El Relámpago Oriental, Dios Todopoderoso, es la segunda venida del Señor Jesús. Las ovejas de Dios oyen la voz de Dios. ¡En tanto leas las palabras de Dios Todopoderoso, verás que Dios ha aparecido! Invitamos a quienes buscan la verdad con el corazón a venir aquí y mirar.

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lunes, 8 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 35 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 35 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"

La promesa de Dios a Abraham

(Génesis 22:16-18) Juro por Mí mismo —dijo Jehová— que porque has hecho esto, y no has retenido a tu hijo, tu único hijo, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tu simiente tendrá las puertas de sus enemigos; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido Mi voz.

Ganar a los que conocen a Dios y son capaces de dar testimonio de Él es el deseo inmutable de Dios

Al mismo tiempo que hablaba para sí mismo, Dios también le habló a Abraham; ¿pero aparte de oír las bendiciones que Él le dio, era Abraham capaz de entender los deseos verdaderos de Dios en todas Sus palabras, en aquel momento? ¡No! Así, en el momento en que Dios juró por sí mismo, Su corazón seguía solitario y afligido. Aún no había una sola persona capaz de entender o comprender lo que Él pretendía o planeaba. En ese momento, nadie ni siquiera Abraham, fue capaz de hablarle en confianza, y mucho menos de cooperar con Él en la realización de la obra que Él debía hacer. Aparentemente, Dios había ganado a Abraham, y a alguien que podía obedecer Sus palabras. Pero en realidad, el conocimiento que esta persona tenía de Dios era poco más que nada. Aunque Él había bendecido a Abraham, Su corazón todavía no estaba satisfecho. ¿Qué significa que Dios no estaba satisfecho? Quiere decir que Su gestión sólo había comenzado, que las personas a las que quería ganar, a las que anhelaba ver, a las que amaba, seguían lejos de Él; necesitaba tiempo, esperar, ser paciente. Y es que, en ese momento, aparte de Dios mismo no había nadie que supiera lo que Él necesitaba, lo que deseaba ganar, o qué anhelaba. Y así, a la vez que se sentía muy entusiasmado, Dios también tuvo pesar en Su corazón. Sin embargo, no detuvo Sus pasos, y siguió planeando el siguiente paso de lo que debía hacer.

¿Qué veis en la promesa de Dios a Abraham? Dios le concedió grandes bendiciones, sencillamente porque él escuchaba Sus palabras. Aunque, en apariencia, esto parece normal, una cosa natural, vemos en ello el corazón de Dios: Él valora especialmente la obediencia del hombre hacia Él y aprecia su sinceridad y entendimiento hacia Él. ¿Cuánto aprecia Dios esta sinceridad? Quizás no entendáis cuánto la aprecia, y es posible que no haya nadie que sea consciente de ello. Dios le dio un hijo a Abraham, y cuando este hijo había crecido, le pidió que se lo ofreciese. Abraham siguió Su mandato al pie de la letra, obedeció Su palabra y su sinceridad conmovió a Dios, quien lo valoró. ¿Cuánto lo valoró Dios? ¿Y por qué lo hizo? En un momento en el que nadie comprendía Sus palabras ni entendía Su corazón, Abraham hizo algo que sacudió el cielo e hizo temblar la tierra, le produjo a Dios una sensación de satisfacción sin precedentes, y le proporcionó el gozo de ganar a alguien capaz de obedecer Sus palabras. Esta satisfacción y este gozo procedieron de una criatura hecha por la propia mano de Dios, y fue el primer “sacrificio” que el hombre había presentado a Dios, el más valorado por Él desde que creó al ser humano. Dios había pasado momentos duros esperando este sacrificio, y lo trató como el primer regalo importante del hombre, a quien Él había creado. Le mostró el primer fruto de Sus esfuerzos y el precio que había pagado, y le permitió ver la esperanza en la humanidad. Después, Dios anheló aún más un grupo de personas como esta que le hicieran compañía, que lo trataran con sinceridad, que cuidaran de Él con sinceridad. Incluso esperó que Abraham perdurara, porque deseaba que un corazón así lo acompañase y estuviese con Él mientras continuaba Su gestión. Independientemente de lo que Dios quisiera, tan sólo era un deseo, una idea, porque Abraham era sólo un hombre capaz de obedecerle, y no tenía el más mínimo entendimiento o conocimiento de Él. Era alguien muy alejado de los estándares de los requisitos divinos para el hombre: conocer a Dios, ser capaz de dar testimonio de Él, pensar igual que Él. Y por tanto, no podía andar con Él. Al presentar Abraham a Isaac como ofrenda, Dios vio su sinceridad y su obediencia, y comprobó que había resistido la prueba que Él le había puesto. Aunque aceptó su sinceridad y su obediencia, seguía siendo indigno de convertirse en el confidente de Dios, en alguien que lo conociera, lo entendiera, y estuviera informado de Su carácter; estaba lejos de pensar como Él y de llevar a cabo Su voluntad. Y así, en Su corazón, Dios seguía estando solo e inquieto; y cuanto más lo estaba, más necesitaba continuar con Su gestión lo antes posible, y poder seleccionar y ganar a un grupo de personas para cumplir Su plan de gestión y lograr Su voluntad cuanto antes. Este era el deseo entusiasta de Dios, que ha permanecido inmutable desde el principio hasta hoy. Desde que creó al hombre en el principio, Dios ha anhelado un grupo de vencedores que camine con Él y sea capaz de entender, comprender y conocer Su carácter. Este deseo de Dios nunca ha cambiado. Independientemente de cuánto tenga que esperar aún, de lo duro que sea el camino que tiene por delante, de lo lejos que estén los objetivos que anhela, Dios nunca ha alterado ni abandonado Sus expectativas para el hombre. Ahora que he dicho esto, ¿sabéis algo del deseo de Dios? Quizás lo que habéis descubierto no sea muy profundo, ¡pero llegará progresivamente!

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

LO QUE DIOS ESPERA PARA LA HUMANIDAD NO HA CAMBIADO

I

Cuando Abraham ofreció a Isaac, Dios vio con claridad su obediencia, su sinceridad y pasó con éxito la prueba de Dios. Él aún no merecía la amistad de Dios, estaba lejos de ser merecedor, y no podía ver Su carácter, aún no entendía a Dios y no hacía Su voluntad. Desde que Dios creó al hombre, ha buscado siempre un grupo de fieles vencedores que conozcan Su carácter para caminar con Él. Siempre lo ha deseado. Siempre ha sido igual. Siempre espera lo mismo.

II

Y Dios sentía en Su corazón ansioso y solitario que tenía que ejecutar rápido Su plan para hacer Su plan de gestión, tenía que elegir y ganarse a los justos para hacer rápido Su voluntad. Dios deseaba esto y lo sigue deseando hoy. Desde que Dios creó al hombre, ha buscado siempre un grupo de fieles vencedores que conozcan Su carácter para caminar con Él. Siempre lo ha deseado. Siempre ha sido igual. Siempre espera lo mismo.

III

No importa cuánto Él espere, no importa cuán duro sea el camino, cuán lejos estén Sus objetivos, Él nunca se rinde, lo que Él espera no cambia, lo que espera para el hombre sigue igual. Y al decir esto, ¿entiendes parte de Su deseo? Quizás aún no entiendes mucho. Pero con el tiempo comprenderás mucho más. Desde que Dios creó al hombre, ha buscado siempre un grupo de fieles vencedores que conozcan Su carácter para caminar con Él. Siempre lo ha deseado. Siempre ha sido igual. Siempre espera lo mismo.

