia; rebosan de conspiraciones e intrigas; rebosan de la corrupción y la maldad del hombre, más aun, rebosan de las ambiciones y los deseos salvajes del hombre. Cuando la justicia compite con la maldad, el hombre no estallará de furia para defender la existencia de la justicia; contrariamente, cuando las fuerzas de la justicia son amenazadas, perseguidas y atacadas, la actitud del hombre es la de pasar por alto, evadirse o encogerse. Sin embargo, cuando se enfrenta a las fuerzas del mal, la actitud del hombre es la de siervo, reverencia, sumisión. Por tanto, el desahogo del hombre es un escape para las fuerzas malignas, una expresión de la conducta malvada descontrolada e imparable del hombre carnal. Cuando Dios envía Su ira, sin embargo, todas las fuerzas malvadas serán detenidas; todos los pecados que hacen daño al hombre serán detenidos; todas las fuerzas hostiles que obstruyen la obra de Dios serán evidentes, separadas y malditas; todos los cómplices de Satanás que se oponen a Dios serán castigados, erradicados. En su lugar, la obra de Dios continuará libre de cualquier obstáculo; el plan de gestión de Dios continuará desarrollándose paso a paso según el calendario; el pueblo escogido de Dios estará libre de las perturbaciones y los engaños de Satanás; aquellos que siguen a Dios disfrutarán del liderazgo y la provisión de Dios en entornos tranquilos y apacibles. La ira de Dios es una salvaguardia que evita que todas las fuerzas malignas se multipliquen y proliferen, y es también una salvaguardia que protege la existencia y la difusión de todas las cosas justas y positivas, y las guarda eternamente de la supresión y la subversión.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 107 | "Dios mismo, el único II"

Palabras diarias de Dios | Fragmento 107 | "Dios mismo, el único II"

Aunque la ira de Dios está oculta y es desconocida para el hombre, no tolera ofensa

El trato de Dios hacia la totalidad de la humanidad insensata e ignorante se basa principalmente en la misericordia y la tolerancia. Su ira, por el contrario, se esconde en la mayor parte del tiempo y de las cosas; es desconocida para el hombre. Como consecuencia, es difícil para el hombre ver a Dios exhibir Su ira, y también es difícil entender Su ira. De ahí que el hombre se tome a la ligera la ira de Dios. Cuando el hombre se enfrenta a la obra y el paso final de Dios de tolerar y perdonar al hombre, esto es, cuando el ejemplo final de la misericordia de Dios y Su advertencia final lo alcanza, si sigue utilizando los mismos métodos para oponerse a Dios y no hace ningún esfuerzo para arrepentirse, enmendar sus caminos o aceptar Su misericordia, Dios ya no les concederá más Su tolerancia y paciencia. Al contrario, es en este tiempo que Dios retirará Su misericordia. Después de esto, Él sólo enviará Su ira. Él puede expresar Su ira de formas diferentes, del mismo modo que puede usar diferentes métodos para castigar y destruir a las personas.

El uso del fuego por parte de Dios para destruir la ciudad de Sodoma es Su método más rápido de aniquilar totalmente a la humanidad o una cosa. Quemar a las personas de Sodoma destruyó más que sus cuerpos físicos; destruyó la totalidad de sus espíritus, sus almas y sus cuerpos, garantizando que las personas dentro de esta ciudad dejarían de existir tanto en el mundo material como en el mundo invisible al hombre. Esta es una forma en la que Dios revela y expresa Su ira. Esta forma de revelación y expresión es un aspecto de la esencia de la ira de Dios, del mismo modo que es naturalmente también una revelación de la esencia del carácter justo de Dios. Cuando Dios envía Su ira, deja de mostrar misericordia o benignidad, como tampoco despliega más Su tolerancia o paciencia; no hay persona, cosa o razón que pueda persuadirlo para que continúe siendo paciente, dé otra vez Su misericordia, y conceda Su tolerancia una vez más. En lugar de estas cosas, sin un momento de duda, Dios enviará Su ira y majestad, hará lo que desea, y hará estas cosas de una manera rápida y limpia de acuerdo a Sus propios deseos. Esta es la forma en la que Dios envía Su ira y majestad, que el hombre no debe ofender, y también es una expresión de un aspecto de Su carácter justo. Cuando las personas ven a Dios mostrando preocupación y amor por el hombre, son incapaces de detectar Su ira, ver Su majestad o sentir Su intolerancia a la ofensa. Estas cosas siempre han llevado a las personas a creer que el carácter justo de Dios es solamente uno de misericordia, tolerancia y amor. Sin embargo, cuando uno ve a Dios destruir una ciudad o detestar a una humanidad, Su ira en la destrucción del hombre y Su majestad permiten a las personas ver el otro lado de Su carácter justo. Esta es la intolerancia de Dios a la ofensa. El carácter de Dios que no tolera ofensas sobrepasa la imaginación de cualquier ser creado, y entre los seres no creados, ninguno es capaz de interferir en ella o afectarla; más aún, no puede ser suplantada o imitada. Así pues, este aspecto del carácter de Dios es uno que la humanidad debería conocer al máximo. Sólo Dios mismo tiene este tipo de carácter, y sólo Dios mismo posee este tipo de carácter. Dios posee este tipo de carácter justo porque detesta la maldad, las tinieblas, la rebeldía y los actos malvados de Satanás, que corrompen y destruyen a la humanidad, porque Él detesta todos los actos de pecado en oposición a Él y debido a Su esencia santa y pura. Es por esto que Él no sufrirá a ninguno de los seres creados o no creados oponiéndose a Él o disputando con Él. Incluso si un individuo al que Él hubo mostrado alguna vez misericordia o seleccionado, sólo necesita provocar a Su carácter y transgredir Su principio de paciencia y tolerancia, Él liberará y revelará Su carácter justo sin la más mínima misericordia o duda —un carácter que no tolera ofensa—.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

EL CARÁCTER DE DIOS NO TOLERA LA OFENSA

I
La humanidad debe saber antes que nada de un carácter sólo poseído por Dios. Esto es, no tolerar ninguna ofensa. Nada puede interferir, afectarlo. Supera cualquier imaginación, no puede suplantarse o imitarse. Dios no tolerará a nadie que vaya contra Él, sean seres creados o no, sean elegidos o reciban misericordia. Una vez que provoquen Su carácter o rompan Su principio de tolerancia, Dios liberará Su carácter, justo, no tolerará la ofensa.

II

Dios posee este carácter debido a Su esencia santa y pura, y porque odia los pecados que se le oponen. Él odia toda desobediencia y el mal de Satanás por corromper al hombre. Él detesta la maldad y la oscuridad. Dios no tolerará a nadie que vaya contra Él, sean seres creados o no, sean elegidos o reciban misericordia. Una vez que provoquen Su carácter o rompan Su principio de tolerancia, Dios liberará Su carácter, justo, no tolerará la ofensa. Dios no tolerará a nadie que vaya contra Él, sean seres creados o no, sean elegidos o reciban misericordia. Una vez que provoquen Su carácter o rompan Su principio de tolerancia, Dios liberará Su carácter, justo, no tolerará la ofensa.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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