En el vasto mundo, innumerables cambios han ocurrido una y otra vez. Ninguno es capaz de guiar y dirigir a esta humanidad excepto por Él, quien gobierna sobre todas las cosas en el universo. No hay poderoso que trabaje o haga los preparativos para esta humanidad, mucho menos una persona que sea capaz de dirigir a esta humanidad hacia el destino de la luz y la liberación de las injusticias terrenales. Dios lamenta el futuro de la humanidad y se duele de la caída de la humanidad. Siente pena por la lenta marcha de la humanidad hacia la decadencia y el camino sin regreso. La humanidad ha roto el corazón de Dios y renunció a Él para buscar al maligno. Nadie ha pensado jamás en la dirección en la que una humanidad como esta se moverá. Es precisamente por esta razón que ninguno siente la ira de Dios. Ninguno busca una forma de agradar a Dios o de tratar de acercarse a Dios. Además, ninguno busca comprender el dolor y la pena de Dios. Incluso después de escuchar la voz de Dios, el hombre sigue en su camino apartado de Dios, evadiendo la gracia y el cuidado de Dios y rehuyendo la verdad de Dios y preferiría venderse a sí mismo a Satanás, el enemigo de Dios. ¿Y quién ha pensado en cómo Dios actuará con un hombre no arrepentido que lo ha desechado? Ninguno sabe que los recordatorios y las exhortaciones repetidos de Dios son porque Él sostiene en Su mano un desastre sin precedentes que Él ha preparado, uno que será insoportable para la carne y el alma del hombre. Este desastre no es solamente un castigo de la carne sino también del alma. Debes saber esto: cuando el plan de Dios sea invalidado y cuando Sus recordatorios y exhortaciones no produzcan respuesta alguna, ¿qué ira se desatará? Esto será como nada que ninguna creación haya experimentado ni escuchado hasta ahora. Y por eso digo, este desastre no tiene precedentes y nunca se repetirá. Esto será así porque sólo una creación y una salvación están dentro del plan de Dios. Esta es la primera vez y también la última. Por lo tanto, nadie puede comprender la buena intención y la ferviente anticipación que Dios tiene por la salvación de la humanidad.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
DIOS LAMENTA EL FUTURO DE LA HUMANIDAD
I
En este vasto mundo que ha cambiado tantas veces incluso desde antes de la historia, no hay nadie para al hombre dirigir y guiar, nadie más que Él, que gobierna sobre todos. Ningún señor poderoso trabaja y se prepara por el bien de esta humanidad. Nadie puede conducirla a un futuro brillante, ni liberarla de la injusticia de este mundo. Dios lamenta el futuro de la humanidad. ¡Cómo se aflige por su caída! Siente tristeza por la marcha de la humanidad hacia la decadencia en un camino sin retorno. El hombre se ha rebelado y ha roto el corazón de Dios; recorrió el camino de Satanás. Y a nadie se le ha ocurrido pensar hacia dónde irá finalmente la humanidad.
II
¿Quién se detendrá a percibir la ira de Dios? ¿Quién buscará agradarle y acercarse a Él? ¿Quién verá Su tristeza o intentará comprender el dolor que Él siente? Incluso escuchando Su llamada, se dirigen hacia el camino que los aleja de la misericordia de Dios, la verdad y Su gracia; voluntariamente, se venden a Satanás. Dios lamenta el futuro de la humanidad. ¡Cómo se aflige por su caída! Siente tristeza por la marcha de la humanidad hacia la decadencia en un camino sin retorno. El hombre se ha rebelado y ha roto el corazón de Dios; recorrió el camino de Satanás. Y a nadie se le ha ocurrido pensar hacia dónde irá finalmente la humanidad.
III
¿Cómo es que Dios actuará contra los que lo desafían y lo rechazan? Sepan que las advertencias de Dios son siempre seguidas por un desastre sombrío difícil de tolerar. No sólo castiga la carne, también el alma del hombre. Quién sabe la ira que Dios tiene guardada para ellos cuando Su voz es ignorada. Ira que el hombre nunca sintió ni escuchó. Esta calamidad es única; la única creación y salvación planeada por Dios. Esta es la primera y la última. Nadie puede sentir con su corazón, el amor angustiado de Dios, Su ferviente deseo de salvar a la humanidad. Dios lamenta el futuro de la humanidad. ¡Cómo se aflige por su caída! Siente tristeza por la marcha de la humanidad hacia la decadencia en un camino sin retorno. El hombre se ha rebelado y ha roto el corazón de Dios; recorrió el camino de Satanás. Y a nadie se le ha ocurrido pensar hacia dónde irá finalmente la humanidad, hacia dónde irá finalmente la humanidad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”