De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”


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domingo, 7 de marzo de 2021

Música cristiana 2021 | La verdadera materialización de la autoridad del Creador

 Música cristiana 2021 | La verdadera materialización de la autoridad del Creador

I
La humanidad y la creación se encuentran en los diseños del Creador.
La humanidad y la creación se encuentran en los diseños del Creador.
Sujetas a Sus obras, las sostiene a Su control.
Revelan las leyes naturales cómo obra y reina Dios.
La batalla por sobrevivir muestra Su supremacía.
El destino de toda creación, el destino de toda creación,
el destino de toda creación muestra que Él tiene el control.
II
En vida o muerte o en todo, la humanidad ve la obra del Creador. 
En vida o muerte o en todo, la humanidad ve la obra del Creador. 
Declara que mayores son Sus formas de actuar,
superan toda ley y poder terrenal.
Así nada en la creación desafiará Su autoridad.
Lo que ordenó no cambiará.
Todo se postra ante Su ley, mostrando Su autoridad.
Hoy y por la eternidad.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 26 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 26 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo I"

Dios pretende destruir el mundo con un diluvio y ordena a Noé construir un arca

(Génesis 6:9-14) Estas son las generaciones de Noé: Noé era un hombre justo y perfecto en sus generaciones y Noé andaba con Dios. Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. La tierra también se había corrompido delante de Dios y estaba llena de violencia. Y Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra. Entonces Dios dijo a Noé: el fin de toda carne ha llegado a Mí, porque ellos han llenado toda la tierra de violencia, y por ello los destruiré junto con la tierra. Construye un arca de madera de ciprés; harás cuartos en el arca y la cubrirás con brea por dentro y por fuera.

(Génesis 6:18-22) Pero haré Mi pacto contigo; y entrarás en el arca; tus hijos, tu esposa y las esposas de tus hijos entrarán contigo. Y de cada cosa viviente de toda carne, traerás dos de cada especie dentro del arca, para mantenerlos vivos contigo; serán macho y hembra. De las aves según su especie, y del ganado según su especie, de cada criatura que se arrastre sobre la tierra según su especie, dos de cada clase deben venir contigo, para mantenerlos vivos. Y toma todo lo que se coma, júntalo para vosotros para que os sirva de alimento a ti y a ellos. Y así lo hizo Noé; como Dios le había ordenado, eso hizo.

Después de leer estos pasajes, ¿tenéis ahora un entendimiento general de quién es Noé? ¿Qué tipo de persona es? El texto original dice: “Noé era un hombre justo y perfecto en sus generaciones”. En la mente de las personas modernas, ¿qué tipo de persona es un hombre justo de aquella época? Un hombre justo debía de ser un hombre perfecto. ¿Sabéis si este hombre perfecto es perfecto a los ojos del hombre o perfecto a los ojos de Dios? Sin duda, este hombre era perfecto a los ojos de Dios y no a los de los hombres. ¡Esto es seguro! Y se debe a que el hombre está ciego y no puede ver; sólo Dios ve toda la tierra y a cada persona, sólo Él sabe que Noé es un hombre perfecto. Por tanto, el plan de Dios de destruir el mundo con un diluvio empezó en el instante mismo en que llamó a Noé.

Que llamara a Noé fue una realidad simple, pero la idea principal de lo que estamos hablando —el carácter de Dios, Su voluntad y Su esencia en este relato— no lo es. Para entender estos diversos aspectos de Dios, debemos comprender primero a qué tipo de persona desea Dios llamar y, a través de esto, entender Su carácter, Su voluntad, y Su esencia. Esto es crucial. Por tanto, a los ojos de Dios, ¿qué tipo de persona es este hombre a quien Él llama? Debe ser alguien que pueda escuchar Sus palabras y seguir Sus instrucciones. Al mismo tiempo, debe ser también una persona con sentido de la responsabilidad, alguien que llevará a cabo la palabra de Dios y la tratará como la responsabilidad y el deber que está obligado a cumplir. ¿Debe ser, pues, esta persona alguien que conozca a Dios? No. En aquel tiempo, Noé no había oído gran cosa de las enseñanzas de Dios ni experimentado Su obra en absoluto. Por consiguiente, el conocimiento que tenía de Él era muy limitado. Aunque se dice aquí que caminaba con Dios, ¿vio alguna vez Su persona? ¡La respuesta es definitivamente no! Y es que en aquellos días, sólo los mensajeros de Dios venían a las personas. Aunque podían representarle a Él con lo que decían o hacían, sólo comunicaban la voluntad y los propósitos divinos. La persona de Dios no se revelaba al hombre cara a cara. En esta parte de las escrituras, básicamente, lo único que vemos es lo que este Noé tuvo que hacer y cuáles fueron las instrucciones de Dios para él. ¿Cuál fue, pues, la esencia que Dios expresó aquí? Todo lo que Él hace se planea con precisión. Cuando ve desarrollarse una cosa o una situación, existirá un estándar por el que medirlas a Sus ojos, y este determinará si comienza un plan para lidiar con ellas o para ver cómo tratarlas. Él no es indiferente ni insensible hacia todo. En realidad, es todo lo contrario. Aquí hay un versículo que Dios le dijo a Noé: “el fin de toda carne ha llegado a Mí, porque ellos han llenado toda la tierra de violencia, y por ello los destruiré junto con la tierra”. ¿Afirman las palabras de Dios esta vez, que sólo destruiría a los seres humanos? ¡No! Él declaró que iba a destruir todo lo vivo, lo que tuviera carne. ¿Por qué quería Dios la destrucción? Aquí hay otra revelación del carácter de Dios: a Sus ojos, existe un límite a Su paciencia respecto a la corrupción del hombre, a la inmundicia, la violencia, y la desobediencia de toda carne. ¿Cuál es Su límite? Es como Dios mismo dijo: “Dios miró a la tierra, y vio que se había corrompido, ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra”. ¿Qué significa la frase “ya que toda carne había corrompido sus caminos en la tierra”? Significa que al llenarse de corrupción el comportamiento de toda cosa viviente y verlo Dios, tuvo que destruirlas, incluidas las que le seguían, las que invocaban Su nombre, las que una vez le sacrificaron holocaustos, las que lo reconocían verbalmente y hasta le alababan. Ese fue el límite de Dios. ¿Hasta qué punto mantuvo Dios, pues, la paciencia con el hombre y la corrupción de toda carne? Hasta el punto en que todas las personas, seguidoras de Dios o incrédulas, dejaron de caminar por la senda correcta y el hombre no sólo estaba corrompido moralmente y lleno de maldad, sino que no había nadie que creyese en la existencia de Dios, y mucho menos que considerara que Él gobierna el mundo, que puede traer luz y el camino correcto a las personas. Hasta el punto de que el hombre despreció la existencia de Dios y no le permitió existir. Una vez que la corrupción del hombre llegó a semejante nivel, Él ya no tendría más paciencia. ¿Qué la sustituiría? Llegarían la ira y el castigo de Dios. ¿No era esto una revelación parcial del carácter de Dios? En esta era presente, ¿sigue habiendo un hombre justo, un hombre perfecto, a los ojos de Dios? ¿Es esta una era en la que la conducta de toda carne sobre la tierra es corrupta a los ojos de Dios? En este día y era, aparte de aquellos a quienes Dios quiere hacer completos, los que pueden seguir a Dios y aceptar Su salvación, ¿no están todas las personas de carne desafiando el límite de la paciencia de Dios? ¿No está lleno de violencia todo lo que acontece a vuestro alrededor, lo que veis con vuestros ojos y oís con vuestros oídos, y experimentáis personalmente cada día en este mundo? A los ojos de Dios, ¿no debería un mundo así, una era así, ser finalizada? Aunque el trasfondo de la era actual sea completamente diferente del de la época de Noé, los sentimientos y la ira de Dios hacia la corrupción del hombre siguen siendo exactamente los mismos que entonces. Él puede ser paciente por Su obra, pero según todos los tipos de circunstancias y condiciones, este mundo tendría que haber sido destruido hace ya mucho tiempo a los ojos de Dios. La situación está muy lejos de la que existía cuando el diluvio destruyó el mundo. ¿Cuál es la diferencia? Esto es también lo que más entristece el corazón de Dios, y quizás algo que ninguno de vosotros pueda apreciar.

Cuando iba a destruir el mundo con el diluvio, Dios llamó a Noé para que construyese un arca e hiciese los preparativos. Dios podía llamar a un hombre —Noé— para que hiciese esta serie de cosas para Él. Pero en esta época actual, Dios no tiene a quien llamar. ¿Por qué? Todos los aquí presentes entienden y conocen probablemente muy bien la razón. ¿Necesitáis que la explique? Decirlo en voz alta podría haceros quedar mal y pondría nervioso a todos. Algunos podrían decir: “Aunque no somos personas justas ni perfectas a los ojos de Dios, si Él nos ordena algo, seguiremos siendo capaces de hacerlo. Antes, cuando Él decía que se acercaba un desastre catastrófico, empezábamos a preparar alimentos y artículos necesarios en un desastre. ¿No se hacía todo esto de acuerdo a las exigencias de Dios? ¿No estábamos colaborando realmente con la obra de Dios? ¿Acaso no pueden compararse las cosas que hicimos con las que Noé llevó a cabo? ¿No es verdadera obediencia actuar como lo hicimos? ¿No estábamos siguiendo las instrucciones de Dios? ¿No hicimos lo que Él dijo, porque tenemos fe en Sus palabras? Entonces, ¿por qué sigue Dios estando triste? ¿Por qué dice que no tiene a nadie a quien llamar?”. ¿Existe alguna diferencia entre vuestras acciones y las de Noé? ¿Cuál es la diferencia? Preparar comida hoy para el desastre fue nuestro propósito. Nuestras acciones no pueden alcanzar “lo justo”, mientras que Noé es un hombre justo a ojos de Dios. Lo que habéis respondido no va demasiado desencaminado. Lo que Noé hizo es materialmente diferente a lo que las personas están haciendo ahora. Cuando él hizo lo que Dios le ordenó no conocía Sus intenciones. No sabía lo que Él quería llevar a cabo. Dios sólo le había dado un mandato, le había ordenado hacer algo, pero sin proporcionarle demasiada explicación, y él siguió adelante y lo hizo. No intentó descifrar en privado los propósitos de Dios ni se resistió a Él, ni tuvo doblez de corazón. Sólo fue y actuó en consecuencia, con un corazón puro y simple. Hizo todo lo que Dios le permitió hacer; obedecerle y escucharle fueron sus convicciones para hacer cosas. Así fue como lidió de forma directa y simple con lo que Dios le encargó. Su esencia, la esencia de sus acciones, fue la obediencia, no cuestionar, no resistirse y, además, no pensar en sus propios intereses personales ni en sus ganancias y pérdidas. Además, cuando Dios dijo que destruiría el mundo con un diluvio, no preguntó cuándo lo haría ni trató de llegar al fondo de ello, y desde luego no le preguntó cómo lo iba a hacer. Simplemente hizo lo que Dios ordenó. Comoquiera que Dios quisiera hacerlo y con el medio que deseara, él siguió al pie de la letra lo que Dios le pidió y, de inmediato, emprendió acción. Lo hizo con la actitud de querer satisfacer a Dios. ¿Lo hacía para ayudarse a sí mismo a evitar el desastre? No. ¿Le preguntó a Dios cuánto faltaba para que el mundo fuese destruido? No. ¿Le preguntó a Dios o acaso sabía cuánto tardaría en construir el arca? Tampoco lo sabía. Simplemente obedeció, escuchó, y actuó en consecuencia. Las personas de ahora no son iguales; tan pronto como se filtra un poco de información a través de la palabra de Dios, tan pronto como las personas sienten una señal de perturbación o de problema, entrarán en acción de inmediato, sin importar lo que pase e independientemente de cuál sea el precio, preparando lo que comerán, beberán, y usarán después, incluso planeando sus rutas de escape para cuando el desastre golpee. Es aún más interesante que, en este momento clave, los cerebros humanos sean muy “útiles”. Bajo circunstancias en las que Dios no ha dado ninguna instrucción, el hombre puede planearlo todo de forma muy apropiada. Se podría usar la palabra “perfecta” para definirlo. En cuanto a lo que Dios dice, cuáles son Sus propósitos, o lo que Él quiere, a nadie le importa ni lo aprecia. ¿No es esa la mayor diferencia entre las personas de hoy y Noé?

En este relato de la historia de Noé, ¿veis una parte del carácter de Dios? Hay un límite para la paciencia de Dios con la corrupción, la inmundicia y la violencia del hombre. Cuando alcance ese límite, ya no será paciente y comenzará Su nueva gestión y Su nuevo plan, empezará a hacer lo que tiene que hacer, revelará Sus hechos y el otro lado de Su carácter. Esta acción suya no es para demostrar que el hombre no debe ofenderle nunca o que está lleno de autoridad e ira; tampoco es para mostrar que puede destruir a la humanidad. Es que Su carácter y Su esencia santa ya no pueden permitir más que esta clase de humanidad viva delante de Él, bajo Su dominio ni tener más paciencia con ella. Es decir, cuando toda la humanidad está contra Él, cuando no hay nadie a quien pueda salvar en toda la tierra, ya no tendrá paciencia para esa humanidad, y llevará a cabo Su plan sin ningún reparo: destruir a este tipo de humanidad. Ese acto de Dios viene determinado por Su carácter. Es una consecuencia necesaria, y una que cada ser creado bajo el dominio de Dios debe soportar. ¿No demuestra esto que, en esta era actual, Dios no pueda esperar a completar Su plan y salvar a las personas que quiere salvar? Bajo estas circunstancias, ¿qué le preocupa más a Dios? Desde luego no la forma en que le tratan o se resisten quienes no le siguen en absoluto o quienes de cualquier modo se oponen a Él ni cómo lo difama la humanidad. Lo único que le preocupa es que quienes le sigan, los que son objeto de Su salvación en Su plan de gestión, hayan sido perfeccionados por Él si han logrado satisfacerle. En cuanto a los que no le siguen, simplemente provee ocasionalmente un poco de castigo para expresar Su ira. Por ejemplo: tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, etc. Al mismo tiempo, protege firmemente y cuida a quienes lo siguen y están a punto de ser salvados por Él. Este es el carácter de Dios: por un lado puede darles una paciencia y una tolerancia extremas a aquellos a los que pretende perfeccionar, y aguarda por ellos tanto como le es posible; por otro, Dios odia y detesta intensamente a las personas tipo-Satanás, que no lo siguen y se oponen a Él. Aunque a Él no le importa si esta gente tipo-Satanás lo siguen o lo adoran, Él sigue aborreciéndolos a la par que alberga paciencia hacia ellos en Su corazón, y mientras determina el final de esta gente tipo-Satanás también aguarda la llegada de los pasos de Su plan de gestión.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”


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sábado, 6 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 33 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 33 | "La obra de Dios, el carácter de Dios y Dios mismo II"

A Dios no le importa que el hombre sea insensato; sólo pide que sea sincero

En Génesis 22:2, Dios le ordena: “Trae ahora a tu hijo, tu único hijo Isaac, a quien tú amas, y ve a la tierra de Moriah donde lo ofrecerás ahí como holocausto en una de las montañas que te indicaré”. El sentido de Dios estaba claro: le estaba diciendo a Abraham que le entregara a su único hijo Isaac, a quien amaba, en holocausto. Mirándolo hoy día, ¿sigue estando el mandato de Dios en conflicto con las nociones del hombre? ¡Claro que sí! Todo lo que Dios hizo en aquel momento es bastante contrario a las nociones del hombre y a este le resulta incomprensible. En sus nociones, las personas creen lo siguiente: cuando un hombre no creyó, y pensó que era imposible, Dios le dio un hijo, y después de haberlo tenido, le pidió que lo ofreciera; ¡increíble! ¿Qué pretendía hacer Dios en realidad? ¿Cuál era Su verdadero propósito? Le dio un hijo a Abraham incondicionalmente, pero también le pidió que hiciera una ofrenda incondicional. ¿Era esto excesivo? Desde el punto de vista de un tercero no sólo lo era, sino que parecía como querer “buscar un problema donde no lo hay”. Sin embargo, Abraham mismo no opinaba que Dios le estuviera pidiendo demasiado. Aunque tenía algunos pensamientos menores y sospechaba un poco de Dios, seguía estando preparado para hacer la ofrenda. En este punto, ¿ves algo que demuestre que Abraham estuviera dispuesto a ofrecer a su hijo? ¿Qué se indica en estas frases? El texto original dice lo siguiente: “Y Abraham se levantó temprano por la mañana y preparó su asno; tomó dos de sus hombres jóvenes con él y a Isaac su hijo, y partió la madera para el holocausto. Se levantó y se fue al lugar que Dios le había indicado” (Génesis 22:3). “Llegaron al lugar que Dios le había indicado y Abraham construyó un altar ahí; acomodó la madera y ató a Isaac su hijo, colocándolo sobre la madera del altar. Y Abraham estiró su mano y tomó el cuchillo para matar a su hijo” (Génesis 22:9-10). Cuando Abraham extendió su mano, y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo, ¿vio Dios sus acciones? Sí; las vio. Todo el proceso —desde el principio, cuando Dios le pidió a Abraham que sacrificara a Isaac, hasta el momento en que el hombre alzó el cuchillo para matar a su hijo— le mostró a Dios el corazón de Abraham, e independientemente de su insensatez, su ignorancia y su malinterpretación anteriores de Dios, en aquel momento su corazón era sincero, honesto; de verdad le iba a devolver a Isaac a Dios, ese hijo que Él le había dado. Dios vio obediencia en él, esa misma obediencia que Él deseaba.

Para el hombre, Dios hace muchas cosas incomprensibles e incluso increíbles. Cuando Dios desea orquestar a alguien, con frecuencia esta orquestación está en desacuerdo con las nociones del hombre y le resulta incomprensible. Sin embargo, esta disonancia e incomprensibilidad son precisamente la prueba y el examen de Dios para el ser humano. Entretanto, Abraham pudo demostrar su obediencia a Dios, que era la condición más fundamental de su capacidad de satisfacer Su requisito. Sólo entonces, cuando Abraham pudo obedecer esta exigencia, cuando ofreció a Isaac, Dios sintió verdaderamente confianza y aprobación hacia la humanidad, hacia Abraham, a quien había escogido. Sólo entonces estuvo Dios seguro de que esta persona que había elegido era un líder indispensable que podría acometer Su promesa y Su consiguiente plan de gestión. Aunque sólo era una prueba y un examen, Dios se sintió satisfecho, percibió el amor del hombre por Él, y se sintió confortado por este como nunca antes. En el momento en que Abraham levantó su cuchillo para matar a Isaac, ¿lo detuvo Dios? Dios no permitió que Abraham ofreciese a Isaac, sencillamente porque no tenía intención de tomar su vida. Así pues, detuvo a Abraham justo a tiempo. Para Dios, la obediencia de Abraham ya había pasado la prueba; lo que hizo fue suficiente, y Él ya había visto el resultado de lo que pretendía hacer. ¿Fue este resultado satisfactorio para Dios? Puede decirse que lo fue, que fue lo que Dios quería, y lo que anhelaba ver. ¿Es esto cierto? Aunque, en diferentes contextos, Dios usa diferentes formas de probar a cada persona; en Abraham comprobó lo que quería ver: que su corazón era sincero, y su obediencia incondicional, y este “incondicional” era precisamente lo que Dios deseaba. Con frecuencia, las personas afirman: “Ya he ofrecido esto, ya he renunciado a aquello; ¿por qué sigue Dios insatisfecho conmigo? ¿Por qué sigue sometiéndome a pruebas? ¿Por qué sigue examinándome?”. Esto demuestra una realidad: Dios no ha visto tu corazón ni lo ha ganado. Es decir, no ha visto la misma sinceridad que cuando Abraham fue capaz de levantar su cuchillo para matar a su hijo con sus propias manos y ofrecérselo a Dios. No ha visto tu obediencia incondicional ni ha sido confortado por ti. Es natural, pues, que Dios siga probándote. ¿No es cierto?

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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Testimonio cristiano 2020 | Un dibujante ve la luz (Español Latino)

 Testimonio cristiano 2020 | Un dibujante ve la luz (Español Latino)

Esta es la historia de un dibujante que espera tener éxito y ser famoso algún día, rodeado de amantes de los cómics que lo admiren y respetado por todos. A tal fin, se afana en pulir sus habilidades y, pese a   muchos sacrificios, fracasa una y otra vez. Esto le causa mucho dolor, pero no está dispuesto a rendirse. Se pasa más de tres décadas buscando la fama y la fortuna, lo cual lo agota física y mentalmente. Al aceptar el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días y leer las palabras de Dios Todopoderoso, es cuando comprende que la fama y la fortuna son la manera en que Satanás corrompe a la gente y la lleva a la ruina, y comienza a reflexionar sobre cómo deben vivir las personas y cuáles son realmente el valor y el sentido de la vida. ¿Qué comprende este dibujante, qué aprende y qué inspiración podemos recibir de sus experiencias? Te invitamos a ver Lo que comprendió un dibujante para averiguarlo.

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viernes, 5 de marzo de 2021

Testimonio cristiano 2020 | ¿Es lo mismo la fe en la Biblia que la fe en Dios? (Español Latino)

 Testimonio cristiano 2020 | ¿Es lo mismo la fe en la Biblia que la fe en Dios? (Español Latino)

La protagonista, una creyente devota, ansía la venida del Señor. Más tarde, descubre a través de Facebook que la Iglesia de Dios Todopoderoso asegura que el Señor Jesús ya ha regresado. Quiere saber más, pero, como su pastor dice que aquello predicado por la Iglesia de Dios Todopoderoso se aparta de la Biblia y todo lo que así sea es herejía, duda y no se atreve a investigarlo. Después de orar, ella se da cuenta de que la venida del Señor no es un tema menor, no puede dejarse llevar por lo que crea la mayoría. Entonces, decide visitar el sitio de la Iglesia de Dios Todopoderoso y allí encuentra una gran variedad de videos donde se da testimonio de Dios. Las enseñanzas de la Iglesia con respecto a la verdad son prácticas e iluminadoras y logran aclarar la confusión y dificultad que había tenido durante años. También descubre, a través de estos videos, que Dios es el Señor de la creación y que Él tiene todo el derecho de llevar Su obra más allá de la Biblia, por lo que ella se percata del hecho de que tener fe en la Biblia no es tener fe en Dios. Gracias a su investigación, queda convencida de que Dios Todopoderoso es el Señor Jesús que ha regresado y, así, acepta la obra de Dios de los últimos días y decide seguir el camino del Cordero.

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Palabras diarias de Dios | Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

Las personas tienden a definir a Dios en base a la experiencia

Al comunicar el tema de conocer a Dios, ¿habéis notado algo? ¿Habéis percibido que la actitud actual de Dios ha experimentado un cambio? ¿Acaso es inmutable Su actitud hacia la humanidad? ¿Aguantará Dios siempre así, extendiendo todo Su amor y misericordia indefinidamente al hombre? Este asunto también implica la esencia de Dios. […] Una vez que las personas saben que Él ama a la humanidad, lo definen como un símbolo del amor: no importa lo que hagan las personas, cómo se comporten, cómo traten a Dios o lo desobedientes que sean, nada de esto importa, porque Dios tiene amor, y Su amor es ilimitado e inconmensurable. Dios tiene amor, así que puede ser tolerante con las personas, puede ser misericordioso con ellas, con su inmadurez, con su ignorancia, y con su desobediencia. ¿Son realmente así las cosas? Cuando han experimentado la paciencia de Dios una o más veces, algunos lo tratarán como algo primordial en su propio entendimiento de Dios, creyendo que Él será por siempre paciente y misericordioso con ellos, y que a lo largo de su vida tomarán la paciencia de Dios y la considerarán el estándar de cómo los trata Dios. También hay personas que, al haber experimentado una vez la tolerancia de Dios, lo definirán por siempre así, y esta tolerancia es indefinida, incondicional, e incluso totalmente carente de principios. ¿Son correctas estas creencias? Cada vez que se exponen asuntos de la esencia o del carácter de Dios, parecéis desconcertados. Veros así me enoja un poco. Habéis oído mucha verdad respecto a Su esencia; habéis escuchado, asimismo, muchos temas relativos a Su carácter. Sin embargo, en vuestras mentes, estos asuntos y la verdad de estos aspectos no son más que recuerdos basados en la teoría y en las palabras escritas. Ninguno de vosotros es capaz de experimentar exactamente lo que el carácter de Dios es en vuestras vidas actuales ni podéis ver sencillamente cuál es Su carácter. Por tanto, estáis todos confusos en vuestras creencias, todos creéis ciegamente, hasta el punto de que vuestra actitud es irreverente hacia Dios, y le ignoráis. ¿A qué os lleva este tipo de actitud hacia Él? A sacar siempre conclusiones sobre Él. Una vez adquirís un poco de conocimiento, os sentís muy satisfechos, como si hubierais conseguido a Dios en Su totalidad. A continuación, llegáis a la conclusión de que Dios es así, y no dejáis que se mueva con libertad. Y siempre que Él hace algo nuevo, simplemente no admitís que Él es Dios. Un día, cuando Él diga: “No amo más al hombre; no le extiendo más misericordia; no tengo más tolerancia o paciencia con él; me invaden un desprecio y una antipatía extremos hacia él”, las personas entrarán en conflicto con este tipo de declaraciones desde lo más profundo de sus corazones. Algunos llegarán a decir: “Ya no eres mi Dios; has dejado de ser el Dios al que quiero seguir. Si esta es Tu afirmación, ya no estás cualificado para ser mi Dios, y no necesito seguirte más. Si no me concedes misericordia, no me das amor, no me das tolerancia, dejaré de seguirte. Sólo si eres indefinidamente tolerante conmigo, si siempre eres paciente conmigo, y si me permites ver que eres amor, paciencia, y tolerancia; sólo entonces puedo seguirte, y tener la confianza de continuar hasta el final. Al contar con Tu paciencia y Tu misericordia, mi desobediencia y mis transgresiones podrán ser perdonadas indefinidamente, y yo podré pecar, confesar y ser perdonado, y enojarte en cualquier momento y lugar. No deberías tener Tus propias ideas o conclusiones sobre mí”. Aunque es posible que no pienses de una manera tan subjetiva y consciente sobre este tipo de cuestión, siempre que consideres a Dios una herramienta para que tus pecados sean perdonados y un objeto que usas para obtener un hermoso destino, ya has situado imperceptiblemente al Dios vivo en oposición contra ti, como enemigo tuyo. Esto es lo que veo. Puedes seguir diciendo: “Creo en Dios”; “Busco la verdad”; “Quiero cambiar mi carácter”; “Quiero librarme de la influencia de las tinieblas”; “Quiero satisfacer a Dios”; “Quiero obedecer a Dios”; “Quiero ser fiel a Dios, y cumplir bien con mi deber”; etc. Sin embargo, por hermosas que suenen tus palabras, por mucha teoría que sepas, por imponente y solemne que esta sea, la realidad es que ahora muchos de vosotros ya habéis aprendido a usar las reglas, la doctrina, la teoría dominada para sacar conclusiones sobre Dios, y lo habéis puesto en vuestra contra de una forma totalmente natural. Aunque hayas dominado letras y doctrinas, no has entrado en absoluto en la realidad de la verdad; por tanto, es muy difícil que te acerques a Dios, que lo conozcas y lo entiendas. ¡Esto es patético!

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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jueves, 4 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 15 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

Las personas tienden a definir a Dios en base a la experiencia

Al comunicar el tema de conocer a Dios, ¿habéis notado algo? ¿Habéis percibido que la actitud actual de Dios ha experimentado un cambio? ¿Acaso es inmutable Su actitud hacia la humanidad? ¿Aguantará Dios siempre así, extendiendo todo Su amor y misericordia indefinidamente al hombre? Este asunto también implica la esencia de Dios. […] Una vez que las personas saben que Él ama a la humanidad, lo definen como un símbolo del amor: no importa lo que hagan las personas, cómo se comporten, cómo traten a Dios o lo desobedientes que sean, nada de esto importa, porque Dios tiene amor, y Su amor es ilimitado e inconmensurable. Dios tiene amor, así que puede ser tolerante con las personas, puede ser misericordioso con ellas, con su inmadurez, con su ignorancia, y con su desobediencia. ¿Son realmente así las cosas? Cuando han experimentado la paciencia de Dios una o más veces, algunos lo tratarán como algo primordial en su propio entendimiento de Dios, creyendo que Él será por siempre paciente y misericordioso con ellos, y que a lo largo de su vida tomarán la paciencia de Dios y la considerarán el estándar de cómo los trata Dios. También hay personas que, al haber experimentado una vez la tolerancia de Dios, lo definirán por siempre así, y esta tolerancia es indefinida, incondicional, e incluso totalmente carente de principios. ¿Son correctas estas creencias? Cada vez que se exponen asuntos de la esencia o del carácter de Dios, parecéis desconcertados. Veros así me enoja un poco. Habéis oído mucha verdad respecto a Su esencia; habéis escuchado, asimismo, muchos temas relativos a Su carácter. Sin embargo, en vuestras mentes, estos asuntos y la verdad de estos aspectos no son más que recuerdos basados en la teoría y en las palabras escritas. Ninguno de vosotros es capaz de experimentar exactamente lo que el carácter de Dios es en vuestras vidas actuales ni podéis ver sencillamente cuál es Su carácter. Por tanto, estáis todos confusos en vuestras creencias, todos creéis ciegamente, hasta el punto de que vuestra actitud es irreverente hacia Dios, y le ignoráis. ¿A qué os lleva este tipo de actitud hacia Él? A sacar siempre conclusiones sobre Él. Una vez adquirís un poco de conocimiento, os sentís muy satisfechos, como si hubierais conseguido a Dios en Su totalidad. A continuación, llegáis a la conclusión de que Dios es así, y no dejáis que se mueva con libertad. Y siempre que Él hace algo nuevo, simplemente no admitís que Él es Dios. Un día, cuando Él diga: “No amo más al hombre; no le extiendo más misericordia; no tengo más tolerancia o paciencia con él; me invaden un desprecio y una antipatía extremos hacia él”, las personas entrarán en conflicto con este tipo de declaraciones desde lo más profundo de sus corazones. Algunos llegarán a decir: “Ya no eres mi Dios; has dejado de ser el Dios al que quiero seguir. Si esta es Tu afirmación, ya no estás cualificado para ser mi Dios, y no necesito seguirte más. Si no me concedes misericordia, no me das amor, no me das tolerancia, dejaré de seguirte. Sólo si eres indefinidamente tolerante conmigo, si siempre eres paciente conmigo, y si me permites ver que eres amor, paciencia, y tolerancia; sólo entonces puedo seguirte, y tener la confianza de continuar hasta el final. Al contar con Tu paciencia y Tu misericordia, mi desobediencia y mis transgresiones podrán ser perdonadas indefinidamente, y yo podré pecar, confesar y ser perdonado, y enojarte en cualquier momento y lugar. No deberías tener Tus propias ideas o conclusiones sobre mí”. Aunque es posible que no pienses de una manera tan subjetiva y consciente sobre este tipo de cuestión, siempre que consideres a Dios una herramienta para que tus pecados sean perdonados y un objeto que usas para obtener un hermoso destino, ya has situado imperceptiblemente al Dios vivo en oposición contra ti, como enemigo tuyo. Esto es lo que veo. Puedes seguir diciendo: “Creo en Dios”; “Busco la verdad”; “Quiero cambiar mi carácter”; “Quiero librarme de la influencia de las tinieblas”; “Quiero satisfacer a Dios”; “Quiero obedecer a Dios”; “Quiero ser fiel a Dios, y cumplir bien con mi deber”; etc. Sin embargo, por hermosas que suenen tus palabras, por mucha teoría que sepas, por imponente y solemne que esta sea, la realidad es que ahora muchos de vosotros ya habéis aprendido a usar las reglas, la doctrina, la teoría dominada para sacar conclusiones sobre Dios, y lo habéis puesto en vuestra contra de una forma totalmente natural. Aunque hayas dominado letras y doctrinas, no has entrado en absoluto en la realidad de la verdad; por tanto, es muy difícil que te acerques a Dios, que lo conozcas y lo entiendas. ¡Esto es patético!

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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Testimonio cristiano 2020 | Las palabras de Dios me hicieron conocerme (Español Latino)

 Testimonio cristiano 2020 | Las palabras de Dios me hicieron conocerme (Español Latino)

Antes de que la protagonista se hiciera creyente, siempre pensó que era alguien de buena humanidad, tolerante y paciente con los demás, alguien que hacía todo lo posible por ayudar siempre que veía a alguna persona pasando por momentos difíciles; se consideraba a sí misma una buena persona. Tras aceptar la obra de Dios de los últimos días, al resultar expuesta por los hechos y a través de la revelación y el juicio de las palabras de Dios, ve que aunque por fuera parece comportarse bien y se abstiene de cometer pecados evidentes, dentro de ella habitan las actitudes satánicas de arrogancia, engaño y malicia. En cuanto las palabras o acciones de alguien atentan contra sus propios intereses, ella los detesta y los juzga, socavándolos a sus espaldas, y causa perturbaciones en la obra de la iglesia. Una vez que logra comprender su carácter satánico y su naturaleza satánica de resistencia a Dios, comienza a arrepentirse ante Él…  

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miércoles, 3 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 14 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 14 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

¿Quién establece el desenlace del hombre?

Hay otro asunto de suma importancia, y es vuestra actitud hacia Dios. ¡Esta actitud es crucial! Determina si finalmente caminaréis hacia la destrucción, o hacia un bello destino que Dios ha preparado para vosotros. En la Era del Reino, Dios ya ha obrado durante más de veinte años, y a lo largo de ellos vuestros corazones quizás hayan estado un poco inseguros respecto a vuestra actuación. Sin embargo, Dios ha hecho en Su corazón un registro real y veraz para todos y cada uno de vosotros. Comenzando desde el momento en que cada persona empieza a seguirle, a escuchar Su predicación, y va entendiendo más y más de la verdad, hasta el instante en el que cumplen con su deber; Dios tiene constancia de todas estas demostraciones. Cuando alguien cumple con su deber, cuando se enfrenta a toda clase de circunstancias, de pruebas, ¿qué actitud manifiesta? ¿Cómo responde? ¿Qué siente hacia Dios en su corazón?… Él lleva un registro, una recopilación de todo esto. Es posible que, desde vuestro punto de vista, estos asuntos sean confusos. Sin embargo, desde la posición de Dios todos son muy claros, y no existe el más mínimo indicio de desorden. Es una cuestión que implica el desenlace de cada persona, así como su destino y sus expectativas futuras. Además, aquí es donde Dios invierte Sus esfuerzos más esmerados. De ahí que Él no se atreva a descuidarlo en lo más mínimo, y que no tolere desorden alguno. Dios está recopilando este informe sobre la humanidad, que abarca de principio a fin toda la trayectoria del hombre mientras este le ha seguido. Tu actitud hacia Dios en este momento determinará tu destino. ¿No es esto cierto? Ahora, ¿creéis que Dios es justo? ¿Son adecuadas Sus acciones? ¿Seguís teniendo otra imagen de Dios en vuestras cabezas? No. ¿Afirmáis, pues, que es Él quien debe establecer el desenlace del hombre, o es el propio hombre quien debe hacerlo? Debe hacerlo Dios. ¿Quién lo establece? Dios. No estáis seguros, ¿verdad? Hermanos y hermanas de las iglesias de Hong Kong, hablad; ¿quién lo establece? El propio hombre lo establece. ¿El hombre lo establece? ¿No significa esto, pues, que no tiene nada que ver con Dios? De las iglesias coreanas, ¿quién quiere contestar? Dios establece el desenlace del hombre en base a todos sus actos y hechos, y al camino por el que andan. Esta es una respuesta muy objetiva. Aquí hay una realidad que debo comunicaros: en el transcurso de la obra salvífica de Dios, Él establece un estándar para el hombre que es el que se usa para sopesar su desenlace: puede obedecer la palabra de Dios, y andar en Su camino. Si practicas de acuerdo con este estándar divino, puedes obtener un buen desenlace; si no lo haces, no podrás. ¿Quién decís entonces que establece este desenlace? No sólo Dios, sino más bien Dios y el hombre juntos. ¿Es correcto? Sí. ¿Por qué? Porque Dios quiere implicarse de forma activa en la obra salvífica en favor de la humanidad y preparar un hermoso destino para el hombre; el ser humano es el objetivo de la obra de Dios, y ese desenlace, ese destino, es lo que Dios prepara para él. De no haber tenido Su obra un objetivo, no habría tenido necesidad de llevarla a cabo; si Él no hiciese esta obra, el hombre no tendría oportunidad alguna de salvación. El hombre es el objetivo de la salvación, y aunque es el lado pasivo en este proceso, su actitud determina el éxito de Dios en Su obra de salvar a la humanidad. De no ser por la dirección que Dios te proporciona, tú no conocerías Su estándar ni tendrías un objetivo. Si posees este estándar, este objetivo, pero no colaboras, no lo pones en práctica, no pagas el precio, seguirás sin obtener este desenlace. Por esto decimos que este resultado no puede separarse de Dios ni del hombre. Y ahora ya sabéis quién establece el desenlace del hombre.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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Testimonio cristiano | He visto el verdadero rostro de mi pastor (Español Latino)

 Testimonio cristiano | He visto el verdadero rostro de mi pastor (Español Latino)

El protagonista, Chen Qian, es un cristiano que siempre ha considerado al pastor y a su esposa como sus padres espirituales. Sin embargo, cuando posteriormente acepta la obra de Dios Todopoderoso de los últimos días y, alegre, comparte la buena nueva del regreso del Señor con el pastor, se sorprende porque este no solo no la investiga en absoluto, sino que trata reiteradamente de acosar a Chen Qian para evitar que acepte el camino verdadero. El pastor incluso engaña a otros miembros de la iglesia y los incita a rechazar a Chen Qian. Esto le resulta muy doloroso y confuso y se pregunta cómo ha podido actuar así el pastor, que antaño parecía tan maravilloso. Al asistir a reuniones y leer las palabras de Dios Todopoderoso, ve el verdadero rostro de fariseo hipócrita del pastor y se libera totalmente de su control.

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martes, 2 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 12 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 12 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

Dios Todopoderoso dice: “Cuando las personas siguen a Dios rara vez prestan atención a Sus propósitos, y pocas veces tienen en cuenta Sus pensamientos y Su actitud hacia el hombre. No entendéis los pensamientos de Dios; por tanto, cuando se os pregunta sobre Sus propósitos, sobre Su carácter, os veis metidos en un lío; estáis profundamente inseguros, y suponéis o apostáis. ¿Qué clase de actitud es esta? Una que demuestra este hecho: la mayoría de las personas que creen en Dios lo consideran como el aire, como algo poco definido. ¿Por qué lo expreso así? Porque cada vez que os enfrentáis a un asunto, desconocéis los propósitos de Dios. ¿Por qué no los conocéis? No es que no los conozcáis ahora, sino que de principio a fin ignoráis cuál es la actitud de Dios respecto a este asunto. En los momentos en que no puedes ver ni conocer la actitud de Dios, ¿has meditado en ello? ¿La has buscado? ¿La has comunicado? ¡No! Esto confirma un hecho: el Dios de tu creencia y el verdadero no están conectados. Tú, que crees en Dios, sólo consideras tu propia voluntad, la de tus líderes, y el sentido superficial y doctrinal de la palabra de Dios, pero no intentas en absoluto conocer y buscar realmente Su voluntad. ¿No son así las cosas? ¡La esencia de este asunto es terrible! Durante muchos años, he visto a numerosas personas que creen en Dios. ¿Qué forma adopta esta creencia? Algunos creen en Dios como si Él fuera aire. Estas personas no tienen respuesta a preguntas sobre la existencia de Dios, porque no sienten o no son conscientes de Su presencia o ausencia, y no digamos ya de verla o entenderla claramente. Inconscientemente piensan que Dios no existe. Otros creen en Él como si fuera un hombre. Le creen incapaz de hacer todo lo que ellos no pueden hacer, y opinan que Dios debería pensar como ellos. Para estas personas, la definición de Dios es “una persona invisible e intocable”. Existe, asimismo, un grupo de personas que cree en Dios como en un muñeco. Consideran que no tiene emociones, que es una estatua. Cuando se enfrentan a un asunto, Dios no tiene actitud ni punto de vista, ni ideas; Él está a merced del hombre. Las personas creen lo que quieren creer. Si lo engrandecen, Él es grande; si lo empequeñecen, Él es pequeño. Cuando pecan y necesitan la misericordia de Dios, Su tolerancia, Su amor, Él debería extender Su misericordia. Estas personas imaginan a un Dios en su mente, y hacen que este cumpla sus exigencias y satisfaga todos sus deseos. Independientemente del momento, del lugar o de lo que esta persona haga, adoptará esta fantasía en su trato con Dios, y en su creencia en Él. Otros llegan a pensar que Dios puede salvarlos después de haber ofendido Su carácter. Esto se debe a que creen que el amor de Dios es ilimitado, que Su carácter es justo, y que no importa cómo lo ofendan, Él no se acordará de nada. Como los errores, las transgresiones y la desobediencia del hombre son expresiones momentáneas del carácter de la persona, Dios dará oportunidades, y será tolerante y paciente con ella. Seguirá amándola como antes. En consecuencia, la esperanza de su salvación sigue siendo grande. En realidad, no importa cómo se crea en Dios: mientras no se busque la verdad, Dios tendrá una actitud negativa hacia el ser humano. La razón es que aunque creas en Dios, y quizás atesores el libro de Su palabra, lo estudies y lo leas cada día, estás dejando de lado al Dios real, lo consideras como aire, como una persona, y simplemente como un muñeco. ¿Por qué lo expresé de esta forma? Porque a partir de cómo lo veo Yo, independientemente de que os enfrentéis a un asunto u os encontréis con una circunstancia, ninguna de esas cosas que existen en vuestro subconsciente y se desarrollan en su interior tiene relación alguna con la palabra de Dios ni con la búsqueda de la verdad. Tú sólo sabes lo que estás pensando, cuáles son tus puntos de vista y a continuación le impones a Él tus propias ideas y tus puntos de vista. Se convierten en Sus puntos de vista, y se utilizan como estándares a los que adherirse firmemente. Con el tiempo, proceder de esta forma te aleja cada vez más de Dios”.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”

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Testimonio cristiano 2021 | El misterio de los nombres de Dios

 Testimonio cristiano 2021 | El misterio de los nombres de Dios

El protagonista es un cristiano devoto, quien cree firmemente en el siguiente versículo de la Biblia: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12​). Está seguro de que, mientras defienda el nombre del Señor Jesús, será llevado al reino de los cielos cuando venga el Señor. Inesperadamente, su esposa le dice que Dios adoptó un nuevo nombre en los últimos días, lo que acaba por confundirlo. Pronto descubre en las Escrituras que, en el Antiguo Testamento, el nombre de Dios es “Jehová”, mientras que en el Nuevo Testamento, Su nombre es “Jesús”. ¡El nombre de Dios sí puede cambiar! Comienza a abandonar sus nociones y buscar la verdad y, al final, logra comprender el misterio de los nombres de Dios. Él acepta el nuevo nombre de Dios y asiste a la fiesta de las bodas del Cordero. Entonces, ¿cuál es el misterio detrás de los nombres de Dios? Pueden descubrirlo a través de la experiencia de este hombre.

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lunes, 1 de marzo de 2021

Palabras diarias de Dios | Fragmento 11 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

 Palabras diarias de Dios | Fragmento 11 | "Cómo conocer el carácter de Dios y los resultados que logrará Su obra"

Cómo establece Dios el desenlace del hombre y el estándar por medio del cual lo hace

Antes de tener cualquiera de tus opiniones o conclusiones, deberías entender primero la actitud de Dios hacia ti, lo que Él está pensando, y después decidir si tu propio pensamiento es o no correcto. Dios nunca ha usado unidades de tiempo para establecer el desenlace de una persona ni ha utilizado la cantidad de sufrimiento soportado por alguien para ello. ¿Qué usa, pues, Dios como estándar para establecer el final del hombre? Lo que más se ajusta a los conceptos de las personas es la utilización de unidades de tiempo para establecer el final de las personas. Y también hay individuos a los que veis a menudo, quienes en un punto dedicaron, invirtieron, pagaron y sufrieron mucho. Estos son los que, en vuestra opinión, Dios puede salvar. Todo lo que estas personas muestran y viven es precisamente el concepto que la humanidad tiene del estándar por el cual Dios establece el desenlace del hombre. Independientemente de lo que creáis, no enumeraré estos ejemplos uno por uno. En resumen, siempre y cuando no sea el estándar del propio pensamiento de Dios, entonces es algo que procede de la imaginación del hombre, y todo pertenece a los conceptos del hombre. ¿Cuál es la consecuencia de insistir ciegamente en tu propio concepto e imaginación? Obviamente, la consecuencia sólo puede ser el desdén de Dios hacia ti. Esto se debe a que siempre alardeas de tus cualificaciones delante de Él, compites con Él, y discutes con Él; ni siquiera intentas comprender de verdad Su pensamiento ni Sus propósitos, ni Su actitud hacia la humanidad. Proceder así es ensalzarte a ti mismo por encima de todo, y no honrar a Dios. Tú crees en ti mismo; no crees en Él. Dios no quiere ni salvará a este tipo de persona. Si eres capaz de abandonar un punto de vista así, y rectificas tus opiniones incorrectas del pasado; si pudieras proceder según Sus exigencias; comenzar a practicar el camino de temer a Dios y apartarte del mal desde ahora en adelante; lograr honrar a Dios, porque es grande en todas las cosas; no uses tus propias fantasías, tus puntos de vista ni tus creencias personales para definirte, definir a Dios. Si en vez de ello buscas Sus propósitos en todos los aspectos, logras una conciencia y un entendimiento de Su actitud hacia la humanidad, y usas el estándar de Dios para satisfacerle, ¡sería maravilloso! Esto significaría que estás a punto de emprender el camino de temer a Dios y apartarte del mal.

Como Dios no usa el que las personas piensen de un modo u otro ni sus ideas y sus puntos de vista, como estándar para establecer el desenlace del hombre, ¿qué tipo de estándar utiliza Él, pues? Dios usa las pruebas para ello. Existen dos estándares para utilizar las pruebas en el establecimiento del final del hombre: el primero es la cantidad de pruebas por las que pasan las personas, y el segundo es el resultado de ellas en las mismas. Estos dos indicadores establecen el desenlace del hombre. Ahora profundizaremos en ambos.

Ante todo, cuando te enfrentas a una prueba de Dios (nota: es posible que a tus ojos esta sea pequeña y no merezca la pena mencionarla), Él te hará claramente consciente de que se trata de Su mano sobre ti, y de que Él ha dispuesto esta circunstancia para ti. Cuando tu estatura es inmadura, Dios dispondrá pruebas con el fin de examinarte y estas se corresponderán con tu estatura, con aquello que eres capaz de entender y de resistir. ¿Probar qué parte de ti? Tu actitud hacia Dios. ¿Es esto tan importante? ¡Por supuesto que lo es! Es más, ¡es especialmente importante! Y es que esta actitud del hombre es el resultado que Dios quiere, lo más importante en lo que a Él respecta. De lo contrario, no dedicaría Sus esfuerzos a las personas involucrándose en estos tipos de obra. Dios quiere ver tu actitud hacia Él por medio de estas pruebas; comprobar si estás o no en el camino correcto; y verificar si le temes y te apartas del mal. Por tanto, independientemente de que entiendes mucho o poco de la verdad en ese momento particular, continuarás enfrentándote a la prueba de Dios, y siguiendo cualquier incremento en la cantidad de verdad que entiendas, Él seguirá disponiendo las pruebas que te correspondan. Cuando vuelvas a enfrentarte a una prueba, Dios quiere ver si tu punto de vista, tus ideas, y tu actitud hacia Él han crecido entretanto. Algunos dicen: “¿Por qué Dios quiere ver siempre las actitudes de las personas? ¿Acaso no ha visto que han puesto en práctica la verdad? ¿Por qué iba a seguir queriendo ver las actitudes de las personas?”. ¡Esto es parloteo irracional! Si Dios procede así, será que Sus propósitos radican en eso. Dios siempre observa a las personas desde su lado, viendo cada una de sus palabras y sus hechos, todos sus actos y movimientos, incluso cada pensamiento e idea. Todo lo que les ocurre a las personas: sus buenas obras, sus errores, sus transgresiones, e incluso sus rebeliones y traiciones, Dios las recogerá como pruebas cuando establezca sus desenlaces. A medida que Dios edifica paso a paso, cada vez oyes más verdad, cada vez aceptas más cosas positivas, información positiva, y la realidad de la verdad. En el transcurso de este proceso, las exigencias de Dios para ti también aumentarán. Al mismo tiempo, Él dispondrá pruebas mayores para ti. Su objetivo es examinar si tu actitud hacia Él ha madurado mientras tanto. Por supuesto, durante este tiempo, el punto de vista que Él exige de ti se ajusta a tu entendimiento de la realidad de la verdad.

Conforme tu estatura va creciendo gradualmente, el estándar que Dios exige de ti también va en aumento gradualmente. Cuando eres inmaduro, Dios te da un estándar muy bajo; cuando tu estatura es un poco mayor, te atribuirá un estándar un poco mayor. ¿Pero cómo será Dios contigo una vez hayas entendido toda la verdad? Hará que te enfrentes a pruebas aún mayores. Lo que Dios quiere obtener, lo que quiere ver en medio de ellas es que tengas un conocimiento más profundo de Él y un temor verdadero. En ese momento, las exigencias de Dios para ti serán mayores y “más duras” que cuando tu estatura era más inmadura (nota: las personas lo consideran duro, pero para Dios es realmente razonable.) Cuando Él hace que las personas pasen por pruebas, ¿qué tipo de realidad quiere crear? Él les está pidiendo de forma constante que le entreguen su corazón. Algunos dirán: “¿Cómo se hace eso? Yo cumplo con mi deber, abandoné mi hogar y mi sustento, me esforcé por Dios. ¿No son todas estas cosas ejemplos de haberle dado mi corazón? ¿De qué otra forma podría hacerlo? ¿Acaso estas cosas no son ejemplos de entrega de mi corazón a Dios? ¿Cuál es Su exigencia específica?”. Es una demanda muy simple. De hecho, algunas personas ya han entregado su corazón a Dios en diversos grados y en distintas etapas de sus pruebas. Pero la inmensa mayoría de ellas nunca lo hacen. Cuando Él te pone una prueba, verifica si tu corazón está con Él, con la carne o con Satanás. Cuando Él te pone una prueba, comprueba si estás en una postura de oposición a Él o compatible con Él, y si tu corazón está del mismo lado que Él. Cuando eres inmaduro y te enfrentas a pruebas, tu confianza es muy baja, y no sabes exactamente qué necesitas hacer para satisfacer los propósitos divinos, porque tu entendimiento respecto a la verdad es limitado. A pesar de todo esto, aún puedes orar genuina y sinceramente a Dios, estar dispuesto a darle tu corazón, hacer de Él tu soberano, y estar dispuesto a ofrecerle aquellas cosas que te parecen más valiosas. En esto consiste haberle entregado ya tu corazón. A medida que vas escuchando más predicación y entiendes mejor la verdad, tu estatura también irá madurando. El estándar que Dios te exige en este momento no es el mismo que cuando eras inmaduro; Él exige un estándar más alto que ese. Cuando el hombre le entrega a Dios su corazón gradualmente, se acerca cada vez más a Él; cuando el hombre puede acercarse de verdad a Dios, él tendrá un corazón que le teme cada vez más. Esta es la clase de corazón que Dios quiere.

Cuando Dios quiere obtener el corazón de alguien, le envía numerosas pruebas. En el transcurso de estas, si la persona no le entrega su corazón y Él comprueba que no tiene la actitud alguna, es decir, que no aborda las cosas ni se comporta como alguien que le teme, ni ve en ella la actitud ni la decisión de apartarse del mal, Si las cosas son así, tras muchas pruebas Dios retirará Su paciencia para con este individuo y no lo tolerará más. Dejará de ponerle pruebas y no obrará más en él. ¿Qué significa esto entonces para el desenlace de esta persona? Significa que no tendrá resultado alguno. Es posible que no haya hecho mal. También puede ser que no haya intervenido para perturbar o interrumpir. O que no se haya resistido abiertamente a Dios. Sin embargo, el corazón de esta persona está escondido de Él. Nunca ha tenido una actitud y un punto de vista claros hacia Dios, y Él no puede ver con claridad que le haya entregado su corazón ni que esta persona esté buscando temerle y apartarse del mal. Dios ya no tiene paciencia para estas personas, no pagará ningún precio más, no extenderá más misericordia, y no obrará más en ellas. La vida de la creencia en Dios de esta persona ya ha terminado. Esto se debe a que, en las muchas pruebas que Dios le ha puesto, no ha obtenido el resultado que Él quiere. Existen, pues, numerosas personas en las que nunca he visto el esclarecimiento y la iluminación del Espíritu Santo. ¿Cómo se puede ver? Este tipo de persona podría haber creído en Dios durante muchos años, y haber sido muy activa superficialmente. Habrá leído muchos libros, tratado muchos asuntos, llenado más de 10 cuadernos con notas y dominado muchas letras y doctrinas. Sin embargo, nunca se ha producido un crecimiento y un punto de vista visibles de ella hacia Dios ni una actitud clara. Es decir, no se puede ver el corazón de esta persona. Lo tiene siempre está envuelto, sellado; está sellado para Dios. Por tanto, Él no ha visto el verdadero corazón de esta persona, no ha visto el verdadero temor de ella hacia Dios e incluso más, tampoco ha visto cómo anda esta persona en el camino de Dios. Si hasta ahora Dios no ha ganado a este tipo de persona, ¿podrá hacerlo en el futuro? ¡No puede! ¿Seguirá Él luchando por cosas que no pueden obtenerse? ¡No lo hará! ¿Cuál es, entonces, la actitud actual de Dios hacia estas personas? Él las desdeña, no les presta atención. ¡No les presta atención! Dios no presta atención a esta clase de persona; las desdeña. Habéis memorizado estas palabras con mucha rapidez y precisión. ¡Parece que habéis entendido lo que habéis oído!

Al principio de seguir a Dios, algunas personas son inmaduras e ignorantes; no entienden Sus propósitos y tampoco saben lo que es creer en Él; adoptan una forma artificial y errónea de creer en Él, de seguirle. Cuando esta clase de persona se enfrenta a una prueba, no es consciente de la misma, y es insensible a la dirección y el esclarecimiento de Dios. No sabe lo que es entregarle su corazón ni lo que significa mantenerse firme durante una prueba. Dios le asignará a esta persona una cantidad de tiempo limitada, durante la cual le permitirá entender cuál es Su prueba, cuáles son Sus propósitos. Seguidamente, esta persona deberá exponer su punto de vista. Respecto a esas personas que se encuentran en esta etapa, Dios sigue esperando. En cuanto a las personas cuyas opiniones siguen titubeando de un lado al otro, que quieren dar su corazón a Dios pero que no se reconcilian con hacerlo, las que, aun habiendo puesto en práctica algunas verdades básicas cuando se enfrentan a una prueba importante, la esquivan y se quieren rendir, ¿cuál es la actitud de Dios hacia estas personas? Él sigue teniendo alguna expectativa con ellas. El resultado depende de sus actitudes y actuaciones. ¿Cómo responde Dios si las personas no están activas para progresar? Se rinde. Esto se debe a que antes de que Él te abandone, tú ya te has rendido. Por tanto, no puedes culpar a Dios por ello, ¿verdad? ¿Te parece justo? Es justo.

Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
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Música cristiana 2020 | Dios Todopoderoso, el más hermoso (A Capela)

 Música cristiana 2020 | Dios Todopoderoso, el más hermoso (A Capela)

I
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico,  el más hermoso!
Has venido del cielo a la tierra, hecho carne.
Vives entre los hombres  y jamás nadie te ha conocido.
Humilde y escondido, pronuncias Tus palabras,
que llevan al camino de la vida eterna.
Sufres penurias y humillaciones,  todo por la salvación del hombre.
Derramas Tu vida en el hombre  y vemos cuán hermoso eres.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso;  te amaremos por siempre.
II
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico,  el más hermoso!
Tu corazón y Tu amor trascienden al mundo.
Juzgas y castigas al hombre,  lo pones a prueba y lo refinas de muchas maneras.
Tu obra y Tus palabras sirven  para purificar y salvar al hombre.
Tú nos concedes toda la verdad  y derramas en nosotros todo Tu amor.
Tu juicio y Tu amor han conquistado  por completo nuestros corazones.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso,  te amaremos por siempre.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
III
¡Dios Todopoderoso, el Dios práctico,  el más hermoso!
A través de Tu juicio se purifica  nuestra corrupción.
Apreciamos Tu sabiduría y omnipotencia,
y conocemos Tu justicia y santidad.
Experimentamos Tu amor y es muy auténtico y real.
Pagas un precio muy caro por salvarnos.
Eres hermoso de muchas maneras,  ¿cómo no detestar separarnos de Ti?
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso;  te amaremos por siempre.
¡Dios Todopoderoso, el más hermoso!
En la tierra Tú eres el más hermoso;  te amaremos por siempre.
De “Seguir al Cordero y cantar nuevos cánticos”
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